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domingo, 14 de enero de 2007

Kojève

I

Seguramente la idea más conocida de Kojève es la del fin de la historia. No es totalmente suya. Friedrich Schiller ya habló de un encaminarse de la historia hacia su final en una conferencia que dio en Jena pocas semanas antes de la toma de la Bastilla. De él heredó la idea Hegel, y de éste, Alexandre Koyré y Alexandre Kojève.

II

El día que Hegel vio entrar a Napoleón en Jena, certificó el fin de la historia. Sin embargo para Kojève este fin lo representaba mejor Stalin, cuyo objetivo habría sido, en última instancia, conducir a Rusia con mano de hierro hasta los estándares de vida de los Estados Unidos.

III

Según Kojève, Hegel entendió perfectamente la marcha de la Historia, pero se equivocó en siglo y medio a la hora de señalar su final. Napoleón sólo representaba el comienzo del fin, la apertura del último movimiento dialéctico. El fin tiene lugar con el triunfo definitivo del burgués y la ideología del individualismo propietario. El burgués es el último sujeto de la historia porque al hacerse propietario de sí, ya no esperaría nada de dios: sustituye las demandas metafísicas por demandas de confort. De esta manera la economía domina definitivamente sobre la política. De ahí que Kojève pudiera imaginar el capitalismo norteamericano como el estadio final del comunismo soviético. Él veía a los rusos de Stalin como americanos pobres.

IV

Kojève era ya Kojève cuando perdió los últimos restos de su fortuna de aristócrata ruso. Los invirtió en acciones de “La vache qui rit”, empresa que quebró en la crisis bursátil del 29.

V

Aleksandr Vladimirovich Kozhevnikov, Kojève, el profeta del fin de la historia, murió el 4 de junio de 1968, inmediatamente después de la Primavera de Praga y del Mayo Francés, movimiento que detestó profundamente.

VI

En 1959 hizo un viaje a Japón y conoció un tiempo que parecía no histórico: el de la minuciosa liturgia de la ceremonia del té, el ikebana, los bonsais, el teatro nô. Allí vivió, quizás, la época más deliciosa de su vida. Se enamoró perdidamente de una geisha a la que amaba –él que había sido toda su vida un conquistador- sin hacerle el amor. Se limitaba a yacer a su lado, sentir la sombra de Mishima, descubrir las tonalidades de la vida y escuchar un silencio que sonaba diferente.

VII

En Japón le entró un apetito infantil por la vida.

VII

Y consiguió vivir en el mundo de su tío, Kandinsky.

VIII

Paul Fabra: “Como Fausto que olvida la ciencia en los brazos de Margarita, Kojève me habló de una japonesa “muy muy joven” con la que conoció el amor más perfecto.”

IX

Cuando aún era Alexander Vladimirovich Kojevnikov, se fugó con la cuñada de Koyré. Éste, comisionado por su familia, se presentó ante él para intentar reparar lo que se pudiera del entuerto. Cuando volvió a casa, le dijo a su mujer: “Ella está en lo cierto, él es mucho mejor que mi hermano”. Kojève se casó con la cuñada de Koyré y así comenzó una larga y fructífera amistad entre ambos.

X

En 1950 Kojève le confesaba por carta a su amigo Leo Strauss: “Quizás en el estado final no existan ya ‘seres humanos’ en nuestro sentido histórico de ser humano. El autómata está satisfecho (deportes, erotismo, arte, etc.) y el enfermo es encerrado. El tirano se convierte en un administrador, un engranaje en la máquina formada por autómatas y para autómatas.

XI

Creía Kojève que el fin de la historia significaba el reconocimiento mutuo de todos los individuos como iguales y la subsiguiente implantación de la paz perpetua. Se instauraría el orden social definitivo, sin clases, sin conflictos de legitimidad, sin pulsiones imperialistas. No habría ni dueños ni esclavos. Sólo hombres libres que aceptarían con naturalidad la igualdad de sus semejantes. La prosperidad generalizada sostendría armoniosamente la libertad homogeneizada. El arte, el amor, la diversión, estarían al alcance de todos.

XII

Soñó la emergencia de un hombre posthumano.

XIII

Pero Alexandre Kojève descubrió el amor en Japón y escribió: “El amor se caracteriza precisamente por el hecho de que atribuye sin razón un valor positivo al amado o al ser del amado”.

22 comentarios:

  1. Plas, plas, plas

    El campo de mi desconocimiento no deja de crecer. Primera noticia sobre dicho personaje. Y yo perdiendo el tiempo en recopilar reseñas sobre la actualidad, tan cainita y que tan poco aporta a mi camino hacia el conocimiento.

    Llevo semanas leyéndote, tan apenas comento. Me limito a leer y a aprender, que no es poco.

    - GRACIAS por enriquecer la blogosfera hispana -

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  2. mira, encontró el amor en japón como Sanchez-Dragó.
    coñas a parte...
    a medida que más te leo, el mundo se me hace más grande, Luri, y yo me siento más chiquitina, insignificante e ignorante...estoy en crisis...qué hago cuango vuelva a España? puedo asisitir de oyente a tus clases?

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  3. Estos posts tuyos me encantan.
    Un abrazo, Gregorio.

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  4. La filosofía comienza recordando que el 20% de la población de la Tierra abusa del 80% de los recursos del planeta. Todo lo demás son reflexiones de "señorito satisfecho", como decía Ortega (tal vez en otro contexto, pero no suena mal).

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  5. Maty: Muchas gracias. Pues me he dejado importantísimo aspectos de Kojève en el tintero. Por ejemplo: fue uno de los padres de la Comunidad Económica Europea.

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  6. Cel·lia: ¿Y eso me lo dices tú, que estás en Japón, a dónde vete a saber si yo iré alguna vez? No me hables de saberes, que yo soy incapaz de hacer funcionar el bluetooth de mi móvil. De hecho me enteré el sábado que tenía una cosa con este nombre.

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  7. Gracias Gabriela: Pero esto de las alabanzas, por muy bien que le venga a mi ego, resulta poco entretenido. Estaréis conmigo que da muy poco juego. O sea que a ver si andamos un poco más beligerantes, para darle un poco de carga dramática al Café de Ocata.

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  8. Joaquín: menos mal. Alguien que npasa pr aqui a decirme.... ¿qué es exactamente lo que quieres decir, Joaquín? No confundas las responsabilidades éticas del filósofo con la irresponsabilidad absoluta de la filosofía.

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  9. El proyecto del fin de la historia terminó en una feria de Los Ángeles a la que asistió Nikita Kruschev: allí se encaró y le dijo al vicepresidente Nixon que en diez años la Unión Soviética alcanzaría el desarrollo de los EEUU. En ese momento el líder soviético o 1/ soñó 2/ se equivocó y el vicelíder Nixon (seguramente) tomó nota y se prometió que eso no pasaría. Llegar al mismo lugar por dos vías diferentes se convirtió en imposible por razones de recursos. Se acabó el inalcanzable Fin de la Historia.

    Fin de la Historia que por cierto se aleja más cada vez: en los próximos 50 años, o menos, 2000 millones (por lo menos) de habitantes del planeta reclamarán el mismo consumo de energías no renovables y renovables del que goza el Primer Mundo, así que...

    En cuanto al punto XIII, sobre el amor, creo que es enteramente cierto y que demuestra el nivel de irracionalidad que nos domina.

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  10. Claudio

    Presento excusas por mi exabrupto "antifrancés" de ayer. Procuraré que no se repita.

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  11. ... Pues que una filosofía que sólo hace honor al horizonte de saberes de un primer mundo satisfecho, y no atiende al posible horizonte de expectativas de la humanidad, a mi parecer no es una filosofía digna de este nombre. No me parece que sea filosofía válida la que sólo responde a las expectivas de gente ociosa y desocupada (otra cosa es que la práctica filosófica sólo sea posible con el ocio o la desocupación). La filosofía, o es ecuménica, o no es filosofía.

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  12. Pues yo, como usted no quiere alabanzas, me voy a callar.

    O no: voy a decir que los ignorantes tenemos la suerte de poder pasarnos el día maravillándonos de cosas nuevas.

    Un abrazo.

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  13. Luis: Kojève, siguiendo a Hegel, creía posible que la dialéctica de la historia (colectiva y personal) alcanzara una última síntesis perfecta. Hegel diseñó así la geografía del paraíso laico en la tierra. Kojève, que no podía prescindir de Nietzsche, identificaba el fin de la historia -que él veía inmediato e inevitable- con el fin del último hombre. Hasta que llegó a Japón. Allí descubrió que el poder de la negación es una realidad antropológica. Y una necesidad. Siempre habrá hombres dispuestos a decir que no a lo presente para idear alternativas posibles. El no ser, que es en el ser.

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  14. Joaquín:

    Te considero lo suficientemente inteligente como para ser consciente de que:
    1) directa o indirectamente me estás tratando de memo. Bueno. Las personas, como la poesía son de quien las entiende(¿recuerdas "il postino"?)
    2) estás lanzando esa acusación de frivolidad cómplice con los males del mundo también contra la teología, los místicos y todo tipo de eremitas.
    3) estás acusando de frívola a la poseía pura, el arte por el arte, a las fiestas de moros y cristianos, a las catedrales medievales, a la ópera y al bacalao al pil-pil.
    4) que tus palabras harían feliz a un ideólogo del realismo socialista
    5) estás ocultando la conveniencia de otros repartos. Por ejemplo: no hay derecho a que un@s poc@s guaper@s anden todo el día ligando, mientras otros no se comen un rosco. Y no sólo de pan vive el hombre.
    6) si esa acusación va dirigida contra Kojéve, equivocas por completo el tiro. Kojève abandonó sus clases y la práctica de la filosofía para poner en marcha acuerdos de comercio internacionales. África era para él, más que una preocupación, una obsesión. De hecho murió de un ataque al corazón mientras estaba negociando no sé que.
    7) la filosofía es válida o no según su coherencia interna, no por las expectativas a las que responda. La filosofía no debe responder a ninguna expectativa, sino a la exclusiva fuerza de gravedad de la voluntad de saber. No hay filosofía edificante. La filosofía útil es un oximoron. Una filosofía que pretenda ser útil se descalifica inmediatamente a sí misma. Para eso ya están las idelogías políticas y las ideologías religiosas (en el supuesto, improbable, de que sean algo distinto)
    8) la filosofía es un lujo caro.
    9) a Dios lo que es de Dios; al César lo que es del César y a Sofía, el amor desinteresado.

    Evidentemente, todo esto de buen rollo. Faltaría más.

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  15. Bien, Gregorio, de momento no se me ocurre otra cosa que citar el viejo adagio: 'Navigare necesse est, vivere non necesse'. Tan sólo pretendía manifestar mi repudio a un modo solipsista de hacer filosofía. Pero eso, claro, va en gustos.

    Con lo único, quizá, con lo que no estoy de acuerdo con lo que ahora dices, es lo del "buen rollo" (no por tí, sino en general). A fin de cuentas, la principal lección que uno saca del ejercicio socrático, es la posibilidad de que opinando le partan a uno la crisma.

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  16. No seas exagerado, Joaquín, que esto del blogeo es un entretenimiento pacífico y ligeramente edulcorado de seriedad. En el Café de Ocata "pleomen epi oinopa ponton". Pero todo el ponto cabe en un vaso de buen Rioja (un rioja de Aldea Nueva de Ebro, por ejemplo). Y, en cualquier caso nunca está de más recordar los sabios versos de Fedro.

    Peras imposuit Iuppiter nobis duas:
    propriis repletam uitiis post tergum dedit,
    alienis ante pectus suspendit grauem.
    Hac re uidere nostra mala non possumus;
    alii simul delinquunt, censores sumus.

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  17. Quid autem vides festucam in oculo fratris tui, et trabem in oculo tuo non vides? Aut quomodo dices fratri tuo: “Sine, eiciam festucam de oculo tuo”, et ecce trabes est in oculo tuo? Hypocrita, eice primum trabem de oculo tuo, et tunc videbis eicere festucam de oculo fratris tui (Evangelium secundum Matthaeum, 7, 3-5).

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  18. Joaquín: Lo confieso: me rindo: soy absolutamente incapaz de entender tu sentido del humor.

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  19. (Pensaba estar siguiendo el hilo de los versos de Fedro)

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  20. Lo tomaré en cuenta, Gregorio.
    Y perdón por ocupar un sitio en los comentarios, no se me ocurrió que había derecho de admisión.
    Un abrazo.

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  21. Gabriela: Puede usar usted el sitio que considere adecuado en los comentarios. ¡Faltaría más! El derecho de admisión existe, evidentemente: es el requerido por unas normas mínimas de cordialidad.

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  22. La verdad es que es una figura muy interesante. Y actualmente la gente que se enfrente a Fukuyama cuando detrás de él se encuentra Kojève...

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