Me aseguraba mi nieto Bruno (10 años) esta mañana que "en este mundo nada es perfecto". Su razonamiento ha seguido esta progresión:
1. Con un ojo siempre vemos mejor que con el otro, con una mano escribimos mejor que con la otra, con un pie chutamos mejor que con el otro.
2. Por lo tanto todos los seres humanos tenemos alguna imperfección.
3. En realidad en este mundo no existe la perfección...
... (largo silencio).
4. No hay nada perfecto. Ni la geometría es perfecta.
- ¿Te digo algo que es perfecto? -le he preguntado.
- A ver...
- Un vaso de agua fresca cuando tienes sed.
- ¡Es verdad!
- El abrazo de tu madre cuando llevas varios días sin verla.
- Tienes razón.
- Un buen bocadillo cuando tienes hambre.
- ¿Cómo los de hamburguesa del Frankfurt Parera?
- Por ejemplo.
- Pues sí...
Y hemos ido recogiendo cosas perfectas que se dan en este mundo imperfecto y nos ha salido una lista larguísima. Para celebrarlo vamos a hacer espaguetis al ajoaceite.
¿Cómo un abuelo amigo de Platón puede acabar con un inicio platónico tan bueno? ¡Si hasta a mí me has convencido!
ResponderEliminarLeyendo estas y otras conversaciones descubre uno que en este mundo habitan seres necesarios, pues sin ellos este mundo no sería este mundo.
Abrazos a ambos dos
Es que, no sé si será por el aluvión informativo que nos apabulla, no sabemos apreciar las cosas sencillas. Vamos buscando "utopías". No hombre no. La vida, su transcurrir, es la mejor experiencia. Siempre.
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