Me han comunicado que uno de los periodistas que me entrevistó en Madrid el martes pasado está recluido en su casa, atrapado por el coronavirus. De repente, no puedo dejar de auscultar con un criterio más emotivo que científico cada una de las variaciones de mi estado físico. No me preocupo tanto por mí como por los que me rodean. No tengo fiebre, ni dolores musculares, ni ninguno de los síntomas de esta enfermedad. Pero...
No te preocupes , ya verás que no te pase nada, te lo deseo de corazón.
ResponderEliminarYo , si la Autoridad no lo remedia,voy a ir a trabajar mañana al Conservatorio de mi ciudad sustituyendo a una compañera con hijos en custodia. Como por allí pasan alumnos de un colegio que ha sido uno de los focos de infección regional a todos los trabajadores se les ha hecho el test, con resultados negativos.Pero el ambiente es lúgubre.Todos dicen temer por los frágiles que les rodean antes que por uno mismo.
ResponderEliminarY me lo creo .
Al final la Autoridad lo remedió. Todos para casa por deber inexcusable, teletrabajo y con la advertencia de la plena disponibilidad si somos requeridos.
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