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martes, 17 de marzo de 2020

Días de coronavirus. 5

Aconsejado por un amable visitante de este café, he leído con atención un más que interesante artículo publicado por Yuval Noah Harari en Time. Me han interesado especialmente las siguientes tesis:

1. El verdadero antídoto contra la epidemia del coronavirus no es la segregación, sino la cooperación. Posiblemente sea cierto, pero no parece que las cosas, hasta el día de hoy, vayan por ahí. Las fronteras vuelven a estar presentes. Y posiblemente van a estarlo más. Lo conveniente no siempre coincide en política con lo efectivo.

2. En el siglo XIV no había aviones ni cruceros, y sin embargo, la Peste Negra se extendió desde el este de Asia hasta Europa occidental en poco más de una década. Efectivamente, al coronavirus le han importado muy poco las fronteras. Pero se le responde blindando fronteras, porque las estrategias de la naturaleza no coinciden con las de la política.

3. La epidemia podría proporcionarle a la UE una oportunidad de oro para recuperar el apoyo popular que ha perdido en los últimos años. Si los miembros más afortunados de la UE envían rápida y generosamente dinero, equipo y personal médico para ayudar a sus colegas más afectados, demostrarían la vigencia del ideal europeo. Pero si cada país tiene que valerse por sí mismo, entonces la epidemia a quien puede dejar gravemente enfermo es a la misma Unión Europea. Aquí los hechos están hablando por sí solos. Lo primero que harán esos países afortunados es echarnos en cara la dimensión descomunal de nuestros déficits que no nos permiten endeudarnos cuanto quisiéramos...

Sólo comentaré algo obvio: Hobbes ha vuelto a la política internacional. En realidad nunca se había ido del todo, pero en Europa estaba como dormido. Ahora, cuando las cosas se ponen mal, estamos redescubriendo aquel viejo principio de la política exterior inglesa: "Inglaterra no tiene aliados, tiene intereses". El artículo de Harari está lleno de buenas intenciones. Pero con buenas intenciones en política no basta.

Sobre el día a día: parece que a los mediterráneos la reclusión nos va a costar mucho esfuerzo. Nosotros no tenemos ese entusiasmo de los nórdicos por el coleccionismo o las manualidades. A nosotros la luz que nos entra por las ventanas de causa nos sabe a poco. A medida que pasen los días se irá poniendo de manifiesto lo difícil que nos resulta esto. 

Un comentario importante: No sé por qué razón no puedo responder a sus comentarios. Sepan, pues, que mi silencio no indica una falta de cortesía, sino de impericia tecnológica.

1 comentario:

  1. Querido Gregorio,
    Gracias por tu analisis.
    T,estimo molt desde los tiempos de Deseducativos.
    Y no hay semana en que no te lea.
    Un abrazo malagueño.
    Javier Usero

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