En algunos comercios están reservando ciertos horarios de compra exclusivamente para los viejos, que suele ser a primer ahora. Después la entrada está reservada para los que tienen menos de 65 años.
Como aquí nadie es especialista en reclusiones por coronavirus, estoy dispuesto a aceptar disciplinadamente todas las medidas que se nos impongan, aunque alguna no deje de sorprenderme.
Pero los más jóvenes debieran tener bien presente que no son inmunes al coronavirus. Hay jóvenes que mueren y ancianos que sobreviven y no pocos de los ancianos que mueren han sido contaminados por un joven inconsciente.
Entiendo que la esperanza de vida de una persona pueda ser un criterio para atenderla o no en unos hospitales sobrepasados de trabajo y faltos de camas, pero la esperanza de vida de un grupo es una medida estadística, mientras que la esperanza de vida de un individuo es un enigma. Nadie sabe si estará aquí la semana que viene. Entendámonos: nadie lo supo nunca. Por eso Esquilo hablaba de la esperanza ciega, que es la auténtica esperanza de vida.
El anciano Platón de Las leyes decía que los abuelos son "imágenes vivas de los dioses" y añadía: "Cuando tienes en casa, como un tesoro inmóvil y abatido por la edad a tu padre o a tu madre, no deberías creer que ninguna imagen santa tiene más valor que ellos a los ojos de los dioses".
Gregory Ferrand, Who Are We Now?, 2017.
Covid-19: le témoignage de Georges, 86 ans et guéri du coronavirus
ResponderEliminar«J'ai envie de dire que je suis en pleine forme». Testé positif au Covid-19, Georges Duvivier raconte comment il a vaincu la maladie.
https://www.lefigaro.fr/covid-19-le-temoignage-de-georges-86-ans-et-gueri-du-coronavirus-20200320
"Hijo, ayuda a tu padre en su vejez, no le hagas llorar durante su vida, incluso si se extravía su mente, no lo desprecies con toda su fuerza para no olvidar la bondad de un padre, se te contará.. Como un descuento de tus pecados. En el día de la aflicción, se recordará esto a tu favor, como lo hace el calor en las heladas se derretirán tus pecados. Quienquiera que abandone a su padre es como un blasfemo, y el que irrita a su madre es maldecido por el Señor". Eclesiástico 3, 12-16
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