sábado, 11 de noviembre de 2006

Pirrón de Elis

El filósofo Pirrón de Elis, hijo de Plistarco, cayó en la cuenta de que no había manera de entenderse con la realidad, porque no había manera de atraparla en su esencia. Intentar entender las cosas como verdaderamete son es como pretender transportar agua de un sitio a otro en una canastilla de mimbre.

“No niego –decía- que aparecen cosas ante nosotros, lo que niego es que eso que aparece sea en realidad como se nos aparece. Sobre la verdad de las cosas conviene suspender el juicio. No puedo admitir que la miel sea dulce, aunque admito, sin reticencias, que lo parece. Suspendo el juicio con respecto a las cuestiones dogmáticas, no con respecto a las cuestiones de la vida cotidiana”.

Dicho de otra manera: es bueno comportarse en la vida cotidiana como si las cosas fuesen como parece que son; pero como no podemos demostrar que así sea, conviene dudar de todo. En última instancia, a todo razonamiento es posible oponerle otro igualmente convincente. Esta manera de ver las cosas le permitía a Pirrón liberarse de las convenciones sociales, porque las sabía carentes de fundamento. Por eso no tenía ninguna vergüenza a la hora de realizar las faenas consideradas femeninas, como la compra en el mercado o la limpieza de la casa. Los que tenían problemas con esto eran los dogmáticos, de los que Pirrón tenía una opinión pobrísima.

La duda con respecto a la realidad le permitía relativizar las cosas. Posidonio cuenta que cierta vez que hacía un viaje en barco se vio atrapado por una gran tempestad. Mientras sus acompañantes temblaban de miedo, él se mantenía sereno y mostrándoles un cerdo que continuaba comiendo, les dijo que el sabio ha de mantenerse siempre imperturbable, sean cuales sean las circunstancias.

La duda nos desliga del fanatismo y nos vacuna contra el dogmatismo. A la duda serena le acompaña como una sombra la imperturbabilidad del alma. Y así debió de ser en su caso, pues alcanzó los noventa años sin alterarse por nada.

Y ahora lo más relevante: Los ciudadanos de su patria, en consideración a Pirrón llegaron a votar una ley por la cual se liberaba a los filósofos del pago de impuestos. Que es lo que digo yo: uno puede dudar de casi todo, pero cuando llegan las fechas de la declaración de hacienda, cuesta una barbaridad ser escéptico.

20 comentarios:

  1. En el blog de Arcadi Espada, en la anotación de ayer 11 de noviembre se reproduce una entrevista con el afamado realista Mario Bunge (que ya tiene 87 años).

    http://www.arcadi.espasa.com/

    Por experiencia sé que todos los visitantes se sorprenden de que en Sevilla llueva tanto (es que estamos a un tiro de piedra del Atlántico). Cuando llueve, lo hace de verdad, sin medias tintas.

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  2. Encontré en Sevilla una joya, en uno de los puestos de libros de viejo de la plaza -creo- de San Francisco: El libro de Edmund Schramm sobre Donoso Cortés ("Donoso Cortés. Su vida y su pensamiento"). Sin compartir apenas nada con este recio pensador hispano, desde que lo descubrí he estado fascinado por el dramatismo de su pensamiento, por su arrojo, su capacidad para enfrentarse al mundo y, sobre todo, por su extraordinaria valentía para decir a las claras lo que casi nadie quería escuchar. El libro tuvo propietario. En la segunda pagina se encuentra su firma y la fecha de la compra: "Rafael Lasso, 29.V.36."

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  3. Joaquín: no conocía el sur porque acostumbro a viajar como todo currante en verano. Me casé, hace años ya, en otoño, y mi marido y yo nos dijimos "Ahora o nunca". Llegamos los dos y el coche en tren a Sevilla, y el diluvio: carreteras cortadas, parque María Luisa cerrado, qué sé yo.
    -"Parece que llueve", nos dijimos, a lo Pirrón.
    Y, equipados con botas de agua, chubasqueros y paraguas, logramos hacer, más o menos, la ruta prevista. Por el tajo de Ronda se despeñaba un torrente de agua furioso, impresionante. Un viaje maravilloso.

    Prescindir de verdades dogmáticas implica dudar de lo cotidiano, y eso justamente es lo que me molesta de mi tendencia escéptica: "Yo he estado en La Alhambra, en noche cerrada y diluviando, junto con tres (exactamente) turistas más, y parecía tan onírico y hermoso, y perturbador, que sólo podía ser real".

    Lola

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  4. Mi viaje ha estado marcado por la conjunción fatal de una Sevilla en obras y una lluvia constante. La sucesión de charcos, vallas metálicas y barro te exigía clavar la vista en el suelo, porque andar mirando a los edificios hubiera rozado lo imprudente. Había que andar de manera caligráfica. Únicamente los turistas japoneses tienen capacidad para hacerlo todo al mismo tiempo, sin miedo a nada, moviéndose tan felices por entre camiones y máquinas sin parar de hacer fotos. Para más INRI en el hostal había goteras y los desagües se atascaron. Os ahorraré los detalles.

    Ahora bien no todo, ni mucho menos, ha sido motivo de lamentaciones. Me ha encantado descubrir que los hombres sevillanos aún siguen mirando descaradamente a las mujeres por la calle, importándoles un pimiento si es o no políticamente correcto. Ahora que somos todos tan partidarios de la ecología, los sevillanos me han parecido post-post-modernos.

    He disfrutado desayunos truculentos por menos de dos euros y he pagado media docena de castañas sin sabor a dos euros, pero como se encargó de aclararme la castañera que me las vendió en la Calle de las Sierpes, "Es que, señor, usted está pagando también el lugar".

    He redescubierto la amabilidad gratuita de la gente, como, por ejemplo, la guía de la Casa de Pilatos que se entretuvo conmigo, después de acabar la visita, para comentar con todo detalle, en la cocina de la casa, los pormenores de un Prometeo atribuido a la escuela de Ribera que se encuentra en la Sala de Pacheco.

    Ah, y salió el sol, y entonces v como Sevilla se sacudía el agua de encima y sacaba a relucir sus mejores sonrisas al sol tibio de la mañana. Ay, barrio de Santa Cruz...

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  5. La lluvia en Sevilla es una pura maravilla.
    Aborrezco el género musical, excepción hecha de My fair Lady. Me encanta. Y la he visto un montón de veces.

    Lola

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  6. Claudio.

    A Lola: gran musical. El Doctor Higgins cantando: "Why can´t women be more like a man?"

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  7. Claudio.

    Disculpen por cambiar de tema, pero por lo hablado aquí en días pasados les puede interesar el artículo de Juaristi hoy en ABC.
    Un fragmento:
    "Me considero más patriota que muchos vociferadores de hoy, porque soy capaz de comprenderlos y comprender al mismo tiempo lo que jamás comprenderán: las reacciones que su exclusivista manera de ser provoca en quienes no son patriotas ni sienten el patriotismo a la manera de ellos». Todavía recuerdo la emoción que me produjeron estas líneas cuando las leí por vez primera, hace cuarenta años. Arteche se refería al exclusivismo castellano, pero a mí me curaron o contribuyeron decisivamente a curarme del exclusivismo vasco. Fueron escritas en agosto de 1937, siendo Arteche suboficial en un Tercio del Requeté."
    Y el link al artículo completo:
    http://www.abc.es/20061112/opinion-firmas/arteche_200611120259.html

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  8. Gran musical, en efecto. Yo Lola también aborrecía los musicales, y ahora con la edad como que les voy cogiendo el qué. Evidentemente soy un enigma para mí mismo. ¿Hasta qué extremos de degradación seré capaz e caer?

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  9. Claudio: nunca he comprendido a quienes se empeñan en ir las 24 horas del día de algo: de navarros, de españoles, de vascos, de catalanes o de recolectores de níscalos. Son la peste. Y tiznan. Ante ellos somos culpables de lesa paria por no compartir sus entusiasmos. No es que merezcamos un correctivo por ser antipatriotas, es que somos peor que los antipatriotas, somos -soy, que no tengo por qué asumir que os podáis identificar conmigo en este o en cualquier otro caso- tibios. Nos exigen claridad, conductas dáfanas, posturas tajantes, y yo ni he estado ni estoy por la labor. Me gustaría, eso sí, ser nacionalista europeo. ¡Ya veis qué quimera!

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  10. Este finde he estado en Córdoba. Viento fresco y sol abrasador, poco más o menos como esta mañana en Sevilla. He aprovechado para dar una vuelta dominguera por la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, en la plaza de San Francisco (por cierto, emplazamiento de los antiguos Autos de Fe inquisitoriales, muy cerca del antiguo Foro romano y luego de la "Mezquita Aljama", hoy Iglesia del Salvador, en obras, ¡cómo no!).

    No tengo la veneración por el libro viejo, aunque siempre que tengo oportunidad me gusta practicar el arte venatorio-libresca. Libros que me he llevado:

    "Introducción a una historia contemporánea del anticlericalismo español", de Julio Caro Baroja (Istmo, 1980).

    "Sobre el iberismo y otros escritos de literatura portuguesa", de César Antonio Molina (Akal, 1990).

    ...A tres euros la pieza. He visto una guía de museos de Barcelona, muy bien ilustrada (20 euros), y una reedición facsímil del tratado de refranes de Sbarbi (18 euros), que por una razón o por otra, no me he llevado.

    Digo yo que el escepticismo pirrónico también se puede practicar en esto de comprar libros de ocasión.

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  11. Conviene practicarlo, Joaquín, por la misma razón, exactamente, por la cual no conviene ser escéptico a la hora de hacer lad eclaración de hacienda.
    Yo hubiese caído en el de Sbarbi.

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  12. "La duda nos desliga del fanatismo y nos vacuna contra el dogmatismo"
    Sabia frase!

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  13. El estudio de los refranes puede absorber toda una vida. Tengo encargado una recopilación multilingüe de la profesora Julia Sevilla, una primera autoridad en paremiología.

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  14. Pies Diminutos: el sabió fue Pirrón, que además de decir esto (o algo parecido)lo practicó toda su vida. Los filósofos antiguos concebían la filosofía no como un mero saber, sino como estricto saber vivir.

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  15. Yo juraría que ayer cuando le visité le escribí algo que era una chorrada (sin duda). Pero, como en el caso del sereno Pirrón, dudo de todo.. me alegro de que eso no esté hoy.

    Me gusta mucho ese decreto y me muero de curiosidad por saber como tenía las manos Pirrón, a ver si tenía esos nudos filosóficos o no, y que no sé si usted tiene o no, pero yo sí ;)

    Luego he leído por ahí hablar de My Fair Lady... y me sucede lo mismo que a Ella.

    Saludos Don Gregorio en este dudoso Domingo :)

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  16. He estado buscando información, doña Kasandra, sobre el aspecto de Pirrón. Curiosamente no sabemos nada de su apariencia: si era alto, bajo, moreno... todas las fuentes resaltan su imperturbabilidad, la fortaleza de su espíritu, pero nada nos dicen sobre su cuerpo y, por lo tanto, nada sabemos de sus manos. Me parece que es uno de los escasísimos filósofos de los que carecemos de cualquier referencia a su aspecto físico.

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  17. Yo le agradezco que se haya tomado la molestia y no deja de parecerme curiosa la casualidad.

    Quizás de alguien para quien todo era tan relativo no hubiera nada relevante que señalar acerca de algo tan relativo.

    Un beso.

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  18. Me ha impresionado mucho que Pirrón señalara a un cerdo comiendo en medio de la tormenta como ejemplo de imperturbabilidad. ¿Quiso decir que el cerdo era un sabio? Besos, amigo gregorio.

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  19. Se me olvidaba... Aquí Lola recordaba el delicioso musical "My fair lady", y en verdad lo que cantaban era: The rain in Spain stays mainly in the plain, para que a la florista se le quitara su horroroso acento "cokney".

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