II
Habermas: “La ética ha quedado degradada a ciencia melancólica, como dice Adorno, porque tan sólo permite, en el mejor de los casos, ‘reflexiones desde la vida dañada’ dispersas, en forma aforística”
III
Kierkegaard: “Se puede tanto reír como llorar al ver que todo este saber y comprender no ejerce absolutamente ningún poder sobre la vida del hombre”
IV
El genio de la botella
Un día un mísero pescador cogió en la red una lámpara de la que salió un genio nada más frotarla. El genio le dijo al pescador que podía pedir tres deseos, los que quisiera.
- En primer lugar -contestó el pescador- desearía que me hicieras lo suficiente inteligente como para hacer la mejor elección con respecto a los otros dos deseos.
Al genio no le costó concederle esto que pedía y a continuación se interesó por su segundo deseo.
- Gracias –le contestó el pescador- pero no tengo más deseos.
V
Tomarse en serio
Cuenta un antiguo relato árabe que un anciano mendigaba por las calles de Damasco sin que nadie se fijara en él. Pasaba totalmente desapercibido. Sólo un recién llegado puso sus ojos en él y sorprendido, le preguntó:
- ¿Qué haces? ¿No ves que nadie se fija en ti?
El mendigo volvió sus ojos al recién llegado y le contestó con tranquilidad:
¿Y a mi qué? Yo sí reparo en mí y eso me basta. Lo contrario sí que sería horrible: que todos reparasen en mí y que yo me ignorase.
- ¿No te importa, Diógenes, que todos se rían de ti?
- ¿Por qué ha de importarme? –preguntó a su vez Diógenes -¡Mientras yo me tome en serio!
VI
Diálogo zen
- Maestro –le preguntó a un sabio un discípulo- ¿qué le ocurre a un hombre inteligente cuando muere?
- ¡No lo sé!
- ¿Pero acaso no sois vos el hombre más inteligente?
- Quizás, pero, en todo caso, aún no estoy muerto.
VII
Chamfort: “La felicidad no es cosa fácil: es muy difícil encontrarla en nosotros, e imposible encontrarla en otra parte.”
VIII
Schopenhauer
...
...
...
IX
Este buen hombre es el australiano Les Stewart. Un buen día de 1982 se le ocurrió la luminosa idea de escibir con sus correspondientes letras todos los números comprendidos entre el uno y el millón (uno, dos, tres, cuatro...). Ahí lo tenéis con su labor concluida. 16 apasionantes años le ha llevado culminar su empresa, para la que ha necesitado 19.99o folios y 1000 cintas para su máquina de escribir. Yo, la verdad, no lo veo feliz. Es como si se hubiese quedado sin norte. Dice Aristóteles al comienzo de su Ética a Nicómaco que hemos de organizar nuestra vida como arqueros que apuntan a un blanco. ¿Pero qué ocurre cuando ya has dado en el blanco?
El del genio tiene trampa (por fortuna para el genio supongo) puesto que sólo alguien que ya fuese lo suficientemente inteligente como para hacer la mejor elección hubiese pedido semejante deseo. Supongo, yo no tengo un genio a mano.
ResponderEliminarClaudio
ResponderEliminarTomarse en serio.
Canetti explicaba la historia contraria: el hombre que decide vivir en su propia ciudad como un extraño, observando, nadie lo reconoce y muere solo, ignorado.
Una perogrullada: busca la felicidad el que no es feliz.
¡Qué interesantes siempre sus futesas! Ahora que también pienso que es interesante que no me de a mí por lo de a ese escribiente o al menos no en papel...
ResponderEliminarBuenas noches
Claudio,
ResponderEliminaralgo así escribía también Azúa en su Diario de un hombre humillado, si comprendí bien.
Claudio.
ResponderEliminara ferrancab. ¡Es verdad! No había caído.
Me ha gustado mucho la colección de pensamientos e historias que has hilado. Me ha extrañado particularmente la última. No entiendo cómo es que este señor se ha quedado sin norte. Sólo tiene que escribir del "un millón uno" en adelante. Besos, amigo mío.
ResponderEliminarSiento que la cita Habermas tiene sentido, la misma sensación me queda con los aforismos, la misma melancolía, aunque siempre es mejor que el pesimismo que destila la de Kierkegaard.
ResponderEliminarEn cuanto a nuestro objetivo hombre que sin remedio llevamos puesto, me parece evidente que no es malo apostar por él sin olvidar al otro que no a los otros, los que nos diluyen. En cualquier caso es a estos otros a los que se les puede atribuir rasgos catastróficos, todo consiste pues en no sumarse aunque no es tarea fácil y tiene sus riesgos.
Me gustó especialmente la futesa VIII.2 ó novena. Es algo que muchos presentimos, difícilmente explicamos y sobre lo que apenas se piensa.Por cierto, no sé si me equivoco en mi observación, pero mientras los colectivismos (nacionalismo e ismos similares) parecen caer en desuso lingúístico y en fluctuante perdida de dignidad conceptual, el indivi/dualismo perdura.
ResponderEliminarEsta vez el café corre de mi cuenta, ¡que siempre pagas tú,Gregorio¡