lunes, 13 de noviembre de 2006

Donoso Cortés (1809-1853). Un intelectual europeo.

Mi interés por Donoso Cortés, ese pensador áspero e intempestivo, es muy tardío. Y en realidad no es un interés auténtico. No me motiva tanto su pensamiento como la expresión del mismo (me gusta su prosa geométrica, capaz de recurrir siempre que es preciso a la fórmula exacta para la expresión meridiana de lo abstracto) y, sobre todo, me intriga la recepción de sus ideas . En su tiempo figuras tan notables como las de Metternich, Ranke y Schelling e, incluso, el rey de Prusia, Federico Guillermo IV, siguieron sus discursos con la máxima atención. En el nuestro es notabilísima su influencia en Carl Schmitt. De hecho fue este último quien me condujo hasta Donoso. Poco a poco me he ido dando cuenta de que su huella está más presente de lo que muchos afectados por ella estarían dispuestos a reconocer. Y es que el Espíritu es mucho más caprichoso de lo que nunca se imaginara Hegel.

A través de Schmitt la presencia de Donoso llega hasta, por una parte, Leo Strauss y Aron, y, por otra impregna el pensamiento de figuras tan heterogéneas como Walter Benjamín (cuya deuda con la “Teología política” de Schmitt-Donoso está fuera de toda duda), el maoísta Joachim Schickel, el joven radical Joschka Fischer (porque, efectivamente, hay una recepción de izquierdas de Donoso) o el mismísimo Derrida (basta con leeer su “Políticas de la amistad” para percatarse de ello). Y si siguiéramos su influencia en el conservadurismo hispano, tendríamos que recorrer el trayecto que conduce de Vázquez de Mella a Fraga.

Donoso Cortes fue un conservador de tomo y lomo, y por lo tanto, un profundo pesimista.

En primer lugar era pesimista con respecto al hombre. "La razón humana es la mayor de todas las miserias del hombre” y, por lo tanto, era profundamente pesimista sobre la posibilidad de eliminar los males humanos, por ejemplo, los de la guerra. “La guerra –dice- es el fenómeno más general que existe. La universalidad de la guerra es prueba de su necesidad, convirtiéndola en un suceso propio de la naturaleza humana. Ahora bien, todo lo que es necesario es eterno y no puede ser producto de la voluntad humana: luego ha de ser de origen divino”.

No cree que el hombre sea capaz de gobernarse a sí mismo por medio de leyes. “las leyes se han hecho para las sociedades, y no las sociedades para las leyes”. Si es cierto que a veces con la legalidad basta, tarde o temprano se pone de manifiesto que para salvar a la sociedad es necesaria la dictadura. La justificación de la dictadura tiene en Donoso un fundamento teológico: “Dios sólo gobierna el mundo por modo mediato, por las ‘causae secundae’. A esto responde en el orden político el régimen constitucional. Mas, en ocasiones, rompe Dios el orden natural con el milagro. A esto responde en el orden político la dictadura”. Dicho de otra manera, para Donoso, así como no hay teología sin el concepto de milagro, no hay derecho político sin el concepto de dictadura.

Es pesimista con el liberalismo, que es la expresión política de la burguesía, esa "clase discutidora", que aprovecha el parlamento para posponer la toma de decisiones.

Es realista, o sea, pesimista, con España. “Hace mucho tiempo que España carece de una verdadera política exterior. En realidad, sólo la tienen Inglaterra, Rusia y los estados Unidos. Sólo estas tres naciones están libres de la influencia extranjera directa o indirectamente. Sólo ellas no han derrochado sus energías en discordias estériles y en la lucha contra la revolución”.

Es lucidamente pesimista respecto a Francia: “La Francia era, hace poco, una gran nación; hoy día, señores, no es una nación siquiera; es el club central de la Europa”.

Y es clarividentemente pesimista con Rusia: “Yo creo más fácil una revolución en San Petersburgo que en Londres”.

Y no es nada optimista con respecto a la democracia, es decir, con el acceso de las masas al poder. “La democracia es el mal hecho legión, el mal encarnado en la muchedumbre”. “El mal –dice también- no está en los gobiernos; el mal está en que los gobernados han llegado a ser ingobernables”. “Las muchedumbres harán lo que hacen siempre, lo único que han hecho cuando han generado violentamente en los campos de la historia; crearse a sí propias tiranos efímeros, forjarse ídolos de una hora que salen de la nada para serlo todo y dejan de serlo todo para volver a la nada”.

Sólo es optimista respecto al catolicismo, pero no tanto porque la Iglesia sea capaz de parar el desastre que se avecina, que para Donoso es incuestionable e inevitable, como porque ofrece la posibilidad de la redención individual. “Yo no sé si hay algo, debajo del sol, más vil y despreciable que el género humano fuera de las vías católicas”.

Para Donoso ninguna de las ideas fundamentales y constitutivas de la civilización moderna tiene un origen filosófico. Todas proceden de la religión cristiana. Así, “la auténtica idea de la fraternidad y la auténtica idea de la libertad, vivas en esta cultura, y la distinción entre poder temporal y poder espiritual entre Dios y el César, proceden del cristianismo. División de los hombres en libres y esclavos, menosprecio de la libertad de conciencia, teocracia, divinización del Estado, todo esto caracteriza a la sociedad pagana. (…) De la unidad del género humano, enseñada por la revelación al hombre, nace como de suyo la idea de la fraternidad; de esta, la de igualdad; de ambas, la de democracia”. Ahora bien, en el pensamiento cristiano la libertad y la fraternidad no son ilimitadas, puesto que tienen su límite en las ideas de la obediencia y de la autoridad, fundamento del orden social. “Según el criterio católico, toda autoridad procede de Dios: en una sociedad cristiana el hombre nunca obedece al hombre”. Pero el hombre moderno ha decidido darle la espalda a toda idea de autoridad y, por lo tanto, a la Iglesia. Ahí se encuentra la fractura, pues “donde no está el catolicismo, allí está la barbarie”.

La República francesa quiso traer la libertad, la igualdad y la fraternidad, pero olvidó “que esos tres dogmas no vienen de la República, sino que vienen del Calvario”. Pero Donoso sabe, cincuenta años antes que Nietzsche, que el hombre ha matado a Dios y que ningún ángel del cielo descenderá para reparar este sacrilegio. Pero tampoco ninguno evitará el castigo que Dios ha reservado a la humanidad: El dulce mal de la democracia.

25 comentarios:

  1. Claudio.

    Me ha convencido. Me llevo a la cama: "Donoso Cortés" de Breviarios del pensamiento español. Selección de Antonio Tovar. Ediciones fe. 1938. Escrito en la faja roja: Antología de las grandes adivinaciones del profeta católico. Manual de verdades aún vivientes para la política española.
    Esto promete.

    ResponderEliminar
  2. Si en la red hispana fueran más frecuentes anotaciones de esta entidad, no sería tan pesimista sobre ella. Mis felicitaciones (y reseña destacada).

    PD: puedo protestar y protesto por la mala ergonomía de la bitácora: texto blanco sobre fondo negro.

    - UN SALUDO -

    ResponderEliminar
  3. Claudio, ya me contará usted. Porque igual somos los únicos españoles que leemos a Donoso.

    ResponderEliminar
  4. Maty: Gracias mil.

    Evidentemente puede usted protestar. Hasta estoy dispuesto a sumar mi protesta a la suya. Pero es que me puede esto de la informática. No doy más de mi. Hasta aquí es hasta donde llego. Ahora parece que tengo que emigrar a no sé dónde, y no sabe usted el miedo que me da. Yo, un internauta sin papeles, ¿a donde voy a ir?

    En cualquier caso, acogeré con gratitud cristiana todo tipo de sugerencias que sean muy, muy fáciles de realizar.

    ResponderEliminar
  5. Si decides migrar y quieres que te ayude, no tienes más que pedírmelo. Creo que te refieres al Blogger beta. Ayer lo hice con la bitácora donde tengo mis datos de contacto. Todo bien, ahora permite etiquetas, que aparecen al final de la anotación, y no en el lateral. Ni cambiando de plantilla veo esa posibilidad, tampoco me he puesto a estudiar el código para modificar manualmente la plantilla, ya que mi bitácora principal está en otro sitio (y editada manualmente al 100%).

    Si te animas a un cambio mayor, te podría ayudar para que tuvieras un espacio en la red tan digno como Quiñonero, con otra plantilla, a tu gusto, pero con todo lo demás idéntico. O en otro alojamiento gratuito, importando la base de datos de Blogger, o... lo que creyeses conveniente. Por supuesto, sin coste alguno por mi parte, como es habitual en mí (no vivo de mi actividad en la red, de ahí mi radical independencia a la hora de informar y opinar).

    ResponderEliminar
  6. Yo puedo jurarle que no voy a leerme a Donoso y mucho menos a llevármelo a la cama. Primero, según me lo contaba usted, Don Gregorio, me dije yo: no es pesimista, este hombre es realista en cuanto a la guerra se refiere. Luego ha ido cayéndome gordo por el camino. Aunque haya sido clarividente con respecto a lo de Rusia y a mí me encanten las visiones de futuro. Y mordaz con lo de Francia pero casi que al final, me he reconciliado al escucharle decir: el hombre no obedece al hombre. Me he quedado con esa copla y he cerrado los oídos al contorno de la frase

    Besos nocturnos, otra vez...

    ResponderEliminar
  7. Y texto blanco sobre fondo negro que conste en acta que es mi favorito. No sé si ya sería usted lo mismo sin él.

    ResponderEliminar
  8. En Donoso, como en Balmes, hay un mucho de instrucción profunda, de lectura mesurada y de prejuicio católico y hasta cierto punto clerical. Pero son los dos para mi m uy válidos y motivo de orgullo para una corta cultura de nombres y referencias "patrias". No importa lo conservador que fuera o fueran, sino su capacidad para generar pensamiento. En su "Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo" encontré esta sugerente división de poderes, que aún no compartida, siempre me parece admirable.
    "Fuera de la acción de Dios no hay más que la acción del hombre, fuera de la providencia divina no hay más que la libertad humana. La combinación de esta libertad
    con aquella providencia constituye la trama variada y rica de la Historia."
    Sigo creyendo en la sabia actitud de releer de vez en cuando, o de leer tarde, que viene a ser lo mismo, parea disfrutar aún cuando sea con la propia refutación.

    ResponderEliminar
  9. Estaba pensando que este pesimismo de entrada acerca del ser humano es muy cristiano, y católico en concreto, (pecado original); no lo comparte el Islam por ejemplo, en donde se nace inocente, en blanco, con lo cual tampoco se contempla ninguna redención propiamente dicha, ni la figura del redentor. Cristo no murió en la cruz, era un doble, según la dogmática islámica; imposible que un profeta fuera a dar con un final semejante, de humillación y fracaso.
    En fin, pero me apartaba del tema político. Habrá que leerlo, a Donoso.

    Lola

    ResponderEliminar
  10. Lola, en el islam el cristianismo no tiene cabida ni de lejos, sí la teología judia, en la que se inspira. Por lo tanto, la misión del hombre es adorar a Dios, sin otra posibilidad de crecimiento personal. esa es la diferencia con el cristianismo y que me parece interesante tal y como la enuncia Donoso: "después de la providencia divina está la libertad del hombre"
    La Iglesia católica ha estado históricamente muchas veces tentada de seguir un camino islamista en sus relaci0ones con el hombre, olvidando esa apelación a la libertad, por supuesto detrás de la providencia, pero libertad al fin.
    Son interesantísimos los filósofos católicos del XIX.

    ResponderEliminar
  11. Maty: en tus manos encomiendo mi espíritu

    ResponderEliminar
  12. Claudio.

    Voy por la mitad del librito, que es corto, poco más de doscientas páginas, pero denso, ya que se trata de una selección de fragmentos.
    Desde luego, es cosa seria. Seguro que si fuera italiano o francés ya lo habría leído yo hace tiempo. Y por ser español, tenía el libro olvidado.
    Me llama la atención una frase pronunciada en un discurso en el Congreso en 1844, en el que se manifiesta como admirador de la aristocracia: "... porque yo lloro cien veces de admiración por una vez que lloro de ternura."

    ResponderEliminar
  13. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  14. Claudio: La de Donoso es, efectivamente, una gran lectura. Te confieso que yo tenía a Donoso postergado al infierno de los carcamales come-niños que no se deben leer nunca. Ya lo sé, puro papanatismo. He llegado a Donoso, como escribo en el post, sobre todo a partir de Schmitt. Es sorprendente, en cualquier caso, constatar que continúa muy presente en la reflexión política en lengua alemana, mientras que en España nos permitimos el lujo de ignorarlo por completo.

    Leer a Donoso es toda una experiencia porque no estamos acostumbrados a encontrarnos con pensadores en castellano que se atrevan a mirar intempestivamente, de frente, y con los ojos bien abiertos, al mundo, convencidos de haber dado con su tuétano. Aunque Donoso, por el contenido de su filosofía, está en las antípodas de Hegel, por el tono y por la convicción con que cree acorralar al Todo para llevarlo domesticado hasta el aprisco de su teoría, tienen mucho en común con el teutón.

    Creo que hay que enfrentarse a Donoso como quien se enfrenta a una obra de arte que representa una escena trágica (el despellejamiento de Marsias por ejemplo). Merece la pena disfrutar de la contemplación, aunque estemos totalmente en contra del desollamiento de los flautistas altivos. Claro que, para ser capaz de esto uno debe haberse desprendido previamente del dogmatismo, tan empequeñecedor y meapilas.

    ResponderEliminar
  15. Con la miel en la boca, y al no tener a Cortés a mano, me vuelco en mi ultraconservador de cabecera, Canals:
    "Donoso Cortés afirmó genialmente que la "república" y el "socialismo" son la práctica política de la filosofía panteísta."

    Más adelante, Canals cita a Spinoza (Tratado Teológico-Político) para ilustrar la tesis. La cita de Spinoza es tremenda, la copio temblando:

    "Los que ejercen el poder soberano son los únicos que pueden decidir lo que es justo o injusto y lo que es conforme o contrario a la piedad; mi conclusión es que para mantener óptimamente este derecho -es decir, el poder de decisión sobre lo sagrado, que les incumbe- y asegurar de este modo la libertad del Estado, es lo más útil y conveniente dejar a cada uno libre para pensar lo que quiera y para decir lo que piensa."

    Desde luego, se entiende el horror del conservadurismo católico ilustrado y más lúcido ante la modernidad.

    Claro, a mí me atraen estos conservadores (estoy de acuerdo, Claudio, si fuera francés, ya lo habría leído, a Donoso), porque, para enseñar las vergüenzas de lo que quieren denunciar, no tienen más remedio que urgar y urgar en lo más profundo.

    Lola

    ResponderEliminar
  16. Lola, por favor: "¡¡LA REFERENCIA EXACTA DE LA CITA DE SPINOZA!!! Al leerla he recordado a Schmitt: "Es soberano quien tiene el poder de decidir el estado de excepción" (y esta es una tesis que habría firmado Donoso sin ninguna duda).

    Donoso tuvo mala suerte porque cuando habla de socialismo tiene siempre como referencia a Proudhon. Y el socialismo que acabó imposniéndose fue el marxista. Por otra parte careció de continuadores en España. Menéndez Pelayo distó mucho de estar a su altura. Mientras Donoso fue un sinóptico, y por lo tanto, un filósofo; Menéndez Pelayo fue un erudito, que es otra cosa. Su gran heredero ha sido, sin duda, Carl Schmitt, que sempre habla de Donoso con profunda admiración.

    En estos tiempos de máxima corrección política, la lectura de Donoso tiene algo de pecaminoso (perdón por el ripio), algo de vicio solitario.

    Por cierto el catolicismo francés leyó con mucho detenimiento a Donoso. Sus principales críticos procedían del catolicismo galo.

    ResponderEliminar
  17. Os quiero recordar a todos que acaba de reeditarse este año el ensayo principal de Donoso Cortés, sobre "catolicismo, liberalismo y socialismo", en la prestigiosa editorial Comares, de Albolote (Granada).

    ResponderEliminar
  18. No tengo ninguna aportación que hacer sobre el señor Donoso, pero espero se me permita una sugerencia artística: ya que estamos tan católicos, ¿por qué no sustituir a Marsías por el Martirio de San Felipe, de Ribera? Esa obra siempre me impactó.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  19. No tengo la referencia exacta, Gregorio. Es una cita en un libro intereantísimo desde esta perspectiva que estamos tocando de Canals, "Política española:Pasado y futuro. También en política, la verdad es la realidad de las cosas" (no me dirás que el subtítulo no es para refocilarse). Por cierto, uno de los ensayos que contiene (estoy en ello) es "Donoso Cortés en Francia"; empieza por cargarse a Menéndez por considerar, éste, que Donoso es un pensador afrancesado, cuando Canals lo considera españolísimo.
    La Editorial es Acervo, Barcelona 1977.

    Pero de la cita de Spinoza -entiendo yo, no sé si bien- se desprende la utilidad de la democracia liberal para los fines, diría que más bien absolutistas, de quién, efectivamente tiene el poder de decidir el estado de excepción.

    Lola

    ResponderEliminar
  20. "Maty: en tus manos encomiendo mi espíritu"

    Acabo de enviarte un correo extenso...

    ResponderEliminar
  21. En la Biblioteca Virtual Miguel de Cerantes http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=260
    se encuentran digitalizados el "Discurso sobre la Biblia" y el "Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo"

    ResponderEliminar
  22. Umla: No estamos -creo yo- especialmente católicos, sino decididamente contraculturales y peligrosamente subversivos. O, si lo prefieres, en términos hegeliano-maoistas, andamos negando la negación.
    Tenemos edad para no pensar formulariamente y dejarnos llevar por nuestra curiosidad hasta donde nos guíe. Como dice mi amiga Erika B. ya podemos permitirns el lujo de liberar nuestras represiones.

    ResponderEliminar
  23. Lola, el proximo día 24 tengo prevista una pequeña ponencia en la reunión de la SIFG (Sociedad Ibérica de Filosofía Griega) que tendrá lugar en Barcelona sobre la cuestión de la noble mentira platónica y, a mi modo de ver, lo que dice el viejo Platón tiene mucho que ver con ese texto del "Tratado". Por eso estaba -estoy- tan interesado. Aprovecharé para bucear un poco en Spinoza, que nunca viene mal.

    Joaquín: Gracias por la referencia, siempre al quite.

    ResponderEliminar
  24. Claudio.

    Ya puestos a decir tacos, les diré mi reaccionario favorito: León Bloy.

    >Cuando morimos, eso es lo que nos llevamos: las lágrimas derramadas y las lágrimas que hemos hecho derramar, tesoro de beatitud o de espanto. Serán esas lágrimas las que nos juzgarán, pues el Espíritu de Dios es siempre "llevado sobre las aguas"<
    A disfrutar: Mis diarios. Edición y versión de Cristóbal Serra (nada menos).

    ResponderEliminar
  25. Claudio: te agradezco esa frase. Me la quedo.

    ResponderEliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...