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domingo, 5 de noviembre de 2006

Memorias de un hombre con alzheimer III

En un extremo de la barra –recuerda vagamente el hombre con alzheimer-, bebiendo dos coca-colas y comiendo cacahuetes, dos mujeres de algo más de treinta años.

- Le había aguantado ya demasiadas cosas.
- Yo nunca te he querido decir nada, porque no pensaras que me metía donde no me llamaban, pero no sé cómo has podido aguantar tanto tiempo.
- Por mi, le dije, como si te quieres meter el taladro por el ombligo.
- ¿No me digas?
- ¡Y más ancha que pancha, me quedé! ¡No soportaba que me mirase con caras que ya no podía entender!
- ¿Y qué te contestó?
- Que no me iba a dar el gustazo. Y se fue dando un portazo. Como si eso me impresionase a mí.
- ¿Y después?
- Me di un baño y me puse a rezar para que llamara un hombre a la puerta, cualquier hombre, para tirármelo bien tirado.
- ¿Me estás hablando de verdad?
- ¡Y tanto! Llené la bañera de sales y vacié medio bote de gel. No hay nada como el agua bien caliente y espuma, mucha espuma de baño para recuperar la sangre fría. Y cuando estaba en lo mejor, suena el timbre.
- Ay, ay ay...
- Por pocas me mato al ponerme el albornoz a todo correr. Pero ¿sabes quién era?
- ¿Cómo voy a saberlo?
- El.
- ¿El?
- El mismo. ¡Y qué cara!
- ¿Qué quería ahora?
- Recoger la ropa que se había dejado en el cesto de la ropa sucia. ¿Es eso normal?
- ¿Y qué es normal tratando de hombres?
- En eso llevas razón.

El hombre que ahora tiene alzheimer sabe que esto es verdad porque él estaba sentado en el bar esperando a un amigo y anotó cuidadosamente la conversación en la página de un libro, en torno a estos versos de Jean Tardieu:

Me rodea un sueño asombroso:
camino soltando pájaros.
Todo cuanto toco está en mí
y he perdido todo límite.

Las mujeres pagaron y se fueron y el hombre que ahora tiene alzheimer continuó escribiendo: Si Cristo vino al mundo, nadie se enteró. Vivió toda su vida ignorado por sus vecinos de Nazaret. No era ni frío ni caliente. Inseguro, tímido, con caspa, aerofagia, alitosis, le picaba el cuerpo, le sudaban los pies. Torpe, brusco, soso, pelma, aburrido, pesado, insoportable. Si de verdad venía a redimir al hombre, si de verdad pretendía cargar sobre sí el dolor y las miserias del hombre, si de verdad quería conocer lo más bajo del hombre, entonces careció del más mínimo don de gentes. Vivió solo, neurótico y aburrido. Las noches se le hacían insoportables, porque se echase donde se echase a dormir su lecho era siempre demasiado grande, demasiado frío. Las mañanas eran todas idénticas, monótonas, lánguidas, como los días y las tardes. Careció de amigos, y aun de enemigos. Y cuando murió, de aburrimiento, al borde de un camino, bajo una higuera seca, nadie se dio cuenta de que había muerto, porque nadie se había enterado de que estaba viviendo entre ellos. El hombre que ahora tiene alzheimer lo ha recordado todo al abrir casualmente el libro donde todo está escrito.

27 comentarios:

  1. "¿Es cierto que dudaste en si ponías o no el villancico al final de Plácido?

    No, no dudé nunca. Lo que dudé es que me asustaba. Y se dijo y se sigue diciendo que ese villancico me lo había inventado yo, y hasta hubo problemas con la censura por esa letra de: «En este mundo no hay, caridad, ni nunca la ha habido ni nunca la habrá». Lo de «ni nunca la ha habido ni nunca la habrá» me lo atribuyeron a mí, y es mentira. Yo recordaba haberlo oído y por eso lo puse."

    (De una entrevista al director de cine Berlanga)

    http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/Azcona/aavvBerlanga.shtml

    En un mundo tan desquiciado, egoísta y prostituído, no me extraña que se dé circulación a imagen tan perversa de Jesús de Nazaret. Entiendo muy bien que debamos hacernos como niños para entender su predicación.

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  2. Suelen gustarme las casualidades...

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  3. Bienvenida a El Café de Ocata, elusiva evasiva.

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  4. Nadie está a salvo del destrozo póstumo hecho en compañía; suele ser inmisericorde y terrible y lo que es más, todavia más, estupidiza tanto al que lo hace como al mencionado, proque después de todo de lo que está hablando es de absurca capacidad de sobrevivir en compañía de un (tal y como lo describe) subproducto de la especia humana.
    Recuerdo a quien dijo al irse su pareja que solo quedaba pasar el aspirador. O lo pasó mal o era de mala calidad, porque durante años siguió sacrificando al "otro" por múltiples causas aducidas.

    Por otra parte, ya que post es tan sugerente, sería incapaz de reconocer a Jesucristo sesteando a solas bajo una higuera. La hagiografia tiene eso, que establece el imaginanrio identitario (observa lo horrible de la expresión, Luri) y yo sin 12 amigos cercanos y un corro de gente un poco más apartada, sería incapaz de reconocer a Jesús, por cuya realidad o imaginenria siento un tremendo respeto y anchurosa simpatía.

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  5. Y María de Magdala era una porquera muy parecida a Aldonza Lorenzo. Pero muy fetichista la tía. Se moría así en general por los pieses. Y se dedicaba a mangar sandalias en los mercados. Hasta que un día no se esmeró lo bastante y la pillaron con la boca en la masa. Y qué masa. La mujer tenía un gusto pésimo y fue a dar con un pobre hombre que dormía bajo una higuera, un eyaculador precoz. Precoz porque no le iba a dar tiempo a desarrollar el alzheimer necesario para disfrutar de un buen rato.

    Yo también tengo anotaciones como esas en algún libro. Aunque más bien lo que suelo tener son conversaciones así. Y me acuerdo de un día, en un lugar que se llamaba la Bellota, que entro por allí un hombre así como usted, Don Gregorio, y se sentó justo en el barril de atrás...

    Lo que anotaría mentalmente aquel hombre en su memoria mientras hacía que leía aquel periódico. Porque las mujeres tenemos esas cosas. Somos mucho más de compartir cosas íntimas con las amigas. Claro que ustedes suelen ser de reírse más de ellas. Aunque es probable que yo me ría tanto como usted a veces :)

    Saludos.

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  6. Joaquín: Esta historia pretende ser piadosa

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  7. ¿Quién es? La Weil, quizás. Creo que es ella la que tiene escrito por algún sitio que cada vez que piensa en la muerte de Jesús comete el pecado de envidia. ¡Qué sentido divino de la puesta en escena!

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  8. ¿Por qué intuía yo, doña Kasandra que mencionaría usted a la Magdalena?

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  9. ¿Por qué tiene usted conmigo pre-sentimientos don Gregorio? :))

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  10. ...pues no! que dado el cariz que ha tomado esto, no comento nada...que no! leche!!!

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  11. Quizá tenga razón el señor con Alzheimer. Si Jesús vino a cargar con nuestro dolor y nuestras miserias, no murió en la cruz. Esta muerte es épica, noble, desinteresada; los males de los cristianos no son así. Nuestros males son grises, tristes, a veces indignos y , sobre todo, carentes de sentido.
    ¡ Cuánto más doliente es el Cristo de nuestro hombre! ¡Cuánto más cercano!

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  12. Quizá tenga razón el señor con Alzheimer. Si Jesús vino a cargar con nuestro dolor y nuestras miserias, no murió en la cruz. Esta muerte es épica, noble, desinteresada; los males de los cristianos no son así. Nuestros males son grises, tristes, a veces indignos y , sobre todo, carentes de sentido.
    ¡ Cuánto más doliente es el Cristo de nuestro hombre! ¡Cuánto más cercano!

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  13. Quizá tenga razón el señor con Alzheimer. Si Jesús vino a cargar con nuestro dolor y nuestras miserias, no murió en la cruz. Esta muerte es épica, noble, desinteresada; los males de los cristianos no son así. Nuestros males son grises, tristes, a veces indignos y , sobre todo, carentes de sentido.
    ¡ Cuánto más doliente es el Cristo de nuestro hombre! ¡Cuánto más cercano!

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  14. Igual que Pedro negó tres veces a Jesús en uno de los pasajes más sugerentes de la Pasión, Joseph t., por azar informático seguramente la razón al Señor con Alzheimer tres veces. ¿Tendrá esto algún sentido?
    19,47: es mi hora: Vodka con naranja, por favor. Y algo para picar. Debo decir que en esta meseta dentro en la que habito, siempre ponen una tapa y no la cobran, es de parte de la casa, así que por favor, apliquémonos el cuento.

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  15. Francisco: comente usted o no, hace muy bien en dejar constancia de su presencia. Por cierto, ¿qué hace usted por Suiza?

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  16. Joseph t.: ¡Magnífico tu comentario uno y trino! Los escolásticos llamaban a los fallos de escritursa "lapsus calami", es decir equivocaciones cometidas con la pluma (de escribir, claro). Pues yo, aunque sólo sea por llevarles la contraria a esos pesados de los escolásticos, certifico con frecfuencia que nuestros errores nos corrigen. Y aciertan.

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  17. ¿Hay que picar a la entrada y a la salida? Yo es que cuando no tengo nada que decir, suelo quedarme calladita.

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  18. Luis. En mis tiempos mozos al vodka con naranja lo llamaba "destornillador". Lo sé por lo siguiente. Cuando fui a la universidad, tuve que ponerme a trabajar. Me pareció que el lugar adecuado swería un bar, de camarero. Evidentemente juré y perjuré que tenía mucha experiencia. Pero toda mi estrategia naufragó cuando el primer día un cliente incordión me pidió un "destornillador". Puedes imaginarte la escena.

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  19. Umla... claro que no, la puerta está siempre abierta. Pero...

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  20. ¿Por qué pre-sentía yo que me lo iba a matizar usted Don Gregorio?

    Fijese que demolida vengo (del gimnasio) que estuve a punto de llamarle Don Rodrigo. Como en mujercitas... porque el cabalgante diálogo que anotó el señor con alzheimer, sería un poco así como la versión de eso en nuestros tiempos, ¿no? :)

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  21. Aceptaría que se propusiesen nuevas versiones del sacrificio del galileo, si nos lo tomásemos en serio. Pero creo que no es el caso. Se le toma como pretexto para una frivolidad estética, sin mayor alcance. ¿Es el único mensaje que somos capaces de encontrar en el nazareno, un chascarrillo que llene nuestro tedio? Este fin de semana he oído a un filósofo decir que hoy la filosofía se ha quedado disminuída a crítica de la cultura. Lo que me parece penoso, si es verdad.

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  22. Joaquín, no te lo tomes tan a la tremenda. No es eso lo que yo pretendía sino reflexionar sobre la miseria humana. Todo esto, en mi caso, viene a propósito del Evangelio de Judas, que Josep Montserrat viene a presentar el dia 24 en la Librería de Ocata, y de un cuento de Borges, en el que reflexionando sobre la miseria moral de Judas, se pregunta si para conocer lo más hondo de la condición humana Jesús no tendría que haberse encarnado en Judas.

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  23. Conoczco bien el cuento borgiano, que como mera literatura, no está nada mal. En cuanto al llamado "Evangelio de Judas", yo les diría a los repentinos interesados en este texto apócrifo, que más les valiese acercarse con humildad (intelectual) a los Evangelios "verdaderos". Preciso que no hace falta ser cristiano, ni tan siquiera creyente, para maravillarse de su hermoso mensaje. Que prestemos más atención a ese mal llamado "evangelio" de Judas, me parece un excelente indicador de cómo anda la salud moral y estética de nuestro país. Sí, Gregorio, tal vez me lo haya tomado a la tremenda... Pero alguna vez habrá que exhibir la "santa ira"...

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  24. Aquí siempre tendrás a tu disposición una tila.

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  25. Joaquín, creo que el complejo movimiento de la gnosis cristiana es lo suficientemente relevante como para no despreciarlo de un manotazo. Josep Montserrat es el traductor de los manuscritos de Nag Hammadi y el autor, entre otros libros, de "La sinagoga cristiana". Sabe de qué habla. Es un científico. Su libro sobre "El evangelio de Judas" es un ejemplo de seriedad analítica.

    Un día tengo que hablar aquí del gran Zósimo de Panópolis, el alguimista gnóstico.

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  26. Ok, la gnosis cristiana es muy relevante. Algo tenía de gnóstico el mismo Platón, en el "Timeo" y otros textos que aluden a "doctrinas no escritas". Pero fíjate que a quien critico no es a los estudiosos, sino a "los repentinos interesados".

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