viernes, 17 de noviembre de 2006

Ségolène Royal

He seguido con un cierto interés –por otra parte bastante desapasionado- el proceso de las primarias de los socialistas franceses que ha concluido con la entronización de esa incógnita que es Ségolène Royal con el 60,62 % de los votos (Dominique Strauss-Kahn ha obtenido el 20,83 % y Laurent Fabius, el gran fracasado, el 18,54%).

Una cara inédita, sin programa, pero prometiendo aires nuevos, ha conseguido encarnar las aspiraciones de cambio de la militancia socialista y la polémica oposición de los viejos dirigentes, curtidos en la vida política durante décadas no ha hecho sino potenciar su candidatura. ¿No os resulta familiar todo esto?

Royal ahora y en su momento ZP me parecen dos síntomas de una curiosa desazón que no solamente recorre a las izquierdas europeas sino que está a punto de encarnarse –si no lo ha hecho ya- como su médula ideológica. Me refiero a la desazón que produce la renuncia a llevarse bien con la realidad. Y, en primer lugar, con la realidad orgánica de las propias organizaciones socialistas. ¿Os acordáis cómo ensalzaba ZP la genuina experiencia democrática de las primarias en el PSOE, contraponiéndola a la dedocracia del PP? Pues atentos a cómo le ha ido creciendo el dedo a Pepiño Blanco.

¿Se han olvidado los partidos socialistas de convivir con la realidad?

La realidad en la que vivimos en la Unión Europea es, en buena parte, una herencia socialdemócrata. ¿Entonces por qué la socialdemocracia es incapaz de celebrar una fiesta de reconciliación con el presente, es decir, con su propia herencia? Los franceses lo tendrían fácil: la podrían hacer coincidir con la inminente festividad nacional de San Beaujolais, en cuyo honor se libarán en todo el mundo dos millones de botellas. Pero no será así. Da la sensación de que la izquierda es genéticamente incapaz de heredar sus propias obras y, mucho menos, de reconocerse en ellas. Me pregunto si no será para evitar ser refutado por su propia herencia.

En cualquier caso el rechazo malcarado de lo que hay, por su incapacidad de situarse a la altura de las nobles aspiraciones ideológicas, condena a la militancia (y al conjunto de lo que podríamos llamar la base electoral sociológica socialista) tanto al narcisismo como –en lógica consecuencia- a una frustración permanente. Pero así están las cosas. Y, si no, aquí tenéis algunas frases extraidas de las primeras declaraciones de Royal tras su nominación:

"Etre socialiste, c'est garder au cœur une révolte intacte"

"Nous allons gravir la montagne jusqu'à la victoire".

"Nous sommes soutenus par une cause qui est plus grande que nous ».

Pero, vamos a ver, los problemas que tienen delante los franceses –sean estos los que sean- o reclaman soluciones técnicas o son problemas metafísicos. Quizás –que los franceses son muy suyos- todo se reduzca a metafísica. Y, entonces, la proclamada necesidad de regeración del socialismo consista en su transformación en una etérea organización metafísica. Quizás tenga que ser así si, finalmente, el discurso de lo políticamente correcto consigue hacer del peterpanismo la razon de ser esencial de la política. De la política europea, claro está.

8 comentarios:

  1. Yo no creo que la izquierda europea sea heredera de la socialdemocracia. El poder de izquierdas si, pero no los partidos, por lo menos no en los países desde Alemania hasta abajo.
    ¿Porqué? Porque la auténtica herencia viene muy trufada de socialismo revolucionario, hijo de la Comuna, del socialismo italiano, del obrerismo español, etc. etc.

    La socialdemocracia fué una manera de entender el poder y la distribución de la riqueza, pero los partidos que tras la Segunda Guerra Mundial trabajaron por el poder lo hicieron desde el otro socialismo, enemigo radical del comunismo, pero insisto, con muchas románticas veleidades revolucionarias, o cuando menos de transformaciuón de la sociedad y de creación del hombre nuevo.

    Creo que el problema del socialismo, no de la izquierda, es reencontrar el mundo en que vive en Europa, que no tiene que ver con el mundo en que ha vivido o en que ha soñado en que vivía. La realidad se ha transformado y de lo que se trata es de gobernar, ya no de transformar a la sociedad, sino de gobernar, y para eso las soluciones no se apuntan al territorio de las ideas opriginales sino al de la práctica de gobierno.

    No hay clases a regenerar sino sociedades a equipar ética, moral y materialmente. No hay clases que quieran liberarse sino individuos que quieren tener poder adquisitivo.

    Claro está que se puede hablar en imágenes de transformación durante la campaña electoral, pero ese marketing solo conduce a conquistar el poder: ejecutar la gestión es otra cosa.

    Decir claramente a la izquierda votante que ya no hay izquierda por la que luchar y si sociedades a gestionar, es un sacrilegio probable, pero todo se resume en que tanto Sarcozy como Royal, quien sea de ambos, se va a enfrentar a un problema de educación en la escuelas o de emigración en los barrios marginales. Si las soluciones difieren, ahí se encontrará a la izquierda o a la derecha. Cuatro años después habrá que ver lo que ha pasado.

    Al idealismo de Royal se enfrenta, posiblemente, el lógico pesimismo conservador de Sarkozy, que tiene soluciones teóricas para todo. "Recuperar..." pero ¿cómo?

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  2. Madame tiene apodo.Juan Pedro Quiñonero:
    http://jpquino.wordpress.com/2006/06/02/una-socialista-royal-y-tendencias-marciales/#more-366.(El texto no tiene desperdicio).
    Suscribo el texto de Luis Rivera, principalmente el penúltimo párrafo.
    Y personalmente me saca de quicio lo de las parejas/matrimonios metidos en política: Royal-Hollande,Aznar-Botella,Barreda-Díez de Baldeón...
    En su día, al hilo de JPQ también reflexioné sobre este nuevo producto del marketing político:
    http://generacion-x.blogspot.com/2006/06/madame-zapaterror.html

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  3. La izquierda y el ejercicio del poder son incompatibles. Me refiero a los ideales de la izquierda y el coche oficial y la visa oro a cuenta del contribuyente. Uno deja de soñar cuando se aposenta en la poltrona del despacho reluciente con vistas a una cuenta corriente abultada. No es metafísica, sino pura pragmática de supervivencia. La izquierda fue utópica mientras no toco poder. En cuanto accedió a él, se difuminó en las vaguedades autojustificativas del sistema establecido y, como el sociata Clos (exalcalde de BNA y ahora ministro de ZP), se pidió un helicóptero para ir a comer a El Bulli. La quintaesencia de la izquierda es ladrar por ideales como quien ladra a la luna para acabar cayendo en la más vil de la vilezas: el aburguesamiento progre, la claudicación ante la realidad más (etimológicamente) siniestra.

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  4. Impresionantes las frasecitas de Madame. Será por poco tiempo, lo del peterpanismo como esencia de la política. Si se instala, será barrido por un Capitán Fascio.

    Lola

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  5. ¿Y qué me decis del plan Moratinos? ¿Es algo más que una autojustificación del buenismo? A brindis al sol como este me refiero cuando sostengo que el socialismo a lo Royal-ZP ha renunciado a gestionar la realidad.

    La cumbre de Girona ha resultado un fracaso absoluto en lo práctico. Los proyectos comunes de infraestructuras hispano-franceses no sólo no parecen avanzar, sino que algunos corren el riesgo de fracasar. Y, sin embargo, se liquida todo esto con una propuesta fantasma de plan de paz que no ha interesado a nadie.

    Que quede claro que comento todo esto sin pizca de alegría.

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  6. Aprovecho su carencia de alegría para expresar la mia.
    ¡Qué hacer con esta socialdemocracia nuestra de cada día! Nuestro fantasioso gobierno me lanza, a golpe de bobadas, hacia el conservadurismo; y después nuestros toscos y chillones conservadores me lanzan hacia la desesperación - política.
    Yo ya sabía que los jóvenes de hoy no teníamos esperanzas, pero lo que ignoraba era este estado de cosas. Dios mio, ¿qué hace un señor tan siniestro e inculto como Blanco al mando del PSOE ? ¿ Cómo puede renunciar la izquierda a la racionalidad y la igualdad en favor
    "respeto a otras culturas"? ¿ Nadie se da cuenta de que las alianzas civilizatorias y otros respetos son una flagrante traición, no sólo a occidente sino también, y principalmente, a la gente de los paises islámicos que luchan salir de su sometimiento? ¿ No ha aprendido la "izquierda" cuál ha sido la función, si no la principal sí la más decisiva, de la religión?
    Abandonar así a toda esa gente a los que echan maldiciones llamadas fatuas; casi no me lo creo.
    Perdonen el énfasis, acabo de despertame de la siesta. Y llueve en Madrid.

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  7. Lo suscribo: "Nuestro fantasioso gobierno me lanza, a golpe de bobadas, hacia el conservadurismo; y después nuestros toscos y chillones conservadores me lanzan hacia la desesperación - política."

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