¿Qué es eso de la “violencia de género”? Hay pocas cosas menos inocentes que las palabras. ¡Vienen todas cargadas de sentido!
La “violencia de género” es lo que ZP insiste en llamar, de manera un poco redundante, “la criminal violencia machista asesina”. Es decir, se refiere a una conducta que parece ir asociada al machismo exacerbado. La ventaja de esta expresión es que al desligar el “machismo violento” de la condición humana, convierte al machismo en un fenómeno cultural y, por lo tanto, culturalmente modificable. Una especie de error humano. Este sería otro de los problemas originados por la ignorancia y el atraso moral. Por lo tanto, el remedio se encuentraría en la educación adecuada. Si tras las campañas publicitarias, las manifestaciones y la educación para la igualdad y la convivencia sigue habiendo violencia de género, la culpa sólo podrá ser ser o de la Iglesia o de la tele, con todas esas películas violentas americanas.
Junto a lo que muestra, me interesa resaltar lo que oculta esta expresión. Se trata de la voluntad de alejar la violencia de la condición humana. La violencia machista ha de ser machista para no ser humana. Evidentemente hay que preservar, como sea, la bondad natural del hombre. Porque si el hombre tuviera, por naturaleza, un componente agresivo y violento, entonces la teoría que defiende que no hay problema social que no se soluciones con la educación adecuada, sería un fraude.
Vale que no haya violencia contra el género femenino en su totalidad, ni contra "las mujeres" en general, dado que la inmensa mayoría, afortunadamente, no somos agredidas ni verbal, ni psicológica, ni físicamente.
ResponderEliminarPero negar que existen modelos de comportamiento que se repiten a menudo, en que el hombre agrede a la mujer, y que esos modelos derivan de un pensamiento machista... Ponles el nombre que quieras, pero ahí están.
No mueren tantos niños ni ancianos por malos tratos.
Y tanto las campañas de publicidad como la educación necesitan un tiempo de asimilación. No calan en la sociedad de un día para otro. Creo que serían necesarios años de duro trabajo en ese sentido para ver resultados.
Perdón por el comentario tan largo, pero me he exaltado. (Eso, y que el trabajo que me ha caído hoy me desagrada demasiado para concentrarme).
Excelente post.
ResponderEliminarLa educación sirve para cambiar las cosas. Lo hemos demostrado: desde que se ha empezado a ver la violencia de género (dadle el nombre que quieráis, pero todos tenemos claro el concepto) el número de víctimas se ha reducido, las mujeres tenemos mayor autonomía y se ha incrementado muchísimo el número de hombres que consideran a la mujer como una igual y no como una sierva. En la educación está la clave. Hay en nuestra sociedad cosas contraproducentes (mencionabas la Iglesia y la televisión), pero también en la educación reside la clave para que la persona individual (ya sea hombre o mujer) sea capaz de distinguir las cosas "buenas" de las "malas" (perdón por la dicotomía) y pueda así saber qué le es beneficioso y, sobretodo, cuál es el modo moral y ético de actuar (remitámonos al concepto kantiano de la palabra).
ResponderEliminarClaudio.
ResponderEliminarDos comentarios:
1. No sé definir como me he sentido ante el "suicidate primero", pero no hay duda de que si te reconocen como víctima te lo toleran todo.
2. Ojalá sea algo eliminable por medio de la educación, entonces sería un problema porque tendría solución. Pero me temo que a estos planteamientos les falta la base antropológica.
Claudio.
ResponderEliminara nausicaa.
La iglesia ha jugado un papel clave en elevar el status de la mujer. Veamos otras culturas: hindú, japonesa, china, por no hablar del islam.
Ya sé que visto ahora parece un nivel degradante en cuanto no es igualitario, pero alivió sufrimiento durante siglos.
No sé si a un asesino le preocupa mucho no cumplir el imperativo categórico (o a un violador, un ladrón, etc.).
Yo creo que hay un desfase entre la evolución profesional y personal en las mujeres. A muchas nos han educado, como personas y desarrollamos nuestra profesión como cualquier hombre, esto ha sido un paso muy positivo, Personalmente no hemos evolucionado tanto y hemos aceptado nuestro rol de mujer como nuestras madres,protegiendo, cuidando, etc El poder ejercer una profesión nos ha dado independencia, aunque el precio que hemos pagado ha sido caro ( las llamadas superwomans) Actualmente las parejas jovenes creo comparten mas ambos roles y las distancias se van acortando.Pero queda un grupo de hombres que no han sabido evolucionar con el tiempo, y solo les queda aquel sentimiento ancestral de la fuerza fisica, que no mental, han perdido su puesto y esto les provoca frustación y su unica manera de expresarse es en contra ( no de un genero) sino del mas debil, sea mujer, niño, anciano, sin techo, marginales,mobiliario etc. Esto no se arregla con anuncios, es un problema cultural y que debe aprenderse desde niño en familia y sociedad y desgraciadamente estos valores tambien se van perdiendo.
ResponderEliminarHace falta que la cultura llegue a todos los rincones, pero veo poca predisposición a escuchar. Algunos hombres han quedado reducidos a unas gonadas con zapatos y esto debe ser muy frustante, tienen que despertar y lo veo dificil ¿ me he pasado?
La bondad natural (la tesis) no es inocente ni neutra. Bondad es igual a amoralidad (al mismo Rousseau me remito) y, efectivamente, la educación para la ciudadanía ya se encargará de inculcar los valores que se vayan considerando oportunos y las leyes sentenciándolos.
ResponderEliminarLola
Claudio: me dejas atónita. ¡¿Cómo puedes decir que la Iglesia ha tenido un papel clave en elevar el estatus de la mujer?! ¡Pero cómo es posible! ¿Hablas de la quema de brujas? ¿Hablas del veto que se le ha impuesto a la mujer para acceder a los cargos eclesiásticos? ¿Hablas de la reinterpretación de la Biblia para dejarla como ser inferior? Leo y releo tu comentario para ver si me he equivocado al leer y no, desgraciadamente he leído bien. Mira todas estas culturas de las que hablas y verás muchísimos paralelismos con el cristianismo más extremista y puritano. No hay tanta diferencia entre el burca y el puritanismo de la Iglesia ante la exhibición del cuerpo femenino. La iglesia sólo a defendido la igualdad entre sexos cuando la sociedad ya la tenía asumida (como siempre, llega con retraso).
ResponderEliminarLo siento pero debo decirte que me siento insultada con tus palabras.
Se me ha venido a la cabeza un poema que me gusta mucho, "los motivos del lobo". Pero me voy a salir por la tangente, porque me cuesta trabajo hablar de la violencia "doméstica". El secreto de que vivamos en paz, con todo lo relativo que queramos, es que todos estamos bien comidos. El día que hubiese hambre, y faltase el pan, se crearía un clima de grave emergencia social. Las DROGAS son también un instrumento diabólico de inducir "hambre" en una sociedad que no la padece. A diario paso por delante de un centro de rehabilitación de jóvenes drogadictos, a quienes veo charlando en la puerta, en compañía de sus padres o madres, y veo que su problema, desde luego, es que no les haya faltado en su casa qué comer. La droga es un motor de violencia, que no se resuelve con campañas publicitarias bienintencionadas.
ResponderEliminarHombre, lo insultante es que se te ocurra decir que "desde que se ha empezado a ver la violencia de género (dadle el nombre que quieráis, pero todos tenemos claro el concepto) el número de víctimas se ha reducido".
ResponderEliminarComo explica Gregorio, para que la educación pudiese acabar de un plumazo con la violencia, tendríamos que ser unas pizarritas en blanco sobre las que se escriben cosas malas (violencia) o buenas (no violencia). Esta idea es tan grosera y esta tan desacreditada que no merece mayor discusión, aunque sigue rigiendo buena parte del discurso cultural de Occidente, y lo que te rondaré, morena.
Chema, creo que no has entendido en absoluto lo que pretendía decir. Desde que el maltrato a la mujer y la consideración del hombre como ser superior se han puesto en evidencia, han empezado a ser criticados y mal vistos. Antes era del todo "natural" que un hombre diera un par de bofetadas a una mujer si lo creía oportuno: era una "menor de edad" y no "podía decidir por ella misma". Desde que esta mentalidad ha cambiado, muchos hombres han empezado a respetar a la mujer y a verla como a una igual y esto, evidentemente, ha hecho reducir el número de víctimas de la llamada violencia de género. No confundas el número de víctimas real con el número de víctimas visibles: son muchas las mujeres que ahora se atreven a denunciar estos malos tratos y a rebelarse en contra de aquellos que las sometían. Pero el número total de mujeres que sufren malos tratos ha disminuido, por fortuna. Lo que pretendía decir (y a ver si consigo explicarme claramente)es que desde que la violencia de género a empezado a verse, a hacerse notar en la sociedad, a no pasar desapercibida, a mover a los ciudadanos a manifestarse en contra de ella, la conciencia social ha cambiado, el papel de muchos hombres ha cambiado y, por consiguiente, el número real de víctimas ha disminuido.
ResponderEliminarUmla: Me parece magnífico que te exaltes. Esto es un café y aquí se puede gritar. Además el camarero anda un poco sordo.
ResponderEliminarNausicaa: Si la eeducación fuera la clave, el país más educado del mundo en el primer tercio del siglo XX no se hubiera echado en masa en los brazos de Hitler. Si la educación fuera la clave cuanto mayor fuera el nivel cultural de un pueblo menor sería el índice de violencia interna. ¿Crees que es así? Si la educación fuera la clave, después de 2.500 años de haberse fundado la Academia Platónica el mundo sería pluscuamperfecto.
ResponderEliminarLa imagen de la mujer objeto sometida a un macho violento, caprichoso y dominante, es un mito. Las cosas nunca han sido así. Aunque haya habido hombres violentos, caprichosos y dominantes. No creo que mis nietas -cuando las tenga- vayan a tener más poder en sus familias que el que tuvieron mi madre o mi abuela en las suyas.
¿De dpnde sacas que "ntes era del todo "natural" que un hombre diera un par de bofetadas a una mujer si lo creía oportuno: era una "menor de edad" y no "podía decidir por ella misma"? ¿Realmente crees que eso es así? Mi experiencia es que siempre se ha despreciado al hombre violento con las mujeres.
Galauka: ¿Por qué no aceptar que siempre ha habido un porcentaje de seres humanos insociables y violentos?
ResponderEliminarmarco
ResponderEliminarMe pregunto dónde estaríamos si la violencia fuera legítima. Este foro por ejemplo no tendría la mitad de creación espiritual, aunque quizás menos cuatrojos, yo mismo, ostentarían menos vocación de líderes del campo, de algún campo cultural, a sabiendas del sectarismo que sufriríamos y de la enajenación intelectual superior que esta produciría. Y lo mismo, biológicamente el progreso se reduciría a postapocaliptico. La libertad cultural lucha la fuerza del más fuerte, por eso las masas cooperan en proyectos éticos y los inmigrantes, por ejemplo, en el ejército.
marco
ResponderEliminarAunque la historia permite explicar la violencia, la de los estados y la de los pueblos, explicar, no equivale nunca justificar. Que algo tenga sentido no implica ni que sea bueno ni que sea necesario ni que sea de propia decisión. Pongo por ejemplo al que la violencia es sinónimo de satisfacción, sin acusar a la razones profundas no superficiales o acusando a la facilidad, el cansancio, el hastío o la frustración existencial.
Toda violencia /física, alienación, simbólica, legislativa/ conlleva una omisión de la ética o de la capacidad de mejorar los instrumentos de felicidad propios por uno mismo. La violencia hace que los hombres sean medios para un fin, cuyo proyecto pasa a definir la salud y la forma de entender la humanidad y compromiso del beligerante sujeto. Esto lo explica perfectamente Marina, para quien la integridad ética constituye el argumento de la buena conciencia.
No se puede versar sobre la sed biológica para justificar la violencia, pues no hay persona que no tenga cultura, y es precisamente el vestido de la cultura el que se sirve de lo biológico y no al revés. Lo biológico es la lanzadera de los viajes espaciales.
ResponderEliminarPrecisamente porque la violencia es una expresión potencial de la naturaleza humana (y no solamente de la falta de educación) es por lo que hemos creado la ley, que tiene por función hacernos olvidar la naturaleza.
ResponderEliminarDisculpe mi arrebato don Gregorio, este tema de la violencia de genero “me saca de mi templanza”. La violencia psicológica o física me duele en la historia. Sin embargo la ley se presupone con una cabida de marco mayoritario social con criterio de bienestar presente y futuro.
ResponderEliminarBonito local, siempre más que interesante, estupenda clientela.
Sólo Kant, Hegel y el marxismo admitieron que el desarrollo de la racionalidad
ResponderEliminarcomportaba en la historia la aparición de la barbarie, y que sólo a través de la historia
(como una forma de desarrollo de la racionalidad, esto es, la razón histórica) podían
explicarse la violencia y la guerra. [a otros con estas expectativas]
Gregorio, me decepcionas. Parece mentira que aquí se le esté sacando importancia al maltrato a la mujer, pues ésta es la sensación que tengo leyendo lo que aquí hay escrito. Debo decir que:
ResponderEliminar1) El maltrato físico era aceptado por todos los hombres (al menor, por la mayoría); es más, si alguna mujer osaba llevarle la contraria a su esposo esto era un ataque directo a su persona, una falta de respeto. La mujer era considerada alguien incapaz de pensar por si mismo, una criatura a la que debían enseñarsele las cosas a la buenas o a las malas.
2) El maltrato no siempre era físico. El hecho de que se le privara de una educación (en el mejor de los casos inferior a la del hombre) la desfavorecía, era una clara discriminación y una muestra de esta consideración de ser incapaz que se le tenía.
3) Por supuesto que tus nietas tendrán mayor poder en su familia del que tuvieron tu madre o tu abuela: simplemente su papel contará igual que el de su esposo, lo cual (a menos que la tuya fuera una familia muy progresista) no creo que sucediera en tu casa; por lo menos, seguro que tendrán mayor independencia económica. Eso sí, dependerá de los valores que sus padres (y por extensión, tú) les hayan inculcado.
En cuanto a la educación, sí que es la clave. Estoy de acuerdo en que no es el único factor que influye en el modo de actuar de una sociedad (las cosas no son ni mucho menos tan simples como eso), pero es un factor determinante. Mira a los que tienen esta actitud violenta contra las mujeres: o son gente con muy poca escolarización o sus modelos han sido los equivocados. Si dejamos de creer en la educación, es que estamos abandonando el sueño de llegar al punto culminante de la humanidad. Sí que hace siglos y siglos que se creó la Academia platónica, sí que Alemania era el pueblo más educado del mundo en la época de Hitler; pero dime, ¿tenía toda la población acceso a esta cultura o a esta escolarización?, ¿tenía ni que fuese la mitad de ella acceso al pensamiento platónico o a las escuelas alemanas (habría que ver cuál era el sistema educativo de entonces, su objetividad a la hora de impartir clases por lo menos, pues les comían literalmente el coco inculcándoles doctrinas ultranacionalistas)?
Mira cuales son los países con menor número de escolarizados: los que sufren guerra, conflictos permanentes, desigualdad continuada... Si la educación no es la clave (y, repito, estoy de acuerdo en que pueda haber otros factores), me rindo y renuncio a cualquier esperanza de futuro, a cualquier sueño de igualdad y paz, a cualquier intento de proporcionar a todo el mundo la oportunidad de decidir por sí mismo, de contar como individuo, de no dejarse manipular. Según tú no es la clave, ¿cuál es entonces?
Finalmente, veo que por lo menos nadie me ha contradicho en lo referente a la doctrina de la Iglesia y su nefasto papel en este asunto.
Siento decepcionarte, Nausicaa. Pero me reafirmo en lo dicho y, además, añado que, si yo fuera mujer, preferiría pertenecer a la cultura cristiana que a la musulmana. Y como hombre prefiero que mi mujer y mi hija pertenezcan a esta cultura. Efectivamente creo que la idea de igualdad es una idea esencialmente cristiana.
ResponderEliminarYo -me temo que voy a volver a decepcionarte- he renunciado a cualquier esperanza relacionada cn la idea de progreso.
Te lo explicaré con el vocabulario de una feminista, Agnes Heller: Sólo podemos afirmar la existencia del progreso si no lleva incorporado ninguna pérdida. Es decir si existen mejoras absolutas. ¿Conoces alguna?
La del progreso -me parece completamente evidente- es una religión laica, con sus sacerdotes, su liturgia, sus dogmas, etc. Y ha producido más violencia que cien mil Inquisiciones juntas.
Claudio.
ResponderEliminara nausicaa
Evidentemente, lo de nefasto es adecuado desde la óptica actual y así lo he dicho antes.
Pero no lo entiendo adecuado al comparar con otras civilizaciones; no creo que sea nada nuevo el decir que el cristianismo introdujo algunas diferencias en la civilización occidental. El caso de la situación de la mujer es uno. Otro sería el de "amar a tus enemigos", concepto revolucionario que alteró, poco a poco, como en el caso de la mujer, el concepto del honor guerrero.
¿O cree Usted que los derechos de la mujer se dan en países de herencia cristiana por casualidad?
Dos notas:
a) no soy creyente
b) no entiendo que interpretaciones históricas discrepantes puedan considerarse un insulto
karma
ResponderEliminarCiertamente someter la individualidad por el aro del genero es un sacrilegio de la pluralidad de una identidad.
El argumento del post ,sobre una especial cualificacion juridica de la figura femenina , preminete del resto de la ciudadania sujeta tambien a derechos , es el basicamente utilizado para esgrimir la inconstitucionalidad de la ley , sin entrar en disquisiciones legales , ya se sabe que el Derecho es como un juego de poker , se puede defender facilemte la postura contraria , justificando una necesidad de" orden publico basica " cadora de la norma para salvaguardar un colectivo de especial proteccion , y sin cargar las tintas en conceptos legales , me parece que uno de los comentarios mas acertado el de glauka , analizaba el cambio social experimentado con la incorporacion de la mujer al mundo laboral , y se me torna, necesario , mas que leyes un poco extravagantes , ineficaces practicamente y que colapsan juzgados y enfatizan en medidas penales estramboticas , un cambio en el entendimiento del papel de la mujer , y quizas por las propias mujeres , un feminismo de esfuerzo e independencia economica y un necesario reparto de las tareas de la crianza de los hijos entre los conyuges ......Es un cambio cultural , para muchas mujeres , y esencialmente para los hombres , pero como se dijo aqui , somos superwoman Quizas no engañaron? :)
ResponderEliminarSaludos, Gregorio y compañía:
ResponderEliminarPrimero quisiera invitaros a leer una opinión fundamentada:http://www.pensamientocritico.org/marsan0105.htm, aunque intuyo que no dejará a nadie incólume.
Bien, pasaré por incorrecto quizá, pero quisiera decir que el problema se ha politizado y por ello se desdibujan los perfiles de los/las agredid@s.Además,en mi opinión, se generaliza en exceso y se reduce a LA PERSONA a sólo su condición sexual.De paso, los políticos reparten subvenciones a l@s víctimas de primer grado (hoy Bilbaopundit,gradúa la figura,desde otra perspectiva), dádivas que mas bien parecen limosna que ejercicio de justicia, si bien en ciertos casos compensa parte del daño infligido.
Las estadísticas dicen que son más ellas las agredidas, vale. Pero qué dirían las agredidas si fuese su padre el apaleado por ella,sin merecerlo? ¿O es que no hay 'merecimientos'?Ah¡ Que hablamos del deseo universal de paaaazzzzzzz? Hasta dónde?Pues a falta de mejor criterio hasta donde dicen las leyes nacionales e internacionales, además del sentido común: todos tenemos derecho a la integridad física, moral...Pero dónde y cuándo empieza la violencia de uno mismo?¿Adán y/o Eva?(Alguien ha apuntado con buen criterio una perspectiva antropológica).
En este asunto hay que ser muy racionalista para no incurrir en divagaciones politiqueras y creo que sólo el derecho se acerca a ello.Pudiera contar alguna experiencia de tipo, digamos, personal de una vida dulce,rodeado de BUENAS mujeres, que ni nunca fueron agredidas por su esposo, cuñado y yerno ni nunca pasaron de dar un adecuado (aunque puñetero) pellizco a sus hijos y, ojo, nunca fueron a la universidad.Pero incurriría en un subjetivismo, en mi opinión, ajeno al punto de vista práctico del debate. Nací varón,-una limitación más, como la de ser mujer-,y como tampoco creo en el progreso colectivo, sino en la mejora individual,siento con razón que las campañas y 'educaciones' fundamentadas en el sexo no hacen más que exacerbar cierta misoginia entre los hombres y fomentar estados alterados en el feminismo, perjudiciales para la figura de la mujer y poco ilustrativos para los amantes del 'fúrgol',las fulanas y otras futesas que nos arriman más a la tribu que a uno mismo. Claro que ahora muchas superwoman van a ver paquetes a los clubs, tocan culos con la misma libertina libertad con que lo hacían (¿hacen¿) muchos machos y hasta las hay que hacen trampas en el trabajo cual desaforado macho cabrío en pos de su trofeo. Luego dirán que si no somos iguales...
Que 'antes' había injusticia como la de que esa buena madre, trabajadora a las seis de la mañana, con cinco hijos, tuviese que pedir permiso a su esposo para sacar dinero de la cuenta corriente es cierto, pero también lo es que hay un sensible avance en la consecución de los derechos por las mujeres, a los que muchos hombres han/hemos contribuído.Pero dudo mucho que con tanta palabrería, como esta mía, y con tantas puyas como nos fuerzan a entrecruzar a bragas y calzoncillos cuatro listos y listas que se ríen desde arriba , vaya a haber un sustancioso cambio cultural en profundidad. La 'guerra de sexos' existe desde que hay dos, -personas, digo, nó sexos-,pero ahora hay quienes pretenden que sea entre colectivos.Pues nada, a practicar el globalorgasm, que ya veremos lo que sale de ahí.¡Seré ultraconservador¡
avanti
Buenos días.
ResponderEliminarMenuda sorpresa entrar en el café y encontrarme este griterío.
Bueno, ya se han dicho muchas cosas. Dejenme expresar mi escepticismo, o mi confusión, respecto de casi todas las posturas. El razonamiento de Gregorio sobre la violencia machista me parece fundamentalmente cierto. También es un hecho que existe más violencia contra las mujeres que contra los hombres. ¿ Cuál es el motivo ? Creo que no es único. Uno de ellos es, digamos , el cultural; o sea, machotes que se creen en la posesión de una mujer y todo lo demás. A mi juicio, en occidente es testimonial; pero, Gregorio, no es inexistente, y para comprobarlo sólo deberíamos mirar al Islam , donde se práctica extensamente, incluso con hijas; o también a ciertos momentos de nuestra historia. Acaso para probar la importancia de la cultura en ciertos comportamientos podemos fijarnos en la utilización de la mano abierta para la educación.
Dicho esto, creo que la causa principal de que las cifras de violencia sean dispares es mucho más prosaica y menos sofísticada. Simplemente es la , en general, mayor fortaleza física y la mayor propensión a hacer uso de ella de los hombres. Cuando un hombre mata a su pareja porque le abandona no siempre es por machismo.
Es venganza, incapacidad de afrontar una situación y otros tantos motivos que se producen en los más diversas situaciones de violencia. El amigo que esclaviza a su igual, el jefe que explota al trabajador, la violencia en un discusión, el "acoso escolar"...etc; son para mí ejemplos iguales a la agresión "machista". Estos últimos no acaban en muerte, se argüirá; efectivamente, no con tanta frecuencia, pero es que sus condiciones suelen ser diferentes, y no olvidemos que no hay nada más que nos saque de quicio que las relaciones amorosas.
Por último, tengo al jefe sobrevolando la pantalla, queda el grito de "mía y sólo mía", tan gráfico y que conduce a tantos equívocos; efectivamente existe, pero está por demostrar que este sentimiento, esta creencia en la incapacidad de vivir sin la pareja, se dé menos en la mujeres. Y desde luego sería muy arriesgado decir que es más intenso en quien más machista es; rigurosamente, y perdonen la provocación, será más intenso en quien más enamorado está. Supongo que en mayor o menor grado nadie escapa de él, sea hombre o mujer, y que la diferencia estriba únicamente en qué individuo está más dispuesto en hacer uso de la violencia.
Perdonen ustedes la extensión y la más que probable mala redaccón de esta reflexión.
Hoy, como se dice en Cataluña, "He fet curt".
ResponderEliminarGregorio y Claudio, creo que estamos desviando este debate. Estáis situándolo dentro de un contexto (lo cual es necesario, óbviamente, para estudiar algo con precisión y exactitud), pero a la vez debemos observar el asunto que tanto debate está creando en este Café como algo independiente.
ResponderEliminarAmbos estáis enmarcando el trato de la mujer dentro del cristianismo, y comprendo que así lo hagáis, pues nos hallamos en una sociedad cristiana. Pero este tema es demasiado universal como para encerrarlo de este modo. Creo que ya había dicho (y si no, lo digo ahora) que me parece un hecho obvio que la mujer goza de mayor libertad, autonomía e igualdad en el mundo Occidental, esto es, en el mundo cristiano. De que el trato que se le da en otros sitios, pongamos, siguiendo vuestros comentarios, en el mundo islámico, es mucho peor no tengo ningua duda y como mujer yo también prefiero mil veces vivir donde vivo que en cualquier de los países musulmanes (o en cualquier cultura que someta a la mujer, supongo que queda entendido).
Ahora bien: no creo que el hecho de que la mujer goce de esta mayor libertad en Occidente vaya ligado completamente al hecho de que sea precisamente en territorio cristiano. Me explico: considero, como ya había dicho, que la situación de igualdad de la mujer ha sido fruto de los movimientos liberales y socialistas (algunos de los primeros en plantearla fueron precisamente algunos pensadores del socialismo utópico); no creo, en cambio, que la Iglesia haya tenido un papel clave en él. No niego que ha acabado promulgando la igualdad entre sexos (¡es que sólo faltaría!), pero de nuevo os digo que en ningún momento ha llevado la iniciativa: es más, muchas feministas tuvieron que enfrentarse a la Iglesia para expresar sus ideales y lograr que se llevasen a cabo.
Claudio: primero, tampoco yo soy creyente, y a pesar de ello estoy a favor de muchas de las doctrinas humanitarias que promulga la Iglesia (y en contra de tantas otras); y, segundo, lo que me pareció insultante fue tu reinterpretación de un hecho histórico, pues creo que es evidente que la Iglesia JAMÁS ha tenido un trato preferente hacia la mujer.
En resumen: la mujer donde tiene más libertad es en el mundo occidental - cristiano (coincide en la mayoría de casos el territorio denominado con uno u otro nombre), pero su libertad no es fruto de una iniciativa eclesiástica.
Perdonadme pero últimamente estoy muy "espeso" y me estoy volviendo tonto a pasos agigantados. Leo no sé qué de feminismo, y de iglesia católica, y lo único que se me ocurre, en plan machista, es decir que se trata de un caso de propensión, ideológicamente condicionada, a la crítica persistente a los valores cristianos. ¡Pero qué tendrá que ver una cosa con la otra!
ResponderEliminarNo me dedico a esto del feminismo (por razones obvias), aunque me guío por las siguientes presunciones:
1.- La violencia doméstica es independiente del grado de instrucción. Se dan casos de violencia entre obreros y entre catedráticos.
2.- Las personas que provocan sevicias a sus cónyuges, me temo que no se guían, precisamente, por valores cristianos (amor al prójimo, humildad y paciencia, sacrificio...).
Creo que la única iniciativa revolucionaria de la Iglesia respecto a la figura de la mujer fue la aprobación del dogma de la Inmaculada por Pío IX...
ResponderEliminarCreo que el problema que tengo al leer a nausica es su capacidad de afirmar expresiones absolutas que no solo no comparto sino que hasta llegarían a ofenderme, y la razón fundamental es que, a partir de la expresión aceptada públicamente "violencia de género· se criminaliza a un género.
ResponderEliminarNausica escribe lo siguiente amén de otras muchas cosas, y en el vocerio estas afirmaciones absolutas dejan satisfecho a quien las pronuncia y se oyen con mayor rotundidad, pero parten de una falsedad y llegan lógicamente a otra mayor.
Transcribo: "1) El maltrato físico era aceptado por todos los hombres (al menor, por la mayoría); es más, si alguna mujer osaba llevarle la contraria a su esposo esto era un ataque directo a su persona, una falta de respeto. La mujer era considerada alguien incapaz de pensar por si mismo, una criatura a la que debían enseñarsele las cosas a la buenas o a las malas.
2) El maltrato no siempre era físico. El hecho de que se le privara de una educación (en el mejor de los casos inferior a la del hombre) la desfavorecía, era una clara discriminación y una muestra de esta consideración de ser incapaz que se le tenía.
Criminalizar a un gñénero, que es lo que hace la expresión "violencia de género" es errar en la componente solidaria y en la concepción vital social de los individuos a lo largo de la historia. Los hombres, como individuos (y establezo esta plataforma porque Nausica habla de "todos los hombres" han ido desarrollando su pensamiento contra una forma social injusta como compañeros de las mujeres y una parte de ellos, han formado la cresta de la ola de una violencia soterrada que si ha exitido y existe. Violencia social que presupone para algunos hombres que son el componente dominante en las relaciones de pareja.
Leo a Cervantes y no veo malt5rato, por lo menos para lo que es el siglo en que se escribe el Quijote. Leo sobre el mito de la pastora Marcela, independiente y veo a una mujer esatbleciendo su rol en la vida y si paso a la realidad veo como las mujeres de la vida del autor se defienden en el seno de una sociedad injusta para todos.
He puesto los ejemplos de Cervantes por no agotar, pero si leo a madame Bovary o a Ana Karenina me pregunto sobre la posibilidad de que un hombre comprenda así al universo de una mujer.
Nausica "todos" no somos todos, y mientras este debate no respete a los que no somos todos, mal iremos. Ante el problema creo que estamos todos en contra, menos los delincuentes. Lo demás es demagogia y palabrería. Y desde mi punto de vista, cansancio.
Rivera, también yo me canso. Mucho. Parece que no nos pondremos de acuerdo, así que este es el último comentario que publico en este post.
ResponderEliminarCuando hablaba de todos los hombres, para empezar hablaba de los de tiempo (mucho tiempo) atrás. Por favor, que ningún hombre de hoy se sienta eludido con ello, que esto es lo último que deseo. La sociedad, hasta hace no mucho, ha sido tradicionalmente machista (creo que hasta aquí todos coincidimos). Salvo algunas excepciones, que por supuesto las había, la mujer era considerada inferior al hombre y su situación era siempre menos beneficiosa que la de él. Esto, por supuesto, no significa que el hombre se pasara la vida maltratando a su mujer, infravalorándola o ignorando sus opiniones; tampoco seamos extremistas. Yo me refería al ambiente general, a la sociedad machista por definición, al favorecer siempre al hombre, al presuponer que siempre era él quien tenía razón.
Espero haber logrado por fin explicarme claramente (sé que no es precisamente mi don) y dejar de alargar el debate, con el que ya debemos estar aborreciendo a muchos.
A pesar de la discusión, me ha gustado mantener este debate y agradezco la implicación de todos (y, con especial cariño, la de los hombres que han participado en él).
Solo quiero matizar una cosa, y debo decir que he estado leyendo este post en silencio hasta el comentario 31, hasta que he decidido romper una lanza contra la simplificación.
ResponderEliminarMuchas palabras son discursos vacios y repetitivos que tienden a repetir una historia y a, basándose en ella, justificar una actuación presente: "Porque las mujeres han sido histíoricamente maltratadas por "todos" los hombres, el machismo, etc.etc."
Nausica, cuando escribes "no seamos extremistas" querría saber a que plural te refieres.
Sucede, tal vez esto sirva tranquilizante. que cuando se habla sociológicamente se tiende al absoluto y las definiciones absolutas, por rotundas y por excluyentes. Pues estamos en el siglo XXI y algunos hemos vivido gran parte del XX, hablemos del siglo XXI y dejemos la enumeración de la historia que conocemos y afrontemos los problemas del momento: Hombres mnaltratan a mujeres. Mujeres maltratan a hombres. Gente maltrata a niños. Gente maltrata a ancianos. Gente maltrata a gente.
No se excluye remediar la situación del primer supuesto con medidas discriminatorias. No me gusta ni quiero, entendamos, no quiero y me rebelo, a ser objeto de discriminación positiva a favor de ningún género, clase o categoría. Porque yo soy un individuo, identidad y proyecto, y no quiero ser considerado género, global, masa, objeto sociológico como fueron considerados negros, judios y mujeres, por ejemplo.
La discriminación me anula en función de una historia pasada que ni he vivido, ni comparto.
El problema de la violencia de género, que me parece un concepto gramaticalmente horrendo y carente de sentido, hay quien se refiere con sólidos argumentos a él como "feminicidio" no se resuelve culpabilizando a ningún otro individuo por mor de su pertenencia a otro género. Que me suena a conocido...
Y dejemos tranquilos al Islam porque nada más sencillo que decir simplezas cuando una persona, en este sociedad en que vivimos, de base cristiana, habla de feminismo en una sociedad cuyo problema es la medievalización y la inexistencia del valor individual (del género que sea) en beneficios de los valores de la umma: la comunidad.
Y nada más.
No me gusta que exista la violencia ( y eso que yo aún todavía lo soy a veces aunque mis víctimas son las puertas) pero las etiquetas menos. Cualquiera puede sufrirla, cualquiera puede impartirla. Cualquiera que tenga un poder y abuse de él
ResponderEliminarA mi la violencia me parece biológica, lo que no me lo parece son las causas.
ResponderEliminarmarco.
lo siento, le adjunto bien my dirección.
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