domingo, 26 de abril de 2020

Días de coronavirus. 62. ¿Expertos?

Vivimos entre la desesperanza de la verdad y el miedo a la desinformación. La verdad puede ser políticamente malsana si desmoraliza  y políticamente desmoralizadora si es malsana. Por eso los pueblos en las situaciones dramáticas necesitan a personas a quienes perdonarles que les digan verdades valientes, aunque sean verdades a medias. Nosotros no tenemos esas personas. Por la televisión, la mayoría de nuestros políticos o llevan trajes que les vienen demasiado grandes o tienen caras tan duras que les cubren las espaldas o, simplemente, se dedican a tocar la lira mientras Roma arde. ¡Qué de tonterías estamos oyendo!

Los expertos se merecen nuestra confianza cuando lo son realmente y en relación a aquello en lo que son expertos. El sitio de un cocinero experto es la cocina, no necesariamente un quirófano. Pero en la actual necesidad que tienen nuestros políticos de no exponerse a la intemperie, sino blindarse tras la ciencia, hay implícito un mensaje de cobardía y desconfianza. Primero, porque parece que todos los supuestos expertos en el coronavirus son aprendices más o menos adelantados con opiniones que distan mucho de ser coincidentes. Segundo, porque si el consejo de los expertos debiera evitar que los políticos dijeran tonterías, con ello no hay suficiente para decir la palabra que la ciudadanía necesita, que es una palabra de confianza en que los líderes llevan el timón con rigor y firmeza. Tercero, porque los mismos que nos dicen que hay que confiar en los expertos, nos aseguran que la situación es muy fluida y que lo que es bueno hoy quizás no lo sea mañana. ¿Qué visión de la ciencia transmite esta metamorfosis permanente de la verdad?

En España estamos viendo que los medios ideológicamente afines al gobierno tienen depositada en su gestión una confianza que parece indefinida, y los medios críticos una desconfianza que parece también ilimitada. El gobierno, a mi parecer, no está intentando ganarse la confianza de los medios críticos con las herramientas que podrían permitírselo, las de la información. Lo peor es que da la sensación de que no las tiene. Es la falta de trasparencia lo que a mi, personalmente, más me inquieta. Mirando a Alemania, a Nueva Zelanda, a Corea del Sur o a Taiwán, tengo la sensación de que aquí hemos hecho algo muy mal. Sin embargo hay quien justifica al gobierno con el argumento de que ninguno de esos países está contabilizando con transparencia sus muertos.

No debiéramos olvidar nunca a nuestros 14.000 ancianos muertos. A alguien habrá que pedirle responsabilidades por esta tragedia. No debiéramos ni dormir tranquilos con esta cifra escandalosa sobre nuestras conciencias. ¿Qué país es el país que se muestra insensible ante este escándalo? ¿Qué políticos son aquellos que frente a este fracaso dramático se siguen blindando tras los expertos que no han sabido preverlo?

Y una cosa más:

5 comentarios:

  1. Yo creo que en España lisa y llanamente se ha tirado la toalla hace días. Se da por sentado que al final todo el mundo habrá sufrido el contagio y cada cual vive con la esperanza de ser uno de los afortunados asintomáticos.

    ¿Y el mañana? Que inventen ellos... Soñando con que de fuera nos traigan alguna vacuna, porque el modelo de vida "mónada" es invivible.

    Hay que reconocer que gran parte de nuestras "élites" han quedado retratadas. Los políticos haciéndose test reiteradamente mientras los niegan a la población al amparo de su limitada fiabilidad; el "mundo del cine", tan activo y comprometido con causas políticas siempre del mismo signo decretando un "apagón cultural" de dos días (10 y 11 de abril) como protesta por no haberse adoptado medidas específicas para paliar la crisis de su sector, apagón del que veinte mil muertos después no han despertado. Se ve que el interruptor se activa únicamente a base de subvenciones, y no de las realidades sociales reivindicadas.

    En fin, la tropa en las trincheras y el alto mando a lo suyo, que no es precisamente el interés general.

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  2. Estimado señor Luri, soy Javier Ojembarrena Alba, estudiante de Periodismo en la universidad de Navarra. Me gustaría ponerme en contacto con usted para una pequeña entrevista.

    Ojalá estuviera dispuesto a dedicarme parte de su tiempo.
    Un saludo y muchas gracias

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    1. Por supuesto. Puedes enviarme un mensaje privado por Facebook o por Twitter.

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    2. Le he escrito un mensaje por Facebook. Si hay cualquier problema puede contactarme por correo.

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