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jueves, 9 de abril de 2020

Días de coronavirus. 45. El caldero

Parece que, poco a poco, se va viendo más gente por las calles. Los paseos de los perros se van alargando unos metros cada día, el camino de la compra es menos directo, la puerta de las calle más tentadora... Estamos comenzando a sentirnos saturados. ¿Hasta cuándo seremos obedientes?

Sobre el dilema de ayer, la respuesta es que, si necesitamos ser morales es porque somos finitos. En el fondo, es el mismo dilema que nos planteaba Platón con su famoso anillo de Giges: ¿Cómo actuaríamos si fuéramos propietarios de un anillo que nos hiciera invisibles? Eso es ética-ficción. La cuestión importante es cómo actuar cuando tienes cuerpo y cortas miras. En una ocasión, Moyano desarrolló un largo discurso en el Parlamento sobre lo que hubiera ocurrido de no haber triunfado la revolución del 68. Sagasta le contestó: “S.S. me recuerda lo que le pasó a uno que se entretuvo toda su vida escribiendo una obra de muchos volúmenes para demostrar los milagros que hubiera hecho un santo, si tal santo hubiera venido al mundo”.

Viendo las declaraciones y ruedas de prensa de nuestros gobernantes, me acuerdo de la historia de aquellos dos vecinos que contaba Freud. Un vecino le dice al otro” Yo jamás te pedí prestado tu caldero y, además te lo devolví intacto y, por otra parte, ya estaba agujereado”.

2 comentarios:

  1. El mito del anillo de Giges se puede transformar fácilmente de modo que deje de ser ética-ficción: ¿cómo actuamos cuando no nos ven?.

    ¿Dónde ha dejado de ser necesaria la policía?.
    La idea de que podamos llegar a erradicar los comportamientos que la hacen necesaria es un bulo propalado por quienes se dicen partidarios de estado universal y homogéneo. Aquellos regímenes que más se le han aproximado son, curiosamente, estados policiales.

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  2. Yo también lo pienso, los ciudadanos hemos dado nuestra libertad a los políticos, y es muy posible que nos la devuelvan con agujeros. Luego responderán: no te pedí tu libertad, tu libertad estaba agujereada, te devolví tu libertad intacta. Los estados sin fronteras no nos han protegido y nos han quitado la libertad.

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