I
“Nuestro objetivo es la refundación total del ser humano”, declaró uno de los principales “ingenieros del alma” del siglo XX, León Trotsky (Literatura y revolución). Y ya saben lo que ocurrió: que él mismo sucumbió a este proyecto.
II
El hombre es un ser con fallos de diseño. Y ahí está la clave de su grandeza y de su miseria. Estamos condenados o a intentar acabar lo que se quedó a medio hacer o a aprender a vivir tullidos.
III
Cada país es un régimen de gestión de los propios fallos de diseño. Por eso en todo político hay latente un ingeniero del alma o, al menos un potencial escritor de manuales de autoayuda para reparaciones anímicas de urgencia. La política es, y no puede ser otra cosa, una pugna de ingenieros.
IV
Ningún político sabe limitarse a ser representante de sus electores. Todos quieren ser también sus educadores.
V
En cada país las querellas entre ingenieros del alma presentan un tono específico. No suele haber muchas diferencias tonales. Lo realmente distinto es la tensión con que cada país percibe su diferencia. Nosotros tendemos a vivirla como excepcionalidad.
VI
Esa querencia tan nuestra a dramatizar lo que nos pasa... Siempre estamos dispuestos a pasarnos con las especias. Nuestra sensación de diferencia, que comienza con la ignorancia de lo que ocurre fuera, acaba agravando nuestros problemas. Somos ingenieros con el pulso alterado.
VII
Me parece que en ningún país saben muy bien que hacer con sus reclusos (usted y yo, amigo), cómo sacarnos de nuestras casas para ir recuperando la normalidad. En todas partes se tiene miedo de que la normalidad sea, al menos a corto plazo, un peligro. El desconfinamiento es un "desconfiamiento".
VIII
Quizás el deseo más universal en estos momentos sea el de haber pasado inconscientemente, de manera asintomática, la enfermedad y estar blindados para la vida a la intemperie.
IX
El supuesto lapsus del Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago, al afirmar que parte del trabajo policial durante la actual crisis sanitaria consiste en minimizar "el clima contrario" al Gobierno, debe ser explicado con mucha mayor serenidad que lo hecho hasta ahora por el ministro del interior. Contra la gravedad, el remedio es la transparencia. Y que cada palo aguante su vela.
X
Los ingenieros del alma españoles deberían proponerse como primer objetivo desmontar de una vez el dramatismo con el que nos vivimos, que es nuestro singularismo.
Una interesante y didáctica entrada que, para mí, es de 10.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Saludos.
Gracias a usted
Eliminar"Estamos condenados o a intentar acabar lo que se quedó a medio hacer o a aprender a vivir tullidos". O bien:
ResponderEliminar<<"Labor" es la mitad del hombre; la otra mitad es "Resignación">>.
(Así lo dice Victor Hugo en "Los miserables").
"Ningún político sabe limitarse a ser representante de sus electores. Todos quieren ser también sus educadores". Y así tiene que ser en alguna medida. Incluso el político más liberal es un "ingeniero" de un particular tipo de "alma". Quizás el hueco Sánchez sea el político menos pretencioso en este sentido, porque le dá exactamente igual con qué tipo de alma educarnos con tal de que eso sirva para perpetuarle como nuestro Amado Líder.
ResponderEliminarDe acuerdo. Todo pol´ñitico tiene algo de profeta.
Eliminar¿Nosotros tendemos a vivir nuestras diferencias políticas como excepcionalidad, con demasiado dramatismo, comparativamente? Me faltan criterios de juicio. Diría que en Navarra, que es donde vivo yo, la contemporización con los partidarios del tiro en la nuca nos ha llevado a vivir ciertas diferencias políticas excepcionales con demasiado poco dramatismo. Y que algo parecido sucede también en el conjunto de España con la situación excepcional actual; no veo yo que esta sociedad mansa y aplaudidora se esté poniendo muy dramática, la verdad.
ResponderEliminarSoy Navarro y para estos días tenñía planeado un viaje importante a Navarra. El pathos no necesariamente va aco mpañado de un ethos.
Eliminar"Contra la gravedad, el remedio es la transparencia", salvo que lo que hayas hecho sea realmente grave: La transparencia muestra entonces la verdadera magnitud de esa gravedad: Eso es lo que Marlaska trata de evitar, y no otra cosa.
ResponderEliminarhttps://www.elmundo.es/espana/2020/04/20/5e9e1142fc6c8338398b4599.html
https://www.elmundo.es/espana/2020/04/20/5e9d830e21efa0cb548b45d8.html?intcmp=MNOT23801&s_kw=2
De acuerdo. El remedio es la transparencia. Si no puedes ser transparente, no tienes remedio.
EliminarQuise decir que me faltaban "elementos de juicio", más arriba: Para comparar ese rasgo "nuestro" frente al de "otros" hace falta conocer mejor que yo a los otros. Si me pongo a comparar entre "nosotros" le diré que en Cataluña he notado menos tolerancia que en ninguna otra parte hacia las discusiones incómodas en general (y las discusiones políticas son potencialmente incómodas); mayor tendencia a percibirlas como algo particularmente violento (aun en sus formas de expresión más civilizadas, y no digamos si las formas se relajan).
ResponderEliminar