De la noble casa del “hombre sentado en una silla”, que tanto me gusta visitar, me llega un meme. Me lo remite su propietario, el Señor de Portorosa. A ver. Esto de los memes tiene su qué. Nos ayuda a tendernos la mano desde diferentes bitácoras y a mantener una cierta cordialidad que, ya veis, a mi me gusta. ¡Cursi que es uno! Por otro lado la mano que se me tiende en este caso no puede ser más aristocrática.
Claro que lo que Portorosa me pide no es fácil de cumplir. Solicita que abra el libro que tenga más a mano (aunque no lo esté leyendo) y transcribir las cinco primeras oraciones del segundo párrafo de la página 139. Y una vez hecho esto, pasarle el mochuelo a quien se me antoje.
No es nada fácil, Portorosa, porque en este refugio en el que me encierro, los libros se mueven a su antojo por aquí y por allá, amontonándose a su capricho. El que en este preciso momento tengo más próximo es un diccionario de griego. Y me parece que tampoco es cuestión ahora de andar con helenismos. Así que con su permiso, lo que voy a hacer es nombrar los libros que tengo sobre la mesa, de izquierda a derecha, y permitir que mis víctimas sigan o bien su consejo o bien mi ejemplo.
Los libros:
- Eugene R. Sheppard, “Leo Strauss and the politics of exile” (Brandeis University Press, 2006).
- Aulo Gelio, “Noches Áticas II” (UANM, 2002)
- Enrico Donaggio, “Una sobria inquietud” (Katz, 2006).
- Platón, “Phedon” (Les Belles Lettres, 1970)
- Moses Mendelssohn, « Jérusalem ou Pouvoir religieux et judaïsme » (Gallimard, 2007).
- Gershom Scholem, « Walter Benjamin. The story of a friendship » (NYRB, 2003)
- Giovanni Semerano, “L’infinito: un equivoco millenario” (Bruno Mondadori, 2004).
- Un par de diccionarios (de griego y de inglés).
Las víctimas:
- Batsceva (mi italiana preferida)
- Dadanoias (mi pornógrafa preferida)
- Júlia (la última bloguera que, según mi registro, se ha pasado por El Café de Ocata a tomar un café).
Gracias, Gregorio.
ResponderEliminarSi le digo la verdad, me parece mejor el modo en que ha contestado usted el meme, porque a la idea original no le veo gran interés.
La pregunta que, a la vista de los títulos, me asalta es: ¿habla usted (o al menos lee usted) inglés, francés, italiano y, más o menos, griego?
Un abrazo.
Lo que de verdad tendría mérito, Portorosa, es que entendiera todo lo que leo.
ResponderEliminarAh, eso sí, eso sin duda es más difícil. Pero no soy demasiado pesimista, en su caso...
ResponderEliminaresto no tiene nada que ver con tu post, pero quizás puedas ayudarme ¿te suena un especialista australiano en Platon llamado Harold Tarrant?
ResponderEliminarJordi: Tengo un libro suyo, "Thrasyllan Platonism" (Cornell Univ. Press, 1993). Por lo que sé de él, que tampoco es mucho, es sobre todo especialista en neoplatonismo. ¿Puedo ayudarte de alguna manera?
ResponderEliminarJordi: No hace mucho estuve hablando de ti en el tren. Una amiga común se subió con sus criaturas y aprovechamos para hacer un repaso general a todos los conocidos. No sé si me dijo que estabas ahora viviendo en el piso en el que había vivido con su marido antes de volver para aquí.
ResponderEliminarsgrunt.. fatto, mi espagnol preferido
ResponderEliminarEfectivamente, estoy ahora viviendo en el que fue su piso. La pregunta por Tarrant viene que curioseando por Foyles encontré un libro suyo que me pareció podia tener interés. Es una recopilación de las primeras interpretaciones de Platón, aunque arranca del periodo anterior al platonismo. Probablemente me lo quedará si aún lo tienen mañana, aunque es imprevisible el momento en que podré dedicarle a Platón y el platonismo el tiempo que se merece
ResponderEliminarTarrant: Parece serio.
ResponderEliminarCuidado con Platón: engancha. Crees estar dedicándole tiempo hasta que descubres que no paras de reinterpretarlo, con lo cual, te conviertes en adicto sin darte cuenta.
Del platonismo soy turista ocasional. En realidad me parece que lo que entendemos por platonismo es una traición esencial a Platón, elevado a la categoría de daimon filosófico.
Me corrijo: Turista reincidente.