¿Qué pensaríais de alguien de quien su biógrafo más solvente dice que murió dejando tras de sí “un largo rastro de despojos emocionales”?
"Le sobrevivió -escribe otro de sus biógrafos- el sufrimiento que había alumbrado". Tras el dejó dos ex mujeres resentidas, un hijo y una nieta esquizofrénicos y otra nieta que tras una vida de vagabundeos se suicidó prendiéndose fuego en el cementerio de Cornualles.
De él dijeron también que poseía una “mente noble y una entrepierna innoble” (Aldous Huxley); que se comportaba como “Príapo en la maleza / mirando atónito a la dama del columpio” (T.S. Eliot) y que estaba “lleno de deseos reprimidos” que se habían vuelto “salvajes y antisociales. Y emergen envueltos en esa piel de cordero que es la propaganda contra la guerra (…) Está demasiado lleno de malignas impresiones como para no ser lascivo y cruel” (D.H. Lawrence).
Aunque efectivamente, se mostró con frecuencia como un espanto de hombre, a mi modo de ver fue casi un filósofo.
¿Quién pensáis que fue?
Me viene a la cabeza Bertrand Russell, pero no voy a hacer comprobaciones porque no quiero desvirtuarle la adivinanza. Lo dejo ahí, cuéntenos usted.
ResponderEliminarTambién a mi, pero es más por intentar adivinar que por certidumbre. Así que... esperaré.
ResponderEliminarTe diría que parece ser que cierta desviación, o mucha, de lo que se considera normal, suele ser la tónica general de grandes pensadores como por ejemplo Nietzsche, Kierkgaard etc..
ResponderEliminarEn fin no se... ahí está la sorpresa.
Sra. Gaytáni
Efectivamente, Chema, Luis, efectivamente.
ResponderEliminarSra. Gaytáni: Aunque parezca mentira hubo un tiempo en que la filosofía era, básicamente, un modo de vida.
Disculpamé es Gaytán y no Gaytani, es que se me coló la i...
ResponderEliminarSaludos
Tras leer esto, que no conocía, e ha parecido un "maligno" sarcasmo que escribiese un libro titulado The Conquer Of Happines
ResponderEliminarJoseph: En el caso de un artista podemos diferenciar claramente la obra y la biografía. Lo que fuera, qué se yo, Miguel Angel, por ejemplo, no tiene por qué afectar a nuestra percepción de la Piedad. Pero en el caso del filósofo, hay que ser más exigente.
ResponderEliminarEfectivamente.
ResponderEliminarRussell
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