Buscar este blog

jueves, 8 de marzo de 2007

Una impertinencia

Hay una larga, larga tradición de desaveniencias entre los filósofos y las mujeres. El iniciador de la filosofía occidental, Tales, es también el iniciador de la historia de la misoginia filosófica. Ya hemos hablado aquí de las burlas de que fue objeto por parte de su criada tracia. A diferencia de los artistas, que tienen bula para ser bohemios y pendones, parece que la naturaleza erótica de los filósofos se desquicia cuando se la relega por la teoría.

"El filósofo -escribe Nietzsche en La Genealogía de la moral- tiene horror al matrimonio (…). ¿Qué gran filósofo ha estado casado? Heráclito, Platón, Cartesio, Spinoza, Leibniz, Kant y Shopenhauer no lo estuvieron, y ninguno pensó nunca en casarse. Un filósofo casado pertenece a la comedia, esta es mi tesis: con la excepción de Sócrates, pues el malicioso Sócrates parece haberse casado irónicamente, para apoyar mis argumentos."

Añadiré a esta lista el nombre de Antístenes, que contestó a quien le preguntó con qué tipo de mujer convenía casarse:
Si es hermosa, la tendrás que compartir, si es fea, la tendrás que soportar.
Recuerdo también a un filósofo anónimo (bien olvidado está su nombre) que cuando una tormenta alborotó el barco en el que navegaba, lanzó por la borda a su esposa en cuanto el capitán ordenó soltar lastre.

Quizás el más misógino de todos los filósofos haya sido Schopenhauer. "El amor, las mujeres y la muerte" es un libro que no deberíais regalar nunca a ninguna mujer un 8 de marzo. Eso no significa que en su juventud no le gustasen las faldas. "Me gustaban mucho -escribe por algún lugar-; ójala les hubiera gustado yo". Y es que él no le interesaba ni a su propia madre. Cuando escribió "Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente" se presentó ante ella, que entonces vivía en Weimar, a la sombra de Goethe, con el libro en la mano. Fue recibido con este comentario: "Un libro con un título tan extraño sólo puede ser apto para farmacéuticos". No seré yo quien ensalce la destreza de Schopenhauer para poner títulos a sus obras, pero, vamos, tampoco es eso...

16 comentarios:

  1. No olvidar tampoco al Kant (¡oh, Kant!) que afirma que a las mujeres, un poco de geografía, un poco de música apenas para que puedan mantener una pequeña conversación, y no más sutilezas, pues no están hechas para la filosofía.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. ¿Será que a los filósofos, como a los ascetas, les gusta martirizarse? Quizá más que aversión a las mujeres tuviesen aversión a su propio cuerpo... Besos, querido impertinente.

    ResponderEliminar
  3. Soy de la opinion de Isabel ...quizas eran un poquito acomplejados..y de tanto usar la mente fracasaban en otros lares ..me suena a complejo esa misoginia ...

    ResponderEliminar
  4. Con una madre como frau Shopenhauer cualquiera deviene misógino y pesimista, y, peor aún, antipático. "Yo soy filósofo, no un santo", decía a alguien que le recriminaba su mala fe.

    Aristóteles, para mi el más grande. Casado y con hijos. Aunque siempre se dice que Platón era más feminista (!)
    Platón es un monumento, pero a mi a quien me hubiera gustado conocer (invitar a cenar, por ejemplo) es a Aristóteles. Es de los pocos que pasan esa prueba terrible: ser invitados a cenar.

    Lola

    ResponderEliminar
  5. Otro: Sí. Sí, Kant va en el pelotón de cabeza del grupo, sin duda.

    ResponderEliminar
  6. Isabel: En un caso puedo confirmar tus sospechas, en el de Plotino. Su biógrafo dice que "sentía vergüenza de tener cuerpo"

    ResponderEliminar
  7. Peggy: Bueno, no tiene que ser nada fácil con alguien que cree, como creía Kant, que no hay diferencia fundamental entre un dolor de muelas y un problema metafísico.

    ResponderEliminar
  8. LOla: ¿Conoces la historia de Aristóteles y Filis?

    Te tengo que confesar que con frecuencia le pongo los cuernos a Platón con Aristóteles. A medida que los voy frecuentando más incapaz soy de establecer con claridad sus divergencias.

    ResponderEliminar
  9. La conocía, aunque no la tenía presente (ahí entraría Freud, menudo otro). En todo caso, son habladurías medievales. Y bueno, enlazaríamos con la trastienda rousseauniana. ¿Quién no tiene una trastienda?
    La cena a la que hacía referencia, se desarrollaría en el comedor principal, al menos hasta los postres.

    Aristóteles es la extensión del mejor Platón, sin duda.

    Lola

    ResponderEliminar
  10. Pero parece que el siglo XX, a bote pronto, rompe el aleficio. Heidegger casado y echando tejos a sus alumnas, Jaspers, Ortega, hasta Sartre a su peculiar manera, es al parecer una manera de ser filósofo más mundana.

    ResponderEliminar
  11. Luis, tienes razón. Estoy pensando también en Bertrand Russell.

    ResponderEliminar
  12. Yo creo que se dice con cierto fulcro de realidad eso de que Platón era más "feminista" (si bien yo creo que está mal dicho: era más igualitarista, debido a su comunismo que borra en ese sentido las diferencias de clase, sexo, etc.), porque para Aristóteles es el hombre quien debe gobernar a la mujer. El hombre es "dator formarum" (con todo lo que ello implica en la metafísica dualista aristotélica) y la mujer quien aporta la materia, también con todas sus connotaciones.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  13. Otro:
    A vuelapluma:
    1) Ya se sabe, dadme un "fulcrum" y moveré el mundo.
    2) No estoy seguro de que el "dator formarum" de Avicena sea un buen fulcro para tu tesis.
    3) Lastenia de Mantinea y Diositea de Fliunte parece que se formaron en la Academia con Platón con toda normalidad.
    4) El origen del compuesto humano es una cosa y su dignidad otra. Me parece que ambos, Aristóteles y Platón, estarían de acuerdo a la hora de explicar su origen. Y me parece, también, que Platón le concede una mayor dignidad a la mujer.

    ResponderEliminar
  14. Gregorio me has dejado anonadado y confuso con tu respuesta, como diría un cursi.
    ¿Me dices que sí o que no?
    Lo del fulcro era también una cursilería para poner entre paréntesis aquello del "feminismo", que aplicado a Platón y Aristóteles es casi un exabrupto (ojo, no digo que el exabrupto sea de Lola, sino de los que aplican (usan) el término, Lola sólo lo menciona). Vamos, que creo que hay más que un fulcro, hay toda una fundamentación ontológica (y moral, porque en Aristóteles ser más es deber ser más, ser mejor) de la diferencia.
    Es el propio Aristóteles quien liga el "defecto de forma" de nacimiento en la mujer con su menor dignidad en la polis. Es un hombre deforme que por ello no puede contar sin más con el mismo rango de ciudadanía.
    Que luego en su vida hiciera esto o aquello, pues no lo sé, como tampoco he logrado saber si es importante.

    ResponderEliminar
  15. Otro: Oye, que me ha gustado mucho lo del fulcro, de verdad. ¡¡¡Ni más ni menos que un "fuclro" y un "dator formarum" en el mismo comentario!!!

    Aristóteles, a mi modo de ver, contempla a la mujer desde la perspectiva de su teoría de la privación ("sterêsis"). Siempre me ha llamado la atención que un filósofo tan serio como él, que según los libros de historia de la filosofía es el padre del empirismo, escribiera en su “Historia de los Animales” esta inmensa idiotez: “Tienen más dientes los machos que las hembras, no solo entre el género humano, sino también entre las ovejas, las cabras y los cerdos”

    Con abrir la boca de una mujer hubiese podido comprobar si lo que decía era cierto.

    Por cierto, Aristóteles crea aquí un precedente que se mantendrá como dogma de fe durante siglos: el de que los hombres tienen 32 dientes, las mujeres 30 y los castrados 28.
    Una de las mayores críticas de la concepción aristotélica de la mujer fue Olivia Sabuco de Nantes, que nació en Albacete. Escribió una “Nueva Filosofía”, dedicada a Felipe II, en la que desmiente que la sangre menstrual sea una sustancia impura o venenosa. Por cierto, ¿es Aristóteles quien dice que un espejo se empaña si se mura en él una mujer que esté menstruando?

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Otro, lo del feminismo, ciertamente, es una chorrada aplicada a Platón. Y también llevas razón en la concepción ontológica de la forma y el defecto en la mujer (mero recipiente portador en la concepción, también) en Aristóteles. No hay que ir tan lejos, de todos modos: Freud dice que somos un hombre "manqué".
    Pero dejando de lado la discusión feminista en los griegos, que me parece, sobre todo, un anacronismo, como toda su concepción física y, por tanto, biológica, a mi el Aristóteles pensador me remite (en la imaginación, simplemente) con respeto al hombre; seguro (es un decir, vete tú a saber) que merecía la pena conocerlo. No lo tengo tan claro con Platón, ni con Schopenhauer ni tantos otros, con los que me quedo con sus escritos, si acaso.

    Lola

    ResponderEliminar

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...