Vaya! es que no deja a ninguna sin pedestal. Confieso que también soy un fiel devoto de todas ellas y un admirador de todas sus virtudes.
A las diosas, lo que es de las diosas.
De nuevo me agrada, querido Gregorio.Un abrazo.
¡Santo cielo!, Don Goyo, ¡Minute Maid, en el Café de Ocata!, en vez de un vaso con un zumo de naranja, a poder ser roja, recién exprimida.Ya nada es como "antes"
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Traducimos habitualmente el término griego eudaimonía por felicidad y al hacerlo así, se nos pasa por alto que lo que un ateniense del sigl...
Vaya! es que no deja a ninguna sin pedestal. Confieso que también soy un fiel devoto de todas ellas y un admirador de todas sus virtudes.
ResponderEliminarA las diosas, lo que es de las diosas.
EliminarDe nuevo me agrada, querido Gregorio.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Santo cielo!, Don Goyo, ¡Minute Maid, en el Café de Ocata!, en vez de un vaso con un zumo de naranja, a poder ser roja, recién exprimida.
ResponderEliminarYa nada es como "antes"