Confesión de Stalin al jefe de los espías soviéticos, Dzerjinsky: "Escoger la víctima, preparar
cuidadosamente el golpe, vengarse implacablemente, y luego irse a
dormir... No existe nada más dulce en el mundo".
En Julián Gorkin, El asesinato de Trotsky
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ResponderEliminarMenudo pájaro estaba hecho este Stalin.Dicen que los extremos se tocan y entre este y Hitler,pocas diferencias había,por no decir ninguna.
ResponderEliminarSaludos.
Pero esa voluptuosidad desnuda... A Hitler es posible humanizarlo con su perro, pero stalin destruía alegremente todo lo que se movía a su alrededor, o en su cabeza.
ResponderEliminarVamos, que me parece el puro diablo.
Que conste que esa comparación es meramente una hipótesis literaria. Al infierno con los dos.
Ya lo dijo Zamiatin: “Por fin hemos superado la época de la opresión contra las masas. Ahora vivimos la opresión del individuo en nombre de las masas”.
ResponderEliminarMe pregunto como se les quedaría el ánimo a Shostakovich o Prokofiev cuando se enteraron de que habían sido acusados de “formalistas” y, por lo tanto, de “enemigos del pueblo”.