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miércoles, 18 de julio de 2012

Belchite




Ayer los Luri (abuelo, hijo y nieto exclusivamente) estuvimos visitando las ruinas de Belchite, que es algo que debe hacerse en familia, para poder soportar el silencio del lugar. El que más se impresionó ante aquellas puertas sin paredes y aquellas paredes sin techos ni puertas, fue mi nieto, que decía que los culpables del desastre eran unos niños y que él lo iba a arreglar todo, todo, todo.

14 comentarios:

  1. Las cicatrices de un tiempo que ojalá no vuelva nunca.

    Saludos.

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    1. Pero un deseo no es un hecho. Pero, por otra parte, para eso existen los dioses, para tener a quien dirigir nuestros deseos.

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  2. Muy posiblemente no le falte razón al chiquillo. Hay heridas que tardan mucho en cerrar.
    Salud

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    1. Era el más sorprendido de los tres. Yo ya había estado allí, solo, y acabé con el alma en los pies. Los tres juntos teníamos un poco pinta de turistas y, por lo tanto, de impíos. En las ruinas de la iglesia de San Agustín había una pareja haciéndose carantoñas, es decir, practicando la piedad que nos acaba redimiendo a todos.

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  3. El rumor de la historia camina entre las ruinas. Muy buenas fotos!!! Abrazos.

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  4. ¿De nuevo por Belchite? ¿Cómo es que nos atrae tanto? Quizás sea que tenemos la esperanza de que conocer el dolor pasado nos aleje del que pueda deparar el futuro, esa vieja (y falsa) enseñanza de que la historia es maestra de la vida.... Y, sin embargo, creo que está bien conservarla (la esperanza); ya sabemos desde, al menos, Nietzsche, que la falsedad, en estos asuntos, no es refutación alguna.
    Me quedo con sus espléndidas fotos, con cómo nos enseña en escorzo la contraposición de lo viejo -aquella guerra- y lo nuevo -su nieto, que está en edad de querer arreglarlo todo-.

    Un abrazo, D. Gregorio, y no deje de visitarnos si va más allá de Aragón y se acerca a Soria.

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    1. Estuve de paso por la Ribera de Navarra y siempre que me encuentro en la autopista con la salida Gallur-Soria pienso en su usted.
      ¿Cómo es que nos atrae tanto, Borja?
      No estoy seguro de tener una respuesta precisa. En mi caso, además d ela obvia voluntad de enseñarle aquello a mi hijo, hay un sentimiento de formar parte tanto de las víctimas como de los verdugos, de que soy heredero de ambos y, por lo tanto, que lo que aquellas ruinas son el eterno retorno de mí mismo, creo que me entiende...

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    2. Creo que sí, que le entiendo; a mí también me ocurre encontrarme heredero de unos y otros, al fin y al cabo, ¿no es eso una guerra civil?

      Un abrazo, y no deje pasar de nuevo el desvío sin acercarse...

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  5. Pues es cierto. Los responsables de aquello (y de otras muchas barbaridades más), fueron algún día niños. Por mucho que nos cueste trabajo creerlo.

    Ahora, eso de que él lo iba a arreglar todo, todo, todo, me suena más al discurso de un político que al de un chaval. Vigílelo, Sr. Luri, no vaya a ser que...

    Saludos.

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    1. No diré que me conmoviera su ingenuidad. Me imagino que veía en aquellas ruinas un inmenso juguete con piezas para montar.

      Gracias.

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  6. ¿Conoces los relatos de Zúñiga? Había leído un par o tres y acabo de recibir "La trilogía de la guerra civil" completa. Ya lo comentaré. Por cierto, leo en la solapa que comparte contigo el amor a Sofia (Bulgaria)

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    1. No, no los conozco... así que espero tus comentarios.
      Sofia... el atentado del otro día en Burgas a un autobús de israelíes me dolió, y al mismo tiempo me recordó unas cuantas anécdotas vividas en aquella ciudad. La primera vez que visité su museo arqueológico descubrí estupefacto que tenían un cocodrilo vivo en la sala de objetos tracios, en una especie de jaula de madera de una fragilidad evidente. Cuando le manifesté mi extrañeza al director del museo, me contestó impertérrito que desde que estaba el cocodrilo en la sala habían aumentado muy considerablemente las visitas al museo. Cosas así, como comprenderás, no se olvidan. Y podría contarte mil historias más de este tipo.
      obre la guerra: No se lod igas a nadie, pero estoy a punto de comenzar a leer el "Madrid de corte a checa" de Agustín de Foxá.

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  7. Pues haces muy bien. Yo no los he leido pero me han entrado ganas con los comentarios que le dedica Trapiello en "Las armas y las letras". También habla de uos "Diarios íntimos", que son, sin duda -dice Trapiello- los documentos literarios más interesantes para conocer la España nacionalista de los tres años de guerra. Dice de Foxà: cínico, pero no sólo. Poeta, inteligente, con mucho humor y... desgarro de dandi.

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