Lo diré así: Hablar mal de los políticos es descreer de nuestra capacidad para elegir a nuestros representantes. Ergo... es apostar por un salvapatrias (Franco a sus ministros: "Hagan como yo y no se metan en política") o por la democracia orgánica. Hay que hablar bien de los políticos porque en momentos como el presente lo que se pone de manifiesto no es su fragilidad, sino la fragilidad de la política.
Yo diría, hablar bien de la Política y criticar las políticas. No esperar la conversión de los políticos sino aspirar a la reforma de las instituciones.
Es usted la voz que clama en el desierto, totalmente de acuerdo, parece que a menudo olvidamos que no vivimos en una dictadura, incluso parece que se desee una, vaya.
Lo que sorprende, leyendo los comentarios de las redes sociales, es que haya tanta gente que se considera -y supongo que honestamente- moralmente superior a los políticos. ¿Quién habrá elegido a los políticos, entonces?
No me sea guasón, Usted iguala el "criticar a los políticos" con el "descreerse la democracia". O sea, que en democracia no se puede hablar mal de los políticos...eso es en lo que están de acuerdo? Júlia y usted. Si queremos hablamos en serio, y decimos que la Democracia es el menor mal de los Estados. Y entonces, podemos seguir, diciendo que ya no vivimimos ni tan siquiera en una Democracia, sino en una relación política que tiene como régimen una Oligarquía (aunque en realidad toda ologocracia es oligopolio económico)y como pueblo a una muchedumbre.
Efectivamente, don Anónimo, criticar a los políticos es una frivolidad antidemocrática. Critiquemos en todo caso a aquellos políticos que se lo merezcan. La democracia tiene exactamente la calidad de la confianza que los ciudadanos depositan en ella.
Bueno... si hay que ser excéntricos, seámoslo, Javier. Tenemos la ventaja de que si estamos equivocados, nadie saldrá perjudicado, porque nuestra relevancia política es mínima. Sin embargo es reconfortante saber que hay amigos por aquí y por allá que no piensan que te has dormido en clase de historia.
Usted decía ayer que algunos se ríen mientras se oyen las quejas, y quise haber añadido "y otros se frotan las manos". Lo peor es que todo esto sólo demuestra la nula conciencia democrática del pueblo español, y si no hay conciencia democrática, no es de de extrañar nada de lo que pueda venir... A veces me pregunto cómo lo hicieron los ingleses para poder pasar por una revolución cromwelliana, seguir con una estado monárquico y ser el pueblo mas consciente de lo que significa vivir en una democracia republicana. Aquí ya hubo algún "robin hood" y hasta un juan sin tierra, una guerra civil, un millón de muertos, varias quiebras del estado, etc. No sé qué necesitamos más para aprender, no lo sé, pero me tiene completamente hundida la situación actual, y no precisamente por la actitud de los que elegimos como gobernantes, que al fin y al cabo sólo es consecuente con su ideología y el panorama internacional, la que votaron algunos españoles (mayoría según la ley actual). No nos respetamos entre nosotros mismos. Ese es el mal español. Bueno, uno de tantos. Otro, la falta de congruencia. otro el Quejotismo, otro la envidia, otro el desconocimiento, otro la pereza, otro, otro, otro...No sigo. Saludos, Don Gregorio.
Efectivamente: No nos respetamos a nosotros mismos, esta es la clave. Nos queremos poco, aunque seamos tremendamente narcisistas. Esta es nuestra contradicción, tan hispánica.
¿Podría al menos darme razón de por qué borró mi comentario? ¿ Es esto una tribuna de opinión y debate entonces? ¿Es usted incapaz de albergar para mí siquiera un poco de consideración, Gregorio? Yo creo que no me merezco este trato, me aplicaré la frase de Fábra ¿no? Le guste o no, hay muchísima gente moralmente superior a los políticos y que tienen infinitamente más vergüenza que ellos, aunque a sí mismos no se consideren así, ni lo diga.
Manuel, no se ponga así, ande. No tengo consciencia de haber borrado su comentario... al menos voluntariamente. Pero como no sería la primera vez que mi incompetencia técnica me lleva a apretar el botón inadecuado, bien pudiera ser que lo haya hecho involuntariamente. Si ha sido así, le pido, con toda sinceridad, mil disculpas. No es que a veces no borre algún comentario: no me gusta dar publicidad a los que son despectivos con alguno de los contertulios. Pero estoy completamente seguro que ese no es su caso. Yo lo diría así: Hay algunas personas moralmente muy superiores a algunos políticos. Tanto es así que los animaría a dar el paso a la política.
Le devuelvo las disculpas, Gregorio, amplificadas, por un momento pensé que la lógica impenitente de los recortes penitenciarios se había alojado aquí también. En todo caso, estoy seguro de no haber sido despectivo con nadie. En suma, venía uno a decir que, si bien lo que está en juego es la fragilidad de la política, no me parece menos cierto que el ejercicio diario de crítica es absolutamente necesario, mucho más que acudir a las urnas cada cuatro años. Criticar ciertas políticas de los políticos, no es una frivolidad, estimado amigo, antidemocrática, es un deber democrático, toda vez que un sistema político necesita de la revisión y el debate continuo para validarse. Justa definición la que das,"la democracia tiene exactamente la calidad de la confianza que los ciudadanos depositan en ella", desde ese punto de vista, la nuestra debe de estar criando malva en algún lugar de la historia. Acepte mis disculpas, Gregorio. Las personas moralmente superiores, llegado el caso arriban a la política, como es el caso, para mí indudable de Ángel Gabilondo, y no tienen el auditorio que se merecen, es ley de vida.
Estamos intervenidos, en NOVIEMBRE tendrán que rescatarnos, lo cual no me parece mal, y tendremos un Gobierno de tecnòcratas (horrible palabra) como Grecia o Italia. ¿PARA QUE NECESITAMOS a los partidos políticos? con que haya una representación parlamentaria razonable de 40 o 50 es más que suficiente, ahora y después, el Senado por supuesto y por inútil debe disolverse Y los ayuntamientos deben volver a las cifras de funcionarios que tenían hace 35 años. Una población media de 3000 habitantes que en el año 75 tenia 20 funcionarios, ahora tiene 3.000 HABITANTES y 80 funcionarios o más, porqué hay que colocar a compañeros y amigos de partido como sea y donde sea. Hablamos mal de los políticos porqué son una lacra que ha contribuido y mucho a la ruina de este país.
Parece que queremos cargarnos ahora a Alcíbíades, porque, como los atenienses entonces, tampoco nos acordamos de cómo era la dictadura, cómo la vivimos y cómo acabó. Nos hemos creído la historia de la transición, según la cual todos éramos unos luchadores demócratas y resulta que no sabemos lo que es democracia. Y perdone la pedantería de un paralelismo nacido de mi ignorancia parcial (siempre la peor), pero igual hay que copiar a Tucídides: no hablar bien ni mal, sino explicar. Eso los que saben, claro.
Claudio, estoy de Rodríguez, y necesito por prescripción facultativa un mojito extra size en compañía de amigos, convoquemos a Ferran y a Lola y vaciemos el Vins.
1.-La política es necesaria,totalmente de acuerdo. 2.-El de político es un oficio remunerado (y bien remunerado).Por tanto,como a todo profesional,a los políticos en general también se les debe exigir que cumplan con su trabajo. 3.-Los que elegimos una opción política,esperamos que se cumplan las promesas hechas durante la campaña electoral.De no ser así,nos están engañando.Y en ese caso tenemos todo el derecho del mundo a criticar a aquellos que nos engañan.
Pienso que ser demócrata no implica callar ante el engaño al pueblo y ante la incompetencia,sino todo lo contrario.
Bufa, acabo, ara mateix, de publicar això -i altres heterodòxies- i em trobo amb el seu post.
"Protestar, recriminar les retallades és com si un nen es clavés un vidre al pati per anar descalç i la mare l'esbronqués per haver-se clavat el vidre en lloc d'esbroncar-lo per anar descalç.
Protesto és clar, però la meva protesta i indignació no és per les retallades, sinó pels sous, prebendes i incompetència de polítics i manegadors del cotarro. Les retallades són la conseqüencia! no la causa."
No siguem primmirats, quan generalitzem la crítica als polítics,se sobreentén que és una generalització. Encertada i demostrada, d'altrabanda, al menys per aquí el sud.
Acabo de leer un librito de Viktor Frankl que aconseja lo contrario:
"Una vez que nos fue revelado el significado del sufrimiento, nos negamos a minimizar o aliviar las torturas del campo a base de ignorarlas o de abrigar falsas ilusiones o de alimentar un optimismo artificial. El sufrimiento se había convertido en una tarea a realizar y no queríamos volverle la espalda. Habíamos aprehendido las oportunidades de logro que se ocultaban en él, oportunidades que habían llevado al poeta Rilke a decir: "Wie viel ist aufzuleiden" "¡Por cuánto sufrimiento hay que pasar!." Rilke habló de "conseguir mediante el sufrimiento" donde otros hablan de "conseguir por medio del trabajo". Ante nosotros teníamos una buena cantidad de sufrimiento que debíamos soportar, así que era preciso hacerle frente procurando que los momentos de debilidad y de lágrimas se redujeran al mínimo."
estic d'acord amb vosté Gregorio,penso que hi ha bons polítics com a tots els col.lectius i que és una feina molt complexa i dura, gens agraïda en aquests moments. Que s'hauria de criticar als politics en concret amb nom i cognom. Aquestes crítiques generalitzades no tenen cap sentit, son populistes i només estàn buidant de contingut la democràcia. Costa trobar algú que encara els defensi d'alguna manera.
No creo que se pueda hablar de una capacidad de elegir políticos que se pueda considerar importante. Realmente para gobernar el país sólo podemos elegir a quienes nos permiten las dos fuerzas políticas mayoritarias. Haciendo alusión a otro comentario reciente en este blog con esta descripción de cómo funciona una verdadera República (en términos realistas) http://politikon.es/2011/07/15/politica-americana-version-local/
hay que decir que esto de aquí está muy alejado de ese modelo. Quizá más cercano de hecho, aunque no lo aseguraré, a una democracia orgánica, pero sofisticada, con una pueats en escena que semeja la propia de una República parlamentaria y con separación de poderes.
Ciertamente hay políticos honestos y que se dejan la piel, pero por arte de magia desaparecen del arco parlamentario. En nombre del Cristianismo y la piedad se derramó mucha sangre cuando hubieron clérigos que predicaron con el ejemplo, entonces, no salió Hitler tambien de las urnas? La democracia se pierde cuando se atenta contra la dignidad, humana, engañando a los electores con el programa presentado amnistiando el dinero negro, graciando a los banqueros, y esquilmando a los dependientes y parados.
Dicho lo anterior es posible asimismo conceder lo siguiente a modo de acercamiento: sea cual sea el modelo que mejor se ajusta al régimen político que actualmente padecemos, es preferible un político profesional que uno advenedizo. Pero yo afirmo que sí podamos criticarles sin sentirnos responsables de rebote. Una genuina representación -dentro de lo humanamente razonable- debería implicar un grado muy superior de vinculación de cada político electo con sus votantes, y mucho menor con el partido.
Como son ustedes, me han llenado esto de comentarios.
En España un político es corrupto hasta que no demuestra lo contrario. Y si lo demuestra se ha ganado una credibilidad condicional. Les exigimos a las instituciones una fidelidad absoluta mientras que sólo estamos dispuestos a ofrecerles una fidelidad de conveniencia. Y después vamos y nos quejamos que faltan políticos de talla.
Hablar bien, de los políticos. Es como hablar, del Bien de los políticos.
ResponderEliminarPero hablar del Bien de los políticos, ¿es menos importante que hablar del Bien político?
Lo diré así: Hablar mal de los políticos es descreer de nuestra capacidad para elegir a nuestros representantes. Ergo... es apostar por un salvapatrias (Franco a sus ministros: "Hagan como yo y no se metan en política") o por la democracia orgánica.
ResponderEliminarHay que hablar bien de los políticos porque en momentos como el presente lo que se pone de manifiesto no es su fragilidad, sino la fragilidad de la política.
Yo diría, hablar bien de la Política y criticar las políticas. No esperar la conversión de los políticos sino aspirar a la reforma de las instituciones.
ResponderEliminarMuy de acuerdo, don Gulliver.
EliminarEs usted la voz que clama en el desierto, totalmente de acuerdo, parece que a menudo olvidamos que no vivimos en una dictadura, incluso parece que se desee una, vaya.
ResponderEliminarLo que sorprende, leyendo los comentarios de las redes sociales, es que haya tanta gente que se considera -y supongo que honestamente- moralmente superior a los políticos. ¿Quién habrá elegido a los políticos, entonces?
EliminarNo me sea guasón,
ResponderEliminarUsted iguala el "criticar a los políticos" con el "descreerse la democracia".
O sea, que en democracia no se puede hablar mal de los políticos...eso es en lo que están de acuerdo? Júlia y usted.
Si queremos hablamos en serio, y decimos que la Democracia es el menor mal de los Estados. Y entonces, podemos seguir, diciendo que ya no vivimimos ni tan siquiera en una Democracia, sino en una relación política que tiene como régimen una Oligarquía (aunque en realidad toda ologocracia es oligopolio económico)y como pueblo a una muchedumbre.
Efectivamente, don Anónimo, criticar a los políticos es una frivolidad antidemocrática. Critiquemos en todo caso a aquellos políticos que se lo merezcan.
EliminarLa democracia tiene exactamente la calidad de la confianza que los ciudadanos depositan en ella.
Sucede, sin embargo, que no estamos en una república...
ResponderEliminarYo utilizo el término república en su sentido más propio. Siempre estamos en la res publica. Nada nos impide ser buenos republicanos.
EliminarNos comienza a dolor la boca, querido Gregorio.
ResponderEliminarBueno... si hay que ser excéntricos, seámoslo, Javier. Tenemos la ventaja de que si estamos equivocados, nadie saldrá perjudicado, porque nuestra relevancia política es mínima. Sin embargo es reconfortante saber que hay amigos por aquí y por allá que no piensan que te has dormido en clase de historia.
EliminarUsted decía ayer que algunos se ríen mientras se oyen las quejas, y quise haber añadido "y otros se frotan las manos".
ResponderEliminarLo peor es que todo esto sólo demuestra la nula conciencia democrática del pueblo español, y si no hay conciencia democrática, no es de de extrañar nada de lo que pueda venir...
A veces me pregunto cómo lo hicieron los ingleses para poder pasar por una revolución cromwelliana, seguir con una estado monárquico y ser el pueblo mas consciente de lo que significa vivir en una democracia republicana. Aquí ya hubo algún "robin hood" y hasta un juan sin tierra, una guerra civil, un millón de muertos, varias quiebras del estado, etc. No sé qué necesitamos más para aprender, no lo sé, pero me tiene completamente hundida la situación actual, y no precisamente por la actitud de los que elegimos como gobernantes, que al fin y al cabo sólo es consecuente con su ideología y el panorama internacional, la que votaron algunos españoles (mayoría según la ley actual).
No nos respetamos entre nosotros mismos. Ese es el mal español. Bueno, uno de tantos. Otro, la falta de congruencia. otro el Quejotismo, otro la envidia, otro el desconocimiento, otro la pereza, otro, otro, otro...No sigo.
Saludos, Don Gregorio.
Efectivamente: No nos respetamos a nosotros mismos, esta es la clave. Nos queremos poco, aunque seamos tremendamente narcisistas. Esta es nuestra contradicción, tan hispánica.
Eliminar¿Podría al menos darme razón de por qué borró mi comentario? ¿ Es esto una tribuna de opinión y debate entonces? ¿Es usted incapaz de albergar para mí siquiera un poco de consideración, Gregorio? Yo creo que no me merezco este trato, me aplicaré la frase de Fábra ¿no? Le guste o no, hay muchísima gente moralmente superior a los políticos y que tienen infinitamente más vergüenza que ellos, aunque a sí mismos no se consideren así, ni lo diga.
ResponderEliminarManuel, no se ponga así, ande.
EliminarNo tengo consciencia de haber borrado su comentario... al menos voluntariamente. Pero como no sería la primera vez que mi incompetencia técnica me lleva a apretar el botón inadecuado, bien pudiera ser que lo haya hecho involuntariamente. Si ha sido así, le pido, con toda sinceridad, mil disculpas.
No es que a veces no borre algún comentario: no me gusta dar publicidad a los que son despectivos con alguno de los contertulios. Pero estoy completamente seguro que ese no es su caso.
Yo lo diría así: Hay algunas personas moralmente muy superiores a algunos políticos. Tanto es así que los animaría a dar el paso a la política.
Le devuelvo las disculpas, Gregorio, amplificadas, por un momento pensé que la lógica impenitente de los recortes penitenciarios se había alojado aquí también. En todo caso, estoy seguro de no haber sido despectivo con nadie. En suma, venía uno a decir que, si bien lo que está en juego es la fragilidad de la política, no me parece menos cierto que el ejercicio diario de crítica es absolutamente necesario, mucho más que acudir a las urnas cada cuatro años. Criticar ciertas políticas de los políticos, no es una frivolidad, estimado amigo, antidemocrática, es un deber democrático, toda vez que un sistema político necesita de la revisión y el debate continuo para validarse. Justa definición la que das,"la democracia tiene exactamente la calidad de la confianza que los ciudadanos depositan en ella", desde ese punto de vista, la nuestra debe de estar criando malva en algún lugar de la historia. Acepte mis disculpas, Gregorio. Las personas moralmente superiores, llegado el caso arriban a la política, como es el caso, para mí indudable de Ángel Gabilondo, y no tienen el auditorio que se merecen, es ley de vida.
EliminarEstamos intervenidos, en NOVIEMBRE tendrán que rescatarnos, lo cual no me parece mal, y tendremos un Gobierno de tecnòcratas (horrible palabra) como Grecia o Italia. ¿PARA QUE NECESITAMOS a los partidos políticos? con que haya una representación parlamentaria razonable de 40 o 50 es más que suficiente, ahora y después, el Senado por supuesto y por inútil debe disolverse Y los ayuntamientos deben volver a las cifras de funcionarios que tenían hace 35 años. Una población media de 3000 habitantes que en el año 75 tenia 20 funcionarios, ahora tiene 3.000 HABITANTES y 80 funcionarios o más, porqué hay que colocar a compañeros y amigos de partido como sea y donde sea. Hablamos mal de los políticos porqué son una lacra que ha contribuido y mucho a la ruina de este país.
ResponderEliminarParece que queremos cargarnos ahora a Alcíbíades, porque, como los atenienses entonces, tampoco nos acordamos de cómo era la dictadura, cómo la vivimos y cómo acabó. Nos hemos creído la historia de la transición, según la cual todos éramos unos luchadores demócratas y resulta que no sabemos lo que es democracia.
ResponderEliminarY perdone la pedantería de un paralelismo nacido de mi ignorancia parcial (siempre la peor), pero igual hay que copiar a Tucídides: no hablar bien ni mal, sino explicar. Eso los que saben, claro.
Claudio, estoy de Rodríguez, y necesito por prescripción facultativa un mojito extra size en compañía de amigos, convoquemos a Ferran y a Lola y vaciemos el Vins.
EliminarA sus órdenes, es un honor. Mañana mismo me pongo a recolectar la yerbabuena.
Eliminar1.-La política es necesaria,totalmente de acuerdo.
ResponderEliminar2.-El de político es un oficio remunerado (y bien remunerado).Por tanto,como a todo profesional,a los políticos en general también se les debe exigir que cumplan con su trabajo.
3.-Los que elegimos una opción política,esperamos que se cumplan las promesas hechas durante la campaña electoral.De no ser así,nos están engañando.Y en ese caso tenemos todo el derecho del mundo a criticar a aquellos que nos engañan.
Pienso que ser demócrata no implica callar ante el engaño al pueblo y ante la incompetencia,sino todo lo contrario.
Saludos.
Bufa, acabo, ara mateix, de publicar això -i altres heterodòxies- i em trobo amb el seu post.
ResponderEliminar"Protestar, recriminar les retallades és com si un nen es clavés un vidre al pati per anar descalç i la mare l'esbronqués per haver-se clavat el vidre en lloc d'esbroncar-lo per anar descalç.
Protesto és clar, però la meva protesta i indignació no és per les retallades, sinó pels sous, prebendes i incompetència de polítics i manegadors del cotarro. Les retallades són la conseqüencia! no la causa."
No siguem primmirats, quan generalitzem la crítica als polítics,se sobreentén que és una generalització. Encertada i demostrada, d'altrabanda, al menys per aquí el sud.
Perdonen, amigos, que no les conteste a todos.
ResponderEliminarPero lo que tenía que decir, ya lo he dicho.
Añadiré en todo caso que cada vez se me presenta con más claridad la desconfianza no hacia los políticos sino hacia nosotros mismos.
Venga. A las penas, puñalás
ResponderEliminarCuando la peste asola Florencia es cuando hay que retirarse a cameronear (obviamente no me refiero al Cameron british sino al boccacciano).
EliminarAcabo de leer un librito de Viktor Frankl que aconseja lo contrario:
Eliminar"Una vez que nos fue revelado el significado del sufrimiento, nos negamos a minimizar o aliviar las torturas del campo a base de ignorarlas o de abrigar falsas ilusiones o de alimentar un optimismo artificial. El sufrimiento se había convertido en una tarea a realizar y no queríamos volverle la espalda. Habíamos aprehendido las oportunidades de logro que se ocultaban en él, oportunidades que habían llevado al poeta Rilke a decir: "Wie viel ist aufzuleiden" "¡Por cuánto sufrimiento hay que pasar!." Rilke habló de "conseguir mediante el sufrimiento" donde otros hablan de "conseguir por medio del trabajo". Ante nosotros teníamos una buena cantidad de sufrimiento que debíamos soportar, así que era preciso hacerle frente procurando que los momentos de debilidad y de lágrimas se redujeran al mínimo."
Viktor Frankl: "El hombre en busca de sentido".
estic d'acord amb vosté Gregorio,penso que hi ha bons polítics com a tots els col.lectius i que és una feina molt complexa i dura, gens agraïda en aquests moments. Que s'hauria de criticar als politics en concret amb nom i cognom. Aquestes crítiques generalitzades no tenen cap sentit, son populistes i només estàn buidant de contingut la democràcia. Costa trobar algú que encara els defensi d'alguna manera.
ResponderEliminarLa pitjor de les demagògies és la que el poble practica amb ell mateix.
EliminarNo creo que se pueda hablar de una capacidad de elegir políticos que se pueda considerar importante. Realmente para gobernar el país sólo podemos elegir a quienes nos permiten las dos fuerzas políticas mayoritarias.
ResponderEliminarHaciendo alusión a otro comentario reciente en este blog con esta descripción de cómo funciona una verdadera República (en términos realistas)
http://politikon.es/2011/07/15/politica-americana-version-local/
hay que decir que esto de aquí está muy alejado de ese modelo.
Quizá más cercano de hecho, aunque no lo aseguraré, a una democracia orgánica, pero sofisticada, con una pueats en escena que semeja la propia de una República parlamentaria y con separación de poderes.
Ciertamente hay políticos honestos y que se dejan la piel, pero por arte de magia desaparecen del arco parlamentario. En nombre del Cristianismo y la piedad se derramó mucha sangre cuando hubieron clérigos que predicaron con el ejemplo, entonces, no salió Hitler tambien de las urnas? La democracia se pierde cuando se atenta contra la dignidad, humana, engañando a los electores con el programa presentado amnistiando el dinero negro, graciando a los banqueros, y esquilmando a los dependientes y parados.
ResponderEliminarDicho lo anterior es posible asimismo conceder lo siguiente a modo de acercamiento: sea cual sea el modelo que mejor se ajusta al régimen político que actualmente padecemos, es preferible un político profesional que uno advenedizo.
ResponderEliminarPero yo afirmo que sí podamos criticarles sin sentirnos responsables de rebote. Una genuina representación -dentro de lo humanamente razonable- debería implicar un grado muy superior de vinculación de cada político electo con sus votantes, y mucho menor con el partido.
Como son ustedes, me han llenado esto de comentarios.
ResponderEliminarEn España un político es corrupto hasta que no demuestra lo contrario. Y si lo demuestra se ha ganado una credibilidad condicional. Les exigimos a las instituciones una fidelidad absoluta mientras que sólo estamos dispuestos a ofrecerles una fidelidad de conveniencia. Y después vamos y nos quejamos que faltan políticos de talla.
Evidentemente, muchas gracias por los comentarios.
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