En los tiempos en que la pedagogía progre catalana se había rendido -sin saberlo del todo- a Althusser, Thompson fue para mí un fenomenal descubrimiento. Hay autores con los que uno siempre está en deuda.
Realmente son horas para jubilados... Otra vez será. Por cierto, paso cada día, camino del "curro", por delante de ese asco plumífero y escéptico tan grosziano (de concepto), y que tan apropiado parece en las paredes de un mercado. Sigo al acecho de tropezar algún día con un Pájaro del que pueda apropiarme indebidamente para poder exhibirlo en la discreción medioburguesa de mi salón...
Sigamos los pasos del Pájaro, Juan. Más de una vez me he encontrado con cosas interesantes suyas por los vertederos urbanos de la Barcelona vieja, pero imposibles de transportar y a los que resulta del todo imposible encontrarles acomodo en casa.
El objetivo de Thompson - que fue un tipo formidable - eran los althusserianos...
ResponderEliminarMe ha devuelto un pedazo de mi juventud don Gregorio, recuerdo un libro divertidísimo, aunque un poco simplón en gnoseología...
En los tiempos en que la pedagogía progre catalana se había rendido -sin saberlo del todo- a Althusser, Thompson fue para mí un fenomenal descubrimiento. Hay autores con los que uno siempre está en deuda.
ResponderEliminarRealmente son horas para jubilados... Otra vez será.
ResponderEliminarPor cierto, paso cada día, camino del "curro", por delante de ese asco plumífero y escéptico tan grosziano (de concepto), y que tan apropiado parece en las paredes de un mercado. Sigo al acecho de tropezar algún día con un Pájaro del que pueda apropiarme indebidamente para poder exhibirlo en la discreción medioburguesa de mi salón...
Sigamos los pasos del Pájaro, Juan. Más de una vez me he encontrado con cosas interesantes suyas por los vertederos urbanos de la Barcelona vieja, pero imposibles de transportar y a los que resulta del todo imposible encontrarles acomodo en casa.
ResponderEliminarMe gustan estas porciúnculas complicidades.