I
Como con frecuencia me cuesta decir que no, me veo obligado a asumir las consecuencias de mi pusilanimidad: vivo bajo un alud de compromisos que inexorablemente se van cumpliendo y me pillan con las tareas a medio hacer. En el horizonte próximo: una conferencia sobre hispanoamérica en los cursos de verano del Escorial; una conferencia sobre Mairena en los cursos de Soria; una conferencia sobre Mounier y la pedagogía en Burgos...
II
Cuando mis males me mantienen preso en la cama, sin poder soportar ni la verticalidad ni la luz, noto que la impertinencia del tiempo va jugando ferozmente a mi contra.
III
Haciendo caso a mi otorrino voy a probarme unos audífonos. Me trataron estupendamente. Yo estaba maravillado... hasta que me dijeron el precio del aparato: 6.500 euros, cosa que me pareció desorbitada. ¿Puede ir uno con un aparato de ese precio por la calle sin miedo a que lo asalten? Mi defensa fue firme: ¿Si me comprara unos audífonos de 500 euros, ¿notaría mejora auditiva? Me dijeron que sí; ¿entonces por qué gastarme 6.000 euros más? ¿Cuál sería la ventaja comparativa. Me lo intentaron explicar, pero no loré encontrar verosímiles sus argumentos.
IV
Ayer en la gradación de mi nieto B., los alumnos dieron diversos diplomas. Entre ellos había uno para la profesora que más falta a clase. Curiosamente no estaba allí para recogerlo.
V
Mounier insiste con frecuencia en que hay que dejarse guiar por el acontecimiento. Si sustituyen "acontecimiento" por "azar amigo", entenderán ustedes mi total acuerdo con el fiósofo francés en este punto.
VI
¡Qué mal ha envejecido Mounier!
VII
Da un poco de vergüenza ajena asistir a los debates de nuestros políticos. Han dimitido completamente de su función ejemplificadora. Todos sus esfuerzos se dirigen a colocar al adversario, convertido en enemigo, en una posición defensiva, de tal manera que no ean sus ideas las que definan su posición, sino su posición la que defina sus ideas. Por supuesto, todos se creen actuando en aras del bien común. Y así lo proclamará el vencedor.
VIII
Podría entender que los políticos no quisieran dar buen ejemplo. Me cuesta más entender su empeño en dar malos ejemplos.
IX
Lo mejor de estas fechas, sin duda, las primeras brevas, las cerezas y las peritas de Sam Juan.
X
He leído y profusamente subrayado Les murs blancs, un libro escrito por Léa y Hugo Domenach, hijos del filósofo personalista Jean-Marie Domenach. Es como si hubiesen lanzado la filosofía de Mounier a la corriente de la historia y lo que esta corriente nos acaba desvelando es que la historia no conoce la piedad... y que quizás sea bueno que no aprendamos esta lección.
No sea tan agarrado, que con la pasta que ingresa entre jubilación, conferencias, etc, bien puede pagarse los mejores audífonos del mercado.
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