domingo, 15 de octubre de 2006

Leo Strauss: Sobre Jerusalén y Atenas

Bilbaopundit abrió hace unos días un interesantísimo debate en torno al “Manifiesto ateo” propuesto por San Harris que ha sido recogido posteriormente en Generación X. El Café de Ocata se suma ahora aportando algunas ideas de Leo Strauss en torno a uno de los temas centrales de su filosofía, la relación entre Jerusalén y Atenas:

I

¿Quién tiene razón, los griegos o los judíos? ¿Atenas o Jerusalén? ¿Y cómo proceder para descubrir quién tiene razón? ¿No debemos admitir que la sabiduría humana es incapaz de resolver esta cuestión y que toda respuesta se funda en un acto de fe? ¿Pero eso no implicaría la derrota total y última de Atenas?

II

Una filosofía fundada en la fe no es una filosofía.

III

Si observamos la lucha secular entre la filosofía y la teología difícilmente podremos librarnos de la impresión de que ni una ni otra ha logrado refutar a su adversario. Todos los argumentos a favor de la revelación sólo parecen válidos si se presupone la creencia en la revelación; y todos los argumentos contra la revelación sólo parecen válidos si se presupone la increencia.

IV

Quizás es este conflicto irresuelto el que impide que el pensamiento de occidente se fosilice.

V

Según la Biblia el comienzo de la sabiduría es el temor al Señor; según los filósofos griegos, el comienzo de la sabiduría es la admiración. Estamos así obligados desde el inicio a elegir, a tomar una posición.

VI

La fe bíblica no puede refutarse experimentalmente. La experiencia, en todo caso, podrá mostrar su dificultad o su improbabilidad, pero la propia Biblia admite estas objeciones. La creencia que exige el Dios de la Biblia está expuesta a más de una duda. Precisamente por ello es meritoria. Podemos preguntarnos si resiste el principio de no contradicción, pero este principio se aplica a conceptos lógicos que sólo son lógicos en la medida en que no son autocontradictorios. Tal podría ser el caso del Dios aristotélico, pero no del bíblico, que es omnipotente, incomprensible y desconocido.

VII

Sólo hay una manera de refutar la creencia en un Dios omnipotente: mostrar que no hay ningún misterio, que tenemos un conocimiento claro y distinto, o un conocimiento científico, de todas las cosas, que podemos dar una explicación adecuada y clara de todas las cosas, que todas las cuestiones fundamentales han sido resueltas de una manera perfectamente satisfactoria; en otros términos, es necesario que podamos reconocer la existencia del sistema último y absoluto. Considero la existencia de tal sistema al menos tan improbable como la verdad de la Biblia. Pero salta a los ojos que la improbabilidad de la verdad de la Biblia es una afirmación sostenida por la Biblia misma, mientras que la improbabilidad de la verdad del sistema filosófico perfecto constituye una dificultad seria para ese mismo sistema.

VIII

Si es verdad que la razón humana no puede probar la no existencia de Dios en tanto que ser omnipotente, es también verdad, creo, que la razón humana no puede establecer la existencia de Dios en tanto que ser omnipotente.

IX

No se puede ser filósofo y teólogo ni una tercera cosa en la que el conflicto entre filosofía y teología pueda resolverse.

X

Werner Dannhauser (discípulo de Strauss): “Leo Strauss era partidario de Atenas y no de Jerusalén


Las fotos son de Stephane Fugier


Al terminar este post me he pasado por Bilbaopundit y me he llevado una sorpresa.



38 comentarios:

  1. De momento se me ocurren dos objeciones.

    Sobre el siguiente comentario:

    "Sólo hay una manera de refutar la creencia en un Dios omnipotente: mostrar que no hay ningún misterio, que tenemos un conocimiento claro y distinto, o un conocimiento científico, de todas las cosas"

    Ciertamente, las ciencias no conocen la "omnitudo rerum". Ciencia, en sentido moderno, no es igual a omnisciencia. Precisamente las ciencias muestran conocimentos ciertos, pero sin cerrar el mundo. Existe un amplia -en principio, infinita- franja de verdad o de "experiencia posible". Pero esta característica de la ciencia en modo alguno apoya la existencia de un Dios. Por otra parte, el peso de la prueba cae en el que afirma, no en el que niega. La afirmación de existencia de Dios necesita ser probada mediante la razón natural (y así lo entendía Tomás de Aquino, por algo estaban las "cinco vías"...). Del mismo modo que no podemos certificar "científicamente" que no existe una tetera circunnavegando el sol, por usar el ejemplo de Russell, tampoco podría negarse que Dios existe. Pero este, en efecto, no es el caso.

    En segundo lugar, me parece que la dicotomía Atenas-Jerusalén no deja de ser una metáfora. Al fín y al cabo, la única ciencia encontrada en tiempos de los griegos, en su sentido moderno, es la geometria. Las ciencias se abren camino a través de la revolución copernicana y después newtoniana, que es algo que los griegos no podrían ni imaginarse. En este contexto surge, por cierto, la crítica de la razón pura con su demoledor golpe a la metafísica.

    ResponderEliminar
  2. Sigo leyendote desde mi silencio.

    ResponderEliminar
  3. El argumento del "Proslogion" de Anselmo de Canterbury me parece el más fecundo y perdurable razonamiento (que no prueba) sobre la existencia de Dios. Comienza por ser llamativo que aparezca envuelto en una oración apasionada, y no en un frío razonamiento lógico. El argumento sigue estando en la onda de la ciencia de nuestros días, porque parece antieconómico que seres materiales como nosotros concibamos realidades espirituales. Insisto, es dato que ayuda a razonar, no a demostrar. Añado lo que ya he dejado anotado en el blog de "Generación X", que el materialismo también es una profesión de fe "infundada". De hecho, todos los filosofos que en el mundo han sido han comenzado admirándose de "por qué hay algo en lugar de nada". Y ya está bien para tan altas horas...

    ResponderEliminar
  4. En desacuerdo, Joaquin. A mi, San Anselmo me divierte, pero poco más, me deja tan insensata como al principio.

    Me impresionan mucho más las pruebas a posteriori, porque es la experiencia del mundo la que clama a gritos por la existencia de un Dios.

    La característica de la ciencia de no ser omnisciencia ni apoya ni refuta la existencia de Dios, sólo en el caso de que lo fuese, de omnisciente, refutaría por superfluo y ocioso a Dios. La ciencia nos deja igual, sólo que más alarmados, por el poder técnico que conlleva.
    Lo que sí ocurre en la Revolución científica, que no se había dado ni en Jerusalén ni en Atenas, es la desacralización de la naturaleza y el poder de la voluntad, que ya tiene como modelo cierto Dios tardomedieval, entendido como pura voluntad. Y esta naturaleza desanimada y manipulable es la que encontramos por supuesto en Descartes, en Kant, en Hegel, en Marx...

    De todos modos, Jerusalén y Atenas, más que una metáfora; están ahí como un origen, bien presente incluso cuando nos apartamos de él. Y la grandeza de Occidente es que se trata de un origen dialéctico, no resuelto ni resoluble.

    Lola

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  6. Efectivamente, Lola. Si bien somos fatalmente descendientes de Jerusalén y Atenas, hace falta saber si queremos seguir siendo sus herederos. Para ello hay que convecerse, primero, de que tenemos derechos legítimos para aspirar a esa doble herencia y, segundo, de que estamos dispuestos a pleitear por ellas.

    Con respecto a lo que dice Eduardo, simplemente me cuesta entender sus argumentos. ¿Estás diciendo, Eduardo, que es posible que un dia extirpemos de nosotros la antigualla del simbolismo, que poseamos un lenguaje perfectamente denotativo, que nos libremos de miedos y esperanzas y que vivamos en una sociedad algoritmizada donde lo real coincidirá siempre con lo prosible y ésto con lo previsto en una fórmula? Quizás con la ingenierá genética podamos crear al posthumano y, finalmente sea realidad el último hombre. En efecto. ¿El panorama que describes es el que esbozó Kojève?

    Claro que el peso de la prueba recae en el que afirma, y tu afirmación es que el mundo es perfectamente inteligible sin recurrir a la existencia no de cualquier dios (de un dios-tetera, por ejemplo), sino de un Dios omnipotente.

    Tomás de Aquino seguirá teniendo sentido mientras haya alguien que contemplando la naturaleza vaya más allá de lo científicamente explicado y diga "et hoc dicimus Deum". Porque el peso de la prueba tomista recae no en el "hoc", sino en el "dicimus". Para buscar un "hoc" que motive un "dicimus" no necesariamente hace falta recurrir a las estrellas. El mundo de la vida, ese que no cabe en ninguna fórmula, nos ofrece abundantes motivos para apuntar con el dedo de la admiración. Por cierto: ese mundo de la vida es, también, el de la política. ¿Es imaginable una política sin fe?

    ResponderEliminar
  7. No entiendo Lola esta frase que escribes: "porque es la experiencia del mundo la que clama a gritos por la existencia de un Dios".
    ¿Porqué de existir Dios no seríamos como somos?
    ¿Porque no se puede concebir algo tan complejo sin un proceso de creación?
    Dios (creador y bueno) debe demostrarse a sí mismo como parece que lo hacía en la Biblia.
    La fe es una trampa al razonamiento lógico. No le niego intimidad y derecho, pero no es evidencia de nada.
    Dice Eduardo que la ciencia tiende a no encontrar a Dios y creo que está en lo cierto: de los dos caminos es el único que aporta evidencias.
    Siguiendo a Joaquín acabo por pen sar que la existencia de Dios se manifiesta en una cuestión literaria. Quien en él cree lo encuentra hasta en los pucheros, y está bien, pero en una confrontación lógica, no tiene peso la literatura salvo en la forma de la expresión.
    Y por último: para afirmar la existencia de Dios la Biblia y los Nuevos Testamentos (incluso los apócrifos) acuden al testimonio de su permanente con tacto con los hombres. Dios no se revela, se presenta, no infunde la fe, da testimonio de si mismo con ejemplos: su presencia en la Biblia es bien humana y poco divina.

    ResponderEliminar
  8. Sin Jerusalén no tendríamos ni el Réquiem ni las Misas de Mozart, ni las "Pasiones" de Bach, ni la "Creación", de Haydn, ni la Capilla Sixtina, ni... Quiero decir que la foto que ilustra el texto de Bilbaopundit es muy engañosa, una foto de las Torres gemelas antes del 11-S con el lema "Un mundo libre de religión". Puestos a imaginar, imaginemos una imagen que recogiera una panorámica de la ciudad de Hiroshima antes de ser destruida por la bomba atómica, y acompañada del lema, "Un mundo libre de ciencia" No funciona, ¿verdad? Pues eso.

    ResponderEliminar
  9. Buenos y somnolientos días. Yo también os leo con atención, aunque guarde silencio cada vez que creo que no tengo nada que aportar o, sencillamente, cuando sólo puedo aportar obviedades.

    Obviedad del día: para mí (subrayo la subjetividad de ese para mí), lo único cierto es que existe una "idea de Dios" y que esa idea surge de la necesidad que el desamparo provoca en los hombres que de verdad sufren. Ahora se vive muy bien y por eso nos podemos permitir el lujo de formular hipótesis entorno a la existencia de una vida espiritual. A veces, no queda más remedio que crearse un mundo espiritual con un Dios protector para tener fuerzas de seguir adelante con una vida que no ofrece nada bueno.

    Hablando de espíritus, mi gato ha vuelto a mí en forma de fantasma. Viene a visitarme por las noches, en mis sueños. Tengo que escribir un post sobre este mecanismo de defensa frente a la muerte de mis "seres queridos", porque no es la primera vez.

    ResponderEliminar
  10. Las "cinco vías" de Tomás de Aquino son obras maestras de la sutileza y el argumentario escolástico...pero no prueban absolutamente nada. Tampoco prueba el argumento anselmiano, criticado también por Kant, Hegel, hasta la saciedad, etc -si bien la tradición siempre lo ha reconocido como el más "ingenioso" de todos. Dicho rápidamente, el argumento anselmiano da por supuesto aquello que habría que demostrar: la prioridad y anterioridad de la idea sobre la materia.

    Yo no he hecho ninguna afirmación del tipo "el mundo es perfectamente inteligible". La ciencia trata de lo que sabemos, y tangencialmente de lo que no sabemos, que es no es poco. Lo que la ciencia moderna (a partir de Newton, sobre todo) establece es 1) Primero, un corte radical con el concepto de "ciencia" medieval, del que se da perfecta cuenta Kant, aunque su propuesta es coja: son posibles los juicios sintéticos a priori y la metafísica es una pseudociencia. 2) Segundo, existen, al menos, algunas partes del mundo que son plenamente "inteligibles" para la razón humana. ¿Acaso la tabla periódica, las fuerzas gravitatorias o el ADN no son pruebas materiales de la "inteligibilidad" del mundo? El que la ciencia reconozca zonas oscuras, dudas y problemas, no proporciona, en abosluto, la más mínima prueba a favor de lo místico, o lo "ininteligible" per se.

    "¿Estás diciendo, Eduardo, que es posible que un dia extirpemos de nosotros la antigualla del simbolismo, que poseamos un lenguaje perfectamente denotativo, que nos libremos de miedos y esperanzas y que vivamos en una sociedad algoritmizada donde lo real coincidirá siempre con lo prosible y ésto con lo previsto en una fórmula?"

    Bueno, hoy hemos olvidado "el lenguaje de las flores", como decía un profesor...pero no pasa nada, la nave va. Por lo demás, sospecho que la filosofía "simbolista" pertenece al género de la chifladuras, de los psicoanalistas y los horoscopólogos.

    Yo no creo que los algoritmos y las fórmulas, las matemáticas en general, amenazen la "belleza del mundo", la verdad...pero si realmente es así, peor para el mundo. Aunque la ciencia no son sólo matemáticas.

    ResponderEliminar
  11. Bueno, en lo que dice el_espia, ciertamente la foto es "engañosa", pero no deja de ser cierto que la causa del derribo de las torres gemelas es esencialmente religiosa. Y dada la persistente costumbre de negar la raíz religiosa de muchos conflictos, el montaje es oportuno.

    ResponderEliminar
  12. De no existir Dios, Luis, no veo cómo escapar de ser "una pasión inútil" (Sartre). Y, efectivamente, al no tener fe ya me pueden ir dando razones, que de poco me sirven.
    Y quizá nos quede la apuesta pascaliana, pero no deja de tener mucho de ironía, una chanza anticartesiana.
    Y insisto en que la ciencia juega en otro campo. No se pregunta por Dios, ni puede hacerlo.

    Lola

    ResponderEliminar
  13. "Una filosofía fundada en la fe no es una filosofía".

    Si la fe es confiar en lo que se nos ha revelado, sin prueba racional que lo funde y sustente, no hay saber filosófico que no contenga originariamente algunos principios revelados.

    Las filosofías materialistas o naturalistas parten de la creencia, no probada, de que el todo se reduce a la materia o la naturaleza.

    Uno de los saberes más firmes que hemos alcanzado es que no hay saber fundante que no carezca de principios irracionales o infundados (véase Gödel).

    ResponderEliminar
  14. Vamos a ver, Joaquin, se ha repetido hasta la saciedad que la ciencia, por definición "naturalista", prueba que sí existe "inteligibilidad" en el mundo, y que sí, que es posible explicar muchas cosas desde presupuestos puramente "natuarlistas". ¿Alguien puede poner algun ejemplo de "explicación" o de "prueba" supernaturalista? Aquí la cuestión no es que haya cosas que no sepamos, sino que las "explicaciones" supernaturalistas sean realmente explicaciones.

    Gödel no dice nada sobre "principios irracionales o infundados"; yo no sé de donde os sacáis eso. Lo que dice el teorema e Gödel es que los sistemas matemáticos que contengan núméros naturales como un conjunto son indecidibles, como un todo.

    Y si somos una pasión inútil ¿qué?

    ResponderEliminar
  15. Si somos una pasión inútil, Eduardo, no sé qué estamos haciendo aquí (en el café de Ocata y en el mundo). Perdona que me tome un tiempo para contestarte.

    Gödel se refiere, por supuesto, al carácter incompleto de los sistemas (lógicos) formales. Lo aludo simplemente para aludir a un problema más general, que todo cuerpo de conocimientos es incompleto, en el sentido de que contiene proposiciones "infundadas".

    ResponderEliminar
  16. Me gusta el debate de hoy.

    1) Tienes razon, Eduardo, no has dicho que el mundo sea perfectamente inteligible. De hecho -creo que estarás de acuerdo conmigo- no podemos decir ni que el mundo sea perfectamente inteligible ni que sea fácil creer en Dios. Basta leer la Bibia para darse cuenta de hasta qué punto la creencia en dios es problemática. Pero es en el espacio abierto por estas coordenadas (y sólo en él) donde tiene sentido la cuestión de Jerusalén y Atenas como cuestión polémica.

    2) El científico y el filósofo (en esto no veo diferencia entre ambos) tienen la obligación de actuar, por simple probidad intelectual, suponiendo que el mundo es inteligible, aunque aún no lo sea completamente, y sospechar que la falta de inteligibilidad tiene motivos fundamentalmente epistemológicos. Preservar la voz de Atenas es afirmar a Demócrito (entedme: el esfuerzo de Demócrito por demostrar que cualquier explicación basada en la existencia de los dioses es menos consistente que la explicacion alternativa basada en un conocimiento preciso de la naturaleza)cuando aún no somos capaces de garantizar que el mundo sea ontológicamente refractario a su reducción científica.

    3) A mí, personalmente, tampoco me importa si el hombre es o no una pasión inútil. Ya tengo superada la conmoción que me produjo "La muerte de Iván Illich". Ahora bien, me cuidaría muy mucho de hacer un programa electoral con este lema. Y hasta aquí puedo escribir.

    ResponderEliminar
  17. Quien no tiene fe dificilmente recibirá razones sobre la existencia de Dios. Y por otra parte no pueden haber razones sin fundamento científico.
    La noticia de Dios viene a partir de su relación con el hombre, el testimonio. Lo posterior es elucubración filosófica a partir del tetstimonio y la idea de Dios. Dificilmente se puede argumentar solamente con una de las dos patas, porque la argumentación queda coja.
    La fe es el concepto desarrollado a partir de la dificultad para comprender a Dios necesitándolo.
    Esa es, con toda probabilidad, una pasión inútil.

    ResponderEliminar
  18. Una cosa más:

    Se me ocurre que el argumento ontológico puede reformularse -y, si no, corrigidme despiadadamente- sin someter a una excesiva violencia a su sentido original, de esta manera:

    1.1. Todo cuanto puede ser dicho se da ya en el interior de un horizonte de sentido que no está (no puede estar) dicho en lo dicho, pero que permite que el decir sea posible.

    1.2.Todo cuanto puede ser mostrado se da ya en el interior de un horizonte topológico que no está (no puede estar) mostrado en el acto del mostrar, pero que permite que el mostrar sea posible.

    3. Ese horizonte englobante, que es la condición de posibilidad de todo decir y mostrar, ha de existir tanto en el dominio del decir como en el del mostrar.

    4. Luego existe algo (ontológica, lógica y epistemológicamente) mayor de lo cual nada puede ser pensado.

    Digamos que esta es la corrección fenomeológico-ocatiana del argumento ontológico de Anselmo no os garantizo que dentro de diez minutos la siga manteniendo, de hecho ahora mismo se me están abalanzando las objeciones).

    ResponderEliminar
  19. "Ese horizonte englobante, que es la condición de posibilidad de todo decir y mostrar...". Gregorio, me has recordado una lectura veraniega, Jaspers, un filósofo casi del todo olvidado...

    Algunas precisiones:

    1. Cuando hablamos de 'pruebas' de la existencia de Dios, no estamos tomando el término en el mismo sentido que probamos un estado de cosas, o un fenómeno natural. Con "probar" queremos decir "mostrar la consistencia racional de lo creído". En ese sentido, las vías tomistas son plenamente probatorias. Cuestión distinta es que no compartamos los principios que sustentan la prueba, normalmente escriturísticos. Santo Tomás presume un horizonte de creencia en lo que nos dice la Escritura. No olvidesmos que hace "sacra doctrina", no "philosophia".

    2. En otro lugar ya he dicho que el "cientificismo" (el abuso argumentativo de la ciencia) consiste en pretender extraer inferencias ilegítimas de las proposiciones de la ciencia. Los límites de la ciencia no arguyen para nada ningún misterio. Pero las proposiciones científicas tampoco pueden servir de base para afirmar cosas sobre el sentido del mundo o "el todo". La ciencia sirve para lo que sirve (la explicación causal de los fenómenos materiales) y nada más.

    3. El naturalismo (la pretensión de que la realidad se reduce a la naturaleza experimentable por la ciencia) que yo sepa no está probado. La ciencia, y los sistemas de observación y representación de la naturaleza, forman parte del sistema natural (como saben muy bien los intérpretes de la física). Una parte del sistema no puede explicar el sistema en su conjunto. Ya se ha dicho hasta el hartazgo que el materialismo de los positivistas no es una proposición positiva (esto es, científica), sino filósofica y postulada, no probada.

    4. Y qué queréis que os diga... Para mí el Universo no es razón suficiente de su propia existencia. No necesitamos de instancias externas para explicar sus procesos internos, pero el conjunto, el ensamble, es inexplicable desde sí mismo.

    5. Siempre he pensado, le guste o no al Doctor Angélico, que el argumento anselmiano subyace a toda prueba posible de la existencia de Dios.

    (...)

    ResponderEliminar
  20. Claudio.

    En mi opinión hay que diferenciar entre Dios y la religión. Y luego, ver si el análisis que hasta ahora se ha hecho de la función social de ésta es satisfactorio.
    A pesar de lo expuesto en BilbaoPundit, se ha producido algo imprevisto: se creía que modernización equivaldría a secularización. Y no ha sido así.
    La idea de que el pensamiento religioso eran unicamente mitos tontos que la gente creía y que la razón los eliminaría no es correcta.
    En la entrevista del VideoGoogle, Fukuyama observa, entre otras, tres cosas: 1. La religión es la fuente común de normas culturales y morales que establecen la cooperación social. 2. Aunque esas normas sean implantables por la razón, la religión es un "cortocircuito" hacia ellas. 3. No todo el mundo desea una infinita autonomía moral.
    En el blog "Escepticismo y libertad" hay un bonito párrafo de Oakeshott sobre religión. Gracias al consejo del responsable del mismo estoy leyendo el libro de Paul Franco sobre ese autor. Les adjunto una cita: "...salvación, ser salvado, se reconoce como algo que no tiene nada que ver con el futuro...".
    Para mí, religión va por ahí y Dios es otra historia.

    ResponderEliminar
  21. Es que el argumento anselmiano no es otra cosa que la misma idea de Dios, Joaquín.
    Anselmo objetaría, Gregorio, lo que ya le objetó a Gaunilon, que su argumento habla de Dios y sólo de Dios.
    Y os veo arrojados al mundo con mucho arrojo, chicos. Yo no he superado "La muerte de Iván Illich". Si Dios no lo remedia, creo que sólo me quedará que interpretarla.

    Pasión inútil: ni programa electoral, ni proyecto político ni horizonte moral.

    A mi me queda el "como si". Si la ciencia en él se ampara, me acojo al "como si" en mi existencia. Como si Dios existiera.

    Lola

    ResponderEliminar
  22. Sigo a Claudio en que mejor hablemos de religión. Todavía no hemos entrado en el "manifiesto ateo" de Sam Harris, que a mí me parece de una endeblez supina, hasta los topes de falacias, y que sólo contentará a los forofos. Veamos:

    "It is terrible that we all die and lose everything we love; it is doubly terrible that so many human beings suffer needlessly while alive. That so much of this suffering can be directly attributed to religion--to religious hatreds, religious wars, religious delusions and religious diversions of scarce resources--is what makes atheism a moral and intellectual necessity."

    "Es terrible que todos muramos y perdamos lo que queremos; es terrible sin duda que muchos seres humanos sufran sin necesidad mientras viven. El hecho de que buena parte de su sufrimiento puede atribuirse directamente a la religión (al odio religioso, a las guerras de religión, a las ilusiones de la religión y al desvío por motivos religiosos de los recursos escasos) es lo que hace del ateísmo una necesidad moral e intelectual".

    (Perdón por mi pobre traducción). ¿Qué os parece?

    ResponderEliminar
  23. Claudio.

    Joaquín: Desde luego, el párrafo que traes merece los calificativos que le das. Me hace pensar en el asunto del Código da Vinci. BH Levy publicó un artículo en el que se ponía de parte de la Iglesia e indicaba, creo yo acertadamente, que también en el anticatolicismo hay obscurantismo.

    Una nota de la actualidad de este tema: en las dos librerías La Central de Barcelona (para mí, la librería de referencia) se ha agotado "El alma del ateísmo" de Compte-Sponville. Solo he podido ojearlo y creo que es interesante. Comentaba algo acerca del tópico (al estilo del que tú traes) de que la religión es tranquilizadora, indicando como el infierno es mucho mas terible que la nada. Habrá que leerlo.

    ResponderEliminar
  24. "El retorno de la religión ha alcanzado, estos últimos años, una dimensión espectacular, incluso inquietante".

    De la reseña en la página web de la "Casa del Libro" del último libro de Comte-Sponville. Sin comentarios por mi parte.

    ResponderEliminar
  25. Años hace que estamos en estos menesteres no se si para bien o para tormento. Acaba siendo esgrima floreada para entendidos mientras el personal anda con adivinos embaucadores. A menudo me parece materia de ciencia ficción. Por ejemplo: El día en que un ser o un colectivo social con bases empíricas pueda dar respuesta a todas las cosas será Dios En aquel mismo instante y al no existir contraposición ni meta el universo se colapsará y solo existirá el todo sin nada.

    ResponderEliminar
  26. El Evangelio podría resumirse en la siguiente propuesta: la fe se revela a los sencillos y se oculta a los sabios y pensadores.

    ResponderEliminar
  27. erillo: Te agradezco la visita a El Café de Ocata. Yo pongo el "drinking" y tu, si quietes, el "thinking".

    ResponderEliminar
  28. Yo seguro que por mucho que me pasase no iba a entender la sorpresa así que voy a evitármela. Pero si como dijo usted el otro día la filosofía es un modo de vida... no sé por qué en algunos pensadores con tanta cabeza como corazón no iba a ser posible que filosofía y fe se conjugasen. Ya sé, es simple. Pero no sé explicarlo ahora mejor. Creo que uno toma una postura y sí se fosiliza en ella. Sea Occidente o un pepino. Porque parece que la necesidad de coherencia que imponen las posturas no admite contradicción. Afortunadamente luego los seres humanos no somos sólo posturas. Las fotos de Fugier: impactantes.

    (ya ve que paso del tú a de nuevo el usted con suma facilidad :) pero es que el tono aquí es muy diferente. Como más impersonal :))

    Besos

    ResponderEliminar
  29. Doña Kasandra: ¡Qué tema toca usted! ¿Está la decisión, es decir, la fe, en el principio de todo filosofar? La historia de la filosofía comenzaría con el primer acto auténticamente voluntario. No niego que no sea así. Ni niego tampoco que el futuro de la filosofía -si hemos de hacer caso a Nietzsche- sea precisamente ese. Pero, mire usted, yo es que no quiero enseñar todas mis cartas. Prefiero seguir siendo el camarero del Café de Ocata que un cocinero de un restaurante de postín. ¿Me entiende usted?

    ResponderEliminar
  30. Un poco mareado por tanto comentario...

    Lo que afirma Joaquín, yo lo niego: la supuesta "analogía" entre el razonamiento "científico" o filosófico y el teológico es una pura formalidad. Resulta llamativo que se considere un "abuso" el naturalismo, mientras se pasa por alto el evidente abuso de la "doctrina de la analogía" y de la racionalidad que supone cualquier espiritualismo...

    Cambiando de tema: ¿Puede Joaquín, o cualquier otro contertulio, mencionar al menos una "falacia" en la que incurra Sam Harris?

    Saludos.

    Tomás de Aquino no pretendía únicamente "probar la consistencia racional de lo creído", y esta es una táctica de retirada de los teólogos "modernistas" y "liberales". Lo que pretende el "angélico" es probar la existencia de Dios por medio de la razón natural. Ni más, ni menos. Reducir la teología natural tomista a la "consistencia de lo creído" no es que sea una distorsión hermenéutica, sino que está en contradicción con las mismísimas palabras del doctor:

    "nuestro fín es manifestar la verdad que profesa la fe católica hasta donde sea posible, y eliminar los errores opuestos (…) porque algunos de los gentiles, como los mahometanos y los paganos, no están de acuerdo en aceptar algunas partes de la Escritura, de donde podamos convencerlos (…) por ello es necesario que acudemos a la razón natural, a la cual todos deben asentir (Suma contra los gentiles, Libro I Capítulo II).

    A la razón natural todos deben asentir, incluso los mahometanos, que NO comparten las mismas creencias de los cristianos. Es decir, si se presupone la fe, "lo creído" -como pretende Joaquin- las pruebas tomistas pierden todo sentido. Al revés, Tomás NO DA POR SOBREENTENDIDA LA FE, y de ahí que comience, como otros escolásticos, por los preambula fidei, por la teología natural que afirma que es posible el CONOCIMIENTO NATURAL de Dios.

    ResponderEliminar
  31. "Cambiando de tema: ¿Puede Joaquín, o cualquier otro contertulio, mencionar al menos una "falacia" en la que incurra Sam Harris?

    Saludos."

    Esto debería ir al final del mensaje. Me hice un lío con el corta y pega.

    ResponderEliminar
  32. Breve contestación a Eduardo, porque ya es muy tarde (digo a Gregorio que es lástima que los post de este café caduquen en el día...):

    1. Sobre Santo Tomás sería largo y tendido hablar. No hay un sólo Aquinate, que no se puede reducir a la Suma Teológica, que, como muy sabe Eduardo, es de muy diverso signo a la "Summa contra gentes".

    2. A lo peor, es verdad que soy un teólogo modernista, aunque disputar sobre Tomás (y sobre muchas otras cosas) por mi parte reconozco que es un atrevimiento. Como filósofo me parece descomunal. Puede que su originalidad sea muy limitada, pero se codea con Platón y Aristóteles, incluso con ventaja.

    3. ¿Falacias de Sam Harris? Precisamente la gran falacia de esa basura en forma de manifiesto, es la que se contiene en el párrafo conclusivo, y que he reproducido más arriba: atribuir perversamente a la religión buena parte de los males de este mundo (1) y deducir de ahí que el ateísmo es una necesidad moral e intelectual (2). Sinceramente, Eduardo, no se puede ser más malo (desde el punto de vista moral y estético). Paso por alto la comparación del cielo con un crucero por el Caribe (3).

    Mañana, si te place, Eduardo, seguiremos.

    ResponderEliminar
  33. No se trata solo ni primariamente de una discusión doxográfica sobre Tomás de Aquino. En el cristianismo católico el fideísmo es anatema:

    "Si alguien dijese que Dios vivo y verdadero, Creador y Señor nuestro, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana por medio de las cosas creadas, sea anatema" - Constitución dogmática sobre la fe católica, Canon 1, Capítulo II

    Es falso que las sumas se contradigan o sean "muy diversas" en este punto -ya que se trataría de una diversidad en la herejía:

    "Hay ciertas verdades divinas que totalmente exceden toda capacidad de la razón humana, como el hecho de que Dios es uno y trino. Otras hay que tambien puede captar la razón natural, como la existencia de Dios". Suma contra los gentiles, Libro I Capítulo III.

    Esta es esencia de la teologia natural cristiana y de los "Preambula fidei". La razón natural puede conocer a Dios, y las cinco vías son pruebas de su existencia "natural". Cualquier hombre dotado de razón, sea musulmán, hindú, budista o animista, florista o ciclista debería asentir a la racionalidad y al carácter probatorio de las vías que no presuponen, como se había dicho, la fe. De lo contrario, serían meras peticiones de principio y la teología natural carecería de objeto propio.

    La descalificación a Sam Harris como "inmoral" es gratuita e impropia. Sam Harris tiene derecho a proponer una crítica frontal a la religión y a sugerir la necesidad moral del ateísmo -al fín y al cabo, ¿qué tiene esto realmente de nuevo? desde Kant casi toda la humanidad civilizada ha reconocido que la autonomía de la razón es un requisito de la moralidad. Y no al revés, la religión no es causa, ni requisito de la moralidad.

    Por otra parte, que la religión es causa próxima de conflictos, guerras y enfrentamientos entre seres humanos, no deja de ser una evidencia abrumadora.

    ¿Tiene poca "clase" la comparación del cielo con un periplo caribeño? Les recuerdo que, desde el punto de vista dogmático, el cristianismo afirma la resurrección de los cuerpos (no ya de las "almas") así como la "fisicidad" de las penas en el infierno...por no mencionar la presencia "real" de Jesucristo en la hostia consagrada. Estas son clausulas de fe, si uno es católico. Entre otras cosas no menos extravagantes que la idea de un crucero por el más allá.

    ResponderEliminar
  34. Eduardo, me separa de ti, de manera radical, tu fervor apostólico y, sobre todo, católico. Pero esta separación me acerca muy poco a Joaquín, en quien encuentro, sin embargo, más natural ese fervor.

    Independientemente de que, aquí lo he repetido varias veces, filosóficamente no debería haber nada acotado a la razón (no puede ser filósofo quien se acobarda ante la idea del parricidio), hay que añadir -estoy convencido de ello- que tampoco no se puede ser filósofo político si no se manejan las ideas con prudencia. Si el filósofo, en tanto que filósofo, ama más a la verdad que a su ciudad; en tanto que filósofo político (si es que lo es) sabe que no hay nada superior a la ciudad. Y recalco el nada.

    Lo que dices de Tomás de Aquino me parece dificilmente rebatible. Y, para relajar un poco la discusión contaré una anécdota. Absolutamente verídica.

    Hace unos años -bastantes- daba yo unas clases en un centro universitario de carácter nítidamente religioso. Me pagaban muy, muy bien. Y no tuve ningún roce ideológico hasta que en una reunión de profesores se interrumpió el orden del día para rezar el ángelus. Me sentí muy incómodo. Evidentemente muy incomodidad fue visible para todos, así que alguien me preguntó si tenía algo en contra del dogma de la Inmaculada Concepción. Recordad, por favor, que se trataba de una reunión de profesores universitarios.
    "NO, contesé yo, nada especialmente contra este dogma. Sí que tengo alguna objección contra el de la Ascensión".
    Antes las preguntas, provocadas descaradamente por mi respuesta, argumenté poco más o menos, lo siguiente:
    "El dogma de la Ascensión de la Virgen establece que subió en cuerpo y alma al cielo. Ya que ascendió en cuerpo, el proceso ha de estar sometido a las leyes físicas. Sin entrar a considerar por qué al cielo se asciende, lo cierto es que María (o, al menos su cuerpo)está actualmente a dos mil años luz de la tierra, lo que en distancias cósmicas no es nada."

    Os ahorro el relato de lo que sucedió después.

    En aquel momento me sentí muy orgulloso de mi gesto prometeico. Ahora ya no. Lo que tenía que haber hecho era, si estaba disconforme, irme educadamente, dejando claras mis razones.

    La idea de que "la verdad os hará libres" es una idea evangélica que yo estoy muy lejos de compartir hoy en día. La libertad de la que disfruto me la proporciona mi ciudad, no la verdad.

    Te animo a leer "Persecution and the Art of Writing", de Leo Strauss.

    ResponderEliminar
  35. Después de haber dejado pasar un rato, vuelvo para congratularme, sea como fuere, de esta discusión. Sobre la apabullante argumentación de Eduardo, tan sólo dejar anotado que discuto el infausto "manifiesto ateo" de Harris, no desde la perspectiva de la estricta ortodoxia católica, sino tan sólo desde la religión, experiencia común de la humanidad.

    ResponderEliminar
  36. Más o menos :)
    Para que le voy a engañar :)

    ResponderEliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...