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jueves, 20 de diciembre de 2007

Lejos de mi (y III): La introspección

Acabo con Clément Rosset

La introspección es el ejercicio de observación de uno mismo. Resulta tan fácil de definir como difícil de comprender. ¿Cómo puede el yo observarse a sí mismo sin alejarse de sí para conquistar la distancia de la perspectiva? Kant, al pensar en esto, llegó a la conclusión de que en nosotros existe un yo observador, que por lo tanto, es inaccesible, y un yo observado. Cada vez que intentamos conocer al yo observador lo transformamos, inmediatamente, en yo observado.

La conciencia de la dificultad que presenta la introspección es tan antigua como la propia filosofía. Sócrates la formula con claridad en uno de los diálogos platónicos más hermosos, el Alcibíades I. Así como un espejo no puede verse a sí mismo, un alma no puede conocerse a sí misma, dice. Pero, siguiendo con la analogía del espejo, añade que así como un espejo puede verse reflejado en otro espejo, nosotros podemos vernos reflejados en los ojos de la persona con la que nos relacionamos. Obviamente, entonces, la introspección tiene la paradójica forma de una alienación. Para vernos a nosotros mismos necesitamos que el otro nos muestre cómo somos.

Dando un paso más allá de Platón, Climent Rosset define a la introspección como “una ofrenda complaciente de la propia persona a la mirada ajena”. Y añade: “Se trata de un discurso exhibicionista y de la peor especie, por cuanto a fin de componer un rostro para consumo externo, incorpora la impostura de pretender limitar su interés por la observación de sí mismo. El deseo de ser visto se disfraza, en definitiva, de intención de conocerse a sí mismo”.

Es evidente que existe algo de esto, pero me cuesta creer que la introspección sea siempre esto. La necesidad de hallar una familiaridad sincera, honesta, con nosotros mismos me parece real. Es cierto que el otro siempre anda entrometiéndose en lo más mío de mí mismo, pero a partir de una cierta edad uno ya va disponiendo de un relato de sí y, por lo mismo, de algunas sospechas verosímiles sobre su protagonista.

No me gusta el tono de Rosset: ¿Es que acaso nuestra salud -física y mental- no necesita de una cierta autocomplacencia? ¡El problema, en todo caso, es cómo conseguirla sin caer en el autismo!

Sospecho de las filosofías que necesita justificarse a sí mismas por su desprecio de la salud.

17 comentarios:

  1. En un estado mental normal, nuestro cerebro siempre tiende a realizar una imagen de nosotros mismos más perfeccionada de lo que en realidad es. Así, cuando nos miramos en el espejo, este nos devuelve un poco más guapos de lo que somos. Es un mecanismo de autodefensa del organismo. Como yo soy de los que piensan que no podemos desligar el cuerpo de la mente "El error de Descartes".Creo que al intentar una introspección de nuestro yo, siempre interviene este mecanismo.Por lo tanto, casi siempre nos vemos un poco mejor de lo que en realidad somos.

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  2. Asensi: ¿Has leído a Damasio?

    Sí, tienes razón. Hay una especie de corrección de la percepción para que la realidad no nos defraude demasiado. Y está bien que así sea, ¿no te parece? En todo caso esa "corrección",que Nietzsche vio de manera tan certera, forma parte de la realidad. Otra cosa es que desde Heidegger para aquí algunos filósofos crean que la angustia es más noble que la tranquilidad espiritual. ¡Allá ellos!

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  3. Sí (no se le escapa ni una), un libro muy interesante.

    Parece mentida como los sentimientos y las emociones, que siempre fueron considerados meros impulsos primitivos, son indisociables a la razón.
    Sorprenden también los casos que se presentan en la primera parte del libro, como una lesión en el cerebro puede transformar la personalidad, hasta llegar a crear un ser totalmente diferente del que se fue.

    Una lectura muy recomendable, para los poco instruidos en neurología.

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  4. Me gustó mucho ese libro, tanto que me empujó a volver a leer a Descartes con la sospecha de que no se le podían haber escapado las críticas que retrospectivamente le dirige Damasio. Descubrí de esta manera un Descartes mucho más complejo: el de su correspondencia, por ejemplo.

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  5. Gregorio: en yoga a la introspección la llamamos "conciencia testigo" y resulta muy complejo el trabajo de acceder a esa "conciencia" ya que el "espejo mental" generalmente está empañado por las fluctuaciones de la mente. Mientras la mente fluctúe el espejo no reflejará la "esencia, lo real". Ejemplo: un espejo empañado o sucio no puede reflejar con nitidez una imagen, solo cuando el espejo queda limpio puede reflejar la verdadera naturaleza de las cosas sin distorsionarlas.
    Aunque es un poco largo (si le parece un "tocho" puede eliminarlo) expongo como ve el Yoga los estados mentales:

    Hay cinco estados o posibilidades de estar mentalmente:
    Ksipta:
    estado de inestabilidad mental extrema, agitación mental. En este estado no se puede prolongar una vivencia. Movimiento de continuo vaivén mental. No hay posibilidad de concentración.
    Mudha:
    estado de torpeza mental, ignorancia extrema, confusión, nivel mental oscurecido, indiferencia hacia el espíritu. Predisposición a la duda, timidez, falta de confianza en uno mismo y en los demás, memoria corta, tendencia a la distracción. Busca apegarse constantemente al placer.
    Viksipta:
    es el estado en el que nos encontramos la mayoría de las personas se caracteriza por la dispersión. Dentro de la dispersión hay posibilidades de concentración. Hay un principio de comprensión que permite tener contacto con el “objeto”, sin embargo, el entorno distrae. Hay posibilidad de trascender el “objeto”, capacidad de penetración para trascender y ver aspectos sutiles.
    Ekagrata:
    concentración en un punto. Estado de unificación mental. La dirección de un órgano de percepción sobre un objeto. Lo único que dificulta la concentración es el contenido de la mente.
    Nirodha:
    intensidad, envoltura, abstracción.
    Mediante el conocimiento que otorga la introspección de la naturaleza última de la mente ésta alcanza la absorción en el estado “sin objeto” En ese estado, cesan las fluctuaciones mentales reflejándose la verdadera naturaleza del ser en una profunda comprensión del "vacío" y la experiencia de ese "vacio".

    Un abrazo y FELIZ NAVIDAD a todos

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  6. Neelam: ¿Y por qué habría de parecerme un "tocho"? He leído lo que has escrito con mucho interés. Gracias por ello.

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  7. ¿Es la introspección observarse a uno mismo, (sí mismo) como un aautocontemplación del espíritu? Ciertamente dice Platón que el alma no puede observarse a si misma, es una imposibilidad, porque al no verse no es capaz de identificar ni forma ni lugar. Pero la introspección, el que el espíritu se fije en si mismo y se descubra, ayuidado por si propio sentido de la culpa, o de la humillación, o de la gloria hija del esfuerzo...

    No creo que la intrispección mienta acomodando subjetividades. La culpa es una evidencia y huir de ella un atajo.

    Alma, espíritu, mente, conciencia. ¿cómo mirarse a si mismo sin sentido de culpa ante el autoengaño? Solo los locos... Y eso es de nuevo Aristóles, seg´´un creo...

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  8. A propósito de la masa y el tirano, hoy me he encontrado con esto:

    "The larger the mob, the harder the test. In small areas, before small electorates, a first-rate man occasionally fights his way through, carrying even the mob with him by force of his personality. But when the field is nationwide, and the fight must be waged chiefly at second and third hand, and the force of personality cannot so readily make itself felt, then all the odds are on the man who is, intrinsically, the most devious and mediocre — the man who can most easily adeptly disperse the notion that his mind is a virtual vacuum.
    "The Presidency tends, year by year, to go to such men. As democracy is perfected, the office represents, more and more closely, the inner soul of the people. We move toward a lofty ideal. On some great and glorious day the plain folks of the land will reach their heart's desire at last, and the White House will be adorned by a downright moron." (H.L.Mecken)

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  9. Claudio:
    De "The Whys of a Philosophical Scrivener", de Martin Gardner:
    "On July 18, 1967, The New Yorker reported that the four thousand good citizens of the coastal town of Picoaza, Ecuador, had elected a foot powder as mayor. A company making a toes deodorant had advertised: "Vote for any candidate, but if you want well-being and hygiene, vote Pulvapies". The town elected Pulvapies by a comfortable majority. How H. L. Mencken would have guffawed over this confirmation of his low opinion of mass voting. "I do not believe in democracy," Mecken once confessed, "but I am perfectly willing to admit it provides the only really amusing form of government ever endured by mankind".

    De Mencken hay por ahí un dicho (que no sé i es exactamente suyo: "La inmoralidad es la moralidad de aquellos que se divierten más que uno".

    Este cinismo en Baltimore es higiénico (los fundamentalistas cristianos se limitaron a rezar por su alma); entre nosotros es venenoso.

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  10. Muy bueno este post querido Gregorio... Me gustó la definición de la introspección de Climent Rosset como “una ofrenda complaciente de la propia persona a la mirada ajena”... Es muy buena en tanto plantea por un equívoco casi fundacional de la Otredad el reflejo narcicista en proyección más allá de Sí. Existencialismo casi extremo; identidad como proceso de conexión/fusión con el Otro, mediando la mirada...

    Saludos, con afecto, Aquileana

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  11. ¡Los porqués de un escriba filósofo! Creía que nadie más que yo haybía leído ese libro maravilloso...

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  12. Amalia: Rosset es un extraordinario escritor. Y justo aquí comienzan mis reticencias con él.

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  13. Pseudopodo: Ya somos dos. Ahora estoy liado con "El objeto singular", también de Rosset. No sé si lo conoces. Este sí que me está gustando. Quiero decir: éste me está gustando filosóficamente mientras "Lejos de mi" me entusiasmó literariamente.

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  14. No, no sabía quien era Rosset. Lo malo de leer tu blog es que va aumentanto mi lista de "pendientes": hace nada, Darlymple, ahora Rosset.

    El libro de Gardner probablemente no es una maravilla literaria ni conceptual, pero a mí me entusiasmó el planteamiento. Cierto es que cuando lo leí aún estaba tierno (yo, no el libro:-) pero he releído capítulos de vez en cuando y me sigue gustando. Y es un de los libros que más me ha influido, tanto por lo que dice como por hacia donde apunta (me descubrió, por ejemplo, a Chesterton, a Lewis, William James...)

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  15. Lo que abajo se escribe es un intento de ordenar el caos de los reflejos de los múltiples espejos. Y eso sin pericia filosófica. Disculpad si me enredo.

    Amanda
    Lo que se ofrece a la mirada, en la intropección, es la persona que en sí ya está constituida por la mirada ajena (el yo como objeto). El mirar (creo que se dice noesis en fenomenología) no sería ajeno (ajeno en el sentido de constituido socialmente) sino porque va ineludiblemente acompañado por lo mirado, creando la confusión de que el mirar es del otro (social) en la frase “una ofrenda complaciente de la propia persona a la mirada ajena”.

    Lo que quiero decir es… solo si aceptamos la posibilidad de una mirada directa, sin la mediación del yo objeto, lo ofrecido a la mirada sería lo otro mirando a lo otro. A esto no me atrevería a llamarlo fusión ni identidad, quizás interpenetración, que no introspección.

    Sudores

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  16. Quería decir Amalia no Amanda. ¡¡qué lapsus!!

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  17. Amanda/Amalia: ¿Qué es eso de la pericia filosófica? Me imagino que Kant, Hegel y algunos pocos más sabrán el significado de esa expresión, yo, desde luego, no.
    Ah, y me gusta lo que dices.

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