¿Y si el prejuicio, lejos de ser sinónimo de fanatismo fuera el fundamento de todo lo noble y grande en el hombre? ¿Y si el prejuicio fuese una de las condiciones imprescindibles para la salud mental personal y la salud republicana colectiva? ¿Y si fuera del todo imposible dejar la mente completamente en blanco para construir desde su inmaculada pureza la objetividad de un saber (y , sobre todo, un saberse) completamente aséptico?
¿Hasta ahí, Don Gregorio, hemos llegado?
ResponderEliminarLos cánceres también necesitan de cosas asquerosas para existir. Aunque nos repugna hablar de la salud de un cáncer.
El mayor de los prejuicios podría ser, Tumbaíto, el creerse libre de ellos.
ResponderEliminarSeñor Luri. la respueta a sus preguntas son NO. por distintas y variadas razones.
ResponderEliminarY sin embargo creo que todas esas preguntas conducen a la ausencia de construcción, o la capacidad de abstraerse de ella. El prejuicio es hijo de la cultura dada y de la aprendida y asumida. Rastrear hacia atrás hasta encontrar un territorio libre de la tendencia a prejusgar es rastrear en busca de un territorio liberado de la presión cultural.
ResponderEliminarNo creo que sea posible librarse de la tendencia al prejuicio que no es sino un hatajo hacia el juicio desprejuiciado.
El prejuicio es necesario, existe y es evidente; pero es necesario porque forma parte del crecimiento personal; el reconocerlo, verlo, indagarlo y liberarse de él implica liberarte de tus miedos y eso te hace libre, te hace hombre.
ResponderEliminarPero es una condición personal: cunado se habla de ello como algo publico o se inyectan en la gente como algo publico es una histeria colectiva.
No he ledo ese libro. ¿es divertido?
El prejuicio es un acto natural, puesto que somos capaces de analizar, de definir situaciones, no podremos liberarnos del prejuicio. El otro, somos nosotros para el desconocido.
ResponderEliminarImposible el pensamiento aséptico , nos distorsionamos y nos distorsionan en el conocimiento de las cosas , únicamente nos salva el escepticismo de dudar hasta de nuestros prejuicios .
ResponderEliminarEl prejuicio es inherente al ser humano integrado en una cultura, como bien señala Luis. Así que no estaría mal aceptarlo como tal para enfrentarse a él desde su propio conocimiento.
ResponderEliminarPor otra parte, aquí lo único inmaculado es la concepción de María, y no tanto. ¿Y si el prejuicio fuera nuestro verdadero "pecado original"?
Saludos.
PD. Esta máquina no me deja firmar con el vínculo a mi página. Qué fastidio.
Dalrymple ha provocado un amplio debate entre los conservadores norteamericanos. Claro está que con su tesis se ha ganado la enemistad de las diferentes religiones, pero las discusiones entre conservadores religiosos y conservadores no religiosos son ya habituales en los USA.
ResponderEliminarLa tesis del autor es fuerte: No es posible liberarse de los prejuicios y si lo fuera, no resultaría saludable.
Algunos conservadores se limitan a decir que todo esto es obvio y que está mejor teorizado en Burke y en Kierkegaard que en Dalrymple.
Entender al prejuicio como una especie de "pecado original" como hace Almu, me parece sugerente. ¿Cual sería el bautismo limpiador? ¿La deconstrucción de la cultura adquirida? Solamente los ingenuos pueden optar al desprejuicio, ¿durante cuanto tiempo?
ResponderEliminarSomos libres para hacernos bestias asesinas o ángeles benefactores. Va con nuestro equipamiento de serie moral. El prejuicio es otra forma de llamar a nuestra opción fundamental por hacer el bien o el mal, que son muy reales y tangibles. En cuanto al pecado original, está perfectamente explicado en el libro del Génesis. Consiste precisamente en eso, en una inclinación de nuestro cuerpo, de nuestra voluntad, a hacer mal y hacer daño al prójimo. El relato del Génesis engalana esta idea con sabrosas imágenes de un edén con el árbol del conocimiento, y el árbol del bien y del mal, situados en el centro del jardín; y la serpiente perversa y tentadora.
ResponderEliminarA ver si lo entiendo, eh, que llevo semanas MUY espeso. Si yo soy un antisemita y quiero caragrme a balazos a trenta judíos porque los odio visceralmente, esto es bueno y saludable, según Dalrymple. No?
ResponderEliminarSi odio profundamente a los catalanes por agarrados y etcétera, porque me escucho cada día la COPE, esto es bueno y saludable.
Si me dicen que frank Zappa era un músico que hacía ruiditos y era un colgado y yo, sin habérmelo escuchado, me lo creo y rechazo visceralmente todo lo que Zappa ha hecho sin habérmeo escuchado, entonces estoy en lo correcto y en lo saludable.
Y asi en todos y cada uno de los ámbitos de nuestras vidas.
Es cierto que nacemos de serie con toda clase de prejuicios, pero que sean saludables solo se los creen los fanáticos. Con prejucios, yo no estaría con mi aliada, y ella evidentmente tampoco estaría conmigo, puesto que todo el mundo sabe que los ¨gallegos¨apestamos.
Totalment de acuerdo con el señor Ignacio, sin que sirva de precendentes.
adéu-u
Cada día son todos ustedes más ursulinas. Si Descartes escuchase a Don Ignacio le daba un patatús.
ResponderEliminar¡Lo que se tiene que hace, Don Gregorio, para llevar una vida tranquila! ¿No? Será la edad...
El autor intenta resolver los problemas que presenta Subal diferenciando entre prejuicio y fanatismo. Considera que el prejuicio es el fundamento tanto del vicio como de la virtud. la educación sería, en última instancia, la creación de los prejuicios que políticamente se consideran en cada etapa histórica más nobles.
ResponderEliminarUna interesante críticaAQUÍ
A mí me ha interesado mucho el libro porque nos sitúa directamente ante los límites del relativismo, que pudieran no ser otros que los de las nobles mentiras.
La única diferencia entre el prejuicioso y el fanático es que el fanático empuña el arma que el prejuicioso no tiene coraje de tomar, creo. El prejuicioso aplaudirá y arropará al fanático. Que se lo expliquen al pueblo alemán.
ResponderEliminarPero Subal, el pueblo alemán era el más culto de Europa: la patria de Kant, de Goethe, de Cohen... La Constitución de la República de Weimar se entendía a si misma como una constitución sin prejucios. Tenía tan pocos prejuicios que fue incapaz de recurrir a la fuerza en defensa de la justicia.
ResponderEliminarTal como lo veo yo, la disyuntiva es clara: O conciencia del prejuicio o fe.
Me ahorro el manifestar que elemento de la disyunción niego.
Sí bueno, pero Heidegger, hasta lo que yo sé nunca condenó el nazismo... y mira que el hombre era culto, culto.
ResponderEliminarNo encuentro el link, pero Jonathan Littell hace reflexiones muy interesantes sobre lo que la cultura no nos salva nunca de la destrucción...
¿Y la conciencia de un prejuicio es posible sin fe?
ResponderEliminarSi no reconocemos la existencia objetiva del bien y del mal, no podríamos condenar el genocidio del pueblo judío. Les parecía bien a sus perpetradores, y era el "noble prejuicio" (la noble mentira) adecuada a su momento histórico. Pero no, el bien y el mal están más allá de la historia, y el asesinato es crimen aquí y allá, entonces, ahora y mañana.
ResponderEliminarTumbaíto: Esa pregunta sólo la contesto en privado.
ResponderEliminarSubaL: Eso es lo que pretendo decirle. Si se renuncia a la fe, la única manera de establecer un criterio moral objetivo es la defensa de la ley moral, tal como había hecho Kant.
ResponderEliminarPero Heidegger puso al descubierto que en el fondo de nuestro contacto con el mundo no está la lógica, sino la imaginación y el tiempo, que son los cimientos de todo nuestro saber.
Ahora bien, comprendo que es consolador pensar que nosotros en la Alemania de los años 30 nunca hubiésemos cedido, es decir, que hubiésemos sido mucho más carividentes que Heidegger.
La cultura, efectivamente, no nos salva de la destrucción. Y la naturaleza, aún menos.
Marrat: Ante lo que usted dice, sólo me toca callar.
ResponderEliminar¨Ahora bien, comprendo que es consolador pensar que nosotros en la Alemania de los años 30 nunca hubiésemos cedido, es decir, que hubiésemos sido mucho más carividentes que Heidegger.¨
ResponderEliminarEp! No me haga trampas, señor Luri! Que le he pillado la ironía. Yo hablo del heidegger posterior al nazismo, cuando en 1967 Paul Celan le pidió a su amigo Heidegger que condenara el nazismo y heidegger hizo oídos sordos... 1967, no 1943...
Un filósofo que con tantos años no ha podido recapacitar y retractarse no merece tanto bombo por parte de tanta gente...
No hombre, Subal, que no pretendo hacer trampas, sino simplemente señalar con toda crudeza al drama del siglo XX, del que somos herederos. Heidegger (o en el otro lado tantos grandes intelectuales dispuestos a arrodillarse ante Stalin) es la expresión de la indigencia de la inteligencia. Por eso lo que pregunto -lo que me pregunto, que no pretendo otra cosa- es qué es lo otro de la inteligencia que nos garantice la clarividencia moral.
ResponderEliminar¨Heidegger (o en el otro lado tantos grandes intelectuales dispuestos a arrodillarse ante Stalin) es la expresión de la indigencia de la inteligencia. Por eso lo que pregunto -lo que me pregunto, que no pretendo otra cosa- es qué es lo otro de la inteligencia que nos garantice la clarividencia moral.¨
ResponderEliminarOiga, perdone que insista con heidegger, eh, del cual no sé nada. Pro yo cambiaría la palabra ïndigencia¨ por la palabra ¨soberbia¨.
Lo otro a la inteligencia que nos garantiza la clarividencia moral se llama ¨humildad¨
salut!
"la única manera de establecer un criterio moral objetivo es la defensa de la ley moral"
ResponderEliminarDe prejuicio en prejuicio y tiro porque me toca.
La humildad no es una virtud filosófica, sino religiosa. Y no de todas las religiones.
ResponderEliminarNunca he sabido para qué necesitas la ley moral sino quieres perpetrar un genocidio.
ResponderEliminarTumbaíto: Me lee usted prejuiciosamente.
ResponderEliminarY un cuerno. La humildad no es una virtud griega. Porque no era una virtud de LAS (¿?) religiones griegas.
ResponderEliminarYa me dirá qué contenido tiene eso de "virtudes filosóficas".
Tumbaíto: "Areté" no significa otra cosa más que "recto", "derecho", "bien encauzado". Incluso la "virtus" latina (que es la traducción de la "areté" griega)significa esencialmente eso. Aun conservamos su sentido originario cuando hablamos de "un virtuoso del balón" o "un virtuoso del piano".
ResponderEliminarno sé muy bien de qué hablan ustedes.
ResponderEliminarPero parece dibujarse dos tendencias:
-los que defienden que el prejuicio es un asunto de naturaleza, induvidualidad, de la esencia del "lo humano"
- los que asumen que el prejuicio es una cosa social, de la sociedad que impone directa o indirectamente a través de la educació-paideia social.
¿es cultural-social o natural, el prejuicio? es fruto del constructo social o de la naturaleza humana, me pregunto.
Sea lo que fuera, me gusta más hablar de "postjucicio" que no de "pre.juicio".
Prefiero rumiar, que no tragar.
Prefiero ser vaca rumiante que regurgita el juicio, que no therós carnívoro que depreda.
Prefiero considerar las cosas, al menos por una Segunda Vez. Emitir entonces postjuicios o regurgitar el prejuicio.
Menuda discusión solo por tener prejuicio del prejuicio. Si tengo que optar, vuelvo a elegir tal como lo hice, con todo lo bueno y malo, sin cambiarle una coma.
ResponderEliminarNos hemos ido tan lejos que me he perdido:
ResponderEliminar- ¿podemos vivir sin prejuicios?
- ¿seríamos alguien o algo sin ello? Es decir, identidad, inteligencia, socialidad...
- ¿es el prejuicio una reacción natural al aprendizaje? Una especie de atajo (macro en términos informáticos) que permite alcanzar una conclusión síntesis ahorrando el esfuerzo de pensar.
- ¿es el prejuicio un ingrediente de la socialidad? Es decir ¿puede la sociedad construirse sin prejucios? ¿Y el hombre solo, en la isla, incluso sin Viernes?
- ¿Nos defiende el prejuicio del relativismo? ¿es pues su contrario?
- No me cabe duda que el prejuicio es una actitud defensiva. ¿Natural? ¿Porqué?
Bueno, y mucho más... JCECDO
Igual hasta es necesario como mecanismo de adaptación al medio cultural ante ideas no conocidas o novedosas , enlazando con la idea de defensa mencionado por luis .Tengo claro que su antídoto es el post juicio llegando a un conocimiento sin errores , como tambien se apunto .
ResponderEliminarUn prejuicio, en tanto que conscientes de él, deja de serlo y nos pone en el límite.
ResponderEliminarLos prejuicios no existen, más bien los post-juicios, como decía enrri.
Mi intuición era la de que todo juicio era prejuicio, excepto para Rappel y los materialistas históricos, dominadores asombrosos del tiempo futuro.
L. de Aguirre
Petición de ayuda.
ResponderEliminar¿Alguno de los habituales puede ayudarme a localizar la 'Carta-Memoria' de Thomas Kolnai?
Es un borrador de constitución para España, que por lo visto remtió a algunos españoles con los que mantenía correspondencia.
Apelo austedes tras verme abandonado por Google.
Gracias por su atención.
Ah, pero ¿todavía había alguien que creía que la mente podía liberarse de los prejuicios y construir un saber objetivo?
ResponderEliminarVaya...
Saludos
Bueno... puede que los prejuicios provengan de postjuicios...
ResponderEliminar¿El prejuicio es natural o cultural? ¿Qué pasa si me atrevo citar a Lluís Duch: "el ser humano es un ser naturalmente cultural"?
No entiendo a que viene Descartes ahi; seguramente, Descartes estaría encantado de conocerme, como persona normal.
ResponderEliminarNo acabo de entender porque todos hablais de "un" prejuicio; todos y cada uno de los comentarios hablan de uno, en concreto y definido; rezuma eso el texto. Yo hablaba del prejuicio per se, como condición humana.
Ahora, a lo mejor no es lo correcto no hablar con circunloquios.
Ultimamente me pierdo aqui Luri: me disculparás si durante una temporada me ausento: graves problemas de la ontología del ser me esperan en Ipanema, y debo dilucidarlos, por el bien de la humanidad.
Es que soy una ong con orejas.
Me entristece, eso si ir solo; pero es la desgracia que tenemos los solteros.
No sé yo por qué, Don Gregorio, tuvo que recordarme el significado de virtud. Podría haberse remontado al indoeuropeo. Sería más interesante pero para eso tengo mis libros.
ResponderEliminarAhora bien, esperaba después del recordatorio encontrarme desplegado el maravilloso contenido no-religioso -¿la filosofía bastión de la laicicidad?(((jajajajajajajaja)))- de las virtudes filosoficas.
A Descartes, Don Ignacio, le jodería un poco admitir la existencia de prejuicios EVIDENTES. Aunque, de seguro, le jodería más admitir la existencia de prejuicios CLAROS Y EVIDENTES.
Claudio: NI idea
ResponderEliminarMe atreveré a decir una chorrada, espero que realmente sea una chorrada y todos se abalancen sobre mí a corregirme:
ResponderEliminar¿cuando en los telediarios ponen la foto de un terrorista tratándola como tal, no nos puede parecer claro y evidente que es un terrorista?
Dicho de otro modo: ¿el ámbito del prejuicio no es lo claro y evidente?
Que alguien me corrija inmediatamente.
Lope de Aguirre.
Lope: Ortega repetía que "las ideas se tienen; en las creencias se está". Es decir, somos conscientes de las ideas que tenemos y a veces hasta de las que no tenemos, pero de lo que no somos conscientes, porque forma el fundamento de todo, es de nuestras creencias: son el suelo sobre el que nos mantenemos de pie.
ResponderEliminarAsepsia me parece una palabra verdaderamente repugnante; como de máquina. Sería descorazonador que llegásemos a poder alcanzar la "inmaculada pureza" en nuestras mentes.
ResponderEliminarEstamos tontos o qué; ¡Con lo rica que es la ligereza, tan tibia y asquerosilla ella!
Vaya, llego tarde a esta discusión (creo que por suerte). Hace no mucho descubrí a Burke y escribí una defensa del prejuicio. Ahora tendré que localizar a este Dalrymple...
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