Jan Fabre, “El hombre que mide las nubes”
I
II
Y, al mismo tiempo, iba dándole vueltas a la idea de escribir un post a favor de los políticos. O, mejor dicho, en contra del grave vicio republicano que consiste en despreciar, en conjunto, y por principio a los políticos, por la sencilla razón de que no dan respuestas adecuadas a nuestros deseos particulares. Evidentemente no tengo nada que decir con las críticas dirigidas a conductas concretas de políticos con nombre y apellido. Lo que me molesta es el desprestigio franquista de la política por parte de algunos que van de vengadores justicieros. ¿Recordáis aquello que Franco les decía a sus ministros: ‘Hagan como yo y no se metan en política’”? Prefiero a un político mediocre que a un salvador infalible. La desconfianza generalizada con los políticos es una enfermedad social y el caldo de cultivo propicio para aupar a los dictadorzuelos populistas que propugnan soluciones inmediatas para problemas complejos. Si tuviera valor y no temiera pasar por un excéntrico me gustaría decir que los políticos de una generación son, con frecuencia, el resultado de la destilación práctica de los sueños políticos de esa generación. ¡Pobre pueblo el que se cree superior a sus políticos!
III
Ya veis, he comenzado hablando de las Aves de Aristófanes y se me ha ido el santo al cielo. Y ya aquí, os recuerdo que ayer fue el llamado "b
Aplaudo tu decisión de defender a los políticos. En el discurso del "todos son iguales" se pretende desprestigiar a toda la clase política pero en beneficio de una en concreto (la que suele llevarse el gato al agua desde que el hombre se puso sobre dos patas). Como decía un amigo mío respecto a la coincidencia, en un asunto puntual, de los políticos de izquierdas y los de la derecha. "El que en esto coincidamos con el PP, no significa que vengamos del mismo lugar ni que vayamos al mismo sitio". Como dos autopistas que se cruzan. Saludos muy cordiales, amigo gregorio. He de decirte que me rinto ante ti y ante luis rivera: sencillamente, no puedo seguiros a la velocidad de crucero que lleváis.
ResponderEliminarLos contenedores son al barrio lo que las cárceles a la sociedad y lo que los políticos al pueblo.
ResponderEliminarY si nos hemos acostumbrado a ir con cascos en las orejas y gafas oscuras, no nos extrañe pensar que ya nos hubiera comido un león de vivir en la selva... y...
El desprestigio de los políticos no debería ir acompañado de un desprecio por la política. En respuesta al comentario que dejó en mi blog y que veo aquí ampliado debo decirle que yo también "Prefiero a un político mediocre que a un salvador infalible". Eso no quita, por supuesto, que crea conveniente criticar (y lo más posible) al político mediocre. Si no para ponerlo a la altura que el ego tiende a querer adjudicarnos con la crítica al menos para evitar aceptarnos tan mediocres como nuestros políticos nos recuerdan que somos.
ResponderEliminarGregorio: uno debe siempre medir sus palabras cuando piensa que coincide contigo y trata de expresarlo. Pero coincido con tu párrafo sobre los políticos. No veo la razón por la que la sociedad deba dividirse en dos partes, desconfiando ambas de la otra: los políticos y los administrados. En cuestión de políticos, equipos de futbol y programas de televisión, tenemos los que corresponden a los tiempos. Y me viene a la memoria un dicho, creo que del sucesor del profeta, Alí, hijo adoptivo, esclavo y yerno de áquel, cuando alguien se le quejó de los jóvenes de la epoca: Alí, muy sabiamente contestó: "es que los jóvenes, más que parecerse a nosotros se parecen al tiempo en que viven". Cambiemos jóvenes por políticos y tendremos una respuesta acertada. Todos nos parecemos al tiempo en que vivimos, ¿a que quejarnos tanto?
ResponderEliminarPreguntas en un blog: "Sin intención de molestar a nadie: ¿Es América latina víctima de esta estética?
ResponderEliminarUna pregunta que habla de tu ignotancia, obviamente. ¿Crees que un mural va a hablar de la estética de América Latina? ¿o de Europa? ¿o de donde sea?
A estudiar, tío.
ignorancia, disculpa (he puesto 'ignotancia')
ResponderEliminar¿Lo dice porque tú fuiste político?
ResponderEliminarGregorio, estoy de acuerdo con lo que dices; ese desprecio de los pol�ticos, y ese considerarlos a todos iguales, no hace m�s que dejar el campo libre a los desaprensivos que entre ellos hay.
ResponderEliminarSi me permites el atrevimiento, me gustar�a ense�arte algo que escrib� hace unos meses.
Me ha gustado mucho el post. Un saludo.
Es una situación singular esta de tener que contestar a alguien que voluntariamente oculta su nombre, sobre todo cuando, evidentemente me conoce. Pero, Usuario Anónimo, en parte tienes razón. Yo fui político, si por político se entiende ser dos años concejal independiente, en la oposición, en las listas del PSC de El Masnou. En la segunda legislatura democrática. Lo dejé, sin ningún tipo de orgullo, convencido, primero, de que yo era incapaz de dedicar mi vida a estudiar expedientes municipales (porque nunca me ha gustado votar sin tener opinión propia), y, segundo, decidido a respetar siempre a quienes lo hacen. Los dos años estos fueron para mi muy valiosos. Aprendí que la política es el arte de elegir perjudicados. No hay decisión municipal respecto a la cual alguien no se considere agraviado. Me mantengo independiente, cosa que no significa que me considere ni superior ni inferior a nadie, sno que no estoy dispuesto a conceder mi voto apriorísticamente a nadie. Es decir, que estoy decidido a gestionar yo sólo mis ilusiones y mis desconfianzas. Y por cierto, sigo siendo amigo de mis antiguos compañeros de grupo municipal.
ResponderEliminarAmerico latino me critica (y tiendo, por naturaleza a ponerme a favor de mis críticos) porque, en otro blog, yo insinuaba que América Latina es víctima de la estética muralista de los años 60-70. Américo Latino, creo que, una comunidad es, básicamente una estética, en el sentido etimológico del término. Y veo el muralismo americano, que en líneas generales me parece excesivo, por grandilocuente, como la manifestación contemporánea de un barroquismo que parece acompañar el conjunto de las manifestaciones artísticas de America Latina. Lo que no sé es si este barroquismo es una expresión natural del alma latinoamericana o su corsé. ¡Ya ya me dirás tú que relevancia tiene que yo sepa esto o no! Por eso me sorprende tu reacción. Me parece que le sobra agresividad (y en esto ya no estoy dispuesto a ponerme de tu parte).
ResponderEliminarRecomiendo responder a la invitación de Portorosa. Vale la pena leer lo que escribe.
ResponderEliminarPues sí, Portorosa explica divinamente lo que yo misma venía pensando desde que Gilygil se hizo con la caja fuerte de Marbella.
ResponderEliminarY cuando democráticamente se elige a esos chorizos, es necesario designar a un dictador (gestora municipal) que en este caso ha tardado demasiado, ya que vete tú a saber que cadáveres hay en cada armario.
1 - Cuando un político le dice a otro por teléfono que "en política etamos para forrarnos" y en el curso de la investigación en que surjen estas palabras la evidencia telefónica se desestima por ilegal
ResponderEliminar2 - Cuando ese político es un altísimo cargo de partido en el pleno ejercicio de sus funciones parlamentarias
3 - Cuando el hecho de Marbella nos muestra lo absurdo de una mayoría votando a un político (por expresión profesional, si se quiere, como ´Julián Muñoz (alcalde)
Y otros cuandos más, podría decirse que tenemos a los políticos que son hijos de sus tiempos y de los votos de ciudadanos que piensan que lo de forrarse es algo que harían todos si pudieran.
Portorrosa afirma en su post, y el ejemplo danés es demoledor, que es cuestión de educación. Ciertamente, y dentro de ese diagnóstico incluyo al hecho de que, en general, se acepta la corrupción como un hecho natural. ¿Quien no lo haría? Está claro que muchos no, pero para un porcentaje que desconozco de gente, esos son los tontos.
Estra sociedad es corrupta de intención.
Depende de la vara de medir. El dicho castizo "tenemos los políticos que nos merecemos" encierra en mi opinión una gran verdad, y es que el estándar de político no se desvía de la media de honestidad del medio social del que surge.
ResponderEliminarTendemos a criticar agriamente a los políticos por su visibilidad, a manera de 'chivos expiatorios' de la tribu, y porque tenemos un prototipo de político en la cabeza que nunca ha existido sobre la tierra.
En general observo que hay un 'continuum' de intereses sociales, económicos y políticos muy liado. El político no deja de ser la cabeza visible de lo que se mueve en una sociedad. Si la sociedad es sana el político será sano.
Dejo al margen a los que se acercan ingenuamente a la política sin saber dónde se meten.
Cuando yo era muy joven militaba en el Psuc y allí había un ejemplo constante de quehacer político: el PCI italiano, que dentro del panorama desolador de los comportamientos de los partidos en Italia era el único que actuaba con una estimable honradez. Después de todo fué el único no arrasado por Tangentópolis.
ResponderEliminarJoaquón habla de la vara de medir, y eso es tan cierto como que recuerdo como la financiación de los partidos pasaba, de manera natural, por la apropiación de comisiones asignadas a contratas ejecutadas para la adminsitración pública.
Betino Craxi, Willy Brandt, Niterrand y sis homólogos de la derecha, enseñaron este sistema a nuestros partidos.
A modo de ejemplo: Alonso Puerta, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid en el primer Gobierno de Tierno galván, fué expulsado de cargo y partido por denundciar una comisión para el partido en la contrata de basuras. Tierno no dudó y resumió el hecho diciendo que la vida del partido era prioritaria.
¿Dos varas de medir? ¿Cómo se puede pensar en apropiarse de comisiones para el bien o para el mal? ¿No es apropiación en cualquier caso?
Resumo: la sociedad tiene los políticos que se merece y los políticos tienen la sociedad que provocan.
Círculo infernal, sin duda.
ResponderEliminarDejo en el aire -así, con la confianza que aporta una larga amistad- una provocación: ¿"Qué tal los ex-políticos"?
Porque, yo, ahora mismo, estoy perpleja. Y no tanto por una cuestión estrictamente moral; sobre todo, porque no alcanzo a entender, desde un intento puramente racional. Se me escapa.
Si alguien se anima a explicarme el diseño racional de la política exterior socialista, y lo acabo entendiendo, quedaré eternamente agradecida. Y no estoy siendo irónica para nada.
Lola
La desazón que producen, en algunos, los políticos y la política viene, en mi opinión, de una confusión, la de identificar el ámbito de la política con el de la moral, en un sentido amplio. Y subrayo lo que dices de destilación práctica: el político, muchas veces, debe responder preguntas y sobre todo actuar cuando solo hay opciones malas e inmorales.
ResponderEliminarAsí, contra el estereotipo, y como decía Josep Pla, la política és una actividad que se desarrolla entre lo vil y bajo (y lo digo sin ánimo de denigrarla). El problema está cuando pensamos que no. Es como sorprenderse de que los basureros vayan siempre sucios.
Esto no quita que haya pésimos políticos, por encima de lo esperable. En este sentido, uno de los auténticos problemas de la política actual es el dominio de los partidos (que permite que individuos como Clos lleguen a ministro), y derivado de éste, la disolución de la responsabilidad política individual (muertes en el metro de Valencia, caos en el aeropuerto del Prat, ...).
Claro, RMF, para el político la Fortuna es un aliado más importante que la moral. El gram Maquiavelo sostenía que es grande, precisamente, por dirigir él mismo las riendas de la Fortuna. Ahí el peligro. Entre la política y la moral hay un campo de juego problemático que es, precisamente lo que hay que preservar frente a los salvapatrias o salva almas. Hay que recordar que también el franquismo tenía su "sharia" particular y que in famoso ministro sostenía que su mayor responsabilidad era salvar las almas de los españoles. La democracia es más frágil de lo que con frecuencia pensamos. Y sólo tiene el soporte de nuestra confianza en ella. Nada más. Por eso quiero pensar que normalmente tenemos mejores políticos de lo que nos merecemos. Por eso me parece un deber republicano partir del supuesto de que un político es honesto hasta que no demuestre lo contrario. Lo terrible es que a veces cuanto más desvergonzadamente lo demuestra más gana las elecciones. ¿Cómo contrarestar el pesimismo de la inteligencia sino con el optimismo de la voluntad?
ResponderEliminarLuis, reconozco que mi vicio de sacar punta a las palabras puede ser un incordio. Con frecuencia lo es para mí mismo. Pero te aseguro que prefiero pensar contigo a pensar contra ti.
ResponderEliminarSin ser político, tengo la impresión, sostenida, de que la política auténtica se da en el nivel municipal, siquiera sea porque es la política de la "polis" y es política a escala humana. Tenemos un campo de experimentación amplísimo, que son todos los alcaldes de nuestro país. Como decís los catalanes, los hay "de tots colors". Indicio de que no pueden formularse en esta materia reglas generales, ni a favor ni en contra.
ResponderEliminarUn problema, menos filosófico, pero muy real, es que gran parte de los políticos que acceden a puestos municipales, la "polis" como bien dice Joaquín, se encuentran por vez primera, su tal vez única oportunidad en su vida, de acceder a niveles de riqueza a partir de la responsabilidad de los otros: es decir, son tentados. Y es difícil no soñar en el adosado saliendo de un piso de 90 metros cuadrados. En las ciudades pequeñas, la tentación vive al lado mismo. ¿El antídoto? Práctica, persecución del delito y años.
ResponderEliminarHe olvidado añadir algo: "ni los alcaldes ni los corruptos nacen, se hacen en el ejercicio de sus cargos".
ResponderEliminarPor no salir de la gramática vulgar o parda, a lo último que dice Luís, "en todas partes cuecen habas (y en mi casa a calderadas)".
ResponderEliminarDice Lola que si alguien se anima a explicarle "el diseño racional de la política exterior socialista", y lo acaba entendiendo, quedará eternamente agradecida. Me temo que quienes le estarán más agradecidos al pedagogo son los propios socialistas.
ResponderEliminarParece que en Europa ni tan siquiera las diferentes familias políticas (los grupos políticos del Parlamento Europeo, vaya) se ponen de acuerdo entre sí.
Hay miedo. Hay mucho miedo. Por una parte a no hacer nada y aparecer como cómplices de unos o de otros; por otra parte a hacer algo y aparecer de nuevo como cómplice de unos o de otros; así que mejor no ser cómplice, pero si te quedas sin cómplices, ¿con quién hablas? No hay que ser menos que nadie (aunque es de buen tono ser despectivo con los americanos) pero tampoco menos que nadie. Pero los verdaderos protagonistas son los que manejan el tiempo (de nuevo Maquiavelo) a su antojo.
Soy el autor del comentario sobre la librería Taifa de ayer.
ResponderEliminarSi me permite el Sr. Luri, le aclararé unos puntos. Me considero obligado por haber intervenido en su blog.
1. Si escribo anónimo es porque entiendo que es una prerrogativa del blog, que creo no está condicionada a ningún contenido.
2. Tomé al vuelo la referencia a la pizarra del Sr. Luri para hacer mi comentario porque:
a) encuentro ridículos sus contenidos (lod de la pizarra)
b) siempre me ha fastidiado la gente que proclama amor a la humanidad y no tiene tiempo para el hombre. Para mí, el hombre es el que entra en mí casa y me dice "Buenos días".
3. Lamento cualquier inconveniente que mi comentario le pueda haber causado al Sr. Luri. Naturalmente lo hice a título personal sin presuponer nunguna síntonía por su parte.
Europa está obligada a diseñar una política común en varios temas, que son a mi entender:
ResponderEliminar1 su postura respecto a los socios EEUU de tal manera que no sean solamente los primos británicos (primos en sentido familiar) los que entiendan la políitica de autoresponsnabilidad de la Otan, donde dos socios son del otro lado del Atlántico y otro es Turquia.
2 - su postura frente al conflicto de Oriente Medio, para lo que han de tener en cuenta lo que realmente representa allí el estado de Israel y su alcance neutralizador o de Pararrayos de Todas las Tormentas
3 - tomar una postura común en relación a los países árabes y del mediterráneo norte, así como a los países de la negritud (la expresión es de Leopold Senghor, no es despectiva) que es en su mayor parte islámica
4 - Imaginar lo que representan en el futuro Rudia y su Federación y China y su área de influencia, conjuntamente con los focos de expansionismo industrial de Oriente: Japón, Corea y otros núcleos.
5 - Tener una política común frente a América Central y del sur, en temas básicamente económicos (relaciones entre los diversos mercados en estado de formaciíon y la UE)
6 - tener una política mediterránea en general, ya que las que he nombrado hasts ahora en el área son fragmentarias.
No es ninguna broma. Nadie puede tratar de tener influencia por peso demográfico y económico, en un proceso de convergencia, si no diseña ejes de actuación unitarios. ípara los próximos treinta años. Aunque supongo que si lo mencionas es porque lo sabes.
Usuario anónimo:
ResponderEliminar- Tiene usted toda la razón, el anonimato es una prerrogativa de mi blog. Y hace usted bien en acogerse a ella si le interesa.
- En un post, aunque sea sobre la frivolidad, se pueder ser completamente trivial, pero completamente frívolo. Esto lo he aprendido muy bien, gracias a usted a Javier.
- Yo fui frívolo por no haberme preocupado de saber a quién podría implicar, aunque fuera indirectamente (de hecho sólo nombré a la librería, sin dar por supuesto quién había escrito el cartel de marras).
- En tdo caso ahora sé que su propietario es un editor de larguísima historia (editó, por ejemplo, los primeros poemas de Manolo Vázques Montaban, así como colecciones notables de literatura).
- Todos a los que he preguntado me han hablado bien de su trayectoria profesional y de su bonhomía. Y hay también quien me ha asegurado que oye muy poco, por lo que a veces no contesta a los saludos.
- Yo no sabía nada de esto, pero mi ignorancia no le resta irresponsabilidad a mi frivolidad.
- Evidentemente ni lo considero a usted responsable de la pequeñísima tormenta que hemos organizado en este remoto vaso de agua ni me ha provocado usted ningún prejuicio que no cure un poco de mercromina en mi autoestima.
- En todo caso, gracias a usted hemos podido mostrar lo que era la frivolidad (mi frivolidad) además de teorizar alegremente sobre ella.
- Quiero, en todo caso, disculparme ante el propietario de la libreria Taifa (que lo más probable es que nunca se entere de que existe este blog), lo cual no signifique que haya variado mi opinión sobre el contenido del cartel. Pero si tuviera que escribir ahora el post, situaría mi referencia a la librería en un contexto diferente.
Y dicho esto, espero que volvamos a vernos por aquí con frecuencia.
Luis: esos son los deberes y son, para Europa, tan inabordables como los que mi hijo empieza estos días a imaginar que le van a caer en primero de Eso. Miedo efectivamente, qué digo, ¡pánico!, seguido de una enorme pereza, de un alargar los días y las noches que le quedan libres. Un posponer como única posibilidad viable de futuro.
ResponderEliminarLa vieja Europa cada día más niña.
Pero hay fotografías a destiempo y sonrisas y declaraciones que hieren, sobre todo ante quien sabe manejar magistralmente su tiempo.
Lola