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lunes, 28 de agosto de 2006

Divagación sobre el presente

I

Lo he dicho ya otras veces: España es el único país del mundo que sólo tiene fronteras interiores. De ahí que nos entren esos mareos cuando salimos al exterior. Pienso en Máximo Cajal y en Moratinos.

II

¿Qué van a hacer nuestros soldados en el Líbano? ¿Qué intereses nacionales están en juego? Los franceses, tan gallitos ellos, dijeron que sí, después que no, ahora sí pero (recordemos que los gobierna Chirac). Dicen que quieren preservar sus buenas relaciones con el Líbano. Pero los sirios se cargaron el año pasado a su mayor aliado allí, el primer ministro Rafia Hariri, y desde entonces, no se hablan con los sirios. Sin embargo parece que se llevan muy bien con Irán y están empeñados en integrar a este país en la comunidad internacional. Pero los iraníes igual no están por la labor. Saben que o llevan adelante una política de confrontación con Israel y los estados Unidos o su Revolución les dura una semana. Los italianos sacan pecho para ser más que Francia. Desde el primer momento Prodi y d’Alema han ensayado la equidistancia con la intención de jugar un rol relevante en el futuro. D’Alema sabrá lo que se trae entre manos. ¿Y nosotros? Moratinos dirá que en Siria nos quieren mucho, pero Siria va para abajo a medida que Irán va para arriba. ¿Quizás por eso el inefable Cajal es tan comprensivo con los planes nucleares iraníes? ¡Qué lío! Los militares de la FINUL que están sobre el terreno reconocen que para desarmar a Hezbolá haría falta armamento pesado, pero la ONU solo autorizará el uso de armamento defensivo. Y mientras tanto todos tiemblan recordando el doble atentado del 23 de octubre de 1983 contra las fuerzas multinacionales atribuido a la Yihad Islámica. En el cuartel general de los marines estadounidenses en Beirut murieron 241 soldados y en el puesto de mando francés en Ramlat Al Abida, 58 .

III

Pregunta ingenua: ¿Quién va a obligar a Hezbolá a desarmarse?

IV

La verdad que todo el mundo sabe es que excepto los italianos (¿y los españoles?) nadie quiere ir al Líbano, y menos que nadie los franceses.

V

Esos militares nuestros que se juegan la vida por un país que sólo tiene fronteras interiores merecen todos, todos, absolutamente todos mis respetos. Y toda mi admiración.

VI

Emmanuel Todd en Le Point: “La amenaza de un triunfo del Frente Nacional en Francia existe. En la actual situación pronostico una segunda vuelta entre el Partido Socialista y el Frente Nacional”. Otra pregunta: ¿Pero no habíamos quedado en que los fascismos se habían recluido en los USA y en Israel?

VII

Tras el artículo que publiqué el lunes pasado en la Vanguardia, he recibido una gran cantidad de mails de judíos (muchos de ellos desconocidos) que me preguntan a ver por qué los queremos tan poco. La pregunta es seria y merece ser pensada más allá de la fácil salida retórica que consiste en diferenciar entre judaísmo y sionismo. Evidentemente no podemos dejar de querer a la cultura judía sin renunciar a una buena parte de la sangre cultural que circula por nuestras venas. Por eso la pregunta me parece que en realidad es la siguiente: ¿Por qué criticamos al sionismo radical más que al islamismo radical? Tras mucho darle vueltas tengo un esbozo de respuesta: Porque los europeos, en nuestra situación actual, sólo podemos amar aquello que podemos compadecer. Y al islamismo radical lo compadecemos porque, a nuestro parecer, no es ni bueno ni malo, sino un lamentable retraso moral. Suponemos que el Islam, en general, es pre-bueno. Los pobres musulmanes aún estarían en la Edad Media y habría que darles tiempo para evolucionar. Los europeos somos historicistas y creemos en estas cosas. Estamos dispuestos a creer de buena fe que si hacemos la vista gorda con sus diabluras les daremos tiempo para alcanzar la Ilustración y hacerse descreídos, relativistas, historicistas y escépticos, como nosotros.

VIII

¿Qué le pasa a Europa? La prensa norteamericana ha ridiculizado a los franceses porque sueñan con ser una potencia mundial y, sin embargo no están dispuestos a asumir riesgos. Yo he sostenido alguna vez que Europa padece una nueva patología: el narcisismo culpable. Se siente superior moralmente porque se duele de su culpa (del colonialismo, de la descolonización, de las desigualdades mundiales, etc). Pero como la vieja dama que es, no puede renunciar a ser querida. De hecho quiere ser querida no por lo que fue , ni por lo que es, sino por lo que no está dispuesta a ser. Y no está dispuesta ni a creer positivamente en sí misma, ni a tener convicciones, ni a arriesgarse en su defensa. ¿Qué haríamos hoy con Husserl?

35 comentarios:

  1. Pues la verdad es que es una pena: que se autoinmolen y que distorsionen, total para llegar a ser como nosotros...

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  2. No hay interés en que haya paz.
    Y como bien dices Europa no se arriesga ni para defenderse.
    Estoy en relativo desacuerdo con Mar.
    Ese 'nosotros' no debe referirse a quienes, al menos, disentimos del sinsentido político que ejecutan los poderosos de (cada vez má) Eurabia.

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  3. Claro Avanti, y es que mi razonamiento es irónico. Para llegar a cualquier parte no se justifica cualquier medio.

    Ni tampoco creo que ellos tengan intención de parecérsenos algún día.

    Saludos:)

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  4. Creo que la clave es esa frase: "Porque los europeos, en nuestra situación actual, sólo podemos amar aquello que podemos compadecer".

    Y compadecemos por las imágenes que vemos desde hace ya demasiados años. Imágenes de niños tirando piedras contra tanques, imágenes de refugiados masacrados, de viviendas derruidas, de niños alcanzados por un misil, de muros que se levantan ...

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  5. Muy buen post.
    Un apunte psicológico, es decir "ad hominem": A Cajal (quién parece diseñar la diplomacia en la mente de ZP) le leí,poco después de que le quemaran la embajada con él dentro y siendo el único superviviente, una entrevista intensa e interesantísima: una inteligencia refinada al borde del nihilismo, que suele ser una manera muy europea de refinamiento extremo. Cajal como prsonificación de ese postilustrado, de esa Europa.

    Lo de las fronteras interiores de España en relación a su falta de política exterior, me parece buenísimo. Y cierto. Que se lo digan a Aznar... Soy poco aznarista, pero hay que reconocer que tuvo valor... y juventud.

    Sólo amamos lo que compadecemos; es decir, no amamos. Hace falta fuerza y andamos demasiado cansados. Y amar es siempre arriesgado. "Uno tiene su poquito de placer para el día y su poquito de placer para la noche: pero uno respeta la salud"... ¡Dios, cómo nos clavó Nietzsche!

    Seguiremos más o menos igual, a trancas y barrancas, detrás de los acentecimientos y, en definitiva e irónicamente, detrás de la alianza anglosajona. O bien, nos levantaremos de golpe, a golpe de fascismo. Como indicativo, las elecciones francesas son importantísimas. Evidentemente, me apunto a ir tirando, pero, por favor, sin hacer demasiado el ridículo (¿sabes si nos oye ZP?)

    Lola

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  6. De acuerdo con su diagnóstico.

    En la maraña de razones, puede haber una bastante prosaica: un ejército (y en Europa sólo tiene algo que merezca ese nombre Gran Bretaña) cuesta dinero. Por ello, para tener uno, hay que tomar la decisión de o bien subir impuestos o bien reducir el Estado asistencial.

    Luego, cuando se tiene el ejército, hay que usarlo.

    En Europa, la opinión pública está en contra de ambas decisiones y falta la decisión política de hacerlo. Primera propuesta de Francia: trescientos soldados. ¡Franceses y pocos!

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  7. a veces se pierde de vista que el único motivo por el que los paises se animan a hacer politica exterior es para mantener su seguridad, no para hacer de bienhechores.

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  10. Sobre las "fronteras interiores" de España discrepo. He recorrido durante este agosto el norte, el centro y el sur de la península ibérica, y he visto que el paisaje cambia a medida que cambia el carácter de las gentes que lo habitan. La exuberancia del verde cantábrico contrasta con la cerrazón de los indígenas; la estepa mesetaria es aburrida y solitaria, sus gentes ásperas; el sur és abierto y cálido; lástima del levante.

    Lo que hay de común en todos estos lugares (llamados juntos "España") es la suciedad y la desorientación a la hora de indicar: los carteles más comunes rezan "TODAS LAS DIRECCIONES". Y apáñate y componte.

    La única frontera que separa un español de otro (un ser humano de otro) es la nefasta creencia según la cual LOS OTROS son peores, inferiores, enemigos, etc.

    Por ejemplo: ¿Se puede ser (un buen) catalán sin ser anti-español?

    Ahí está la verdadera frontera, el muro de los malentendidos, la semilla de la discordia perpetua.

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  11. ¡¡¡TO-NI-BA-ÑEZ!!!
    ¡¡¡BIENVENIDO!!!

    Te aseguro que te he echado en falta. Esto no es lo mismo con el Tonibañez de teclas caídas. Llevo tiempo pensando una campaña para sustituir la nefasta estatua de Antonio López de Barcelona por la de algún animador cultural moderno. Quizás se podrían someter a votación del pueblo catalán los nombres de Pedro Azara y Toni Ibáñez. A ver si encuentro aliados que se animen.

    En cuanto a lo que dices: ¡Ójala tengas razón! Pero yo me refería a que gastamos unas energías enormes dirimiendo (mal dirimiendo) nuestras rencillas interiores y mientras tanto la política de verdad, que es siempre la política exterior, nos la van haciendo otros.

    Un abrazo

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  12. Hay algo que me gustaría que los catalanes supiesen, y es que para los otros españoles, Cataluña (todavía) no es extraña, es todavía "nuestra" (como decimos que un hermano es "nuestro"). ¿Se da la recíproca?

    Saludos desde Sevilla, Andalucía

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  13. "La política de verdad es siempre la política exterior" (Luri). Muchos están dispuestos a defender que la política de verdad es la política de la ciudad, la política local, donde tienes que fajarte con tus vecinos, y encontrártelos en el bar donde te tomas el café mañanero.

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  14. Me reafirmo, Joaquín: La política manifiesta su verdad cuando la ciudad ha de vérselas con sus enemigos y, especialmente, con sus enemigos existenciales. Lo que se pone de manifiesto con la armonía dentro de la ciudad es otra cosa: es la justicia (que no es precisamente una mentira). Me atreveria a decir, utilizando una término griego, que de puertas a dentro se da la "politeia" y de puertas a fuera, la política.

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  15. Si nos atenemos al principio de "historia de corta y larga duración" de Braudel, en el que ingenuamente creo, la convergencia europea viene de muy cerca, proque cada vez que se ha poostulado ha sido por derecho de conquista de uno sobre los demás. pensamos en una Europoa política que es irreal y que tal vez, a fuerza de irrealidad pueda construirse, no se en que plazo.
    En cuanto a las fronteras interiores de esta España que habitamos, me cabe decir que las fronteras están en las mentes de los que ven a los tipos humanos localizados en arquetipos. Es hermoso viajar para encontrarte con qye tus ideas preconcebidas se cumplen cada vez que cambias el paisaje, pero ¿es esa la verdad o es el reino del prejuicio?
    Sinceramente creo que es demasiado duro vivir en una nación que exige tanto de uno mismo. mejor el exilio voluntario.

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  16. Joaquin, te contesto: hay una porcentaje considerable (aunque no mayoritario, ni mucho menos) de catalanes que se reafirman pensando que España les es extraña.
    Un dato curioso: nunca verás un partido importante de la selección española que se juegue en Barcelona o San Sebastián; es impensable. Porque habría problemas.
    Es decir, España como nación, y lo que es peor, como Estado, tiene graves problemas. Gravísimos.
    Además, en algún estudio he leído que muchos analistas políticos la llaman la Polonia del siglo XXI, por el hecho de que el conflicto internacional ha cambiado de coordenadas. Nosotros podemos silbar en política exterior, pero exterior, haberlo haylo y empuja con fuerza.

    Lola

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  17. Permítanme unos cuantos comentarios sueltos:

    - Al Líbano, como a cualquier sitio donde se cree necesaria una fuerza internacional para imponer (que no es el caso) o mantener la paz, no se va, salvo excepciones, en defensa de ningún interés propio. Al menos no en defensa de ningún interés propio directo. Otra cuestión es, por supuesto, que se esté de acuerdo con que la comunidad internacional (por llamarla de algún modo) asuma ese papel; sobran argumentos a favor y en contra.

    - Europa necesita ser fuerte no sólo económicamente para poder jugar un papel más activo en el mundo, es cierto, pero no creo que EE.UU. sea el ejemplo a seguir; no creo que su fuerza deba ser una copia de la norteamericana. Con todos sus fallos e hipocresías, me parece que su actitud es bastante más civilizada, constructiva y razonable que la de la primera potencia; creo que, aunque más despacio, así podría conseguir más cosas (sin dejar de darme cuenta, insisto, de cuánto tenemos que callar).

    - No creo que la verdadera política sea la exterior. No sólo la exterior, al menos. Regular la convivencia, empezando por la convivencia interna: para mí es eso.

    - Al margen de la injusticia de las generalizaciones y de lo exagerado de los tópicos, ¿puede alguien (no andaluz) que haya vivido en Andalucía seguir diciendo que los andaluces son abiertos?

    Dicho sea todo esto con el mejor de los ánimos y, en el caso del último comentario, sin querer molestar a nadie.
    Gracias.

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  18. Portorosa:

    No hace mucho Saramago pretendía criticar a Bush con este argumento: "Bush no tiene amigos, sólo intereses". ¡Bendita ingenuidad! ¿Existiría Portugal sin el interés de los ingleses por debilitar a España?

    ¡Claro que sólo tienen intereses! Bush-padre lo reconoció públicamente ante un grupo de periodistas con ocasión del conflicto de los Balcanes: "Estados Unidos no tiene paises amigos, solo intereses que defender". ¿Recordáis la conducta de Europa en los Balcanes? (por no hablar de Rwanda , actualmente en Darfur). En estas palabras no hay que ver una manía política de los Estados Unidos aunque hayan sido sistemáticamente repetidas por sus presidentes, Kennedy incluido). Los que elaboraron esta teoría fueron los ingleses. Lord Palmerston convirtió en axioma de la política exterior británica que “Inglaterra no tiene amigos ni enemigos. Sólo intereses permanentes”. Y Charles De Gaulle, héroe nacional de Francia, no tuvo inconveniente en asumirlo. Siempre confesó que para él los intereses de Francia estaban por encima de cualquier otra consideración, por muy ética y razonable que esta fuera. "Una nación que merezca ese nombre -decía-, no tiene amigos, solamente intereses." Y así poríamos seguir con mil nombres más. No tengas dudas, Portorosa, de que o actuamos en defensa de nuestros intereses o hacemos el primo.La política es básicamente una correlación de fuerzas. Y cada uno debe saber para donde tira.

    Doy por supuesto que quienes participamos aquí lo hacemos sin ninguna intencón de molestar a nadie, sino defendiendo opiniones que, inevitablemente, como dices bien, son generalizaciones.

    Gracias a todos por paricipar.

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  19. El último comentario ¿el mío?... En todo caso, Portorosa, no sólo no me molestas sino que me encanta discutir civilizadamente en este café.
    Y ya puestos: una Europa que va "más despacio" ¿cómo en el caso de Yuguslavia? En tiempos de cierto equilibrio sí que Europa podía permitirse ese agradecido papel, más civilizado y tal. Bueno, de hecho se lo permitía gracias a que el amigo americano le guardaba las espaldas. Pero, ahora el amigo americano tiene (o cree que tiene, que para el caso es lo mismo) mucho trabajo a guardarse sus propias espaldas.

    En todo caso, siempre nos quedarán, afortunadamente, los grandes cafés como éste, para ejercer la tertulia civilizada. ¡Y sin fronteras!

    Lola

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  20. Ostras. No había visto el comentario del anfitrión. Eso sí que es uina tertulia ágil, caramba.

    Lola

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  21. Vuelvo a insistir, tal vez esté equivocado, que Europa no existe como no ha existido nunca. Ni siquiera es una confederación. No hay un interés general, común, asumido por una estructura de, digamos Estado. Y sin estado no hay Europa. Ni lo añoro ni dejo de añorarlo, pero hablar de Europa como algo con intereses propios me parece un "sueño en las nubes".
    Las diferencias con EEUU vienen exactamente de este hehcho: la política de ellos responde a un interés establecido históricamente. ¿Alguien puede enumerar los intereses de Europa, entendiendo como tales los intereses comunes a sus componentes?

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  22. Lola: leo tu comentario sobre Cataluña y me quedo pensando hasta ele xtremo de decidir escribir unas lçíneas. es obvio que soy catalán, aunque algunos flecos los voy dejando de lado.
    Como bien dices una parte no mayoritaria (es decir, minoritaria) tiene problemas con españa, pero eso no quieta que no se puedan celebrar partidos de la selección: la parte mayoritaria lo agradecería, tal vez sea que la minoritaria estaría dispuesta a agüar el partido a los demás.
    En el 92, un público mixto, pero en el que debían haber catalanes, se encantó con la medalla de oro de España.
    Y no comprendo bien tu referencia a Polonia: en Cataluña los ejemplos de internancionalización han sido tantos: Ukrainia, Lituania, Chequia, ahora Polonia. ¿Porqué Polonia? ¿Cual es el problema de internacionalización que yo no alcanzo a ver?
    Una forta abraçada.

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  23. Lola, me refería al último de mis propios comentarios (al último punto de mi anterior comentario, mejor dicho), donde me refería a Andalucía.

    Gregorio, conozco esos planteamientos. Y sus defensores no los hacen, en mi opinión, menos cuestionables.
    En el tema de la injerencia extranjera hay opiniones para todos los gustos, desde los partidarios "de manga ancha" hasta los que rechazan cualquier intromisión extranjera en los asuntos internos de un estado (postura que suele explicar que, una vez abierta esa puerta, la situación se presta a todo tipo de acciones "interesadas" e injusticias por parte de las potencias extranjeras), pasando por quienes sólo justifican la injerencia humanitaria (dentro de la cual hay también varios niveles de emergencia).

    Resumiendo, y desde mi ignorancia, me considero partidario de la injerencia por razones humanitarias, a pesar de saber de sobra que ha propiciado, y propiciará, mil atropellos. Y es desde ese punto de vista desde el que defiendo que este tipo de intervenciones se basan en motivos distintos de los intereses particulares de los estados que toman parte; o que, al menos, deberían hacerlo. Independientemente de que ustedes, o yo, consideremos que la paz y la estabilidad en una parte del mundo es también materialmente interesante para nosotros.

    Con respecto a Europa (proyecto -y digo proyecto, no realidad- que creo cuajará, aunque no llegue a haber unión política plena, aunque no seamos nunca un estado), me doy cuenta de la cómoda situación en la que la fortaleza de EE.UU. nos llevá permitiendo estar desde hace décadas. Aunque también creo que EE.UU. ha contribuido a que ese peligro del que nos protegen haya aumentado sin cesar.
    En cualquier caso, pretendía decir que el fortalecimiento de Europa debe llevarse a cabo, pero no con EE.UU. como modelo.

    Saludos.

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  24. Pero, entonces, Portorosa, Europa tendrá que definir sus propios intereses. Y debe hacerlo bajo el supuesto de que la política internacional responde a un comportamiento hobbesiano. Quizás las cosas cambien en un futuro (hoy por hoy inimaginable: preguntádselo a China), pero una política exterior sensata debería actuar como si este supuesto fuera una ley física. Tendremos que hablar un día de Carl Schmitt y su recepción entusiasta por cierta izquierda europea, por ejemplo por Joschka Fischer.

    El café de hoy está saliendo sabroso: Gracias a todos.

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  25. Luis, de acuerdo con lo que dices de Europa. Totalmente. No sé qué Secretario de Estado (Kissinger?) decía que cuándo necesitaba conectar con Europa le faltaba siempre un número de teléfono. Pero apuesto por ello. Si las cosas van relativamente bien, en el futuro tendrá que emerger un Estado (uno de los ya existentes, digo) que lleve la voz cantante, que de armonía al coro, sin pensar que los demás se van a autoliquidar. Un frágil equilibrio, pues, dificílismo porque exige generosidad y en política exterior, sobre todo (sólo hace falta leer algo de derecho internacional, cúmulo de declaraciones de intención), reina Hobbes, efectivamente.
    Cuando el 92, antes se hizo (de la mano de Garzón) una razzia importante de los más radicales dentro del independentismo. Todo y así, Maragall explica con mucha gracia algunas anécdotas que le llevaron a tener el alma en un vilo hasta cinco minutos antes de la inauguración.
    Lo de Polonia, me refería a España (me he reído porque como que a los catalanes se nos llama "polacos"... Pues, ahora parece que lo serán todos los españoles), a que el conflicto es ahora Norte-Sur, ó Europa-Africa, para hacerlo rápido. Lo que pasa en Canarias es una dolorosa muestra. España como tapón.

    Portorosa, tu "ex-libris", del señor sentado, me encanta. Aclarado el tema de los comentarios.

    Lola

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  26. ¿El alma en un vilo? Cosas del directo.

    Lola

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  27. Os leo boquiabierta. Por varias razones. Pero la que más es que en el mismo tiempo en que pestañeo ( que no pocas veces en refencia a un minuto) encuentro opiniones, comentarios, exposiciones, debates, informaciones, .... y me pregunto: ¿ Se habran liado con el tiempo y lo estan retando?

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  28. Lola: te había comporendido mal y creía que te referías a Catalunya. Durante la época aciaga de mi servicio militar en Mallorca, Ciutat de Mallorca, éramos los catalanes los que llamábamos "polacos" a los mallorquines. Supongo que será una especie de reduccionismo a la baja.

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  29. Buenos días.
    Gracias, Lola. El dibujo tiene que ver con el título de mi blog.

    Gregorio, aunque a lo largo de la historia se haya alguna vez luchado (al menos teóricamente) por ideas, valores o creencias, lo cierto es que la actitud abrumadoramente mayoritaria es la que tú ¿defiendes?: velar por los propios intereses. Hasta ahí, estamos efectivamente ante casi un axioma.

    Pero echar un vistazo a cómo nos ha ido siempre debería convencer a cualquiera (empezando por Lord Palmerston y de Gaulle -permíteme, a pesar de tu querencia por los EE.UU., que crea a Bush incapaz de entender esto-) de que los resultados de ese planteamiento han sido todo menos buenos. Veo realismo en ese enfoque, pero en absoluto sensatez, la verdad.

    Soy consciente de la dificultad de llegar a ver una política sinceramente generosa. Pero estoy convencido de que la realpolitik, en cualquiera de sus versiones, no ha contribuido en nada a que las cosas hayan ido mejor.

    Un saludo a todos. Es un placer venir aquí.

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  30. Portorosa: No me considero especialmente proamericano; pero sí que no estoy dispuesto a ser antiamericano.

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  31. Entendido.
    Yo tampoco soy ninguna de las dos cosas, que conste. Otra cosa es el concepto que tenga de ambos Bush.

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  32. ¿De veras cree que si Irán renunciara a su política de enfrentamiento con USA el gobierno se desmoronaría en semanas? Ni como exageración me parece una teoría pasable. Siendo cubano, conozco un poquitín sobre la increíble capacidad de supervivencia de regímenes relativamente impopulares y de cómo la situación dentro de esos países es mucho más compleja de lo que puede entender un observador externo, sobre todo uno que observa desde una óptica tan ajena (no nos engañemos, no entendemos del todo a los iraníes). Me temo que esa idea es sólo otro caso de wishful thinking, como el de los neoconservadores con Iraq. Si algo entiendo de países amenazados, o que se sienten o se ven como tal, es que no importa las diferencias internas, el enemigo externo tiene prioridad para la mayor parte de las personas. Y si en serio cree que los iraníes apoyarían con entusiasmo una intervención norteamericana en su país, pues bueno, supongo que todos tenemos derecho a soñar, aunque sea un sueño que en Iraq ha costado ya miles de vidas. (Seamos francos, los únicos que de verdad no quieren que se vayan los estadounidenses de allí son los kurdos, que saben que en cuanto salgan los soldados americanos, los sunitas y los chiítas se van encargar de hacerles olvidar su sueño de independencia, sino lo hace Turquía antes; en cuanto a los chiítas, es probable que sólo estén esperando, seguros de que es mejor dejar que se desgasten suníes y americanos para ellos llevarse al final el pastel; no es que eso vaya a pasar necesariamente, pero esa será la idea.)

    Respecto a los planes nucleares de Irán, me temo que no existen pruebas que permitan acusar al gobierno iraní de estar fabricando armas nucleares. Hasta la CIA reconoce que no tienen esas pruebas, luego, mientras no se demuestre lo contrario, deben ser considerados inocentes; o podemos renunciar a un principio esencial de la jurisprudencia en Occidente y a partir de ahora afirmar que es el culpable quien debe demostrar su inocencia, como hizo el gobierno de Estados Unidos con el caso de Iraq y las armas de destrucción masiva inexistentes. ¿Le parece ético renunciar a eso?

    Claro, resultaría plausible suponer que sí intentan fabricarlas, sobre todo para utilizarlas como un elemento disuasorio frente a Estados Unidos (ya vimos que le pasó a Saddam por NO tenerlas y cómo se las arregla Corea del Norte que sí las tiene), pero entonces las actuales amenazas de la administración de Bush justificarían el empeño iraní, ¿o no?

    Por favor, no piense que apoyo a uno u otro bando. La verdad, gane quien gane, yo suelo estar entre los que siempre pierden. Simplemente trato de ver las cosas con la cabeza fría. Si hay que ver las cosas desde un punto de vista ético, entonces estamos frente a una guerra de malos. Malos diferentes, es cierto, pero todos malos. Bueno, no hay por qué quejarse, seguro que la mayor parte de las guerras fueron así.

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  33. Gabriel: cuando afirmo que creo en algo, eso no significa que, al mismo tiempo, blinde mis creencias. Al contrario, si algo me ha demostrado mi biografía es que las ideas también tienen su propia biología. Así que bien venida sea tu aportación. La ventaja que tenemos aquí es que nuestras discusiones no implian decisiones sobre terceros, y por eso podemos permitirnos el lujo de generalizar sin sentirnos por ello intelectualmente culpables.

    Pero en el caso de Irán, como en el de tantas otras dictaduras -pienso ahora en la de Fraco- el recurso al enemigo exterior se convierte en un elemento esencial e imprescindible de cohesión interna. Esto me parece bastate evidente. Y lo que conozco de Irán gracias a mi trato con diferentes personas me permite hacer esa generalización: si el tégimen de Irán tuviese que sustentarse únicamente con sus propios méritos, duraría muy poco. Y me temo que ago semejante ocurre con Cuba.

    En cuanto a los americanos, creo que Francis Fukuyama en sus dos últimos libros ha puesto perfectamente los puntos sobre las íes.

    Gracias por tu participación. me alegra contar con voces divergentes y sensatas.

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  34. Gregorio Luri dice ¿Por qué criticamos al sionismo radical más que al islamismo radical? Tras mucho darle vueltas tengo un esbozo de respuesta: Porque los europeos, en nuestra situación actual, sólo podemos amar aquello que podemos compadecer.
    ALICIA LIDELL Apunta "Y compadecemos por las imágenes que vemos desde hace ya demasiados años. Imágenes de niños tirando piedras contra tanques, imágenes de refugiados masacrados, de viviendas derruidas, de niños alcanzados por un misil, de muros que se levantan ..."
    Y yo pregunto ¿Quien selecciona las imagenes que definen donde se situan las victimas y donde los verdugos? Esa selección define la emoción pública y con su documento gráfico le da la categoria de saber
    "Todo el mundo sabe lo que ésta pasando, todo el mundo lo ha podido ver". Y aquí ésta la questión, el mundo no ve lo mismo, ve cosas distintas los que ven Aljazeera ven unas cosas y otras no y los que ven Fox News ven exactamente lo opuesto de los espectadores de Aljazeera es decir ven lo que los otros no ven y no ven lo que los otros ven. Hoy en día construir toda una emoción publica es caro y por lo tanto al final tiene que ser tambien un negocio, que permita obtener un buen balance de resultados.
    Dime a cual tengo que compadecer y te dire que grupo pone el dinero

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