I
Basta un humilde paréntesis para dejar al descubierto el abismo que separa “el yo” de “mi yo”.
II
La reina Cristina de Suecia, prima de Isabel de Bohemia, estaba interesada en conocer de primera mano las opiniones de René Descartes sobre el Bien, así que invitó al filósofo francés, nacido en los jardines de Turena, a su gélida corte (y yo creo que a esta invitación no era ajeno el interés que ambos compartían por los autómatas). Descartes llegó a Estocolmo a primeros de octubre de
III
A principios de febrero de 1650 Descartes enfermó. Se trataba, probablemente, de una pulmonía. No fue un buen paciente. Se resistió a las sangrías porque no entendía su sentido, pero no dudaba en administrarse él mismo sorprendentes brebajes a base de vino y tabaco. El médico que lo atendía llegó a escribir que “salvar a alguien contra su voluntad es matarlo.” Sabiéndose moribundo, intentó solventar los asuntos que le preocupaban, como el referente al futuro sustento de Helena, la madre de Francine. Murió el 11 de febrero a las cuatro de la mañana. Tenía 53 años.
IV
Siendo católico en un país protestante, fue enterrado en un cementerio destinado a las víctimas de plagas y a los niños sin bautizar. Tras la abdicación de María Cristina su cuerpo fue reclamado por Francia. Sus restos fueron exhumados en 1666 y enterrados primero en la iglesia de Sainte Genevivève-du-Mont y después en Saint Germain-des-Prés. Al abrir el ataúd antes de depositarlo en su última morada, se descubrió que había desaparecido el cráneo.
V
Fransienke, como sería conocida Francine en holandés, fue bautizada el 28 de julio de 1635. Pero no estamos del todo seguros, quizás fuera el 7 de agosto o el 19 de junio. Descartes había hecho planes para ella. Tenía previsto llevarla a Francia para darle una buena educación, pero murió de escarlatina, con el cuerpo cubierto de úlceras, en septiembre de 1640. No sabemos qué pasó con Helene. Entre el nacimiento y la muerte de Francine Descartes escribió su Discurso del Método. La muerte lo pilló escribiendo las Meditaciones.
VI
Descartes fue acusado por un teólogo holandés de haber tenido hijos ilegítimos. Se defendió contestando: Soy un hombre, nunca he hecho voto de castidad y tampoco he fingido ser más sabio que los demás. Sin embargo los más beatos de entre los cartesianos nunca le perdonaron haberse comportado como un hombre. Algunos, como Clerselier, intentaban consolarse jurándose a sí mismos que un espíritu como el suyo sólo pudo ensuciar el honor de su celibato una vez en toda su vida, y que durante el resto de sus días se estuvo arrepintiendo de su debilidad. Otros biógrafos sugieren que un espíritu científico nunca deja de repetir un experimento.
VII
En el epitafio de Descartes puede leerse que fue “el primero que, después del Renacimiento, reivindicó y aseguró los derechos de la razón humana”. Y también que “está disfrutando de
VIII
Frédéric Pagés, estudioso de Descartes, ha escrito un documentado libro (Descartes et le cannabis, 1996) en el que afirma que el filósofo fumaba marihuana. Yo sospecho que efectivamente, algo entonado debía de andar cuando en carta a Chanut (1 de noviembre de 1644) dice que los monos podrían hablar si quisieran, pero prefieren mantenerse en silencio para que nadie los ponga a trabajar. O cuando, en el Tratado de las Pasiones del alma, afirma que muchos viudos que guardan luto por sus mujeres se llevarían un disgusto si estas resucitaran.
IX
Y, saliéndonos del derrotero cartesiano (o quizás no), me vais a permitir una frivolidad. Una gran frivolidad, es cierto. Me he enterado de que un escritor sudanés llamado Kola Boof acaba de escribir una biografía de Osama Bin Laden en la que confiesa que está completamente colado por la pop star norteamericana Whitney Houston. Vamos que bebe los vientos por ella. A quien no puede ni ver es al marido de
X
Y para terminar, y con la intención de hacerme perdonar la publicidad que le he hecho a Bin Laden, permitidme que recupere las raíces de la civilización occidental, y más en concreto, el Festival de Eurovisión. ¿Quién de vosotros recuerda que en 1979 la representante de Grecia, llamada Elpida, compitió con una canción sobre Sócrates? ¡Sócrates Superstar! Nada menos. Lamentablemente quedó en la octava posición. Podéis escuchar está noética melodía aquí.
En algún relato (que no recuerdo ahora) Borges decía que la metafísica es un "género de ciencia ficción".
ResponderEliminarMe sorprende el comentario sobre el tío Osama, así cómo se puede colar en semejante didáctica cartesiana. Felicidades.
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ResponderEliminar¡Hola, Francesco! Me alegro de volver a encontrarte por el Café de Ocata. La verdad es que he tenido mis dudas morales a la hora de mencionar a Bin Laden. Pero finalmente he decidido que, hablando de las complejidades del yo, no desentonaba esta referencia. De hecho el que está introducido con calzador es Sócrates. Lo he hecho para que mis visitantes, como despedida de su visita, se topen con el griego racionalista antes que con el fanático musulmán. Espero, de todo corazón, que no le moleste a nadie.
ResponderEliminarUn hermoso post, y delicioso, Gregorio. Hay que ver, llamarle a un puñado de huesos: DISFRUTAR de la verdad que uno persigue durante toda su vida...
ResponderEliminarA propósito de Sócrates Superstar, permíteme que te añada que en cierta ocasión tuve el displacer de asistir a un concierto de Platón en Isla Fantasía. Si te interesa el asunto, aquí tienes una entrevista con aquel popular dúo, muy popular entre los adolescentes, en serio, de los años 90:
http://217.127.70.8/ezine/entrevistas/platon.html
j.
Así que desmitificando al bueno de Renato con infundios de que era un picha brava y un fumeta.
ResponderEliminarGreta Garbo.
ResponderEliminarUn abrazo.
J.: ¡Lo que daría yo por asistir a un diálogo de Platón! ¡Y tú, puñetero, has asitido a un concierto!
ResponderEliminarAlicia: Me escandalizan tus comentarios. Jamças me atrevería yo a decir eso. Me limito a sugerir posubilidades.
Gabriela: Me has dado que pensar. Conclusiones (como siempre, provisionales): Hay mujeres, como Greta-Cristina, con las que uno corre graves riesgos de acabar con una pulmonía. Es inamiginable contraer este mal junto a Gina o a Sofía. (Iba a escribir, pero me he reprimido a tiempo que con estas últimas a lo que se está expuesto es a una angina -de pecho, claro está-: es lo que explicaría las diferentes muertes de René Descartes y Tyrone Power).
"Los metafísicos de Tlön no buscan la verdad ni siquiera la verosimilitud: buscan el asombro. Juzgan que la metafísica es una rama de la literatura fantástica..." (J.L. BORGES, 'Tlön, Uqbar, Orbis Tertius').
ResponderEliminarObviamente no era la opinión del propio Borges, que afirmaba que "la historia de la filosofía no es un vano museo de distracciones y de juegos verbales" (en 'Otras inquisiciones').
Gracias por la referencia, Joaquín. En cualquier caso la metafísica si que es una meta-fantasía.
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