II
En 1817 Berzelius, dio una conferencia en
Para Descartes el cuerpo es una máquina hidráulica por donde circulan fluidos. Todo en él se puede explicar mecánicamente. Al escribir en el Traité de l’homme sobre el cuerpo humano y sus funciones, tenía en mente, sin duda, a los autómatas que había visto en las grutas y jardines de Saint-Germain-en-Laye, diseñados por un ingeniero italiano llamado Thomas de Francine (o Francini).
Lydie Salvaire resalta en Descartes la "cara insípida", la "frente plana" y la "nariz vulgar" y añade que escribía “a lo tonto”. “Usted –le reprocha- no nos ayuda a atrapar lo imprevisto, lo diferente, lo absurdo. Usted propone lógicas inertes, rígidas jerarquías, clasificaciones áridas." Descartes habría matematizado el universo, ignorado el influjo de la melancolía en el hombre, sus caprichos y "sus malvaviscos y sus pequeñas grescas interiores". Sobe todo es incapaz de perdonarle que haya situado el alma en el cerebro. “Tenemos la obligación de refutarlo punto por punto. Hacerle comprender que el pensamiento necesita tanto el desorden, el caos y el rupturismo como la disciplina. Tenemos que demostrarle la importancia del corazón, de la poesía, de lo fugitivo y del sueño".
V
Quizás en su estancia en Suecia Descartes leyera un best-seller de la época,
Y hablando de licantropías, ¿cómo ignorar al amigo Günter Grass, fulminantemente cesado de su puesto de vigía cabreado de Occidente? No seré yo quien recrimine a un venerable anciano lo que aquel que fue a los 17 años hizo o dejó de hacer. Pero ya no se aguanta en pie su imagen de castillo de proa de sí mismo. Por cierto su editorial acaba de sacar al mercado 100.000 ejemplares de su libro de memorias “Pelando las cebollas” que hay que sumar a los 150.000 de la primera edición. ¡Qué imagen la de la cebolla, esa hortaliza sin corazón! Carece por completo de yo. Por eso anda en tanta salsa. Todo en ella es epidermis. Uno escarba y escarba y lo único que encuentra es lagrimones corriendo por sus mejillas. “Mi yo de entonces –cuenta Grass- no me es totalmente extraño, pero sí desconcertado y distante, como un pariente lejano”.
El caso de Günter Grass me parece fascinante. Ciertamente ha mentido en un hecho importante de su adolescencia, lo ha ocultado. A una sociedad que ha ocultado su tibieza y / o contento. Su obra está ahí y yo pienso que en un autor lo importante es lo que me ofrece, que es su obra. Un mentiroso puede decir una gran verdad mintiendo, a si, mismo o creyendo que miente a los demás. O puede decir la verdad ocultando otra verdad menos significante.
ResponderEliminarMe viene a la cabeza el trato que dió la cultura oficial catalana a Pla. acusándole de tibio y españolista. ¿Qué haría con Grass?
Yo también pondría el corazón en la cabeza.
ResponderEliminarRespecto a Grass, nunca me ha gustado, pero no porque intuyera su oscuro ( y por otra parte, comprensible) pasado, sino porque lo sentí lejano y nunca me acerqué, después de "El tambor de Hojalata". Prefiero a Peter Pan.
Un abrazo.
Parece difícil no estar de acuerdo en que "El Tambor de Hojalata" es una extraordinaria novela. Respecto a su autor, no creo que nadie pueda criticarle a estas alturas lo que hizo o dejó de hacer en su adolescencia. Y de hecho en Alemania nadie se lo echa en cara. Seamos buenos y pensemos que sus famosas declaraciones al "Frankfurter Allgemeine Zeitung" no tenían ningun fin publicitario. Lo que molesta es que un escritor que ha hecho de su condición de intelectual una especie de destino colectivo de Alemania y que, como decía recientemente el novelista Georg Klein,no tenía reparos en proclamarse, vibrantemente, como ejemplo, resulta que moralmente no habita en el Olimpo. En este sentido, Luis, no encuentro elementos de comparación entre Grass y mi admiradísimo Josep Pla. Creo que Pujol estaría de acuerdo en considerar a Pla era una especie de catalán ácrata-franquista. No se le hubiese pasado por la cabeza presentarse ante los catalanes para decirles: "¡Qué suerte tenéis de tenerme a mí como vigia de vuestra moralidad!"
ResponderEliminarCaramba, en cuántas cebollas acabo de pensar...
ResponderEliminarNo Gregorio, era solo una reflexión acerca de la hipocresia social. Pla fué "enfríado" en función de una acusación no pronunciada. No se trataba de un paralelismo, sino de una pregunta acerca de como hubiera reaccionado la sociedad de producirse un hecho semejante.
ResponderEliminarEl "caso Grass" (que no creo que llegue a 'caso', sino a puro chisme) ha sido comparado con el pasado adolescente de Josef Ratzinger (n. 1927), que sirvió en el ejército alemán durante la II Guerra Mundial, e incluso padeció cautiverio al concluir la guerra (lo cuenta en sus memorias de 1997).
ResponderEliminarPara quienes no somos alemanes, es difícil valorar el peso de un pasado que salpicó prácticamente a toda la población. Pienso que no conduce a nada reducir a las personas a su biografía, si tienen todavía algo que decirnos.
La "vida", entendida como experiencia autobiográfica, no deja de tener algo de fantasmal frente a la presencia personal. Algo de esto, interpreto, nos ha querido contar Gregorio con Descartes.
Simplemente a modo de cotilleo cultural, te resumo parte de un artículo de Jordi Punti aparecido en El País de Cataluña 2l 20 de abril de este año. Para conmemorar los 25 años de la muerte de Josep Pla, La Caixa organizó varias conferencias, una de las cuales corría a cargo de Jordi Pujol. La sala estaba a medio llenar. Pujol comenzó reconociendo “tuvimos una relación no precisamente planera", para pasar inmediatamente a proclamar que siempre ha considerado a Pla "el mejor escritor en prosa en catalán" y que con su obra "hizo un gran servicio a la lengua y al país". Lo calificó de “clásico” de la lengua catalana "por su lenguaje popular, por su frescor, por la sensualidad, por la exuberancia verbal, por su descripción de la naturaleza...". Y, finalmente, entró en el asunto “Destino”, revista que compró, como sabrás, en 1976. Pla se refirió a esta compra de esta manera en sus "Notes del capvesprol": "En un moment determinat, Josep Vergés, en ús del seu perfecte dret, vengué Destino a un milhomes, de gran ambició política, anomenat Jordi Pujol, de la Banca Catalana. Aquest senyor, riquíssim (...), que ha demostrat una ambició desmesurada i pública, pròpia del típic polític ignorant, prohibí un article meu sobre Portugal".
ResponderEliminarPujol contó en su conferencia que este artículo era en realidad un elogio de la primera época del dictador Salazar. "De repente se puso a escribir artículos de los más reaccionarios, como el de Salazar. Yo creo que buscaba el conflicto". En sus "Notes del capvesprol" Pla comenta así su marcha: "I així he quedat admirablement tranquil, lliure i encara despert, arribat a vuitanta anys". Pujol terminó su conferencia con estas palabras: "Lo que yo diga no tiene ninguna importancia, algunas trifulcas tampoco, lo que queda es la obra del escritor".
... Y hablando de Pla, sus crónicas de la IIª República se acaban de reeditar, en castellano (Ed. Destino), pero si no me equivoco fueron redactadas y publicadas originariamente en catalán. ¿Sabes si se ha anunciado la edición catalana de estas crónicas?
ResponderEliminarGregorio: Te agradezco la referencia periodística que no conocía. A nivel anecdótico, pero no tanto, en mi casa, cuando yo era niño, se leía cada semana Destino, además de Life y París Match. Y los domingos "La Soli" que había pasado de Obrera a Nacional y era vecina nuestra en la calle Consejo de Ciento, La Vanguardia y el Diario de Barcelona.
ResponderEliminarDestino era el único respiro cultural, pese a haber sido fundada como revista de falangistas, como indica su nombre y su mancheta con el rojo y el negro: Las letras eran blancas.
Leer a Pla era siempre una delicia. Pla, en castellano, hacía país, igual que con sus libros. Tengo bastantes de los tomitos de tapa roja, publicados por Ediciones Destino: yo leía con placer, que es lo que se espera que ofrezca la prosa, esos libros y todavía, cuando no se que leer lo hago. El agradecimiento fué tardio después de un acoso malévolo. Siempre fué un cascarrabias. Ya de joven , además de misógenom solitario, gruñón y lo que se quiera. Los años le hicieron le hicieron más solitario y gruñón.
Pujol hace bien en decir lo que dice, pero independientemente de ese artículo, durante su mandato "la cultura oficial" ignoró al escritor y propagó una leyenda negra en torno a él. Y pienso en D'Ors, que afortunadamente para él murió antes. El otro día le comentaba a una amiga mía, barcelonesa de pro, que había releido "Gualba, la de las mil veus" escrita por él en 1915, y me contestó sin dejarme seguir: ¡Ah, pero ese era falangista1" Los polvos y los lodos.
Quizas la imagen de la cebolla sea precisamente la mejor para definir al yo. Justamente porque , que es el yo sino una sucesion de capas y mas capas? Es yo, la primera, es yo la segunda y asi sucesivamente. Mas encada capa descubrimos un yo, que aunque parecido al anterior, ya no es el mismo yo.
ResponderEliminarY si, vamos encontrandonos con lagrimones. Por la perdida de la identidad primaria o por la ganancia de una nueva identidad?
Y si, es toda epidermis. Pues no es la piel la frontera para acceder al yo?
Montse, te contesto con las palabras de Paul Valéry ("L'Idée fixe", 1931): « Ce qu'il y a de plus profond en l'homme, c'est la peau».
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