Descanso en Pamplona... pero solo una miaja, porque esta tarde comienza la semana del pincho en Pamplona y en cada bar (y en Pamplona los bares no es que escaseen) hay una pequeña obra de arte gastronómica. Prometo resistir como un valiente ante toda llamada de la prudencia. La sensatez me acorrola, pero no podrá conmigo.
Hasta ahora hemos pasado por almazaras sublimes (en Cascante, en Tulebras, en Tudela he aprendido a catar el aceite y a disfrutar de sus caligrafías y de los meandros de sus aromas), bodegas perfectas (Barón de Ley, en Mendavia; Chivite, en Cintruénigo; Alzania, en Los Arcos; Sarría, en Puente la Reina; Irache, en Ayegui... esta última ha puesto a disposición de los peregrinos del Camino de Santiago una fuernte que mana generosamente vino para todo aquel que quiera inclinar la cerviz frente a su caño), fábricas conserveras que dan forma a toda tentación del paladar (los pimientos del cristal del Navarrico, en San Adrián; las sutilezas de Rosara, en Andosilla; la perfección de Vela, en Mendavia...) y en Baraibar, en el caserío Anatxoenea, a los pies de San Miguel de Aralar, hemos descubierto un queso de Idiazabal digno de los ángeles del cielo, hecho con la leche de las ovejas lachas de la zona. Y aún nos falta Vera, el Roncal, Tafalla, Olite, San Martín de Unx, la Oliva...
Repleta va la memoria del viajero de sabores y de gestos afables.
Hasta ahora el tiempo ha acompañado y aunque alguna ráfaga de viento norteño se ha encargado de recordarnos de vez en cuando de que aún estamos en la primavera, los cielos claros nos han permitido disfrutar de amplios horizontes.
Me ha dado mucha envidia con esta entrada. Y no únicamente en el terreno gastrónomico. Esas ráfagas de aire frío norteño...
ResponderEliminarRectifico: "ráfaga de viento norteño".
ResponderEliminarUn poco tramposa la cita de Gell-Mann, ¿no, Gregorio?
ResponderEliminarLo insoluble sería que el "pensamiento" de las partículas no respondiese a pautas esencialmente afines a su posición, temperatura, etc.
Es decir, que el pensamiento (de las partículas, faltaría más) perteneciese a un orden completamente distinto de lo demás. Cosa por ver.
¡Ay! Don Gregorio, ay... coma y beba usted por mí todo lo justo y lo injusto, que yo tengo que ir ya pensando en ponerme a régimen para que no me pesen los kilos al paso por su territorio. Esperamos lo que haga falta, por todo, usted páseselo de fábula :))
ResponderEliminarUn abrazo
KSNDR
Qué suculenta evocación! Y cúantos recuerdos me trae.(estudié cuatro años en Pamplona)
ResponderEliminarSobre lo de la frase que dice J.
ResponderEliminarLa partículas puede que no piensen pero resulta que la luz a veces se comporta como una partícula y a veces no... Fascinante.
KSNDR
A ver si esta tarde tengo un rato y os cuento las suculencias y excentricidades de los pinchos navarricos...
ResponderEliminarJ: Pues que rectifique Gell-Mann entonces.
Entre pincho y pincho, YO de mayor... quiero ser commo Luri.
ResponderEliminarLuri es usted una (extraña) mezcla de Espinás y Labordeta.
ResponderEliminar:-)
Enrri: Hay veces en las que hasta yo quisiera ser siempre yo
ResponderEliminarCelia: Iba para Cela... pero sólo he podido llegar hasta aquí.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminar¿Alguien sabe si hay algún café filosófico en Navarra?
Gracias,
Elisabet