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domingo, 20 de abril de 2008

Contra la cultura I

Cuando Walt Disney creó el personaje de Mickey Mouse en 1928, estaba, sin saberlo, recreando un objeto vikingo del año 900 recientemente descubierto en el sur de Suecia. Se trata del broche de la imagen. El arqueólogo Jerry Rosengren, de la Universidad de Lund, sospecha que representa un león, pero que “seguramente fue diseñado por alguien que nunca vio un león”. Si este arqueólogo se atreve a decir esto, yo me reafirmo en mi tesis de que Disney dibujó un objeto vikingo que nunca vio.

Como se acerca Sant Jordi y el día del libro, he decidido promocionar mi fama de excéntrico. La relación causa-efecto entre una y otra cosa dista mucho de ser clara, pero de alguna manera tenía que empezar.

Así que voy a escribir varios posts, hasta donde de mi capacidad de argumentar, ni más ni menos que contra la cultura. No contraculturales, sino contra la cultura.

Tres motivos inmediatos me han empujado a esta desventura. El primero, ya lo conocéis, es mi periplo bibliotecario; el segundo ha sido la lectura de un panfleto de Alain Brossat, “Le grand dégoût culturel”; el tercero es Mickey Mouse.

Comenzaré por este último y dejaré a Brossat para mañana.

Quiero dejar claro que mi crítica de la cultura no afectará ni a Mickey ni a lo que representa. Más aún, quiero comenzar manifestando mi respeto por este ratón.

Alessandro Baricco comienza “Los bárbaros” con una obviedad: quien pretenda entender el presente no puede hacerle ascos a ningún elemento relevante del mismo. Y entre los fenómenos relevantes de nuestro tiempo se encuentra el de la emergencia de la cultura popular. Baricco pone un ejemplo magnífico: Walter Benjamin, Gustav Glück y Kurt Weill no tenían reparos en hablar de Mickey Mouse cuando se reunían. Se tomaban a Mickey Mouse en serio, sin despreciarlo como un producto menor de la subcultura imperialista yankee, como hacen la mayoría de nuestros progres.

Según Benjamin, el éxito de las películas de Disney no se debe ni a su forma ni al afán propagandista del imperialismo americano, sino al hecho de que “el público reconoce ahí su propia vida”. ¡Chúpate esa!, que diría el castizo.

Frente a la actitud de Benjamin, lo común entre nosotros en despreciar con cierta ironía la llamada subcultura, es decir, la cultura popular de nuestro tiempo.

Se me ocurre que buena parte de la buena prensa de la llamada cultura se debe a que nos proporciona la penitencia adecuada para pagar nuestros devaneos pecaminosos con la cultura popular. O sea: para perdonarnos el ver Gran Hermano –es un decir- nos compramos el último de Zafón o de Ala Triste, y así nos consideramos redimidos.

¿Es esto así?

No lo sé. Pero es lo que me voy a proponer analizar en los próximos posts.

23 comentarios:

  1. Tumbaito: jijijiji, qué razón tienes.

    Usted también tiene razón señor Luri. El -es un decir- que escribe después de Gran Hermano es una muestra de lo que quiere decir con el post.

    ("-es un decir-" es decir, lo digo como ejemplo, no porque yo lo haya visto...)

    L. de Aguirre

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  2. Comprarlo es el primer paso, pero luego lo leemos? Si lo leemos, compensamos. Viva la variedad. (Que conste- y ahí me excuso - que no miro la televisión, ...aunque tampoco me compro a Zafón)

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  3. Luri conoce la novela gràfica Mauss ??

    Al principio hay un comentario sobre Mickey Mouse, y cómo el hecho de que una sociedad gobernada prácticamente por judíos fuera capaz de elevar a la categoría de héroe nacional a una rata. Eso dice el libro era una crítica del gobierno nazi a los Estados Unidos. Y la razón por la que en el cómic de Mauss los judíos tienen cara de ratón. (los alemanes creo que son gatos, y los polacos cerdos...)

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  4. Escribir contra la cultura es cultura.

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  5. Los guionistas de las historietas del ratón eran gente corriente, como los guionistas del cine de la época. La cultura de masas la hacen gente que provienen de las masas y que se ganan su vida escalando posiciones con su trabajo.

    En muchas reuniones de creación publicitaria he vivido como los creativos se sumergían en sus vivencias para encontrar la historia a contar que motivara el deseo del producto.

    Creo que esa es parte de la cuestión: la cultura de masas tiene un creador masa, que vive en la masa y que proyecta su ascensión social en términos aspiracionales, de consumo, de poder adquisitivo, etc.

    Y ciertamente, a la gente le gusta verse representada en la pantalla.

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  6. Por cierto que etimológicamente cultura viene de "cultivar" y procede de la experiencia agrícola. Según entiendo.

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  7. Tumbaito: Decía Sartre que a partir de los 40 años cada es responsable de la cara que tiene. No lo digo por Zafón, sino por usted: se va acercando a esa edad.

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  8. Anónimo: Yo no quiero hablar mal de Gran Hermano, que tiene la dignidad de no hacerse pasar por un programa cultural, sino lo que hoy se entiende comunmente por cultura. Y utilizo el término "criticar" en su sentido etimológico, es decir, lo que quiero es analizar un concepto que progresivamente se me ha ido haciendo más y más sospechoso.

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  9. Sra Saeki: Que cada cual lea lo que le de la gana. También comemos lo que nos da la gana sin tener que hacernos perdonar el bocata de calamares con una peregrinación a un restaurante caro para cenar en un reclinatorio. El comienzo de mi reflexión es el siguiente: Todo lo que hay en una librería no puede ser cultura... en el sentido de cultivo de algo.

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  10. Celia: Sí, y la correspondiente polémica.

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  11. venía a dejarlo yo unas cuantas comas y puntos, que me las he comido todas en el anterior comentario, pero veo que ha sido capaz de descifrarlo.

    saludos

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  12. Arrebatos: Sí, en un sentido amplio todo lo que no es naturaleza es cultura, y escribir contra la cultura es cultura. A veces conviene comenzar por una aporía. Ya veremos lo que da de sí este comienzo.
    Es bueno exponerse porque te obligas (y como en su caso, me obligas) a afinar: quiero escribir contra la cultura entendida como sustituto de la religión. Y pretendo hacerlo desde una postura atea (es decir, sin creer que en la cultura se encuentre la salvación de nada). Hay pueblos iletrados muy pacíficos y pueblos muy letrados que dan de sí el nazismo.

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  13. Siempre dicen que cultura viene de cultivar y nunca que cultivar viene de cultura; cosas del progresismo.
    La palabra "culto" es de mis palabras preferidas.

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  14. Luis Sí, si la agri-cultura es el cultivo del agro, ¿la cultura de qué es cultivo? ¿Qué cultivamos cuando sólo cultivamos?

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  15. Tumbaíto: esa apreciación es digna de usted.
    Es el amigo Cicerón quien especifica que "Philosophia est cultura animi" y la religión "Cultura Dei", con lo cual el término "culto" posee una ambigüedad preciosa. En todo caso: ¿Qué cultura cabe tras la muerte de Dios?
    Mi sospecha que ahora estamos asistiendo a la sacralización del ritual en sí mismo. Lo que antes era cultura de algo (el término "cultura" exigía un genitivo para poder ser comprendido) ahora es sólo cultura. ¿No le parece a usted que hay aquí algo que merece la pena ser pensado?

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  16. "O sea: para perdonarnos el ver Gran Hermano –es un decir- nos compramos el último de Zafón o de Ala Triste, y así nos consideramos redimidos.
    ¿Es esto así?"


    ¡No!

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  17. Cicerón dixit: cultura animi philosoplia est, que aprendimos en las clases de latín.

    Por extensión de filosofía, las otras artes, las otras disciplinas. La sublimación de lo bello. Cultura elitista, sin duda.

    Cultura de masas no es cultivo de espíritu, sino ocupación del ocio. La palabra cultura es hoy tan extensa en sus significaciones que quiere decir poca cosa, por abarcar mucho.

    Gran Hermano no es cultivo de ningún espíritu, pero si es cultura de masas, en el más amplio sentido del término.

    Ya sé que todo es mucho más complejo, pero es que si acepto la complejidad ya no sé de que estoy hablando.

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  18. Legidor: No estoy seguro de que me convenza su argumento. Pero, en cualquier caso le felicito por su magnífico post: AQUI

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  19. Los diez mandamientos de los "progres"

    1º.- Talante democrático siempre y para todo, y diálogo con todos y sobre todas las cosas, sin importar lo que se defienda en ese diálogo.

    2º.- Drogadictos, delincuentes, inmigrantes ilegales, prostitutas, homosexuales, travestidos, alcohólicos, ludópata, mendigos profesionales y agresores sexuales tendrán preferencia en el disfrute de beneficios sociales. Los que no pertenezcan a ninguno de esos grupos son sospechosos de fascismo.

    3º.- No expresarás ideas que previamente no hayan sido difundidas por El País, Público, la SER, el Canal Cuatro, la Sexta, Localia o cualquiera de los medios controlados por el grupo PRISA, ya que todos repiten lo mismo.

    4º.- Repudiarás siempre lo que haga el Gobierno de los Estados Unidos.

    5º.- Estarás al tanto de todas las películas, modas y grupos musicales de Estados Unidos.

    6º.- No fumarás, ni trabajarás en labores que requieran los vicios fascistas de la dedicación, la honestidad y el esfuerzo.

    7º.- Harás deporte, aeróbic, yoga y amarás en todos los sentidos a perros, gatos, serpientes, iguanas y armadillos.

    8º.- Estarás a favor de la libertad total de aborto y del matrimonio de hombre con hombre, mujer con mujer y de mujer u hombre con animales o muñecos hinchables. Lucharás a favor de asilos gratuitos para mayores y de guarderías abiertas todo el día para los niños.

    9º.- Defenderás la ecología, aunque sin renunciar a beneficios que, como la electricidad, los coches, la calefacción o el aire acondicionado, se consigan alterando la naturaleza.

    10º.- Lo que la mayoría diga es la verdad, y es bueno todo lo que haga la mayoría.

    Extraído del libro “Sentencias Salomónicas” (Visión.net, Madrid 2007)

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