En un post reciente sobre la cultura, Eduardo me recriminaba haber asociado los conceptos de ilustración y cultura. “Los ilustrados –decía- ni mencionan la palabra 'cultura'. La 'cultura' es una creación del romanticismo, que es -en cierto modo- una reacción contra la Ilustración”.
En realidad Rousseau utiliza el término "cultura" en su sentido más etimológico en El Emilio de una manera que puede servir de síntesis de la obra: "On façonne les plantes par la culture, et les hommes par l’Education”. Probablemente en este texto se encuentra el origen del sentido moderno de la cultura.
Kant define la cultura en el parágrafo 83 de
Pues va a ser verdad eso de que usted es leo.
ResponderEliminarPues la "recriminación" sigue en pie y es incluso más sólida después de estas citas. Ninguno de esos usos de la palabra "cultura" se refiere a la cultura moderna, la cultura objetiva de los pueblos y naciones de cual participan los individuos y en la que últimamente los románticos creerán apreciar el soplo del Espíritu Objetivo. El "cultivo" del que habla Rousseau, particularmente, aún se mantienen en el contexto clásico, idéntico a la cultura animi de Cicerón o incluso la bildung alemana. Ahí todavía no hay ni rastro de la cultura moderna, es decir, de las "culturas" a las que se refieren, desde el siglo XIX, los antropólogos o los ministerios de cultura, o la UNESCO. La "cultura" como un ámbito objetivo, que es algo substancialmente distinto a la cultura como formación o como educación subjetiva, no aparece antes de Herder (no tengo la cita a mano, porque la copia que leí en su momento es de una biblioteca, pero existe una mención totalmente explícita en Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad).
ResponderEliminarSi consideramos la definición de Rousseau, o la de Mendelssohn, como ejemplos del "sentido moderno" de cultura, entonces habría que remontar la "modernidad" por lo menos hasta Cicerón. Esto, me parece, es forzar demasiado la interpretación.
Se entendió, supongo, pero quería escribir exactamente esto:
ResponderEliminarla cultura objetiva de los pueblos y naciones de la cual participan los individuos
¿Sería una barbaridad remontar la cultura popular a la que se refiere Eduardo a la traducción alemana de la Biblia por Lutero? Eso es muy anterior a Herder.
ResponderEliminarEs probable que haya alguna influencia luterana, pero la "cultura" secular, la Kultur, (pero no meramente como "cultivo" y educación "roussoniana", sino como susbtancia) no puede aparecer mucho antes de los románticos y esa reacción nacionalista ante la Ilustración. Hay fragmentos explícitos en el Discurso de la nación alemana, donde llama Fichte a la preservación de la individualidad nacional (es decir, de la "cultura" alemana) como única vía hacia la auténtica vida espiritual de los pueblos.
ResponderEliminarDiscrepo, y yo sí tengo cita. Escribe Leibniz (Nuevos Ensayos):
ResponderEliminarYo no utilizo el consentimiento universal como prueba principal, sino como una confirmación: pues las verdades innatas logradas mediante la luz natural de la razón llevan en sí mismas su caracteres, como la Geometría, pues pertenecen a los principios inmediatos, que vos mismo reconocisteis como indiscutibles. Pero reconozco que resulta todavía más difícil separar los instintos y algunos otros hábitos naturales de las costumbres, aun cuando, según parece, resulta posible hacerlo en la mayoría de los casos. Por lo demás, me parece que los pueblos que han cultivado su espíritu tienen algún motivo para atribuirse el uso del buen sentido mejor que los bárbaros, puesto que, al domarlos con casi tanta facilidad como a las bestias, muestran suficientemente su superioridad. Si no siempre resulta posible lograrlo hasta el final, se debe a que, al igual que las bestias, se esconden en intrincadas selvas, donde es difícil someterles, y tampoco merece la pena. No hay ninguna duda de que cultivar el espíritu supone una ventaja, y si se pudiese hablar en favor de la barbarie y contra la cultura, por lo mismo se tendría el derecho a atacar la razón en nombre de las bestias, y tomarse en serio los arrebatos espirituales del señor Despréaux en una de sus Sátiras, donde, para discutirle a un hombre sus prerrogativas sobre los animales, pregunta si
"¿Teme el oso al caminante, o el caminante al oso?
Y si, por un edicto de los pastores de Libia
los leones vaciaran las dehesas de Numidia..."
A pesar de todo, hay que reconocer que en algunos puntos importantes los bárbaros nos aventajan, principalmente en lo referente al vigor del cuerpo; y también en lo referente al alma se puede afirmar que en algunos aspectos su moral práctica es mejor que la nuestra, porque no tienen ni la avaricia de atesorar ni la ambición de dominar. Y es posible añadir, incluso, que el trato con los cristianos les ha hecho peores en muchas cosas: se les ha enseñado a emborracharse (llevándoles aguardiente), juramentos, blasfemias y otros vicios que antes no conocían apenas. Entre nosotros abunda más lo bueno y lo malo que entre ellos: un europeo malvado es más malvado que un salvaje, pues es refinado en el mal. Sin embargo, nada impide que los hombres lleguen a conciliar las ventajas que la Naturaleza concede a esos pueblos con las que nos proporciona la razón.
Me parece fuera de toda duda que la cultura como ámbito objetivo (opuesta a la incultura y a la barbarie) existía antes del romanticismo, aunque desde una perspectiva menos histórica y menos particularista que la que ha acabado popularizándose.
Que forma de recibir palos.
ResponderEliminarLo de Leibniz es otra vez el sentido clásico de cultura; "cultura" como cultivo, formación, educación (bildung), una propiedad de los pueblos civilizados frente a los salvajes, o frente a los animales. Por supuesto que los clásicos distinguían entre civilizados y bárbaros, pueblos educados y salvajes, etcétera. Lo mismo se puede leer en Cicerón y en cualquier otro autor clásico.
ResponderEliminarPero la "kultur" de la que habla Herder, y después los antropólogos, y los ministros de "cultura", y los "artistas", etcétera, es algo bastante diferente, porque 1) tiene un sentido esencialmente singular (se opone, no ya barbarie y civilización, cultos e incultos, sino la "cultura" española a la francesa, o la "cultura" trobriandesa a la vasca, o la "cultura operística" a la "cultura de la música popular", por no hablar de las "dos culturas" de Snow, etcétera), y 2) posee una referencia objetiva que desborda el horizonte clásico de la educación, esa misma "esfera cultural" (kulturkreis) de la que se supone participan los nativos o los nacionales. Si algún sentido moderno, específico, se le puede dar a la palabra "cultura" es éste. La cultura como educación subjetiva, o como patrominio de los civilizados, es un término (y un concepto) que no sólo cabe remontar a Leibniz, sino a los clásicos.
Don Gregorio, lo reconozco, todo esto para mí es demasiado abstracto. Me pierdo en los detalles y sobretodo en las referencias.
ResponderEliminarSin embargo le diré que para mí, la cultura viene a ser al hombre lo que el "sofregit" a la cocina catalana: es la base de todo; sin eso no puede desarrollarse lo demás.
"me parece que los pueblos que han cultivado su espíritu [...]"
ResponderEliminari.) El espíritu de los pueblos que lo han cultivado "tiene un sentido esencialmente singular".
ii.) El espíritu de los pueblos es una ""esfera cultural" (kulturkreis) de la que se supone participan los nativos". (Efectívamente, " LOS PUEBLOS que han cultivado SU espíritu ".
Todo esto se inicio porque en un post anterior yo escribí que "la cultura, tal como la veneramos hoy, es una figura de la Ilustración o, mejor dicho, fue la gran virtud teologal de los ilustrados, porque integraba en su seno a la fe, a la esperanza y a la caridad". Creo que Mendelssohn sería más comprensivo conmigo que Eduardo.
ResponderEliminarArrebatos: Ya sabe usted, cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas.
ResponderEliminarTumbaíto: Del 20 de agosto.
ResponderEliminarIrichc: Te agradezco muchísimo esa cita de Leibniz, me parece preciosa.
ResponderEliminarEduardo: Y a ti te agradezco también tu aguijón. Esto está quedando majo.
ResponderEliminarConcedo que la idea de una cultura primigenia, particular y venerable es falsa, un trasunto sofisticado de los dioses lares. La auténtica cultura está por encima de la ideología y del narcisismo, pertenece al progreso de la humanidad. Es un fruto de la civilización y, por tanto, de la razón común. No actúa como fundamento, sino como techumbre: pueden existir civilizaciones bárbaras, pero tienen sus días contados.
ResponderEliminarDe todos modos diría que Eduardo ha querido ir más allá de la mera crítica al folklore al plantear esta reflexión. Y no creo aventurar mucho si asumo que el rechazo del concepto "objetivo" de cultura se dirige en realidad contra las que vendrían a llamarse ciencias del espíritu, que él supone reductibles a procesos evolutivos. La denuncia de esta supuesta hipóstasis ilegítima llamada "cultura" tiene, pues, una clara intencionalidad autoapologética para el materialista.
La cultura, empero, es substancial como substancial es la razón, si bien ambas se expresan por canales sesgados -canales humanos. La misma palabra "formación" (Bildung) apela a la forma, que es un concepto platónico, intersubjetivo y hasta cierto punto místico. Cultura, que es trabajo en latín, refiere a su vez a aquello por lo que es digno esforzarse, al sufrimiento que ennoblece al industrioso, incluso al animal industrioso; al sacrificio, en fin, que libera al hombre de su destino miserable, según Hesíodo y Virgilio en sus Geórgicas.
Para evitar confusión de "suponeres", léase así el final del segundo párrafo:
ResponderEliminar"Y no creo aventurar mucho si asumo que el rechazo del concepto "objetivo" de cultura se dirige en realidad contra las que vendrían a llamarse ciencias del espíritu, que él imagina reductibles a procesos evolutivos. La denuncia de esta supuesta hipóstasis ilegítima llamada "cultura" tiene, pues, una clara intencionalidad autoapologética para el materialista".
Se me ocurre ahora, tras los discursos, que la cultura en el sentido clásico se oponía a la "incultura" o barbarie. Pero hubo un momento, en que la cultura ya no pudo oponerse a la barbarie inculta.Pues todo es cultura, en la viña del mercado.
ResponderEliminarDesde ese momento hasta ahora,la cultura no se opone a la incultura, sino que se difracta como haz de luz, en multiplicidad de enunciados culturetas: la oficial,la contracultura (que es más oficial que la oficial), la cultura de..."lo que se quiera poner": del snow, del ski, del macramé, del ganchillo o del bacalao al pil-pil....
Firmado:CoolTo
Parece que Eduardo habla desde la perspectiva de distinguir Kultur y Zivilization, centrando la atención en la reacción antimoderna alemana, de raíz romántica, y que encontró expresión en toda esa corriente de pensamiento que desde Nietzsche culminó en Heidegger, con Spengler incluido por ejemplo (que precisamente hace uso de esos términos, de Kultur como opuesto a la Zivilization de Francia en la línea de la distinción romanticoide de Tönnies en antropología entre Gemeinschaft -comunidad- y Gesselschaft -sociedad-).
ResponderEliminarEsta "reacción" tiene muy mala prensa desde que se la conecta directamente como preparatoria del nazismo y sus crímenes.
Sin embargo, en contra de seguramente el "fundamentalismo ilustrado" que profesa Eduardo, la posmodernidad supone la recuperación de la potencia que contiene ese discurso expresado en el camino intelectual de Heidegger.
Esta recuperación era imposible en Alemania, avergonzada de sus pecados, por eso la posmodernidad es sobre todo la reivindicación francesa de lo que de verdad tenía esa reacción antimoderna antes mencionada desde Nietzsche a Heidegger.
Entonces, yo creo que estamos en un momento en que parece que la antimodernidad furibunda es peligrosa cuando desenvoca en narcisismo agresivo pero que también es indudable el conflicto generada por la supuesta pureza del fundamentalismo ilustrado.
Así, Eduardo está hablando de "nación" sobre todo cuando dice "cultura" porque él habla de esa creación romántica tan peculiar que arraiga individuos y el término apropiado es "nación" para no perderse en digresiones y en campos semánticos más amplios.
La "nación" es un problema para la Ilustración porque parece inextinguible como fenómeno "inexplicable" y parece que las tentativas de anulación total de la "comunidad nacional" (de esa Gemeinschaft de Tönnies) han derivado en contraproducciones indeseables.
La utopía ilustrada de la "nación política" es así el problema de siempre, la tensión entre modernidad y los conflictos que genera cuando en su proyecto omniabarcante siempre se le escapa algo (reacción antimoderna).
Por otro lado, creo que lo de Gregorio Luri de la "cultura" no iba por estos senderos de la "nación" y que Eduardo ha entrado a tiro hecho con su predisposición interpretativa.
Parece que Luri se refiere a cultura como bien ha entendido irichc y muy bien ha ilustrado con su cita, es decir como una especie de atributo occidental que participa tanto de la Zivilization de Francia como de la Kultur de Alemania, entendida en todo caso como altura espiritual (aunque sea desde una óptica de destino nacional).
Es decir, hablamos aquí del refinamiento frente a la barbarie y de las ventajas y desventajas de este refinamiento que Luri revelaba como un dispositivo de apaciguamiento con Sloterdikj (casi un mecanismo de sublimación à la Freud) y que irichc ha iluminado más como un posible aliado de la batalla infinita que libramos contra nuestras determinaciones.
Escribí "desenvoca" por "desemboca".
ResponderEliminarLa cuestión es que parece que el meollo es un equilibrio entre lo inexplicable (nación, antimodernidad, reaccionario, comunitario) y de lo que se puede hablar (razón, modernidad, progresista, societario).
Pero vamos esta es la cuestión que introduce Eduardo con su visión de "cultura" desde la perspectiva de "nación" que inaugura el romanticismo en el período moderno.
Lo de Luri, repito, me parece q tiene q ver más con lo q apunta irichc y la dicotomía "alfabetización/barbarie".
Eduardo tiene toda la razón. Si la Cultura no se hubiese despegado de su aspecto agricultor, cultivador, no habría logrado constituirse como una de esas cuatro o cinco ideas-fuerza que poseen hoy día; sólo en el rodeo por la cultura objetiva (aproximadamente, el "espíritu objetivo", expresión de un volkgeist) tiene hoy importancia el sentido de cultivación en la palabra cultura.
ResponderEliminarPara Mendelssohn la "Kultur" no es diferente a lo que era la "civilización" o, mejor aún, la "vida civilizada" para Thomas Paine. Creo, además, que ambos estarían de acuerdo en que ese estado se conquista por medio, básicamente, del comercio, la poesía y la retórica.
ResponderEliminarMe parece indudable que el concepto actual de "cultura", en su uso cotidiano, tiene mucho más que ver con el cosmopolistismo ilustrado que con el nacionalismo romántico.
Están sembrados.
ResponderEliminar"Me parece indudable que el concepto actual de "cultura", en su uso cotidiano, tiene mucho más que ver con el cosmopolistismo ilustrado que con el nacionalismo romántico."
ResponderEliminarEs posible que así sea, pero porque se ha borrado el componente nacional (no siempre: castellers, jota o lo que sea, y como quiera que se diga) para equipararlo en la cultura universal objetiva, digamos, el museo imaginario de Malraux, que sin Herder y Hegel sería una idea imposible, de forma análoga a como se piensa que las Naciones Unidas son algo así como la "democracia mundial", hierro de madera, etc.
O sea, que el hecho de que se entienda así (a mi modo de ver, como falsa conciencia) no borra el hecho de provenir de la idea de cultura objetiva, "alemana".
Tumbaíto: ¿Pero de qué?
ResponderEliminarDe ustedes. Pero mejor preocúpese de: ¿dónde?.
ResponderEliminar"Esto está quedando majo."
ResponderEliminar¡Ha quedado, el tema ha dado un montón de sí y me ha sido muy instructivo y clarificador de muchas cosas, me ha venido de maravilla para completar algunas lagunas, gracias!