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jueves, 10 de abril de 2008

Hoy te pido ayuda


Nada más llegar a Barcelona me he ido a encerrar a la Biblioteca Episcopal del Seminario de Barcelona (300.000 volúmenes, ni más ni menos). Esta foto es la prueba. El lunes pienso recluirme todo el día en la sala de préstamos de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona y en los próximos días tengo pensado sumergirme en la Biblioteca del Centre Excursionista en la Calle Paradís, al lado mismo de los restos del templo de Augusto.
Allá en el horizonte del 22 de mayo me espera una mesa redonda con Adela d'Alòs y Jordi Permanyer para hablar de bibliotecas en las "Jornades Catalanes d'Informació i Documentació". Y después de haber confirmado mi asistencia y de haber comido -bien- con Adela y Jordi he caído en la cuenta de que de bibliotecas no sé nada. De ahí el pánico y mi encierro bibliotecario. Tengo que recuperar un viejo hábito porque en realidad yo ya no voy a las bibliotecas.
He descubierto -acabo de descubrir- que mi relación con el libro es demasiado fetichista como para compartirlo indiscriminada y democráticamente.

Sospecho que se siguen construyendo bibliotecas como en la Edad Media no paraban de construirse catedrales. Aún hay mucha gente que cree que leer nos hace mejores. Y en lugar de recomendar la oración fomentan la lectura.
O quizás no.
Ya ves, estoy hecho un lío.
De ahí que me dirija a tí directamente: ¿Por qué utilizas o por qué no utilizas las bibliotecas públicas?
Te agradecería que me ayudaras a abrirme camino. Tengo mes y medio para encontrar la respuesta a esta pregunta: ¿Para qué sirve una biblioteca pública?

36 comentarios:

  1. ¿Por qué utilizas o por qué no utilizas las bibliotecas públicas?

    Las utilicé a los 15 años. Me expulsaron del instituto, y terminé mi formación por cuenta propia. Matemática avanzada, física de la que hace que se caiga el pelo y esas cosas. Luego, a los 18, tenía el nivel de conocimientos de un alumno de 3ro de matemáticas.

    No lo cuento para "fardar": es que he estado a punto de escribir que nunca había puesto un pie en ellas... y de repente he recordado todo lo que les debo.

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  2. Llega un momento en que no te caben los libros en casa, que te das cuenta que los mejores los has prestado y que no te los han devuelto, y que no tienes chimenea para imitar a Carvalho usando un libro para encender el fuego. Entonces, vas a la Biblioteca. Uy Gregorio, qué deberes ... Otro día, más; por ejemplo sobre errores de clasificación, maniáticos que esconden libros ...

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  3. Hoy en día sólo entro en las bibliotecas llevado por mi perversión vouyeur: me gusta ver las largas hileras de estantes atestados de libros. De hecho, si por algo me gusta ir al Ateneu (y no sólo a la biblioteca) es precisamente por eso; igual que a las librerías.
    Antes, hasta los 13 años, hice uso de la biblioteca de la escuela. Ahí descubrí a los London, Stevenson, Verne, Poe y demás. Pero después empecé a comprar mis propios libros y a leer los que había por casa.
    Sólo durante un breve periodo de un año, hará unos cinco o seis, fui a una biblioteca para pasar horas muertas, aunque me llevaba mi propio libro o me dedicaba a escribir. Después descubrí que el silencio me abrumaba y que prefería el sonido de fondo en una mesa de un café.

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  4. Minuto antes de irme a la cama. Fresca no sé que diría pero... Si hay un cierto aire religioso, de respeto religioso que nos gusta mucho de las bibliotecas. He ido allí tardes a perderme. Sobre todo en la última estantería. La de literatura francesa. Un pasillito estrecho, en el que como nadie te ve te puedes sentar en el suelo. Me atraen. Porque todo el mundo se comporta silenciosamente, y busca, y encuentra. Una biblioteca siempre te ofrece una sorpresa... que pena que esté en mi etapa de abstinencia cannábica... No me importaría preguntarme esto y delirar sobre ello un par de horas. Pero en el plazo dado no tengo previsto el consumo. Así que mañana más despierta, regreso y a ver qué le dicen y qué más le digo yo... Hay todo un código en las bibliotecas. De atención. De conciencia. Es como si el que se sirve de ellas tuviera un amigo que no falla, que no defrauda... En la amabilidad de sus funcionarios. Casi siempre funcionarias en mi caso. Aunque a mí me gusta comprar libros. Pero si tengo un amigo que escribe... solicito sus libros a la biblioteca para que todos los conozcan o puedan. Además...
    KSNDR

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  5. Gregorio: mi respuesta a la pregunta ¿Para qué sirve una biblioteca pública? Qué curioso...
    Y que bonito... A mi me ha servido (hace una semana) para presentar el libro que escribí y que te mande. Fué tan hermoso que todavía estoy viviendo mi "momento de gloria" Los funcionarios estupendos, todo a punto para que saliera "redonda" la presentación. Publicidad, pantalla de proyección, cañón, técnicos etc.Todo gratuito. Sala a tope de personas. Además de un clima respetuoso y silencioso para leer, estudiar investigar etc, aquí en Zaragoza, la "Biblioteca de Aragón" sirve para eso, para presentar libros sin tener que pagar nada. Un regalo maravilloso.

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  6. Ah, y no son peligrosas. Que una librería siempre lo es. Es como si te resignaras a la idea de que aunque te gustaría tener todos los libros (ni se sabe por qué porque luego no los puedes leer de tiempo que te falta) al menos los puedes poseer un rato y a veces te imaginas quien en tu ciudad pudo haberlo elegido y por qué no le has conocido todavía y yo he dejado unas tangas en un libro de la biblioteca pero eso no es lo normal... lo sé :))

    Piensas que donde esté algún determinado libro, en qué manos, tú hasta podrías estar bien. Y te asombras a veces de las cosas que te encuentras en los libros, porque no todo el mundo lo digiere como tú y además tú no los escribes (los que pertenece la biblioteca). Pero me atraen. Siempre, como las iglesias... Y el olor... porque del libro, sobre todo de algunos se experimenta un olor... acumulan historia humana. Y nos hacemos amigos de su tacto en nuestra soledad. Pero yo sé que mañana o un día de esta semana... una mancha irá a parar a su camisa y su mente se iluminará. Cuéntenos cuando llegué la inspiración. La suya suele ser muy curiosa. Y también está la sinceridad... queda declarar lo que ocurre. ¿Qué ha sentido usted hoy? :)

    Bueno ahora sí, me retiro. Buen descanso
    KSNDR

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  7. Yo voy todas las semanas y lo hago esencialmente porque no puedo comprar todo lo que quiero. En segundo lugar (muy de lejos), porque disfruto estando rodeada de libros, ojearlos, sin que me fiscalice un dueño de libros. En último lugar me entretienen las sorpresas que decía KSDR. Una vez saqué un libro para leer el "otro" libro que había escrito un tipo (malo a rabiar, y delirante), a mano, en los márgenes de un tomo de poesía.
    Patricia.

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  8. Un espacio para la concentración intelectual , fuimos muchos las que las usamos como estudiantes opositores , recuerdo madrugadas de sueño contenido en la del Ateneo que abre toda la noche . Un pequeño microcosmos de silencio, solidaridad en el estudio ....Un descubrimiento de autores , temas , es apasionante explorar los estantes tan bien ordenados , siempre encuentro las respuestas, dejan dome llevar por el azar aparecen , pero salgo algo mareada con el síndrome que la "cultura abruma" ese estado de shock me gusta .....una arquitectura singular , espacios amplios de lectura , recovecos oscuros de pasillos como un laberinto de búsqueda .....siempre visito las bibliotecas de los museos por los que paso y he de reconocer que no se ha perdido esta tradición de santuario del saber ......y las pequeñas bibliotecas publicas de barrio , con adolescentes desgarbados devorando libros , jubilados leyendo todos los diarios .....

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  9. Mi abuelo decía que suficiente justificación para las bibliotecas públicas se encontraba en el hecho de que servían a los pobres durante el terrible desempleo en Liverpool en los años 30 de refugio de la lluvia y del alcohol.

    Pero claro, aquí no llueve.

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  10. GLuri:

    Me encantaría ayudarte.Pero no puedo, porque, aparte la biblioteca de la facultad y un par de veces la del colegio de abogados, nunca he utilizado una.
    Razón: Ninguna en especial.Quizá es cuestión de hábitos, y de el tiempo que consume en Madrid ir a una.

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  11. Yo tampoco voy pero, en mis tiempos universitarios, fui becaria de una de ellas y es un sitio perfecto para "ligar", con miradas y luego encuentros en la fotocopiadora. Todo un ritual estudiantil de comentarios vacíos de cuán duro es pasar una mañana estudiando y qué lindo será el mundo laboral.

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  12. De todos modos, hay un momento en la vida en el que pierdes la fe en la biblioteca. Es como descubrir que tus padres no son perfectos. El cariño no desaparece, pero de repente te sientes muy solo.

    Es un momento peligroso: hasta entonces, habías creído que para cualquier pregunta, existía un libro con la respuesta. Comienzas a frecuentar la compañía de libros poco recomendables, de esos que esconden en las estanterías más apartadas, y vas de frustración en frustración. Hasta que descubres que el libro que falta sólo puedes escribirlo tú...

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  13. Es un espacio de libertad y sueños. Un vuelo libre. Creatividad y aprendizaje.
    Silencio. Concentración. Algo sagrado.
    En casa no todo el mundo lo tiene.

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  14. ¡Hola Gregorio!
    Utilizo las bibliotecas públicas para leer libros literarios o hacer consultas sobre temas que no son habituales en mi trabajo.
    Confieso que a pesar de que amo leer, no me gusta tener en mi casa libros que no sean estrictamente de consulta frecuente y algún otro volumen que me guste mucho. Cuestión de espacio. Todo lo demás lo saco prestado o lo bajo por Internet, donde existe una gran colección de libros electrónicos. Al contrario de muchos lectores, no echo de menos el papel, tranquilamente puedo leer directamente directo de la pantalla.
    Por otra parte, me agrada mucho el ambiente sagrado que se respira en las bibliotecas.

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  15. "directamente directo" ¡Excusez-moi!

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  16. Biblioteca para el estudio y la investigación. Bibliotecas para facilitar la lectura de libros a quiens no pueden comprarlos. Bibliotecas para estar. Sancta santorum para ofrecer una atmósfera en la que recluirse. Placer estético-religioso, catedralicio. Viejos autobuses cargados de libros por los pueblos. Biblioteca pública, como mendicante. Biblioteca privada como signo de exteriorización (cultura, status, poder)Bibliotecas vacías. Piras de libros ardiendo en la calle. Bibliotecas de libros prohibidos. Bibliotecas imaginarias. Bibliotecas mito. Incendio de Alejandría. Biblioteca de El nombre de la Rosa en torno a Aristóteles. Biblioteca de El Escorial, que cruza la entrada al patio por encima mostrando la necesidad de atravesar la cultura de los tiempos para acceder a Dios. Maleta de libros del exiliado. Cuatro libros para toda la vida. Vida Sexual Sana y una colección de fascículos junto a Dioses, Tumbas y Sabios. Utopía de Tomás Moro junto a Jane Eyre de la Bronte y novelas de Zane Grey (biblioteca de mi padre) a la que luego se añadirían Cuerpos y Almas y los Pulitzer.

    En nuestro mundo, dispersos, están los fragmentos de una inmensa biblioteca universal.

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  17. GLuri:

    Otra idea sobre bibliotecas y conservación del saber:En caso de conflagaración universal o cataclismo la digitalización de los textos es inútil.En un escenario tipo MAd MAx los ordenadores no funcionarían, no habría electricidad, etc.
    Los libros deberían conservarse bajo tierra, hechos de material ignífugo y dentro de cofres casi indestructibles.

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  18. ¿Por qué utilizas o por qué no utilizas las bibliotecas públicas?
    Porque hay libros que no tengo y quiero leer. Alguna vez incluso estudié en la de mi facultad.

    ¿Para qué sirve una biblioteca pública?

    Para que la gente que lee coja libros que no tiene. A algunos les gusta su ambiente de tranquilidad y demás.

    Humildemente creo que la pregunta ahora (acaso antes) podría ser ¿sirven las bibliotecas para otra cosa (las respuestas frikis no sirven... bueno, sí, pero son éso, "frikis")?

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  19. Hola,
    De pequeño me sirvieron para aprender a escaquearme del estudio e iniciarme en la lectura de Asterix, Tintín y el Cavall Fort. Ausencia prolongada hasta la universidad, cuando la utilizaba para estudiar.

    Después, el vacio. Intenté encontrar un motivo que me hiciera cambiar la búsqueda y compra de libros en librerias por las bibliotecas públicas. No sé, como ex-estalinista eso de comprar me parecía un poco reaccionario. Pero finalmente acepté que gozaba leyendo y guardando mis libros en mi propia biblioteca particular.

    Saber que he de devolver el libro que leo me provoca mucha desazón, como traicionar a un amigo. Y robar no me atrae.

    hasta luego

    Ramon

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  20. Reconozco que no voy a menudo a bibliotecas. Prefiero tener los libros en casa. Cuando no encuentro alguno que me absorba, me gusta releer algunos trozos de los que más me han gustado, recordar qué pensé, qué sentí, si lloré, si reí, qué pasó, end efinitiva, mientras lo leía. Quizás me viene de la tendencia excesiva que tengo de mirar atrás.

    pero ese no es el caso.

    Por ejemplo, la biblioteca que te puedes formar en casa no es igual, seguro, que una pública. En casa guardas libros leídos, o pot lo menos por leer. En una biblioteca te paseas a tus anchas, no buscas nada pero sin embargo encuentras. para mí éste es el principal atractivo de las bibliotecas. "Flâner", pasear.

    Saludos,

    Mar

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  21. Sobre los once o doce años en verano, cuando me sacaron el carnet para me entretuviera...
    Ahora no en general voy porque
    1. no hay silencio
    2. no hay una oferta interesante de libros (igual que en la fnac...mucho club bildenberg y poco ensayo no-progre)
    Se salvan las bibliotecas universitarias por los manuales obligatorios.

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  22. De adolescente: iba... a hablar. Con la excusa de estudiar o hacer un trabajo, era el sitio ideal para contar confidencias y ligar con la mirada

    De universitaria: la de la facultad era maravillosa para completar apuntes, estudiar, etc... aprendí a valorar el silencio.

    Tesis: la zona del archivo de la biblioteca de la complutense, la del Banco de España y la Nacional fueron CLAVES para mi tesis, imprescindibles, me enamoré de la investigación en biblioteca.

    Hoy: me encantaría ir más a la del Banco de España y la Nacional, por el silencio, la disponibilidad de libros, etc... me resulta imposible. Y por otro lado... me encanta releer libros, asi que si me lo permite el presupuesto prefiero gastarlo en comprar. Y si son antiguos, ya es de desmayo (pero no están a mi alcance).

    Don Gregorio, no me debe usted nada. Es un placer, le leo cada vez que postea. Aprendo y disfruto, y eso es impagable.

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  23. Hoy por hoy, y mas las bibliotecas publicas que las de las universidades, son como una especie de centro lúdico. Sabrá que cada barrio tiene su biblioteca especializada en un tema concreto. La de mi barrio esta especializada en musica, y dese luego, vale la pena ir pasandose por allí de vez en cuando. Por lo demas, como espacio de estudio me parecen una birria. Nada que ver con las fantasticas bibliotecas antiguas donde el libro era el protagonista.( tipo universidad central). Le recomiendo que vaya visitar bibliotecas publicas, LESSEPS o FORT PIENC, y vea el concepto de bilbioteca actual. Quiza pueda averiguar algo.
    Un abrazo y suerte.

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  24. Las bibliotecas públicas sirven para guardar los libros que acaban en los organismos públicos.

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  25. Algo:

    http://www.arcadiespada.es/2007/01/11/11-de-enero-de-2007/

    http://www.arcadiespada.es/2007/01/12/12-de-enero-de-2007-san-arcadio/

    Lo cual confirma -creo- su teoría de las catedrales. Hay ciudades tan descabaladas (...) que no tienen catedral. Salutti,

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  26. Yo no sé nada de bibliotecas, porque subrayo,tacho, dibujo y a veces hasta toso encima de la página. Nunca he llegado a vomitar. Doblo, mancho cuando en la mesa tengo tantos libros a la vez, que alguno le toca el ser posavasos, o mientras desayuno el fin de semana y con la tostada unto aquella página que no podía esperar ser leída, y ya no le digo nada cuando la leo en la taza del watter, o cuando doblo páginas indomables y destrozo el libro.
    Pero, no comparto su tesis sobre la lectura que nos haga peores y la oración nos haga mejores.
    Qué es sino la lectura sino una citación contínua, y la oración en cambio una re-citación repetitiva.
    Mi alma prefiere el citare, que el re-citare.

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  27. Hasta que no tuve un sueldo viví exclusivamente de los libros de las diversas bibliotecas públicas que se cruzaron en mi camino. Hasta he llegado a medio componer libros que llegaron a mis manos destrozados para que otros tuvieran la oportunidad de leerlos.

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  28. Una biblioteca pública sirve para guardar libros como el de Camera cafe o el del programa de Eva Hache para regocijo de quien los lea y, sin embargo, no contener ni Ser y Tiempo ni la Fenomenología del Espíritu, porque deben ser muy complicados y poco populares.
    Esto es lo que ocurre en la biblioteca de mi ciudad.

    L. de Aguirre

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  29. Porque utilizas o no las bibliotecas publicas?

    De joven eran imprescindibles para estudiar, ya que disponian de todas las revistas y libros sobre mi especialidad y era un lugar de encuentro con los amigos.
    Actualmente,en mi ambito laboral casi no se utilizan. Las bibliotecas, ahora ya no tienen libros ni revistas,todo es electronico, solo quedan algunos libros de no mas de 50 años, porque los conocimientos cientificos se adquieren atraves de internet, las publicaciones son tantas, y su publicación en linea tan rapida que aparecen antes los articulos en pantalla que en papel, es mucho mas asequible, ya que solo adquieres los articulos que necesitas y los tienes ya.Todos los dias debo asomarme a Internet para ver que ha aparecido sobre los temas que yo trabajo, el papel ha quedado obsoleto
    Hay otras bibliotecas, que para mi son verdaderos santuarios, libros que jamas podre disponer, la Biblioteca Nacional, la del Escorial, Viena, British, etc. estas son para pasar horas trasportada a otro mundo.
    Los libros de lectura o interesantes para mi los compro, rebuscandolos en las librerias y entre muchos defectos, "mis libros son mios", y establezco un tipo de relación personal, que soy incapaz de dejarlos a otros, si alguien quiere alguno de mis libro, digo que si, compro uno y se lo doy, como habitualmente no se devuelven, no tengo ningun disgusto, pero mis libros son parte de mi.
    Le sirve Don Gregorio?

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  30. Las bibliotecas populares actuales tienen muchos matices, han animado los barrios y pueblos y permiten leer los libros de 'moda' sin gastar dinero, es muy frustrante comprar una novela de actualidad y ver que no valía la pena y que la realidad no responde a las expectativas, pero también fastidia que todo el mundo hable de, por ejemplo, La Catedral del Mar, y tú no puedas 'ficar cullerada' si no te gastas el dinero, en la biblio puedes coger el libro, leerlo en diagonal y, después, opinar. El espacio de las casas pesa mucha a la hora de poder acumular, hay libros que quieres 'tener' y otros que no hace falta. Tienen catálogos en línea donde puedes buscar libros más raritos de otras bibliotecas de la red y te los traen por el módico precio de un euro veinte, organizan actividades para mayores y pequeños, hacen muchas actividades para niños con mamás y/o papás, creo que no se ha valorado bastante el esfuerzo 'bibliotecario' de los últimos años. Responden también a la idea de que el papá estado o el papa ayuntamiento nos lo tienen que hacer casi todo, ciertamente y así, si organizas una actividad en la biblioteca -suelen ceder las salas con amabilidad- a las nueve te cierran la luz porque, lógicamente, los empleados tienen que irse. No es lo mismo que un centro social fundado, administrado y financiado por 'la gente', al estilo antiguo, cosa en desuso. Eso hace que muchas veces haya cambios de personal y que no haya lazos demasiado estrechos, con excepciones, entre quienes la dirigen y el barrio, aunque eso depende de zonas.

    Los fondos de las bibliotecas públicas responden a políticas determinadas, y así, de algún autor que se quiere promocionar o proteger con compras 'oficiales' encuentras un montón de títulos y de otros uno solo y en alguna remota localidad, por ejemplo.

    Ahora bien, son una cosa muy diferente de hace años, antes parecían lugares sagrados, eran escasas y algo temibles, no son demasiado silenciosas, son 'multimedia' y la mayoría de gente va a por pelis i discos para copiar, o a usar los ordenadores, a mirar y pedir revistas y a leer los periódicos sin comprarlos. Hay mucha peña juvenil sentada por el suelo con portátiles, los días de fiesta, cerca de la biblio, para 'conectar'. Incluso a las bibliotecas escolares, estoy llevando el proyecto sobre el tema de mi escuela, hay que llamarlas 'puntedu' (?).

    Otra cosa son, supongo, las universitarias y más especializadas.

    Creo que para los niños y jóvenes de hoy la biblioteca habrá sido, cuando sean 'mayores', un gran referente y una fuente de nostalgias futuras importante. Una maestra joven, ya del tiempo 'de las bibliotecas populares actuales' me contaba emocionada y melancólica como su mamá la llevaba a escuchar cuentos, hace poco más de diez años, a la biblio del barrio, muchos para ella, un soplo para mi.

    Yo las utilitzo mucho, la verdad, he ahorrado mucho dinero en malas novelas con ellas e incluso he encontrado perlas inesperadas eligiendo al azar, además de la cuestión más académica de libros de consulta, historia, literatura y otras materias.

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  31. La biblioteca para mí, es el lugar donde estudío, donde encuentro una paz, y un silencio que en ningún otro lugar hay.
    Núnca voy para coger un libro me gustan que sean míos, són mi tesoro.
    Lo que sí hago es leer alguna revista de algún tema especifico.
    Goyo, adelante¡ No dudo que conseguiras dominar el tema, como un verdarero especialista.

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  32. Hay una pregunta inevitable: ¿por qué confirmas tu asistencia a una mesa redonda de cuyo tema dices no saber nada?

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  33. Anónimo me hace, ciertamente, la pregunta inevitable. ¿Por qué confirmo mi asistencia a una mesa redonda sobre cuyo tema aseguro no saber nada?
    La respuesta es que no es cierto que no sepa nada.
    Me explico: He sido frecuentador de bibliotecas. Recuerdo perfectamente la primera vez que pisé una y el libro que elegí: "El conde de Montecristo". Tenía 10 años. Recuerdo sobre todo el pasmo que me produjo comprobar que todo el saber podía ordenarse en apartados y que había fichas con libros en cada uno de esos apartados.
    Gracias a las bibliotecas pude leer en mi adolescencia a Salgari y Verne y gracias a las bibliotecas pude estudiar y hacer mis deberes universitarios.
    Sigo, aunque ocasionalmente, visitando alguna biblioteca, por ejemplo me gusta la sala de consultas de la Universidad de Barcelona y a través de mi hija he conseguido algún libro de la biblioteca de la Universidad Autónoma.
    A donde no voy es a las bibliotecas públicas.
    En primer lugar porque dificilmente encuentro en ellas lo que me interesa. En segundo lugar porque no me parece que se caractericen por su ambiente de estudio.
    Todo esto, obviamente, se lo comuniqué a los que me invitaron. Y, para mi sorpresa, me aseguraron que, a pesar de todo les seguía interesando mi presencia reticente.

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  34. Por otra parte, como puede ver, estimado epiceno, yo soy un maniático empedernido. Y le puedo asegurar que una vez aceptada mi participación me dedico a su análisis casi obsesivamente. Tengo programadas varias visitas y unas cuantas entrevistas. Y ciertamente, las respuestas de los tertulianos de este café me están siendo de gran ayuda.
    Por cierto: ¿Cuál es su relación con las bibliotecas púiblicas?

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  35. No te pierdas esto, queridísimo Goyo, si quieres tomarle el pulso a lo que se cuece en las bibliotecas de hoy día; al menos sabrás lo que piensan los bibliotecarios...

    http://frikitecaris.blogspot.com/

    Besos de casi sobrina :-* :-*

    Yolanda

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  36. las bicliotecas públicas, sirven cláramente, para charlar con los amigos en época de exámenes, ¿no?.
    Luego tienen otras utilidades, cómo ver los buenos libros bien enmarcados y amontonados sin que nadie los coja ni de casualidad, y los libros de dudosa calidad científica o literaria con largas colas de espera para poder leerse.
    En mi caso sirvió para formarme (mientras no hablaba con los amigos ni estudiaba lo que me mandaban), y para saber todo lo que nunca leeré.

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