El caso de Konrad Zacharias Lorenz (1903-1989) es bien curioso. Es el caso de un científico relevante (premio Nobel y uno de los fundadores de la etología) cuyas investigaciones, a diferencia de las de Heidegger o Schmitt, no parecen resentirse lo más mínimo del hecho, perfectamente constatado, de su estrecha colaboración con el nazismo. Incluso ha sido reconocido por los verdes alemanes como uno de los fundadores de su movimiento.
Lorenz se afilió al Partido Nazi en 1938, inmediatamente después de la invasión de Austria, su patria. Aceptó sin reparo moral alguno una plaza en una universidad bajo un régimen que había expulsado de sus puestos universitarios a los judíos por el hecho de ser judíos. Ese mismo año, 1938, escribió: “Mi completo trabajo científico está dedicado a las ideas del Nacional Socialismo”. Como han puesto de manifiesto diversos investigadores, esto significa también dar apoyo a las ideas de “higiene racial”. Algunos aseguran que llegó a participar en la Oficina de Política Racial. No lo sé. Lo que si sé es que
Cuando aceptó el Premio Nobel justificó sus publicaciones de estos años alegando que muchos científicos decentes recibieron con ilusión el advenimiento del Nacional Socialismo. Cierto, pero muchos se negaron a escribir lindezas de este tipo: “El material humano socialmente inferior puede penetrar y destruir el saludable cuerpo social". No seré yo quien oculte que este pensamiento no era exclusivo del nazismo. Ni la socialdemocracia sueca ni los Estados Unidos tuvieron reparos en practicar
Se quiera reconocer o no, los orígenes de la psicología animal son indisociables del patronazgo nazi, pero que yo sepa, nadie se ha propuesto estudiar de qué manera los conceptos centrales de esta disciplina o de la etología fueron contaminados por la ideología nazi o influyeron en las prácticas de los nazis. Por lo visto, la etología de Lorenz es menos sospechosa que la ontología existencial de Heidegger. Se puede decir que Lorenz era un científico. Pero eso, evidentemente, no haría sino agravar las cosas.
La diferencia está a la vista: para desgracia de los Trofim Lisenko's de este mundo, no existe una biología nazi ni una biología comunista. Existe una biología que funciona y una que no funciona. Lo mismo pasa con las matemáticas, la física y la medicina.
ResponderEliminarEs una pena que no se pueda decir lo mismo de la filosofía: por las cátedras de este mundo postmoderno siguen vagando y penando espectros que enseña filosofía marxista, sólo por poner un ejemplo muy claro y asequible. Y es que la peor filosofía (también la hay buena, regular y no tan mala) sirve para justificar las locuras y miserias de algunos. Los balbuceos ontológicos de Martin Heidegger y sus chorraditas místicas sobre el Sein y el Dasein, as a matter of fact, no tenían otra intención. Ni siquiera intentaba disimular como un Lysenko con el pretexto de la "objetividad", típico del "materialismo científico".
Pero puedo equivocarme, ¡vaya si puedo!: experimentemos, aunque sea mentalmente, con el Dasein. ¿O se trata de un animalejo inefable e inasible como el dios de los teólogos?
pero mírelo, con sus patitos persiguiéndolo por el campus, esa demostración de que el primer objeto de tamaño mediano/grande que ve un pato al nacer es reconocido y clasificado como "mamá".
ResponderEliminarLos patitos le seguían, ergo seguro que era una linda persona.
(Luri, yo a este hombre lo tenía por un hippy de carácter dócil...con usted no hay mitos que valgan)
Celia: Esas muestras tan tiernas de los patitos le confirmaron a Lorenz que la cultura domesticaba al hombre... en exceso. Había que volver a inyectarle sangre salvaje en las venas... Bueno esto es lo que decía en los 40, después dejaba abiertas las conclusiones.
ResponderEliminarla cultura ?? o más bien la naturaleza querrás decir...
EliminarFreman: No hay nada más concreto que el Dasein.
ResponderEliminarYa lo ha dicho Freman. La diferencia estriba en que es mucho más sencillo separar la ideología nazi de la psicología animal, que segregar las verdades destiladas por Heidegger. A partir de Lorenz la etología ha seguido haciendo progresos. A partir de Heidegger, la metafísica ha seguido produciendo lo mismo: cátedras universitarias.
ResponderEliminarNo hay nada más concreto que el Dasein.
ResponderEliminar¿Puedo decirle al profesor que el Dasein se ha comido mis deberes?
Por cierto, don Gregorio: aunque supongo que ya lo sabía, en el comentario que dejé en el blog de Eduardo sobre Heidegger, no me refería a usted, sino a un conocido común.
ResponderEliminarQuizás el que el mayor filósofo del siglo pasado fuera un nazi debería llevarnos, más que a extrañarnos por él, a preguntarnos que nos dice eso de ese siglo.
ResponderEliminarLo que yo no entiendo, don Gregorio, es que afirme que la solución de la cuestión que presenta a Lorenz como científico no haría sino agravar las cosas. A no ser que se entienda que "Verum" y "Bonum" coinciden en el "Unum", en el Dios de la ontoteología; a no ser que consideremos antiplatónicamente que enunciados como "verdad inútil", o "verdad espúrea" son oxímoros.
ResponderEliminarEs que el nazismo, Sr. Luri, es el núcleo duro de nuestra sociedad. (Por desgracia, of course.) Y, los nazis se encargan de castigar a los que rechazaron el nazismo.
ResponderEliminar(Y de proteger a sus leales.)
ResponderEliminarEduardo: Yo creo que la filosofía de Heidegger ha sido mucho más criticada por la filosofia que los presupuestos y conceptos de la etología.
ResponderEliminarMe parece evidente que cuanto más connotativo es un lenguaje más expuesto está a la manifestación del sujeto hablante en el mismo. Y ni la etología ni la psicología animal son lenguajes formales.
Freman: Le advierto que yo sigo releyendo a Heidegger. Me sigue pareciendo uno de los grandes filósofos del siglo XX. Quizás el más grande.
ResponderEliminarClaudio: Esa es para mí la pregunta fundamental. Y debemos pensarla, creo, sin restricciones.
ResponderEliminarOtro: Si los argumentos de Lorenz eran puramente científicos, podria pensarse que el uso por parte del nazismo de la ciencia no fue algo meramente instrumental, sino que quiso afirmarse a sí mismo con argumentos científicos. Y de hecho, Hitler hizo mucho más caso de los científicos y de los tecnólogos que de los filósofos.
ResponderEliminarTumbaíto: No sé si quiero entenderlo.
ResponderEliminarPues no estoy de acuerdo. En todo caso, quiso investir del prestigio de lo científico argumentos que eran filosóficos, por tanto, ideológicos. Ese es el problema de Lorenz, que es el problema de los científicos en general, sean nazis o hiperdemócratas (incluso hipercomunistas: piensese en las leyes generales de la materia del Diamat): que creen seguir siendo científicos cuando ejercen una mala filosofía.
ResponderEliminarMientras que lo que no sepa es si quiere entenderlo...
ResponderEliminarEn torno al post sobre Zarka:
ResponderEliminarhttp://www.alaindebenoist.com/pdf/una_campana_contra_carl_schmitt.pdf
ESTE ES EL TEXTO al que remite Juan Diego
ResponderEliminarJuan Diego: Efectivamente, es importante criticar a fondo el pensamiento de Schmitt, pero haciéndolo desde la libertad de pensamiento que para la filosofía debería ser sagrada.
ResponderEliminar¿Cómo demonios vamos a entender el siglo XX si no?
Le advierto que yo sigo releyendo a Heidegger.
ResponderEliminarFelicidades. Yo tuve la paciencia de leer "Materialismo y empiriocriticismo" y el Anti-Dühring. Me gustó mucho la ocurrencia de Engels, al definir la vida como "el estado de existencia de los cuerpos proteínicos". Si, para Platón, un pollo desplumado pasaba por persona, para uno de los padres del marxismo, unos huevos fritos estaban vivos. Creo que cuando lo escribió, hacía ya bastante que se había sintetizado la urea, precisamente en Alemania.
Ese es el problema de algunos filósofos "continentales": llegan tarde a la fiesta y se ponen a contar chistes muy malos.
Freman: El marxismo se concibió a sí mismo como ciencia. Stalin se veía como la vanguardia de la ciencia. Nadie ha creído más en la capacidad liberadora (progresista) de la ciencia que los marxistas. "Atruena la razón en marcha", reza la Internacional.
ResponderEliminarPodemos permitirnos el lujo de despreciarlos. ¿Pero eso ayuda a entender por qué tanta gente inteligente, tanto en el continente como en el Reino Unido, estuvo convencida de ello?
A Freman:
ResponderEliminarSí. No hay una ciencia nazi, ni una ciencia comunista. Como no hay un fusil nazi ni un fusil comunista, esa connotación se las da el fin con el que se utilicen, y en el caso de Lorenz, como el mismo lo aclaró, su trabajo científico esta dedicado a las ideas del nacional socialismo, el "Nazismo".