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lunes, 21 de abril de 2008

Contra la cultura II

Acabo de leer “Le grand dégoût culturel”, de Alain Brossat. Es un mal libro que da mucho que pensar. Es un mal libro porque el autor confunde sus ocurrencias panfletarias con argumentos, pero esas ocurrencias que no encuentran respuesta en el libro, se quedan contigo en forma de pregunta una vez acabada la lectura. La más importante es: “¿Qué es eso de lo que todo el mundo habla también y que llamamos cultura?”. Si es tan unánimemente alabada, debería ser bien conocida, pero no parece que sea así.

Justo al acabar este libro me encontré en la prensa con la noticia de que la Generalitat invertirá 32 millones de euros en la búsqueda de nuevos lectores. Es un gasto que nadie le recriminará. O en todo caso le dirán que no es suficiente. La del fomento de la lectura es una causa –se supone- noble. Tan noble que incluso ha sido capaz de conciliar a los presidentes del Espanyol y del Barça, que se reunieron antes del partido que los enfrentó el sábado, aparcando sus rencillas, para apoyarla. Además de noble esta causa es milagrosa.

De todos los fenómenos culturales el más fomentado por los poderes públicos es el de la lectura. Con escaso éxito, todo hay que decirlo, pero aquí lo que se valora es la buena voluntad.

Yo tengo mis dudas sobre si lo que se fomenta es la lectura indiscriminada o el fetichismo del libro, pero tampoco sé si hay mucha diferencia entre ambos conceptos.

Personalmente considero mucho más elevado el ejercicio de contemplar las nubes que el de la lectura y mientras pueda, interrumpiré cualquier lectura para seguir el curso de las nubes, especialmente si el espectáculo que nos brindan es el de estos días. Pero los poderes públicos no consideran noble, por lo visto, fomentar la contemplación de las nubes. Las nubes no son fetiches culturales.

Desde un punto de vista formativo probablemente la conducta más determinante en la formación de una persona sea la del diálogo. Toda la cultura antigua es una loa del diálogo. Platón, el gran Platón, decía que sólo somos capaces de razonar cuando aprendemos a dialogar con nosotros mismos, es decir, cuando interiorizamos el diálogo con los demás. Y él sabía, mejor que nadie, que el diálogo tiende, por su propia naturaleza, a acabar mal. Pero los poderes públicos no fomentan el diálogo sino en todo caso, su expresión más beata y, visto como va la escuela, lo que está en auge es el fomento de la opinión y la expresión individual, cuando, como todo el mundo sabe, la manera más eficaz de no escucharnos es la de hablar todos a la vez.

¿Por qué los poderes públicos se olvidan de fomentar el silencio? ¿Acaso porque es poco comercial?

Por otra parte los poderes públicos, como no quieren ser criticados, fomentan “la lectura”, no esta o aquella lectura. No quieren ejercer de maestros… excepto cuando se trata de loar una figura del pasado, pero en este caso el homenaje cultural tiene mucho de homenaje narcisista a nosotros mismos como miembros de una cultura que produce lumbreras. Es decir, suele ser un acto político, cosa sin duda positiva, pero que no nos aclara el sentido de la cultura.

¿Por qué nadie nos enseña a educar el criterio lector? ¿Qué es lo verdaderamente cultural, la lectura o la formación del criterio?

Yo tiro a la basura abundantes libros, sin ninguna pena. Muchos de ellos no valen ni el peso del papel en el que están escritos. Cuando echo la vista atrás lo que me deja admirado no es lo que he aprendido, sino la cantidad de tiempo que he perdido leyendo memeces. Nada he echado más en falta en mi vida que un maestro que me aconsejara sobre todo lo que no tenía que leer.

Sigo con Mickey

13 comentarios:

  1. Ei! Com t'ho has fet per posar l'animació del Meteosat allà al costat?
    Merci!

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  2. Los poderes públicos nunca fomentarán el silencio - ni el aburrimiento, como decía Cioran - porque entonces corren el peligro de que los súbditos se caigan del guindo.Niños, nada de silencios, que de ahí surgen todo tipo de ideas perniciosas.
    Y lo de las nubes, peor aún.Qué se habrán creído, que pueden estar por ahí tirados sin más, disfrutando de algo que no les damos nosotros-ni les podemos cobrar!

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  3. Todo lo que se fomenta lo es en función del espíritu del tiempo: industrial, basado en la producción. Los presupuestos que dedica la política revierten en campañas que terminan en la compra de unidades (cds, libros, videos, reproductores, librerías y televisores)

    Nada en contra salvo que fomentar el silencio o el criterio o el discernimiento, o la contemplalción son enseñanzas que se supone escolares y probablemente virtudes no públicas.

    Cómo se va a fomentar el diálogo desde unos responsables políticos que se hablan a gritos con descalificaciones permanentes?

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  4. La idea de un Estado laico no se refiere únicamente a la religión. Claro que, llegados a estas alturas, no vendrá ahora de los libros.

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  5. Bastaría tener un maestro que nos dijera qué no es necesario leer para, de inmediato, sentir una irresistible curiosidad morbosa por esas lecturas. Curiosidad que no se vería aplacada hasta que hubiéramos dado la razón al maestro por nuestra propia experiencia.
    Eso cuando el maestro (en tanto que humano) no pretendiera adoctrinarnos, más que educarnos.
    No sé, don Gregorio. A veces es mejor que cada uno cometa sus propios errores, pues es la única forma posible de corregirlos. El consejo ajeno no sirve para eso.

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  6. Tener una mínima cultura,saber seleccionar las lecturas y a los autores. Es decir, verlas venir a ellas y al autor, casi antes de leer toda una página. Con un párrafo incluso con el índice, o hasta con las citas que usa. Sería como olfatear el lenguaje que utiliza el autor y automáticamente saber por dónde te va a conducir.
    Los libros se compran con el olfato, no con la vista.

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  7. No creo que un maestro (magister) pueda enseñarnos que leer, pero si discernir, que no es tomar partido. Claro que el resto es nuestro.

    Hoy, la "cultura" que podríamos llamar espíritu de la época, nos sitúa en la "elite" o en la contra élite, y valdría la pena entender que entiende cada uno por lo otro.

    ¿Porqué no Alatriste? ¿Porqué si Zafón? ¿Porque no Follet? ¿POorque sí Austen? Tal vez dependamos de la crítica y el consejo, que están nsiempre mediatizados por el comunicador, emisor del mensaje.

    ¿Se consideran los lectores de El Pais superiores culturalemnte a los lectores de El Mundo?, por ejemplo. Leerán unos y otros sus críticas con mayor fe, seguro. ¿Quien escucha a Jiménez Losantos tiene fe en su verdad, coincidente con la suya? ¿O es la suya coincidente con la del emisor?

    Cada medio tiene su nicho que es su propia elección cultural. Detrás de El Pais, o delante, está Santillana. Basta acudir a un librería en el salón de casa (o donde se tenga) y ver cuanto Taurus, Alfaguara, et6c. hay allí para tratar de comprender el hecho.

    No creo que exista una cultura de masas uniforme, sino muchas culturas de masas, de la misma manera que no hay individuos unidimensionales, sino atraídos por muchas dimensiones de la comunicación, la fe, la influencia cultural y al final de todo el cultivo. Quien siembra (o cultiva) zanahorias mes porque aspira a recolectar zanahorias.

    Cito un fragmento del aforisno 29 (para un prológo) de Wittgenstein, que me parece admirable en su conjunto.

    ... "aún cuando el teatro que nos ofrece esta época no sea el del devenir de una gran obra cultural, en la que los mejores colaboran hacia el mismo gran fin, sino el teatro menos imponente de una masa, cuyos mejores solo aspiran a fines privados, no debemos olvidar que esto no depende del teatro."

    El bien supremo del arte (entiéndase esto como ejemplo o metáfora) ha sido dejado de lado por el interés del status del artista. Cuestión del espíritu de la época.

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  8. pues yo desde que le he encontrado a usted ya no echo eso de menos, ¡qué cosas! Además amó su pasión por las nubes.

    Buenas tardes.
    KSNDR

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  9. A ver, quizás entendí mal, pero con lo de Sant Jordi, me parece que escuche en el telediario que se publicaban 60.000 libros cada año, no se si una sola editorial, o todas, de esto sabe usted mucho mas que yo Don Gregorio, tampoco se si eran en legua castellana, en catalana lo dudo, o pueden ser ambas, aun así ante tamaña oferta ¿cual elegir?. Una persona que merece todo mi respeto, me hizo la observación de tener que elegir muy bien las lecturas porque no podremos con todas, ¿entoces? ¿que criterio a seguir? ¿ cuantos libros podemos leer al año? depende tambien de nuestro trabajo, si uno es critico literario se supone que mas, pero si es pescador de altura ¿cuantos?, siendo generosos ¿20 al año? y si miramos la estadistica, me parece que llegariamos a 1/2 por año, con una media de 400 páginas por libro, y no se si los folletines no estan incluidos.

    ¿quien marca la preferencia?

    Saludos

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  10. Muy frecuentes y con frecuencia gratuitas (por esa falsa creencia de omnipotencia de la institución escolar)son las críticas a la escuela en este asunto. No niego que gracias a lo que nos han leído y hecho leer algunos profesores, muchos de nosotros disfrutamos ocasional o frecuentemente de la lectura; sin embargo, desarrollar el hábito de leer (o no desarrollarlo)depende más,a mi juicio, de los modelos familiares, de la influencia del entorno social próximo y de las condiciones del estilo de vida actual.Ahora mismo optar por la lectura significa renunciar a otros modos de información, estudio o placer que resultan más inmediatos y "eficaces" y no todo el mundo está dispuesto ni preparado para hacerlo.
    Lo de la selección de autores y obras, señores, eso para la élite, la gente de la calle tiene que saber leer los prospectos (para no envenenarse), los recibos (para que no les engañen) y las "novelitas" rosas, azules, verdes, lilas o amarillas (para disfrutar cuanto puedan.

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  11. ¿No era que Platón estuvo a punto de acabar de esclavo por sugerir una política al rey (sí, de Siracusa)? ¿Y no se dio por fin por vencido? ¡Vaya, de esto hace más de dos milenios y erre que erre se le siguen sugiriendo cosas en lugar de intentar comprenderlo y en todo caso ayudar a que lo comprenda aunque sea uno más, eso sí, profundamente, y eso sí, que no sea rey ni consejero.
    En cuanto al silencio... si no se invita a leer en voz alta, mientras lean los demás habrá silencio, ¿o no? En mi próxima novela, por cierto (no puedo evitar la asociación, juro que no es propaganda) una ciudad de ciudadanos viven en una enorme Biblioteca... (je, un tema que podría haber comentado en uno de tus posts pasados, eh, Gregorio?)

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  12. Ja ho tinc col·locat, merci! No sé si t'he de contestar per aquí o a través del meu blog, no sé mai com va això...

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  13. No me n'acabo d'ensortir amb el tema mides, i la teva m'agrada molt. Em podries passar el teu codi HTML?
    Gràcies

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