Una china regordeta y de mejillas coloradas me enseñó a decir “yi jao” en el puerto de Masnou. Así aprendí a arrancarle una sonrisa cada vez que la veía. “Yi jao”, le decía. Pero ella se cansó de que le arrancara sonrisas de manera gratuita. Lo que quería es que le comprara las películas que llevaba pirateadas en una mochila.
Un negro de 19 años me dijo “¡Padre!”, en la plaza de Ocata y yo le compré por seis euros todo lo que llevaba en la mochila de los Chunguitos y de Azúcar Moreno. A partir de aquel día cada vez que me veía me gritaba “¡Padre!”, y yo le daba un par de euros a cambio de no comprarle nada y que mantuviera la boca de su mochila cerrada. Me enseñó a decir “buenos días” en mandinga y yo le correspondí enseñándole a decir “yi jao”. Así pasó a decirme “¡Padre, yi jao!”, pero yo no he conseguido memorizar como se dice “buenos días” en mandinga. ¡Con lo bien que hubiera quedado en este post!
Me he sentado frente a un gilipollas esta tarde en el tren. Hablaba a gritos por el móvil con un tal Pedro al que le insistía en que tenía que dar recuerdos de su parte a un tal Paco y a una tal Sandra. Un auténtico bárbaro que creía que el vagón del tren era su cuarto de estar. Me apuesto algo a que en su cuarto de estar tiene enmarcado un gran puzzle con un paisaje suizo muy relajante. No se me ocurre pensar nada peor de él.
Vaya. Puede que si le llego a ver algún día, le grite alguna cosa a ver si le saco un par de Euros, Don Gregorio. O podría venderle una estatuilla (pseudo)maya -¿se acuerda de eso?. ¿Qué prefiere?.
ResponderEliminarNha, no es cierto, por muy acento extraño que tenga no creo que llegase a conseguir sacarle algo.
¿No se le ha ocurrido pensar que el tipo del tren tenía algún tipo de sordera?... quien lo diría, parece que también puedo pensar mal de la gente...
Saludos.
¡Bravo! Me ha encantado el texto, con su toque surrealista... Puede transformarse en el guión de un buen corto.
ResponderEliminarOtros enfoques menos halagüeños:
--el justo castigo al pecado de la caridad
--la rica aportación cultural de los emigrantes
--'Mi yo: centro del mundo' como derecho humano
Futesa resuelta: 'buenos días' en mandinga es 'chun-guito'; así pues: "¡¡Padre chunguito, yi jao!!"
le entiendo
ResponderEliminarperfectamente
desde que se me ha jodido el ipod estoy condenada a escuchar las conversaciones en el transporte púlico y hay veces que yo...
me callo...
Seguramente también tendrá una reproducción impresa sobre tela de los querubines de Raphael en el dormitorio y dos enanitos de jardín en el balcón. Pero no lo culpe a él, que fue idea de su mujer.
ResponderEliminarEn primer lugar, le confieso mi admiración por sus blogs... Llegué a usted a través de un comentario que hizo en un blog que frecuento... Ha sido un placer leerle estos días... Si no le importa lo tendré entre mis favoritos... Gracias... Un saludo... Pau Llanes
ResponderEliminarAlejandro: No, no era sordo. Con su mujer, que estaba sentada a su lado, hablaba como si fuera una persona.
ResponderEliminarTengo la estatuilla aquí delante, junto al ordenador. Es Nuestra Señora del Desvalor.
Hernán: Le juro por Nuestra Señora del Desvalor que me he limitado a describir hechos auténticos.
ResponderEliminarCelia: Esa gente es capaz de sacar lo peor de mí mismo a flote. ¡Si al menos tuviesen conversaciones interesantes!
ResponderEliminarArrebatos: Si, ahora que lo dice, algo de eso sospechaba...
ResponderEliminarPau: No, no me importa, es un honor formar par de la arterapia sentimental.
ResponderEliminarYo le saludo en Azagres autentico.¨: EU Don Gregorio.
ResponderEliminarAnónimo: ¡Quiay! ¿Ande vas pues?
ResponderEliminarJo!!!!! hablaba a su mujer como si fuera una persona?????? No lo entiendo !!! O era él, el que hablaba como una persona? Hay otros seres en el planeta que hablen de forma inteligible para un terraqueo?
ResponderEliminarBon día de San Jordi!!!, espero que el proximo año, lo pueda ver en el paseo de Gracia firmando su libro!!Serre su grupi numero 1.
Adeu
Vente a Murcia.
ResponderEliminarLlegará un momento en que pienses
que el único raro que no chilla
y no está en su salon de estar eres tú.
Llega un momento en que te dás cuenta que el ser humano más parecido a tí y con más sentido común es la china de la tienda de alimentación.
Nos miramos a los ojos con resignación
mientras miramos a los cenutrios de nuestro alrededore y asentimos lentamente con la cabeza.
Lo curioso es que hablan tan mal
que si no prestas atención a lo que dicen (harto difícil si tienes las 2 orejas puestas)
parece que gritan en otro idioma.
Les sonreiré y les diré "yi jao"
mientras mi ya curtido
espíritu Zen
se queda Zen-Tao
Tum-bao y Resig-Na-O
ante la omnipresencia
y mayoritaria mediocridad
me rodea esperando devorarme.
Ya me estoy convirtiendo
en uno de ellos.
El otro día en Valencia
me descubrí horrorizada
gritando por el móvil
y fisgoneando sin pudor
las caras y las ropas
de la muchachada.
Sigh!
Como la vida misma! Me has hecho reir, gracias.
ResponderEliminarGlauka: Sepa usted que la temo tanto como la aprecio. Y eso me da mucho miedo.
ResponderEliminarAlmantina: Guardo en el imaginario de mi infancia el nombre de un pueblo murciano, Blanca, desde el que llegaban a mi casa naranjas y limones.
ResponderEliminarGracias.
Carlos: Ya sabe usted que hay cosas que sólo pasan en la realidad.
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