martes, 26 de febrero de 2008

Sobre el sentido de la filosofía

A los filósofos y a las filosofías podemos clasificarlos de muchas maneras. Por ejemplo podemos diferenciar entre los escolásticos y los problemáticos (sí, ya lo sé, la terminología es tramposa, pero quiero decir muchas cosas con pocas palabras y necesito alcorzar, que dicen en mi tierra).

Los escolásticos son aquellos filósofos cuyo pensamiento se puede resumir para elaborar con él, a base de preguntas y respuestas, una especie de catecismo. Normalmente ningún gran filósofo se deja reducir de esta manera, pero por desgracia ningún gran filósofo se libra de un sucesor corto de miras convencido de la posibilidad de administrar el pensamiento del maestro en pastillas de caldo filosófico concentrado. Tomás de Aquino es más grande que los tomistas y Marx más grande que los marxistas (yo soy de los que aprendí marxismo de la Vulgata de Marta Harnecker después de haber aprendido catolicismo en el catecismo del Padre Astete). Me parece que se puede decir con tranquilidad que todo filósofo que se deja resumir es un mal filósofo o por haber escrito demasiado o por haberse dejado robar la cartera teórica por sus discípulos (ya, ya… vuelvo a hacer trampas).

Los filósofos cabales están peleando con problemas. Quiero decir que andan más ocupados en encontrar el perfil exacto de un problema que en desmenuzarlo en respuestas gastrosóficas (con todos mis respetos por la gastrosofía). Lo importante con los filósofos creadores es comprender contra qué están pensando. Estos filósofos son creadores porque encuentran vías de acceso originales a los grandes problemas (que se reducen a dos: la "physis" y el "nomos"). Crean las preguntas que los intelectuales suelen ir contestando por los periódicos.

Con los filósofos creadores ocurre, además que su pensamiento es un “work in progress” y adentrarse en él es meterse en un tobogán en el que no puedes parar a descansar. Ahora bien lo que te ofrecen es magnífico, es la filosofía en acto. Cuando esta oferta va acompañada por la comprensión del lector, entonces, como decía Aristóteles, eso es la hostia. Lo digo con todos los respetos, pues lo que dice Aristóteles es que si Dios se encuentra siempre como nosotros en esos momentos, es digno de admiración.

A medida que la expansión del horizonte científico ha ido poniendo más y más interrogantes sobre la mesa, es más duro ser filósofo escolástico. ¡A ver quién se atreve a decir que tiene todas las respuestas sobre el Todo! La filosofía escolástica, ha muerto definitivamente… si es que alguna vez vivió (quiero decir: si es que filosofía escolástica no es un oxímoron). Hemos de reconocer que hay muchas, muchas cosas que no sabemos. Y cada día hay más.

Para unos esto es, simple y llanamente el fin de la filosofía.

Para otros, entre los que me encuentro, esto significa que es posible recuperar a Sócrates.

Para que esta posibilidad sea algo más que un deseo bienintencionado deberíamos, además, asegurarnos de que las cosas humanas son noéticamente singulares, es decir, que el acceso a las cosas humanas es diferente del acceso a las grandes cuestiones científicas. Si se dieran ambas condiciones, y yo creo que se dan, sería posible, de nuevo, ser socrático.

13 comentarios:

  1. Excelente e inspirador artículo. En mi “filosofar” (o pensar, por decirlo de algún modo) el cual está comenzando ahora, y debido a mi interés científico puedo observar una cuestión, que definitivamente tiene que ver con todo esto. Primero, muchas de las cuestiones que nos planteábamos hasta “ahora”, poco a poco se van desplazando al ámbito científico (una de las últimas que quedaban como ámbito filosófico, el tema de la mente, se ha ido disgregando hasta convertirse en psicología fisiológica y finalmente “positivizarse” en la neurociencia cognitiva), y aunque se intente reflexionar filosóficamente (ahí están todas las “filosofías de…”) sobre muchas disciplinas o ámbitos, creo que la influencia real o en lo que ayuda “filosofar sobre” esas ciencias, no es demasiado.
    Luego está la dimensión en que lo subjetivo se entrelaza con lo objetivo, en el que el “mundo humano” puede abordarse, en cierto modo desde un ámbito científico, pero, que a mi parecer, es evidentemente insuficiente. Esto empieza en cuanto se pasa a considerar no sólo al hombre como ser único, sino como ser social, y cuando existen relaciones intersubjetivas, que se ven proyectadas en la realidad en forma de sociedad, cultura, historia (“el hombre no tiene naturaleza, tiene historia” que diría Ortega), etc.
    La clave aquí es, en mi opinión, que en la medida en que no se reduce al ser humano a un animal determinista, en la medida en que se asume que existe una sola diferencia fundamental con el resto del mundo animal: la voluntad (que es sino la filosofía la voluntad de entender), la conciencia de sí mismo y por lo tanto de proyectar o dirigir las acciones hasta extremos inimaginables (el suicidio), es necesario abordarlo de otra forma no científica. Y es ahí donde entra en juego la filosofía y donde realmente puede ser más prolífica.
    Me gustaría preguntarle, que opina de la filosofía académica, ¿tenía Schopenhauer razón cuando decía que no se puede hacer filosofía desde un ámbito académico por ejemplo? (Claro que hay muchas maneras de entender lo que es la filosofía al igual que hay muchas maneras de clasificar a los filósofos.) O qué opina del modo de abordar los problemas de la filosofía “analítica”, como forma de escudriñar “las consecuencias de esta o aquella proposición particular como si archivara un informe legal”, o la obsesión filológica y hermenéutica de la filosofía “continental”. Está claro que no se puede esperar que nazcan grandes pensadores por licenciarse en una carrera universitaria (sea cual sea), ¿pero la “profesionalización” no trae algunos problemas consigo?

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  2. La filosofía analítica me parece, en su conjunto, una anécdota de la historia de la filosofía. Un fenómeno absolutamente pasajero que no dejará ninguna huella.

    Respecto a la filosofía académica, evidentemente en algunos países goza de buena salud.

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  3. Un amigo de Madrid nos envía este resumen de una conferencia de Vattimo: "Ayer asistí a una conferencia de Vattimo. Empezó bien, diciendo cosas "concretas" sobre el tema propuesto: "tecnología y sociedad".
    Después dijo: "Hablaré del pensamiento débil, qué esperaban, yo tengo un mercado y he de vender".
    Posteriormente habló de un gato que tiene en casa al que acaricia y quiere mucho.
    En definitiva, una decepción grande. Me fui."

    ¿No cree que son posturas como las de estos filósofos postmodernos los que nos hacen al resto desengañar de la filosofía?
    Otra pregunta maliciosa: si se trata de pensar sobre "los grandes problemas que afectan al ser humano", ¿no son los grandes escritores los que han tratado mejor este tema en los últimos tiempos, visto la postura de los filósofos postmodernos?
    Por cierto: cómo nos conoce! Efectivamente, lo que buscamos es que nos den la lata (crear polémica,diálogo,respuesta,en definitiva).

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  4. Lo de Vattimo me parece que es una manía personal de Teresa Oñate, cátedra de la UNED.
    El caso es que esta catedrática a distancia lo trae cada año a Madrid, reincidencia digna de estudio, sin duda.
    Este año lo ha vuelto a traer con un programa titulado "El compromiso del pensar" en el cual don Vattimo ha dado estas conferencias:


    Lunes 25 de Febrero: en el salón de actos de la Universidad a distancia (¡qué imágenes para el saber posmoderno!) presentación del libro vatimiano titulado: "Ecce comu. Cómo se vuelve a ser lo que se era".

    Martes 26 de Febrero, en la Universidad Europea de Madrid (que es como la de distancia, pero más virtual): Tras una conferencia de la catedrática a distancia titulada "Estética y postmodernidad: Un cambio de Paradigma, de Nietzsche a Vattimo", don Vattimo impartió una Lección Magistral titulada "Tras el arte de la obra de arte".

    Y hoy miércoles, de 11,30-14,00. h. en el Paraninfo de la Facultad Filosofía de la UCM,hay una mesa redonda en la que participan la Oñate y el Vattimo con el título de "El futuro de la izquierda”.

    Así que visto esto, no sé qué tiene que envidiar la filosofía a la literatura.

    Bueno, un poco más en serio: La relación entre filosofía y literatura me parece de una importancia enorme. Personalmente creo que la literatura es más necesaria para la ciudad que la filosofía.

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  5. ¿Y que os parece volver a Leibniz? Incluso es oponía a "los especialistas". En cuanto a la literatura, creo que es tan importante como la filosofía (aunque yo no llamaría así a cosas como el positivismo y la dialéctica entre otras cosas).

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  6. ¿Realmente los científicos se muestran reácios a la filosofía o reniegan de la metafísica? No será esta famosa dicotomía ciencia-filosofía un mito? ¿Qué pasa con filósofos menos metafísicos y más "mundanos" como Pascal Bruckner?

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  7. Gates, no es esta la cuestión. Los científicos van "a su bola" (siempre lo han hecho, aunque estén sujetos ciertamente a las circunstancias sociales y políticas, pero se podría decir que en cierto modo van a su bola), sólo "ahora" (últimas décadas) está empezando a surgir un "movimiento" en el que los científicos salen de sus cubículos en mayor proporción, y asoman la cabeza a la sociedad para hablar, y no sólo indirectamente a través de la tecnología (es como el resurgir de la Ilustración).

    Es más, desde el postmodernismo, con su cómoda postura relativista y nihilista (bueno, tampoco quisiera generalizar, pero esa es la impresión) epistemológica, se ha abandonado la metafísica (si la ciencia trata cuestiones más "metafísicas" que la filosofía ya, al menos en el sentido clásico), lo cual debería ser beneficioso para el dialogo. Pero también se ha ninguneado a la ciencia. Ese ninguneo o ignorancia (voluntaria) es lo dañino par aun fructífero debate.

    Carlos, más que a Leibniz, quizá haya que volver a Espinoza, y a las filosofías helénicas.

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  8. A propósito del tal Vattimo, que no conozco, a eso es a lo que me refería con la profesionalziación de la filosofía, en cierto modo algunos la han frivolizado.

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  9. Los científicos no se muestran reacios a la filosofía. Tal vez a la mayoría les dé un poco igual. Van haciendo ciencia y progresando a pesar de lo que se les pueda decir sobre sus "métodos" y su adecuación o no al conocimiento objetivo de la realidad. Que si son reduccionistas o cualquier otra cosa.

    Como dice E. O. Wilson: "Y ahora vamos a seguir (...)"
    http://tabula-blog.blogspot.com/2007/11/reduccionismo.html

    Son en cambio algunos filósofos bastante subidos a la parra los que se empeñan en hacer de su disciplina un coto cerrado para entendidos o iniciados.
    Ellos sí que son reacios a la divulgación popular de sus barruntos.
    Como bien demuestra este post.

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  10. Eso simplifica las cosas para los alumnos, Don Gregorio, porque si todos volvemos a ser socráticos, significa que quienes nos preceden, es decir todos, son presocráticos.

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  11. Vatimo es el propagandista del "pensamiento débil", una de las últimas expresiones del postmodernismo autoplacentero. Gracias, Nacho, miraré un poco más a Spinoza.

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  12. ¿Y que os parece volver a Leibniz?

    :) Ya lo dijo Nacho, pero me permito recomendar un librillo muy ameno, "The Courtier and the Heretic", de Matthew Stewart. Creo que hay traducción al castellano. El cortesano es Leibniz, y el herético es Spinoza, claro.

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  13. Muchas gracias por la recomendación Freman, ¡tiene muy buena pinta el libro!

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