Esta mañana subía yo por La Rambla de Cataluña dirigiéndome al restaurante en el que había quedado con Luis, el del bosque, cuando un hombre de unos 30 años que pasaba a mi lado se ha vuelto de repente para preguntarme la hora. Evidentemente no era español. “La una y media”. “A usted no le importa hablar con los extranjeros, ¿verdad?”, me ha vuelto a preguntar. “Pues depende de lo que tengamos que decirnos”. “Es que en España hay mucho racismo”. “Por ejemplo –le he contestado- esta es una cuestión que no me interesa nada hablar con nadie ahora mismo”. “Ya veo que usted es también racista.” Ha acelerado el paso y se ha alejado de mí, con cara destemplada. Tal cual.
Un día curioso, el de hoy.
Tras despedirme de Luis me he encontrado en la calle con Manuel Cruz, que tiene las librerías invadidas con sus libros. Quizás haga alguna cosa en la revista que tan dignamente dirige, Barcelona. Metropolis.
He vuelto a Ocata muy cansado. A mi lado una chica joven leía en una revista en inglés un artículo sobre Donald Judd, aquel artista minimalista que propugnaba "an art without feeling".
Esto parece aquel viejo chiste: se encuentran dos viejos amigos y uno le dice a otro ¿como estas? y el segundo responde: pues mira que tu!!!
ResponderEliminarLamentable la situación, es cada vez mas lamentable, ya no es que no nos entendamos por el idioma como quieren hacernos creer algunos politicos, es que estamos tan crispados, que cualquier cosa parece una provocación. Esto no tiene solución, mientras no paremos, y nos tomemos la vida de otra manera, acabaremos los unos contra los otros.Creo que deberiamos apostar por la cultura slow-down.
Un abrazo
Yo no lo soy tampoco. Y por eso no hago distinciones. Me da igual negro que blanco. Pero eso cuénteselo usted a los top-manta, con los prejuicios que tienen. No todos, de verdad. Sólo algunos, los de siempre: los machos alpha de todas las especies. Es difícil aprender algo nuevo a un perro viejo y quizás un poco más soportar un complejo.
ResponderEliminarKSNDR
Calma,calma. Creia que no lo volveria a localizar. Se trata de un cebo para cazar barbudos. Si te avienes a manifestarte como un angelical ser sin prejuicios empieza una conversación en que se relata la historia de un estudiante extranjero con grandes proyectos truncados por la pobreza que acaba solicitando unos euros para hacer una llamada a la familia de un país lejano para pedirles dinero. Es el viejo truco del pie en la puerta,practicado con habilidad y una gran perspicacia respecto las motivaciones humanas.
ResponderEliminarMe parece que sé quién es el de la hora. ¿Está medianamente calvo?
ResponderEliminarJavier: Efectivamente. ¿O sea que, por lo que decís Jordi y tu, es una institución barcelonesa?
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