En 1935 se puso en marcha en la ciudad de Chicago una campaña de desprestigio de su Universidad que estaba dirigida por un poderoso hombre de negocios, Charles R. Walgreen, y apoyada por Randolph Hearst. El motivo: considerar que la Universidad de Chicago era un centro de difusión del comunismo en los Estados Unidos. Aunque armó mucho ruido, la campaña fracasó porque se encontró en frente a un rector de armas tomar, Robert M. Hutchins.
Voy a resumir las ideas de Hutchins sobre el papel de la universidad en la sociedad a partir de un discurso radiofónico suyo del 18 de abril de 1935. El objeto inmediato del discurso era defenderse de las acusaciones de Walgreen y Hearst, pero su contenido trasciende esa situación y continúa siendo de actualidad.
Una universidad es una comunidad científica. No es un jardín de infancia; no es un club; no es un reformatorio; no es un partido; no es una agencia de propaganda. (…) Sócrates decía que lo único que sabía positivamente era que se encontraba obligado a investigar. La investigación implica hoy, como en tiempos de Sócrates, la puesta en cuestión de todos los problemas importantes y de todos los puntos de vista. Puede encontrarse a Sócrates discutiendo incluso de comunismo en la República de Platón. La acusación que permitió la ejecución de Sócrates es la misma que actualmente se lanza sobre nuestros profesores: la de corromper a
Hutchins le ganó la partida a Walgreen. Y lo hizo de tal modo que este último acabó donando un fortunón a la Universidad de Chicago para la creación de las conocidas como “Walgreen Lectures”, unas conferencias anuales que todavía siguen vigentes. En las “Walgreen Lectures” se presentaron, en forma de conferencias, algunas de las obras filosóficamente más relevantes del siglo XX, como “Natural Right and History” de Leo Strauss; "The Man and the State” de Jacques Maritain; “The Human Condition” de Hannah Arendt o “The New Science of Politics” de Eric Voegelin.
Recordad que estamos hablando de 1935, dos años después de que Heidegger pronunciara su vergonzoso “discurso del rectorado” en el que ponía la universidad alemana a los pies de Hitler.
Estudiando la recepción de las teorías de la Escuela Austriaca de economía en Estados Unidos, me encontré con que el color político, no solamente de las universidades (y la de Chicago, desde luego) sino de otras instituciones dedicadas (supuestamente) a la investigación, como la Cowles Commission o el National Bureau of Economic Research, eran EL factor relevante en el éxito de las teorías económicas (que matemáticas o no, nunca son políticamente neutrales).
ResponderEliminarLa llegada de determinados personajes de izquierdas (Oskar Lange o Abba Lerner, por ejemplo) en esas décadas entreguerras, azuzaron a los conservadores más reaccionarios.
Este discurso y el tema que sacas me interesan mucho. Muchas gracias.
Este espíritu debería recuperarse ahora más que nunca. En los tiempos que corren en que uno ya no sabe que creer, es necesario que los intelectuales hagan honor a su apodo y ejerzan la búsqueda de la verdad, como único fin.
ResponderEliminar¿Queremos ser como Heidegger, postrandonos ante las diversas ideologías en connivencia con los poderes públicos y privados, sin ser participes del metodo socrático, de esa búsqueda eterna de la verdad y cuestionamiento de los prejuicios más arraigados en la colectividad e incluso en nuestro interior?
¿O queremos ser como Hutchins, inquisitivos hasta la medula, y siempre desafiantes?
No se trata de alienarse, pero es algo necesario, porque sin este cuestionamiento, esta crítica, nunca hubiesemos progresado. Hay que salir de la caverna.
Lo más cur5ioso de Hutchins, que es un auténtico héroe republicano (en el sentido etimológico del término, pues políticamente era demócrata) es que encabezó una comisión para estudiar la libertad de prensa en los Estados Unidos en los años 30, cuando en la Europa continental te perseguían por hablar de esas cosas que sirvió de base a los distintos códigos de libertad de prensa europeos de la posguerra.¿Alguien sabe si se estudia a Hutchins en las facultades de periodismo hispanas?
ResponderEliminarSin duda hay discursos nefastos y otros que llevan mucho "aire fresco". No obstante, a fuerza de "profundizar", se puede observar en las expresiones más idílicas y aparentemente bienintencionadas (o incluso "no aparentemente" para quien así sea) la intencionada o no intencionada "ocultación" de parte de la realidad. Y esto también es objetivo. En la cita transcripta, por ejemplo, se habla de hecho de una única humanidad sana en nombre de la cual se defiende una libertad genérica. ¿Es eso real o es una cortina idílica que oculta la lucha real entre los grupos por imponer sus respectivos puntos de vista?
ResponderEliminarLa Universidad, para Feyerabend, había sido convertida en un espacio de lucha por el poder y en ellas sigue tomando decisiones una u otra fuerza dominante. De caer en manos de un rousseauniano, éste impondría allí "la libertad"! No quiero abundar y por eso me remito a la cita que tanto me gustó y que Gregorio puso en mi conocimiento: la de Trasímaco en dos posts antes. Y por supuesto, para que nadie me malinterprete, claro que estoy a favor de que en todos los foros se permitan todas las exposiciones. Sólo sé que luchar por ello es perder el tiempo. Prefiero denunciar a cada grupo en sus intentos, a veces muy poco aparentes, de ser ellos quien impongan "su libertad" o "su dictadura", que es la misma cosa leía del revés.
Yo supe de Hutchins por las memorias de George Steiner:
ResponderEliminar"La providencia –el curso ha había comenzado- puso en mi camino un artículo sobre la Universidad de Chicago y su legendario condottiere. Desdeñando el absurdo infantilismo y la banalidad dominantes en la mayía de los planes de estudio académicos, Robert Maynard Hutchins permitía a quienes lo solicitaban presentarse a los exámenes de cualquier asignatura. Si obtenían una puntuación adecuada, quedaban eximidos de cursar las asignaturas en cuestión. De este modo, y en casos excepcionales, los estudios universitarios podían reducirse a un año."
(más aquí)
Luego supe que Hutchins fue también el editor de los Great Books of the Western World, patrocinador de la idea de la Gran Conversación (la que se extiende, entre pensadores, desde Platón a nuestros días)
Qué falta nos harían "legendarios condottierres" de estos hoy en España...
Efectivamente, Steiner habla muy bien de él. Como Bellow. Quien lo despreció fue Taubes. ¿Pero es Taubes de fiar?
ResponderEliminarDon Gregorio:
ResponderEliminarAcabo de salir de una lectura bien "horror movie" del "clásico" de Althusser sobre la Universidad.
Imaginará lo sorprendido -y aliviado- que estoy con esta mirada tan "tabanesca" de la "Universidad",la "Investigación" y la "Ciencia". Por no decir nada de esa idea tan radicalmente politica de la "Verdad". (No esa definiciòn positivistamente neutra de ella, ni la mera existencia "positiva" de las instituciones políticas).
Subrayaría, a riesgo de llover sobre mojado, esa situación tan inauditamente ejemplar de la radio en sus primeros años, no del medio como tal sino de la actitud aún responsable de sus audiencias. Estas, como lo indicarán los debates posteriores sobre la "teoría hipodermica", todavía no se encontraban tan "narcotizadas" por la "transparencia" del medio; todavía no eran tan renuentes a dejarle a los medios y su "saber excluyente y profesional sobre la opinión pública", el ejercicio de sus propios derechos (y deberes) políticos.
Desde luego, esta fotografía no durará mucho. Tres años despues, el primer sintoma de los tiempos por venir (o de la primera regresión a esa especie de terror de emergencia con el que el totalitarismo ya iba convirtiendo los medios en sistemas "nerviosos") la constituye esa suerte de plaga "virtual" sobre la polis que Orson Welles generó en la población americana con su "guerra de los mundos". Ni que decir de lo que la Guerra Mundial dejaría servido a la llegada de la TV.
(Dan ganas de ver otra vez "Good Night, Good Luck")
Como siempre, gracias por hacer pensar.
Saludos desde Lima
Amigo Pierrot, la realidad siempre es más densa que nuestras teorías. Y está muy bien que sea así.
ResponderEliminarPseudópodo ha hecho referencia a "the Great Conversation". Fue una aventura editorial de la Enciclopedia Británica dirigida por Hutchins que consistía en la edición del canon occidental. Pues bien, no faltaron quienes acusaron -de nuevo- a Hutchins porque en los estados Unidos se estaban produciendo grupos de debate en torno a las obras del canon. Es decir, se denunciaba que hubiese gentes dispuestas a participar activamente en "la gran conversación". Evidentemente se acusó a Hutchins de fomentar el comunismo.
Como puedes ver "Farenheit 451" tenía su fundamento. Truffaut estaba haciendo neorealismo.
Gracias a Dios la Gran Conversación continúa (y en ella participa Truffaut)y de los críticos de Hutchins hoy no se acuerda nadie.
Y Orwell quería llamar originalmente a 1984, 1948!!!
ResponderEliminarEstaba en "Pseudópodo" mismo y me ha dejado dando vueltas con el asunto de la "conversación".(Y que enlatada y poco densa luce la categoría "información" en todo esto).
Saludos desde Lima
"¿Alguien sabe si se estudia a Hutchins en las facultades de periodismo hispanas?"
ResponderEliminarHoy en día, son muchos los que salen de la facultad sin ni siquiera saber escribir.
Arrebatos, tomémonos un orujo y un café cargadito y pon gamos que hablo de Madrid.
ResponderEliminarJoder, Don Arrebatos! Qué falta de vergüenza...me ha robado el comentario!
ResponderEliminarLuri...hay orujo para mí también??
A pesar de ser tan mal hablada, que viene diciendo palabrotas a este Café donde todos nos tratamos de usted, voy a prepararle un "Tequila Sunset". ¿Le parece bien? Voy a dejar que suene la música de Eric Clapton ("Me and Mr Johnson") y le preparo: Tequila, zumo de limón, unas gotas de miel, crema de cassis y zumo de naranja. Servido en una copa de vermú.
ResponderEliminar¿Le parece bien?
perdone Luri
ResponderEliminares que soy muy mal hablada
el Tequila Sunset me parece perfecto.
pero...le pondrá sombrillita?
Para Celia
ResponderEliminarAhora he cambiado la música. Estoy con Canned Heat y, por lo tanto le he cargado un poco más el tequila.
Con todo la buena voluntad y perseverancia de los defensores de la ciencia no triunfa siempre, tampoco en la tierra de la libertad ultramarina. Bertrand Rusell y el City College es un caso bastante notable (y conocido).
ResponderEliminarSaludos
Fritz: Si la libertad pone de manifiesto algo es que la inteligencia es muy digna de alabanza, pero no por ello se deduce que esté bien repartida.
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