Esta es buena: “Con un hombre –ha declarado Rosa Regás a EFE tras su forzada dimisión de su puesto de Directora de la Biblioteca Nacional- no se habrían atrevido a esta operación de acoso y derribo, haga lo que haga una mujer siempre es para mal. Lo mismo lo hace un hombre y es para bien".
Dejemos de lado cómo se tomará estas palabras la vivepresidenta. Lo que objetivamente significan es que el ministro de cultura, que ha empujado sin demasiadas complacencias a Rosa Regás al precipicio de esta decisión, es (por lo que parece) un machista, un cobarde y un gallina que sin hacer caso al esplendor de la gestión de la directora de la Biblioteca Nacional, la ha fulminado haciendo caso de las críticas que se han dirigido contra ella por el mero hecho de ser mujer.
Fíjense ustedes si tengo buena fe que hasta estaba dispuesto a creerme a esta mujer si, a continuación, se hubiese lamentado de cómo viene sufriendo el desprecio masculino desde su juventud. Podría haber aducido, perfectamente, aquel grito de guerra de la “gauche divine” barcelonesa, que no era “¡Muera Franco!” o cualquier otro que pudiera cabrear a la policía, sino el mucho menos épico “¡Rosa Regás, qué buena estás!”. ¿Por qué no se queja de que esta fue la primera persecución machista de la que fue objeto en su vida, por mucho que los acosadores verbales fueran un Carlos Fuentes, un Gabriel García Márquez, un Carlos Barral o un Vázquel Montalbán? ¿Por qué nadie (que se sepa) se dirigió a su hermano Oriol, el del Bocaccio, templo de la progresía lustrosa barcelonesa, de esta misma manera? Está clarísimo: ¡Porque era hombre!
Esa actitud de blindarse tras la propia condición femenina para proteger la incompetencia es indigna siempre, pero es indignísima si quien se quiere proteger tras un sofisma tan burdo es la ex Directora de la Biblioteca Nacional nombrada por un gobierno que se jacta (o se jactaba) de hacer de la paridad un criterio moral preferible a cualquier criterio de eficiencia.
Y ahora la frase del día de “Incerta glòria”, que nada tiene que ver con lo anterior, pero así le doy un poco de altura al post:
“Quizás la pasión es un misterio de crueldad. ¡No hay placer comparable al de hacer sufrir al ídolo para vengarnos de la adoración que nos inspira”
Querido Gregorio, esto,
ResponderEliminarhacer de la paridad un criterio moral preferible a cualquier criterio de eficiencia,
es, en mi opinión, como mínimo una tergiversación.
Primero porque de moral no tiene nada, ninguno de los dos criterios. Segundo, porque no se trata de que sea preferible o no, ya que uno y otro son perfectamente compatibles, creo yo. Y tercero, porque con lo que se debe comparar ese criterio no es con "cualquier criterio de eficiencia", sino con la situación real anterior.
(Y miedo me da la posibilidad de enzarzarme en una discusión con usted...)
Un abrazo.
Em dol de trobar les teves reiterades citacions d'Incerta glòria en llengua castellana (perquè suposo que l'estàs llegint en català) la qual cosa demostra el baix concepte que tens dels teus lectors. Suposes que no ho entendrien?
ResponderEliminar¡Todo el mundo firme, coño!
ResponderEliminarCatataluuuuuuunya terra rica y plena...
Cataluuuuuuuuuuuuuuuuuya...!
Regla de tres: Tumbaito és a Luri el que Maty és a Quinyo, és a dir, la quota de plasta que tot blogger ha de suportar.
ResponderEliminarEstos de la gauche bocacciana no lo superarán nunca, ai. A mi también me parece fuera de lugar esgrimir estos argumentos en nuestros tiempos y por parte de la señora Regás, la verdad.
ResponderEliminarEl lado oscuro de la pasion es ese , la satisfaccion cruel que esta en nuestras manos de poder destruir lo amado ...por pura rebeldia de nuestro ego que se vio seducido
ResponderEliminarPortorosa: Te aseguro que yo me tomo en serio las críticas. ¿Pero por qué se defiende la paridad si no es porque se considera más justa que la no paridad?
ResponderEliminar¿No cree usted que los defensores de la paridad -entre los que no me encuentro- la defienden como una causa intrínsecamente justa?
A no ser que creamos, a lo Sartre, que la historia es superior a la moral.
No tenga miedo a discutir conmigo, hombre, si aquí se trata de eso y, sobre todo, recuerde que por encima de la relevancia de las divergencias está la voluntad de compartir un café en común.
Tonibañez, efectivamente estoy releyendo "Incerta glòria" en catalán. En cuanto a tu duelo, lo lamento (pero sólo un poquito). Me imagino que también te dolerá que Joan Sales tuviese tan bajo concepto de los franceses como para permitir la traducción de su obra al francés (con Gallimard, creo) o de los lectores castellanos como para permitir que, ni más ni menos que Lara, la tradujera al castellano en Planeta.
ResponderEliminarLo único que supongo los visitantes del Café de Ocata es la suficiente inteligencia como para comprarse la novela -si seles antoja- en la lengua que les de la gana.
Tonibanez: Pero verá usted, a mi Maty me parece una magnífica persona, que, por ejemplo, me ha ayudado desinteresadamente, a modificar este blog y me presta inmediatamente su ayuda cada vez que se loo solicito. Y en cuanto a Tumbaíto, le aseguro que tiene barra libre.
ResponderEliminarCuando decidí considerar a este blog un "Café" fue porque no quería convertirlo en un púlpito. A mi me gusta la incorrección política de Tumbaíto, cuyas opiniones, disto mucho de compartir.
Es curioso que todos despotriquemos contra el lenguaje políticamente correcto mientras nos cuesta tanto aceptarlo.
Júlia: Es que ha sido una mala gestora. Parece que la anterior ministra de cultura más de una vez le tuvo que recriminar sus prolongadas ausencias.
ResponderEliminarPeggy: ¿Tiene la pasión algún lado claro?
ResponderEliminarSe acuerdan del "techo de cristal", aquel "tope virtual" que impedía que las mujeres pudiesen alcanzar altas responsabilidades. Parece que no vale con romperlo, sino que una vez encima de él, se tiene que reconstruir para que la nueva jefa lo sea perpetuamente, como una reina.
ResponderEliminarCon todo lo despreciable que la actitud de Regás, es muy corriente en nuestra época. La culpa siempre ha sido muy negra y nadie le ha tenido cariño, pero antes era más difícil encontrar un culpable. Hoy es mucho más simple: la sociedad siempre es la culpable. O por machista o por racista o por corta de entendederas o por lo que sea. Volvemos a la niñez: papá, es que el profe me tiene manía! Papá, papá, es que la sociedad me tiene manía! Entonces el papá, con gran placer y energía, se moviliza: se consituye una comisión, se imprimen libros para "acabar con ciertas actitudes", se programan cursos, se contratan sanadores de almas y de mentes y se crean flamantes departamentos para directores engominados, todo ello con una mezcla de fanfarria y compunción.
Si los afroameticanos de EEUU se hubiesen dedicado al victimsmo en lugar de al trabjo todavía ocuparían los asientos traseros de los autobuses.
COn esto no quiero negar la existencia de injusticias contra las mujeres o algunas minorías. Pero, significativamente, la mayoría de las denuncias sociales vienen de gente que debería callarse. EL casio de hoy es escándoloso de tan claro: una mujer que ha llegado a la Biblioteca Nacional, cuya gestión ha dejado mucho que desear, y que para colmo ha perjudicado seriamente la estrategia de el partido que la puso con su bocaza,
culpa al patriarcado de su dimision. Esto sólo muestra el poco respeto que tiene a la causa por las que dice lucha.
(Se me ha vuelto a ir la mano. Gracias por la pizarra, Don Gregorio.)
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ResponderEliminarahora dice que sabe los autores del robo en la BN, pero que el ministro no hizo nada. Debian ser hombres, claro.
ResponderEliminarLe agradezco su hospitalidad, Sr. Gregorio. Si me lo permite le llevaré un día unos cafés riquísimos que compro en el carrer Argenteria.
ResponderEliminarLa respuesta pintoresca con la que la Regás justifica su marcha, es tan machista como feminista, o sea que no es. Es la típica salida de tono para salvar la cara cuando la verguenza la despinta. En este país, chicos y chicas llevan muy mal que después de llegar en loor de multitudes (y no olor que decía el cronista) tengan que salir por la puerta de atrás. Que no es gestor quien quiere, sino quien sabe...
ResponderEliminarDespués de tantos años en la empresa privada, tan privada como que alguna era mía y pequeñita, uno se acostumbra a todo tipo de excusas para ecplicar el fracaso, como a todo tipo de payasadas para para mostrar el éxito.
Y pensar que uno esperaba que esto estuviera, cuando menos en esta gente, superado.
Café con ron blanco, por favor. Y póngale una copia a Tonibañez y otra a Tumbaito.
Que descortesía, Luri, y tómese usted también una.
ResponderEliminarGregorio, lo que yo he dicho que no era cierto es que la paridad sea preferible a un critero de eficiencia, no que sea mejor que la no paridad, que es otra cosa. Precisamente porque creo que paridad y eficiencia no son las alternativas incompatibles de una decisión.
ResponderEliminarPero, ya que estamos, le diré mi opinión:
Creo que la paridad por ley es una herramienta de "educación a la fuerza", que aunque en principio no suena muy defendible, visto lo visto considero la única forma de conseguir que la sociedad aprenda que el sexo no tiene nada que ver con la capacidad. Cumple una función normalizadora.
La realidad es que hay todavía una gran diferencia, en general, a la hora de acceder (entre otras cosas) al mercado laboral, a los puestos de autoridad, y a la hora de ver remunerada una labor. Y no avanzamos lo suficientemente rápido. Así que, partiendo de que hay mujeres de sobra con capacidad para ocuparlos, se dice: "a partir de ahora los puestos de representación, de autoridad, de poder, etc. [ojo, que también hay que leer la letra pequeña de la ley, porque se llegan a decir muchas tonterías] se cubren por igual con hombres y mujeres". El motivo no es otro que normalizar esa situación, normalizar que ellas estén ahí.
Una precisión: esta medida la justifico siempre y cuando sea temporal, pues creo que en teoría llegaría un momento el que esa labor normalizadora estaría completada, y ya no tendría sentido forzar esa paridad.
Un abrazo.
Veo que hoy va de cuotas: cuota femenina, cuota plasta, cuota patriótica... curioso si més no.
ResponderEliminarRespecto a la Regàs, poco queda por añadir, pues ella misma se descalifica con su declaraciones, que dicho sea de paso considero acertadísimas pues la definen como persona.
En cuanto a la traducción o no de Sales, tengo la inmensa fortuna de ser bilingüe, lo que me permite leer, escribir o hablar tanto en catalán como en castellano sin ni siquiera tomar conciencia de la lengua que estoy usando. Es decir, don Gregorio, que ni me he dado cuenta de que lo ha traducido.
Dice Joan Sales: "Afortunadament, una cosa és el catalanisme i una altra Catalunya. Procurem ser catalans. Procurem escriure en català, no en catalanista. Estimem la llengua dels catalans tal com és; tota altra cosa és fariseisme."
Si los profesores de lengua catalana que he tenido que sufrir pensaran igual que Sales, probablemente a día de hoy escribiría el blog (y todo lo demás) en catalán. Por desgracia visten todos el uniforme de patriota, y más que enseñar catalán, lo que pretenden es adoctrinar a perfectos patriotas con barretina y visita anual a Montserrat. Es una verdadera lástima. Es un tema pendiente sobre el que debería escribir algún día; una especie de memorias de inmersión patriótica con nombres y apellidos, a riesgo de que me retiren el carné de buen catalán.
Joeph T.: ¿Has visto la cara de cabreo del ministro? NI una palabra de las que ha dicho era inocente, por ejemplo cuando ha asegurado que la hizo venir de Girona para tratar del asunto de los robos.
ResponderEliminarRA: Es que lo que tenemos aquí es un ejemplo, torpe pero explícito, del recurso a la teoría conspirativa ideológica para ocultar la realidad. Espero que haya alguien que salte públicamente en defensa de la Regàs.
ResponderEliminarTumbaíto: Permitido, ¡Faltaría más! Y así hablarermos del burgalés Valle de los Juarros.
ResponderEliminarLuis: ¿Será esto a lo que se refería Nietzsche con "el eterno retorno de lo mismo"?
ResponderEliminarPortorosa: Entiendo perfectamente sus argumentos que, además, se lo aseguro, me parecen nobles. Pero es ese sentido de lo políticamente noble lo que me inquieta. Me ocurre lo mismo con toda forma de la llamada "discriminación positiva". Esa voluntad bienintencionada de hacer avanzar la sociedad a base de decretos creo que acaba chocando con la realidad, que es muy terca ella. He seguido de cerca la historia de la confección de las listas electorales municipales en mi pueblo por parte de diferentes partidos. La necesidad de buscar mujeres ha creado situaciones bien paradójicas. En cualquier caso a mi no me gustaría ocupar un cargo representativo (es decir, republicano) por una cuestión de cuotas.
ResponderEliminarRecuerdo que hace unos años se presentó en las municipales de Pamplona una candidatura de Euskadiko Esquerra formada sólo por mujeres (a alguna de las cuales aprecio muy especialmente). Hoy eso sería legalmente imposible.
Me puede objetar usted, con razón, que estoy oponiéndole anécdotas a la categoría de la igualdad. Pero es que esta categoría no se realiza en la legalidad, sino en la práctica cotidiana.
Arrebatos: Yo vengo defendiendo -y esto es algo que aprendí de Joan Sales- que Cataluña es muy superior a sus catalanistas.
ResponderEliminarArrebatos, mi "exilio" en el bosque como catalán bicultural y bilingue me exime del catalanismo militante y respiro de bien...
ResponderEliminarAlgún día habrá que escribir sobre eso.
En cuanto a las cuotas y a los decretos solucionadores, pienso en los decretos de la República y de Augusto en el imperio, sobre el lujo, o los de Felipe II y III sobre lo mismo. De nada sirvieron: es como el velo en parte de la población iranía: por debajo lencería fina.
Le entiendo, Gregorio.
ResponderEliminarEn fin, yo creo lo que he dicho, pero supongo que, como en tantas otras cosas, en esto influye la mayor o menor fe en todos nosotros... ¡aunque no sé quién de los dos es el que demuestra tener más!
Un fuerte abrazo.
Intolerancias hay en todas partes y de todos los colores. Yo he visto discutir en Valencia, hasta llegar a las manos, por la forma correcta de preparar una paella. Finalmente se decidió hacer dos paellas.
ResponderEliminarLamentablemente aquí te cruzas de vez en cuando con "talibanes" que pretenden explicarte cómo debes comportarte para ser un bon català. Y en más de una ocasión tuve la sensación de ser apuntado en la lista negra, a la espera de que Cataluña sea una "grande y libre" y enconces pasar cuentas conmigo. Pero eso fue antes de darme cuenta de que con cierto tipo de gente no se puede razonar.
Este comentario también podría haberse titulado "de cómo unos seres insignificantes pueden entretenernos durante horas y horas".
ResponderEliminar¡Uy! ¡Cuánto resentidillo!
ResponderEliminarSí, algo había oído sobre la señora Regás y sus 'ausencias'... Por cierto, hoy me he comprado el libro, no he podido resistir la promoción ni las citas ofrecidas y ya voy muy adelantada. Lo leí hace años, no sé en qué versión, con prevención hacia el pobre Sales porque me había dicho que era 'molt de missa', cosas de la juventud.
ResponderEliminarJúñlia: Efectivamente, el ser "molt de missa" ha teniudo a Sales relegado durante décadas. Pero quizás ahora haya encontrado al fin a los lectores a los que se dirigía.
ResponderEliminarMe interesa mucho tu opinión. A mi me parece que es una magnífica réplica (consciente o inconsciente) al gran "Viaje al fin de la noche" de Celine.
Ya ves, me he convertido en propagandista de Sales. Creo que aún vive su viuda. Sería interesante ponerse en contacto con ella.
Pues sí, Núria Folch sobrevive en activo con más de noventa años, debe ser una persona muy interesante i afable, por lo poco que sé.
ResponderEliminarJúlia: siempre me da la sensación de que sabes mucho más de lo que sugieres.
ResponderEliminary no será porque no sea sugerente.
ResponderEliminarPues no se pierda usted la entrevista que hoy, 30 de agosto, publica El Mundo. Sonrojante.
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