Hoy, en Sevilla, he conocido a una mujer a la que se le apareció Jesucristo. Estaba en la cocina haciendo sus quehaceres cuando oyó unos pasos subiendo la escalera. Como pensó que eran los de su marido salió a recibirlo tal como estaba, pero para su sopresa se encontró con Jesucristo subiendo las escaleras, vestido tal como iba con sus apóstoles. Con la sorpresa no se le ocurrió decirle nada. Se quedó boquiabierta y confundida. Jesucristo subió las escaleras, se la quedó mirando unos instantes y se volvió, escaleras abajo. Entonces ella le gritó: "Seais por siempre bendito y alabado". Y Jesucristo se volvió dedicándole la sonrisa más amable y franca de su vida. Mientras la escuchaba pensaba que me estaba contando un dato de su biografía, de la misma manera que Cervantes nos cuenta un dato de la biografía del Quijote en el episodio de su lucha con los gigantes.
–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, ...
Así, que he sentido un impulso irrefrenable de proporcionarme a mí mismo una experiencia de fe y esperanza -de fe y esperanza al alcance de mi escepticismo y mi bolsillo- y he llevado a mi mujer a una plazoleta deliciosa en el Barrio de Santa Cruz, aparatada del bullicio y donde sirven unos milagrosos garbanzos con espinacas. Y allá, esta noche, con la luz de la Giralda asomando por encima de las ramas de los naranjos el verbo se ha hecho carne (y garbanzos y espinacas).
Por estos pagos plantan cizaña...
ResponderEliminar¿Sevilla tiene un color especial o es otro mito cochambroso?
Sevilla es la capital de la "steria". Ah por cierto, Sr. Luri, he estado leyendo estos días algo sobre los tracios,(de los que mi ignorancia no sabía apenas nada) y he descubierto una cosa importantísima, que todo el mundo desconoce: "les olía el aliento".
ResponderEliminarENRRI
No sé yo si este post no será un poco herético...
ResponderEliminarUn abrazo.
Alabados sean los garbanzos con espinacas... y buen vino, supongo.
ResponderEliminarAmén
Los excesos en las cenas pueden provocar este tipo de visiones, por cierto. Claro que las dietas, también...
ResponderEliminarLeí hace muchos años una pintada en el barrio de la Santa Cruz que me encandiló al punto de no olvidarla. Con spray de esos de manifetsaciones (era el tiempo del inmediato post franquismo) alguien, presumiblemente un chico joven escribió este mensaje:
ResponderEliminar"Eres lo más bonito que me ha sucedido nunca. Quiero escribirlo para que todo el mundo lo sepa. Y ahora me voy corriendo a buscarte, amor mío..."
Las últimas palabras se veían poco cuidadas y muy apresuradas.
No será, más bien, que su marido se llama Jesus?
ResponderEliminarDon Gregorio si aun anda por Sevilla, le aconsejo ir A Padilla Libros de Sevilla, calle de la Feria 4, es la antigua Imprenta del Prelado y tienen todo tipo de impresión de libros antiguos, hechos alli. Los hay de multiples tipo, pero paradojicamente abundan los escatologicos de autores reconocidos. Ademas hoy es dia de Mercado en la Feria, un mercado con encanto. Espero que lo disfruteis.
ResponderEliminarD.Gregorio, sea Vd. bienvenido a mi ciudad, si necesita cualquier cosa, díagme donde se hospeda y con mucho gusto le ayudare en lo que pueda
ResponderEliminarUn abrazo
Y es que Sevilla es todo dulzura y mágia.
ResponderEliminarEl verbo se hizo carne: ciertamente algunos deberían ser vegetarianos...
ResponderEliminarEstoy en Arcos de la Frontera. Desde aquí hemos visitado Cádiz, las ruinas de Bolonia, los pueblos blancos y hasta nos hemos internado por la Sierra de Grazalema. No tengo tiempo para contestaros. Pero ala vue4lta prometo "jartaros"
ResponderEliminarPor favor ENRRI: Cuénteme tal descubrimiento!
ResponderEliminarEstoy en Arcos de la Frontera. Desde aquí hemos visitado Cádiz, las ruinas de Bolonia, los pueblos blancos y hasta nos hemos internado por la Sierra de Grazalema. No tengo tiempo para contestaros. Pero ala vue4lta prometo "jartaros"
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