Visitar las secciones de arqueología de los museos hispanos es una gozada. En primer lugar porque suelen ser lugares acogedores, bien aclimatados, con personal atento y completamente vacíos. El turista medio parece preferir las iglesias. Lo cierto es que si se trata de buscar silencio, buena temperatura y sosiego, nuestras iglesias compiten con ventaja con nuestros museos. Pero me parece que la razón de la preferencia es otra, cuya disección dejo para los entendidos en estas cuestiones.
No es que nos hayamos prodigado en visitas a museos. Esto es algo que no debe hacerse nunca. Nos hemos limitado a los de Cádiz, Jaén y Albacete y, en ellos sólo nos hemos detenido en las muestras de pintura rupestre levantina y en los materiales ibéricos y griegos. Los tres estaban vacíos. Y, sin embargo los tres merecen ser visitados.
Mis alumnos de diseño deberían darse una vuelta por ellos para descubrir que lo de "fashion victim" es tan antiguo como el hombre. Alguna vez les he preguntado cuál sería el grado cero del diseño de lo humano. ¡Si la postura erguida ya es un diseño antropológico! El hombre es un animal diseñado por el hombre.
De ahí mi interés por las prótesis antropológicas, incluidas las prótesis meramente estéticas, como las del peinado. Os presento una muestra mínima de peinados ibéricos. Son cosas estas en las que el visitante parsimonioso puede permitirse el lujo de detenerse simplemente porque le apetece. ¡Y qué mejor empleo del tiempo de vacaciones que su dedicación plena a la apetencia gratuita!
Claudio.
ResponderEliminarUna lectura de verano. Las peripecias de un relativista cultural en Starbucks.
http://www.slate.com/id/2172217/pagenum/all
Y existen verdaderos tesoros en estos museos locales que el mismisimo Arqueologico Nacional envidia
ResponderEliminarEl museo arqueológico nacional fue una de mis desilusiones infantiles.
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