domingo, 24 de septiembre de 2006

"¡Tenemos la sangre preparada!"

¡Tenemos la sangre preparada para darla por ella! ¡Lo conseguiremos!”. Y se han quedado tan felices. Yo me hubiese quedado también tan tranquilo si pudiese tomarme en serio estas palabras, pero demasiado bien sé que en realidad la sangre que les gusta derramar a estos muchachos es, muy especialmente, la ajena. Me imagino que a los que asististeis, como yo, a la escuela franquista, esta retórica os suena. Es la fraseología con la que nos maleducaron y de la que estuvimos intentando desembarazarnos durante nuestra juventud, convencidos de que la razón y el misticismo patriotero no podían ir de la mano. ¿Sabrán estos nacional-místicos de allí o de aquí cuánto se asemeja su lenguaje al del adoctrinamiento fascistoide de nuestros maestros de la escuela franquista?

¡Qué frase! "¡Tenemos la sangre preparada..." Más de uno se emocionará al leerla. Los etarras que la pronunciaron lo hicieron en un contexto de exaltación de los "gudaris" (soldados) vascos que forman el santoral épico de su religión patriótica. Yo tenía en mente desde ayer hablar de estos santorales, pero de los que inflamaron nuestra infantil alma patriótica con sueños épicos. Así que me he puesto a hurgar por la iconografía de mis viejísimos libros escolares. Yo no sé a vosotros ("vosostros" los de mi edad), pero a mi las imágenes que me ponían eran, en orden inverso a la emoción que me provocaban, las siguientes:

Los mártires de Numancia, ejemplo preclaro de la hidalguía hispana. ¡Antes la muerte que la rendinción!

Agustina de Aragón. La verdad es que no me costaba mucho imaginarme a la heroina maña. Me bastaba con pensar en mi madre con la zapatlla en la mano. ¡Qué de zapatillazos nos llevábamos por cualquier tontería! ¿O es que yo recibía todos? Si mi madre se ponía como se ponía con una zapatlla en la mano, ¡qué no sería capaz de hacer con un cañón! Frente a Agustina de Aragón hasta daban un poco de pena los franceses.


Guzmán el Bueno. ¡Qué generosidad! ¡Qué desprendimient! ¡Qué grandeza! ... Todo esto era así siempre que no se pensara demasiado en su pobre hijo. Estábamos obligados a ser Guzmán, el Bueno, a compadecer a su débil mujer y olvidar el rostro de su hijo. Ya se sabe que en todas las guerras sufren inocentes.

¿Pero era imprescindible ese acto dramático de lanzar a sus enemigos su propio puñal para que matasen con él a su hijo? ¡Qué tragedia! No podíamos hacernos esta pregunta. No era patrióticamente correcto. El dogma decía que Guzman hizo lo que tenía que hacer, porque por encima de todo estaban las honrosas y altísimas obligaciones que le imponia el hecho de haber nacido español. Pero la cosa no acababa de cuadrar. Lo cierto era que tenía la sangre de su hijo preparada. No sé yo si por culpa de Guzmán, el Bueno, el franquismo fracasó en su adoctrinamiento de las infantiles almas españolas.

Pero para símbolo del nacionalismo español, sin duda, Jaime I. Todos los críos queríamos ser Jaime I, aunque sólo fuese para llevar su yelmo.


Nunca conocí a ningún crío que quisiera ser Cervantes (¡un manco!). Los había que querían ser El Cid, o incluso Viriato, pero, en cualquier caso, el yelmo con el que soñaban era, sin duda, el de Jaime I, a quien declaro, ahora mismo, símbolo máximo del nacionalismo pedagógico español del franquismo. Y a quien le pique, que se arrasque.

21 comentarios:

  1. Como las Ninja, pero con mala leche. Estos chicos, además de malos, están viendo la tele demasiado...y copian. Aunque no creo que la patria les valga una autoinmolación. Pena.

    ResponderEliminar
  2. La demostración de que el ser humano es resistente y ocasionalmente lúcido si aplica el esfuerzo a resistir y a pensar un poco, es que muchos de los que sobrevivimos (nuestras mentes, claro) no hemos quedado absolutamente gili... (léase como se quiera).
    En la imagen del Pulgar, nunca me ha quedado claro si ella gime por el hijo allá abajo, o porque él, al lanzar el cuchillo le va a descuadrar la cubertería.
    Como temo ser mayor que otros muchos (nací en el 44), debería añadir a esa lista otros muchos héroes u heroinas que intentaron acompañarme por mi vida de entonces, aunque me resistí a ello.
    De todos los que nombras, Luri, solo me cae bien Agustina, que creo que era de Manresa, que debió tener un arranque en Zaragoza (pura rauxa) y recibió como premio el grado y la paga de capitán de artillería a perpetuidad. Estuvo casada y parece que fué un ama de casa ejemplar.

    ResponderEliminar
  3. Siendo de la generacion Mazinger Z como soy, me ha sorprendido que Jaime I estuviera de heroe franquista. Lo que no me contaron mis padres... (y las gracias que les doy por no hacerlo...)

    ResponderEliminar
  4. Yo, como ssoy foránea, sólo vi (tardíamente) la peli de Agustina con Aurora Bautista, cuya dicción siempre me puso nerviosa.
    En cuanto al tema que tocas, si estuviesen dispuestos a luchar hasta su propia muerte, aún...pero matan cobardemente, sin arriesgar ni una patita. Cobardía y antiheroísmo.

    ResponderEliminar
  5. Mar: ¿Por qué estos chicos no emularán a los budistas que se daban fuego en protesta de la guerra de Vietnam? Creo que sería una conducta completamente coherente con su proclama.

    Luis: Efectivamente, aún podemos reirnos de nuestros mitos infantiles.No había pensad lo de la cubertería. Y es que como dicen los eruditos, la historia siempre está por descubrir

    Ra: Jaume I era, exactamente, nuestro Mazinger Z. Por cierto, tu post me ha gustado mucho. Creo que el párrafo final da exactamente en el clavo: http://www.roc-armenter.net/wordpress/


    Gabriela: Tienes razón el tono de voz de Aurora Bautista era... ¿metálico?

    ResponderEliminar
  6. Como ya me voy acostumbrando a diario... por aquí anduve un rato aprendiendo a pensar de usted. Quiero decir leyéndolo y tratando de acercarme así a la mirada del que lo mira... y sí, yo también me acuerdo de mi madre con la zapatilla y cualquier objeto arrojadizo en la mano. Y pena me darían los franceses si les hubiera dado a ellos en la cabeza con todo lo que me dio a mí :)

    Saludos, ya ve, señor luri, más de mediodía para no desvelarle.

    ResponderEliminar
  7. Mi héroe fue, por breves minutos, el General Moscardó. Cuando lo comenté en casa, al mediodía, me salieron con que era un criminal de guerra. Y yo pensaba, entonces para qué me mandan a un colegio en donde se enseña tan mal, con lo bien que se está en el cine por las tardes con mi abuelo jubilado.
    De todos modos, una infancia sin épica, no sé yo... Tampoco hemos salido tan mal. En mi caso, tanto la épica como la mística religiosa formaron parte de mi niñez (iba a un cole de monjas porque mi padre se negó a que tuviera que cantar el cara al sol; "prefiero que rece el rosario"), y me sirvieron de mofa en mi adolescencia iconoclasta.

    Lola

    ResponderEliminar
  8. Alucinante la iconografía y la épica del régimen! Para mí, que soy joven, ha sido un post sorprendente... no puedo imaginarme mis libros escolares con estas imágenes e historietas... me encantaría ver el libro original de donde las has sacado! Un saludo!

    ResponderEliminar
  9. Kasandra: me alegra saber que no soy el único en haberse educado a base de zapatillazos. Y además no se podía protestar, porque responder era lo peor de lo peor y te hacía merecedor de una nueva tunda. Y, sin embargo me negará a considerar aquello como malos tratos. El mecanis era bastante sencillo: (1) yo hacía una; (2) de castigo una sesión de zapatillazos; (3) se olvidaba lo hecho); (se volvia a empezar). Ahora la cosa va de este manera: (1) Un niño hace una; (2)el adulto pretende hacerle reflexionar, que explicite los motivos de su conducta, que medite las consecencias no deseadas de su acción; (3) el niño pide perdón) (4) el niño no puede volver a comenzar porque entonces está faltando a su palabra, a su propósito de enmienda, a su dolor de los pecados, etc. (5) los adultos se desesperan, ellos intentan razonar y los niños van a la suya; (6) se acude al psicólogo; (7) la cuilpa es de la sociedad..


    Pies diminutos: Guardo estos liros como joyas. Efectivamente parece que nunca existieron y, sin embargo estuvimos pendientes de esas imágens horas y horas. En casa solían regañarnos (siempre nos estaban regañando) porque nos gustaba más mirar "los santos" que estudiar. Y efectivamente eso era precisamente lo que ocurría. Pero es que uno miraba esos dibujos y enseguida se sentía engullido por ellos. Los dibujos actuales de los libros de texto son sólo didácticos. ¡Qué pena!

    ResponderEliminar
  10. Soy afortunado poseedor de uno de esos bellos manuales, de la editorial Dalmáu Carles, Pla (1956).

    ResponderEliminar
  11. Yo recuerdo, debía ser en el 88 que me estaba estudiando una cosa de historia, o sociales, como se le llamaba en la EGB, y mira tu por donde hablaban del simbolismo de la bandera española y no sé que más...
    Se me ocurrió llamar a mi madre y pedirle que me ayudara a estudiar, a ver si ya me sabía toda la lección. Menudo rebote pilló mi madre, cuando se encontró con unos párrafos que decían algo así como "el himno de españa y su bandera representan la grandeza del país y a todos sus ciudadanos, por eso los españoles ante la bandera y al escuchar el himno se sienten orgullosos y como muestra de respecto se levantan al escucharlo y bla bla bla bla"
    yo por supuesto no tenía ni puta idea de que iba el tema, pero aquello estaba en el libro, y nunca se me olvidara la indignación de mi madre, bochevique entrañable, y como cerró el libo y me dijo que si era necesario que suspendiera el examen...creo que al día siguiente llamó a la escuela.
    Era el 88, y mi colegio era público y se llamaba Josep Tarradellas, el primero en tener el nombre de un político catalán en toda CatalunYa. Vino Pujol a inaugurarlo.

    Pero a veces, esas cosas se cuelan en los libros y nadie se da cuenta...

    ResponderEliminar
  12. Es que buena parte de las editoriales que elaboraban los textos pedagógicos eran catalanas, la más importante, sin duda, Dalmau Carles; pero podemos añadir los libros del maestro barcelonés Roque Grau y Riera, y las editoriales barcelonesas Editorial Librería Religiosa y la Editorial Salvatella.

    ResponderEliminar
  13. soy claudio; de nuevo problemas con el blogger.

    Con ésto de los héroes pasa que miramos demasiado el bando: a los nuestros se lo perdonamos todo y de los "otros" tiramos el niño con el agua sucia.

    También es mala la trivialización: camisetas del che a manta, por ejemplo.

    ResponderEliminar
  14. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  15. Quisiera recordar para Cel.lia Piececitos, probablemente Kasandra y aquellas personas que no hayan visto lo que voy a narrar. Pero que no se vea como un terrible escenario, sino parte de él y por lo tanto menos terible, probablemente.
    Hemos sobrevivido con ánimo, liberalismo y tolerancia y eso está bien.
    En la pared de nfrente una pizarra grande, con una repisa en la que se deppsitan las tizas.
    Sobre la pizarra, en el centro un crucifijo. A la izquierda un retrato en grises de Franco, de uniforme. A la derecha un retrato en grises casi negros de José Antonio en mangas de camisa: de hecho este último es un primerísimo plano.
    En algún lugar del aula un mapa de España política: es decir, provincias, capitales de provincia y pueblos importantes. Cerca otro de España Física: ríos, cabos, sierras y montes.
    Nosotros llebábamos (cuando somos muy niños) una batita de fondo blanco, rayada en azul oscuro, con los puños y el cuello dominantes azules siendo el blanco un simple vivo.
    En la puerta de entrada un cartel: lo recuerdo solo un par de años, luego desapareció: "Hablad español, la lengua del Imperio"

    Los padres al maestro cuando la matrícula: si se porta mal pueden pegarle, si es que es para que aprenda... (El niño calla)

    Entra el maestro: todos de pié.

    El maestro corrije el comportamiento y pega con la mano plana o con una regla sobre los nudillos o sobre laa yemas unidas de los dedos: esta es especialmente dolorosa. La regla es plana o una vara de madera negro cuadrada de dos centímetros de lado, con los ángulos encastados de metal. Hace tiempo que no las veo.


    - ¿Qué es España?
    - Una unidad de destino en lo universal.
    - ¿Quien es Franco?
    - El hombre designado por Dios para salvar a España del horror rojo
    - ¿Quien es Dios?
    - Dios es un ser perfectísimo creador del cielo y de la tierra

    Antes de entrar por la mañana, en el patio, formados, cantamos:

    "Cara al sol
    con la camisa nueva
    que tu bordaste en rojo ayer
    Me hallará
    la muerte si me llega
    Y no te vuelvo a ver"

    No sañidábamos con el brazo en alto, por lo menos no en mi colegio.

    Canciones que aprendimos;
    "Montañas nevadas,
    banderas al viento,
    el alma adormida
    yo sabré vencer..."

    Otra:
    "Prietas las filas
    recias masciales
    nuestras escuadras van
    Cara al mañana
    que nos promete
    patria justicia y pan"

    Otra:

    "soy el novio de la muerte..."

    Y en casa, en muchas ocasiones, nuestros padres republicanos, callaban y no hablaban de política. Una frase que se proncunciaba en la mía, donde si se hablaba, era:

    "Fuera de aquí, ni en el colegio ni en la calle ni en casa de tus amigos, no debes hablar de nada de lo que aquí hablamos".

    Tenía un vecino policia, y si él subía en ascensor, nosotros nos demorábamos y subíamos a pié.

    Que nadie se llame a engaño: El cuerpo, el ánimo, la vida, todo era una pulsión por la supervivencia, aunque no lo supiéramos.

    Los héroes no estaban en los santos de los libros... Y añado, a mucha gente le parecía bien esto que narro.

    ResponderEliminar
  16. Luis, sólo un añadido: la estufa de leña.

    ResponderEliminar
  17. Mi madre me cuenta, que de pequeña no quería ir al colegio, porque solo veía a la maestra cuando salía a escupir a la calle.
    Luego, acabada la lección, le daban leche en polvo. El plan Marshall. A ella le gustaba, pero su padre, orgulloso minero andaluz, decía que él trabaja para alimentar a su familia, y no necesitaba nada de nadie, así que mi madre se la tomaba de camino a casa, antes de llegar. Como tuvo la polio, era/es coja, tenía excusas para decir que se había retrasado y por eso llegaba tarde.
    Luego, cuando Franco iba a Granada, sacaban a su padre de la mina, y lo llevaban a agitar una banderilla para hacer bulto. No podían negarse.
    Y mi madre a escondidas, escuchaba radio Alpina (?).

    Luego, llegó al Prat, en los 70, y entró en la universidad, y mil batallitas:
    "A mi lo que me jode del nuevo estatut, es el trato que se nos ha dado a los inmigrantes con ERC, que todos los andaluces somos unos perros..., yo votaré que no, porque todavía me duelen los pelotazos de goma cuando me manifestaba por la aprobación del primer estatut català y parece ser que nadie se acuerda de los esfuerzos de entonces y del apoyo de los inmigrantes"

    Mi mami, tierna bolchevique, fichada por los grises.

    ResponderEliminar
  18. Cel·lia, dale un saludo a tu madre de mi parte. Por allá andaba yo también, gritando "llibertad, amnistia i estatut d'autonomia". Hoy siento que todos mis gritos se los apropió alguien sin pedirme permiso. Y me he quedado afónico.

    ResponderEliminar
  19. El 11 de septiembre de 1976 nos reunimos en Sant Boi unas 100.000 personas, no más. Yo estuve y lo se porque tengo las fotos, que si no no estaría muy seguro. Pero con el tiempo y conversando, he encontrado a tanta gente que también jura y perjura que estuvo, que debimos ser más de 1.000.000 y contamos mal no lo vimos bien.
    Tienes razón, Gregorio, se han quedado con nuestros gritos y tan panchos.

    ResponderEliminar
  20. Sí, però, Luis (yo también estaba, llegué en auto-stop desde Tarragona), nos lo pasábamos tan bien... Mis gritos se los he dado al tiempo, como tiene que ser; me niego a aceptar otra apropiación indebida.

    Lola

    ResponderEliminar
  21. Me ha encantado conocer tantas historias y experiencias! Mis padres, que tienen 60 años, también me narran de cuando en cuando su juventud durante la época franquista... mi padre era pobre (era lo normal en aquella época) y aunque mis abuelos fueron rojos durante la guerra, para que mi padre y sus hermanos pudiesen ir a campamentos de verano gratuitos (los "flechas", no?, tuvieron que aceptar ver a sus hijos con la camisa azul y el machete. O eso o no salir de casa nunca, porque dinero para llevarlos al campo no había e ir al campo era, la mayoría de las veces, el remedio para muchas enfermedades... en fin, que si nos ponemos a contar no paramos, eh?

    ResponderEliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...