El día no salió, ni mucho menos, como se preveía. Los toros fueron rematadamente malos. Mansos como corderitos y no hubo manera de sacarles un pase decente. La gente, defraudada, pasó pronto de la impaciencia a los gritos, y de estos a los hechos, decidiendo acabar con los animales a palo limpio, allá mismo en el ruedo.
Y una vez que los ánimos estuvieron bien caldeados, a los sufridos espectadores no les costó nada llevar su cabreo Rambla arriba arrasando con cuantos conventos se encontraban mientras se turnaban tirando de los toros muertos.
Y gracias a aquel infausto día –y a los toros, aunque muchos barceloneses no lo sepa- hay hoy unas cuantas plazas públicas en la zona de las Ramblas. La memoria de estos acontecimientos se mantuvo viva durante muchos tiempo. Una canción popular se encargaba de recordarlo.
El enfado colectivo no se calmó con la quema de conventos. Tras el clero, se arremetió contra la industria, y así lo que comenzó como una febrada taurina,
historia de Barcelona en cómic que hicimos mano a mano
el gran Jaume Marzal y un servidor de ustedes.
De los hechos del 35 tuve noticia gracias a la inolvidable Maria Aurèlia Capmany.
Os cuento esto por motivos que serán fáciles de imaginar para quienes leyeron mi post de ayer, pero también porque esta mañana me he enterado de la existencia de Medí Savalli, que hoy toma la alternativa en la plaza de toros de Arles.
Y es que, por lo que se ve, el incremento de la pasión taurina en
El padre de Mehdi Savalli, Enzo es de ascendencia siciliana y su madre, Saadia, marroquí. Él se considera agnóstico, pero está convencido de que sólo borda las faenas cuando se encomienda a la Macarena.
Todavía hubo otra quema de conventos en la Semana Trágica, que se inició conmotivo del intento de la masa reunida en el Puerto de Barcelona para intentar evitar la marcha de soldados a África, soldados todos ellos pertenecientes a las clases populares ya que la obligación era evitable por el pago de una cantidad de dinero.
ResponderEliminarY la pregunta sería: ¿Cual era la posición de una Iglesia, en teoría cerca de los necesitados, cuando durante algo más de 100 años, se acaba quemando iglesias, conventos, y cometiendo las tenebrosas fechorías que se cometieron al desenterrar cadáveres de monjas y exponerlos a la visión de todos.
De este último hecho que apunto es el tremendo artículo de Maragall en La Vanguardia, "La ciutat cremada" en el que se atisba el conflicto social.
Perdón, he escrito mal el título. El, realmente los artículos fueron L'esglesia cremada y La ciutat del perdó (1909).
ResponderEliminarAlguien tendrá algún día que analizar las razones ideológicas de la violencia contra la iglesia en los siglos XIX y XX despacio. ¿Por qué se generó este odio y este anticlericalismo tan violento? O bien no había motivos y entonces hay que sospechar de la pusilanimidad de los pastores o bien si había motivo, y entonces hay que sospechar de los intereses objetivos de estos pastores.
ResponderEliminarEstá claro que en el planeta Tierra lo único que avanza es la tecnología y el problema con el ozono. En la actualidad los circos romanos, serían de lo más fashion.
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