I
Los amigos de Wittgenstein cuenta que encontrándose en un callejón sin salida, porque no era capaz de encontrar la solución a los dilemas lógicos que lo atormentaban, decidió someterse a una sesión de hipnotismo. Si las personas hipnotizabas mostraban una fuerza extraordinaria, era porque el hipnotismo acrecentaba su vigor. Quizás ocurriera otro tanto con la mente. ¿Podría una mente hipnotizada encontrar las respuestas que la vigilia le rehuye? Se sometió a dos sesiones de hipnosis, que sólo consiguieron amodorrarlo.
Wittgenstein: Parece ser que soy incapaz de aprender de mi vida.
Quines conozcan a Django Reinhardt me agradecerán este vídeo y quienes no, me agradecerán el haberlo conocido. Veréis como sí.
Mi querido Wittgenstein tanta Filosofia y no sabes que nacemos dañados?
ResponderEliminarQuerida Maga: nacemos frágiles y sin futuro, pero... ¿dañados? Más bien dañinos. ¡Ya sé, ya sé!
ResponderEliminarEfectivamente, te agradezco haber conocido a Django Reinhardt, ha sido una buena manera de empezar el día :-)
ResponderEliminarHola, buenos días Gregorio, acabo de conocer tu café y su gente y me ha dejado un sabor estupendo. Cuando ya apenas quedan cafés donde permanecer a gusto, he abierto la puerta y he notado muy buenas vibraciones y empatías considerables. Espero también sirvan buen té. Me colocaré en la mesa de la ventana y haré poco ruido.
ResponderEliminarSoltaré la escalera para llegar despacio, peldaño, a peldaño hacia lugares que no alcanzo.
Djiango Reinhardt forma parte de esas empatías.
Ha sido un placer. Buen día
Creo que Wittgenstein probó con el estado de conciencia alterado no idoneo para eso.
ResponderEliminarMe gustó algo que leí una vez sobre él. Al parecer dejó escrito que agradecía haber sido feliz en esta vida, cosa que alguien muy cercano a él no comprendía porque nadie que le conociese podía considerarlo un hombre feliz y sin embargo para algunos la vida sin ''tormento'' sabría a muy poco.
Un saludo.
Es curioso esta obsesión enfermiza de los filósofos por la salud, por la integridad física y mental. Otras corrientes y movimientos de la filosofía insisten en que el filósofo se depure de pasiones e intereses. Según y conforme con lo que queramos entender por "filosofía", claro. Me llama la atención que para estudiar ciencias físicas, pongo por caso, nadie se plantea el estado de salud del científico, o si éste es egoísta o generoso. Se presume que quien se dedica a la ciencia ha de gozar de un satisfactorio estado de salud física y mental. Desde este verano vengo dándole vueltas a dedicar en mi blog una nota sobre Stephen Hawkin, como modelo de todo esto.
ResponderEliminar¿Wittgenstein no fue expulsado porque pegaba a sus alumnos? No sé yo quien padecía el tormento ...
ResponderEliminarMe encantan los terrones de azúcar filosófico que ofreceís en tu café!
ResponderEliminarLa historia que narro me la han contado personas de confianza y creo en ella. Conocí a sus protagonistas durante mis ervicio militar en Palma de Mallorca, en el cual trabajé o colaboré (algo hice) en el periódico ültima Hora, de Pepe Tous, perosna más interesante de lo que parece.
ResponderEliminarSegún TS, a la sazón, redactor jefe, Llorenç Vilallonga, psiquieatra, en el Psiquíatrico de Ciutat de Mallorca, montaba sesiones de hisponsis con enfermos. En una de ellas, frente a testigos invitados por el propio doctor, este les fue hipnotizandoi y en un momento dado fue requerido para contestar a una consulta urgente. Quedaron solos en la sala los hipnotizados y los asistentes (espectadores) y en el largo silencio que s eprodujo (susurros y tensiones, seguramente) uno de los hipnotizados miró hacia el público y dijo algo asó como: "Mirin, el dosctor Vilallonga es tan bona persona que si ell vol que semblen adormits, ho semblarem i farem alló que ell volgui". (Miren, el doctor Vilallonga es tan buena persona, que si el quiere que parezcamos dormidos lo parecermos, y haremos aquello que el quiera)"
Como digo, es narrado durante mi larga estancia en la isla. Mio admiración por Llorenç Villalonga, o por su obra, sigue intacta, pero recuerdo que en una poregunta alrededor de 1965 ó 66, cuando él preguntó por lo que pasaba en la península, los jóvenes que allí estaban le hablaron sobre los problemas del movimiento antifranquista y él rectificó la pregunta: "no, no, sobre el tráfico, que parece que aumenta mucho". Yo estuve allí.
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ResponderEliminarGregorio, amigos, no dejéis de leer la nota de hoy 14 de septiembre del blog de Arcadi Espada:
ResponderEliminarhttp://www.arcadi.espasa.com/php_built/2006_09.php
Se refiere a una foto (pareja en la playa, con cadáver de inmigrante al fondo) que se publicó en este mismo blog.
"No se puede pensar decentemente si uno no quiere hacerse daño". Y es que la verdad duele...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el vídeo, ciertamente una delicia. Gracias
"Se presume que quien se dedica a la ciencia ha de gozar de un satisfactorio estado de salud física y mental".
ResponderEliminarJoaquín, acaso te lo crees? Me parece muy interesante el apunte. Y me duele oír aquello de "es que yo soy de ciencias", qué dislate: ¡sólo de ciencias! ¿Te imaginas a un psiquiatra sin una concepción humanística de su profesión? Así va el mundo: con exceso de prozac.
Eso, como ejemplo.
Mar, Nietzsche no es "santo de mi devoción", aunque lo primero con lo que uno se topa al abrir su "Ecce Homo" son su canto a la salud y al estado físico atlético...
ResponderEliminarPues sí, estoy convencido, y a la inversa diría que cualquier estado alterado de la conciencia, o estado emocional anormal, te puede llevar a concebir pensamientos extraños e incomprensibles. En esto me confieso platónico (creo que Wittgenstein también), y pienso que no toda elucubración o parto mental es legítima (véase el diálogo 'Sofista').
He mencionado el caso de Hawkin, porque es un gran ejemplo de mente poderosa, confinada en un cuerpo doliente.
Creo que estamos diciendo lo mismo;)
ResponderEliminarNo es mi vida: pues yo me alegro de que te guste el gran Django Reinhardt. No es muy conocido entre nosotros, pero es un extraordinario músico, una de las grandes (si no la mayor) figuras de lo que los franceses llamaron "el jazz manouche"
ResponderEliminarOlvido: Esto es un café porque es imaginabe sin tertulianos. Puedes pasarte cuiando quieras, te tendré reservado ese lugar.
ResponderEliminarBien venida.
Bienvenida, Kasandra: tengo que hablar más veces de Wittgenstein. Pero es un filósofo que, aunque me atrae mucho, me duele un poco. Posiblemente, además, no lo comprendo en absoluto. Así que fatalmente acabaremos haciéndonos amigos.
ResponderEliminarJoaquin: Mens sana, etc... ¿COnoces esa magnífica anécdota del próer que inaugurando un poliesportivo en una cioudad de cierta importancia, aconsejó practicar deporte a los los estudiantes de las escuelas reunidos para el evento con este argumento definitivo: "MENS SANA IN CORPORE INSEPULTO"?
ResponderEliminarHablaremos de la salud, pero np hoy, que estoy muy cansado.
Alicia: Sí, efectivamente, pegaba bastante a los alumnos. Y tuvo problemas importantes por eso. Años más tarde volvió a visitar uno a uno a todos aquellos alumnos a pedirles perdón. Creo que ninguno de ellos entendió la visita.
ResponderEliminarA los demás: un abrazo. Estoy agotado (ya se sabe que dnde hay confianza...).
ResponderEliminarVuelvo, Luis, para agradecerte la anécdota.
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