Hoy he estado hablando en Madrid de los derechos del hijo de una familia sensatamente imperfecta, que son, entre otros, los siguientes:
Derecho a que alguien en su familia se resigne a hacer de adulto.
Derecho a tener unos padres tranquilos.
Derecho a ser frustrado y a experimentar la decepción.
Derecho al juego libre y arriesgado.
Derecho a que sus padres les den la tabarra.
Derecho a tener los únicos padres del mundo que le prohíben lo que todos los demás padres permiten.
Derecho a que los padres entiendan que si quieren hijos responsables, han de darles la libertad de ser responsables.
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