He ido esta tarde a Barcelona. Desde casa se me antojaba una tarea ardua, pero me he armado de valor y me he puesto en camino. Me gustaba esa ciudad, pasear por sus calles, huronear un poco, visitar librerías de viejo, sentarme en na terraza a contemplar la belleza transeúnte... Ahora encuentro que todo está muy lejos, que hay que caminar horrores, que las calles están a rebosar de turistas... y mil inconvenientes más. Me he vuelto un extraño para mí mismo. Como la cabra tira al monte, al bajar del tren he ido a la librería La Central, en busca del último libro de David Rieff, el hijo de Susan Sontag y de mi muy admirado Philip Rieff, a quien cada vez cito más. No lo he encontrado, así que me he dirigido despacio al ayuntamiento. En el Saló de Cent tenía lugar el acto inaugural del Forum Edita, con una conferencia de Nuno Crato, que ha tenido la amabilidad de citarme. He aprovechado para ponerlo en contacto con Fausto Di Biase, que prepara una especie de convención educativa en Vicenza. Uno va a estos sitios temiendo que no va a conocer a nadie y descubre con una alegría un poco infantil que se encuentra con Carme Fenoll, Thefer, María Alasia... y con un montón de gente más. Me he despedido pronto para coger el tren de vuelta. Pero el servicio estaba interrumpido por un atropello en Badalona. He aprovechado para leer todo lo que he encontrado en las redes sobre la situación de Francia tras la dimisión de Bayrou, que deja una larga lista de problemas sin resolver, que son los que nutren de votos a los populistas. He llegado a casa hecho un guiñapo.
martes, 9 de septiembre de 2025
Un extraño para mí mismo
He ido esta tarde a Barcelona. Desde casa se me antojaba una tarea ardua, pero me he armado de valor y me he puesto en camino. Me gustaba esa ciudad, pasear por sus calles, huronear un poco, visitar librerías de viejo, sentarme en na terraza a contemplar la belleza transeúnte... Ahora encuentro que todo está muy lejos, que hay que caminar horrores, que las calles están a rebosar de turistas... y mil inconvenientes más. Me he vuelto un extraño para mí mismo. Como la cabra tira al monte, al bajar del tren he ido a la librería La Central, en busca del último libro de David Rieff, el hijo de Susan Sontag y de mi muy admirado Philip Rieff, a quien cada vez cito más. No lo he encontrado, así que me he dirigido despacio al ayuntamiento. En el Saló de Cent tenía lugar el acto inaugural del Forum Edita, con una conferencia de Nuno Crato, que ha tenido la amabilidad de citarme. He aprovechado para ponerlo en contacto con Fausto Di Biase, que prepara una especie de convención educativa en Vicenza. Uno va a estos sitios temiendo que no va a conocer a nadie y descubre con una alegría un poco infantil que se encuentra con Carme Fenoll, Thefer, María Alasia... y con un montón de gente más. Me he despedido pronto para coger el tren de vuelta. Pero el servicio estaba interrumpido por un atropello en Badalona. He aprovechado para leer todo lo que he encontrado en las redes sobre la situación de Francia tras la dimisión de Bayrou, que deja una larga lista de problemas sin resolver, que son los que nutren de votos a los populistas. He llegado a casa hecho un guiñapo.
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