sábado, 20 de septiembre de 2025

Otra utopía perdida

Me asalta cada vez con más frecuencia la sospecha de que la realidad ya no es lo que era, de que lo posible ha invadido lo real y que lo imposible ha comenzado a parasitar lo posible. Ahí está el caso del Presidente de la República Francesa, dispuesto a presentar pruebas que confirmarán que su mujer no es un hombre (B. me tienes ayuno de noticias). O la izquierda pedagógica, acusando de reaccionarios a los que se empeñan en enseñar a leer y escribir a sus alumnos. Decía Orwell que «en un escritor de hoy puede ser mala señal no estar bajo sospechas de tendencias reaccionarias». El hoy se ha convertido en presente continuo. Posiblemente esté equivocado, pero me temo que la edad adulta es la última utopía que hemos perdido. ¿Qué me dicen, si no, de Sánchez aplaudiendo a los que se cargaron la vuelta ciclista a España (a España, no a Gaza)? ¿Y qué me dicen de Trump, dirigente del país más poderoso del mundo, comportándose como un auténtico patán? ¿Y de Putin jugando (¿jugando?) a meternos miedo? Por si fuera poco, los meteorólogos anuncian que quizás nieve la semana que viene en los Pirineos. 

viernes, 19 de septiembre de 2025

El Comandante George Langworthy

Hasta esta misma tarde desconocía todo sobre George Langworthy. Me lo he encontrado, por pura casualidad en una carta dirigida al gran hispanista inglés John B. Trend en 1929: «¿Conoce al Comandante George Langworthy (…), quien vivió en un precioso chalet sobre el mar y sufrió un ataque de melancolía después de la muerte de su esposa? Se convirtió al cristianismo, dividió su fortuna entre los pobres y vivió aquí como un santo. Ocupó una pequeña habitación y pedía permiso a sus antiguos jardineros para explotar sus tierras. Él es muy fino y atractivo, y su santidad, por suerte, conserva un olor inglés; juega al tenis, se baña a diario y se presenta como un perfecto caballero. Me dicen que la gente lo adora y el sacerdote lo respeta… otra ventaja, supongo, de ser caballero inglés…». Me he pasado el resto de la tarde (hasta que mi mujer me ha arrancado del sofá y me ha llevado a que me dé el aire), ¡bendita internet!- buscando información sobre este santo varón. Nació en Manchester en 1865 y se instaló en Torremolinos, acompañado de su esposa, Ann Margaret, a finales del siglo XIX. Estableció pronto relaciones de amistad con lo más granado de la intelectualidad española, especialmente con Machado, Falla, Giner de los Ríos, Guillén, García Lorca... Admiró mucho a Giner de los Ríos, pero consideraba que su idealismo inglés era propio del siglo pasado; es decir de una Inglaterra que ya no existía.

jueves, 18 de septiembre de 2025

La vida mansa como utopía

«Yo no teorizo, yo gobierno», decía Cánovas, posiblemente el político más culto que ha tenido España en la presidencia del gobierno. Su biblioteca alcanzaba los 30.000 volúmenes. Lo que quería decir era que como gobernante, se veía «amarrado por los cientos y tantos cordones de la realidad». Pero tenía muy claro que su deber era «sofocar la tragedia nacional, conteniendo las energías étnicas dentro de  la forma lírica, para que la pobre España viva mansamente hasta que lleguen días más propicios. No podemos marchar a saltos, ni con trompicones revolucionarios. Las algaradas y las violencias nos llevarían hacia atrás, en vez de abrirnos paso franco hacia un horizonte remoto.» Cuando Cánovas murió, el jefe de los liberales, Sagasta, declaro: «Ahora todos nos podemos tratar de tú». A pesar de su cultura enciclopédica un día alteró involuntariamente en las Cortes una cita de fray Prudencio de Sandoval y hubo quien se levantó para corregirlo. 

Los matices no dan votos

Los matices no dan votos. Los matices no ayudan, no reducen la complejidad del mundo, no movilizan, no gritan, no pueden ser utilizados como arma arrojadiza, no nos hacen hervir la sangre. No son políticos, en definitiva. Te retienen ante las preguntas, no te llenan de entusiasmo; te frenan, te hacen plantearte interrogantes, tienden a difuminar las fronteras entre nosotros y el resto. Si eliminamos los matices, todo se aclara, desaparece la niebla, se fortalecen nuestras convicciones. Si eliminamos los matices, el que pone en cuestión nuestras convicciones es un facha y al facha no se le discute, se lo elimina. Si eliminamos los matices, lo que está ocurriendo en Gaza es lo mismo que lo que sucedió en el getho de Varsovia, Hamas es la Z.O.B. y lo que hace Netanyahu es resucitar Treblinka. Si eliminamos los matices, todos los judíos son nazis, tanto estén en el gobierno como en la oposición; tanto estén a favor de Netanyahu como si se manifiestan contra él. Si eliminamos los matices, nosotros estamos a favor de todo lo bueno, movidos por nuestra empatía y filantropía, y los otros, a favor de todo lo malo, movidos por intereses inconfesables. Si eliminamos los matices, mantenemos prietas nuestras filas y fortalecemos nuestra fe. 

miércoles, 17 de septiembre de 2025

La profundidad de la piel

Creo que ya comenté por aquí que me di un buen corte en un dedo con unas tijeras de podar. Fue doloroso y sangriento, pero no grave. Sin embargo, durante los días siguientes mi relación con el mundo ha estado condicionada por ese dedo, empeñado en hacerse punzantemente presente. Hiciera lo que hiciera, siempre acababa recibiendo un golpe en la herida y sintiéndome como un resentido digital. Ahora, con el dedo ya en vías de perder protagonismo y pasar a ser un dedo trivial, me pregunto cuántas veces la intensidad de nuestra relación con el mundo está mediada por nuestras heridas. ¿Y si realmente lo que nos diferencia de las máquinas no es tanto nuestro interior, como nuestra piel? Nosotros tenemos piel. Somos el animal de las mejillas rojas. Las máquinas, al menos por ahora, solo tienen superficie. No solamente tocamos sino que, como insistía Merleau-Ponty, sentimos las reacciones que nuestro tacto provoca, dando intensidad  a nuestro mutuo sentir. Nuestro tocar es tocar a alguien que se siente tocado, por eso, en el tacto íntimo somos solo parcialmente nosotros. Sentimos sintiendo lo que siente el otro. Sin el otro, nuestro sentido del tacto se siente huérfano, porque solo toca cosas.

martes, 16 de septiembre de 2025

El muerto vivo

Se  ha muerto, al fin, el tipo que más celos me ha hecho sentir. Mi mujer se ha puesto de un luto estentóreo. Y a pesar de que ya no siento la amenaza del rival, mi alegría no es plena, porque ha dejado tras de sí a Jeremiah Johnson. 

La teatrocracia en el cuarto de estar

Vengo arrastrando desde hace un tiempo la inquietante sospecha de que los partidos políticos ya no intentan hacer realidad la parte posible de su ideal (por utilizar una expresión de un gran repúblico, Cánovas), sino que se desviven por seguir la evolución de la emotividad pública para ver si haciéndola suya consiguen incrementar sus expectativas electorales. Si ahora a los ciudadanos nos diera por querer volar, los partidos políticos nos proporcionarían plumas de colorines para que nos hiciéramos unas alas dignas, y si nos diera por salir a cantar a la calle a las 4 de la mañana, harían que la UNESCO declarase nuestro vocerío un patrimonio inmaterial digno de ser reconocido, apreciado y defendido. Platón sostuvo que la democracia, en el fondo, es una teatrocracia. Parece que acertó, pero no podía sospechar hasta qué punto. Hoy, con las redes sociales y los medios de comunicación, el escenario desde el cual los políticos intentan adoptar su actuación a nuestras reacciones está en nuestra casa. Dicho de manera más directa: La democracia moderna está derivando rápidamente hacia un populismo desvergonzado. Si hay partidos populistas es porque la democracia moderna ya lo es.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Una mentira bien compuesta

Mientras el presidente del gobierno de España decidía ponernos en cabeza de la competición universal por la copa de la indignación moral, yo estaba cocinando unas patatas a la importancia y recordaba algo que le escuché hace algún tiempo a Slomo Ben Ami, ex embajador de Israel en España y ex ministro de asuntos exteriores de Israel: "Ustedes los europeos, tienen soluciones para todo, por ejemplo, han encontrado la solución ideal para el conflicto entre Israel y Palestina: que ambos bandos nos comportemos como buenos cristianos". Las patatas a la importancia son uno de eso platos sencillos de la cocina popular que cuando te salen bien, saben a gloria bendita, como un buen tomate con un buen diente de ajo bien picado y una borrasca de aceite encima, de excelente aceite, claro; o el currusco de un pan recién salido del horno con un pellizco de jamón... o los calamares frescos a la plancha, con ajo y perejil y una salsa de aceite de gamba, o... Ha venido el vecino albañil, un artista de la eficiencia, un mago. En un ver y no ver ha taladrado la pared, ha puesto los tacos y las alcayatas y ha colgado el cuadro. Le he arrancado el compromiso de que nunca reconocerá haber hecho esto y que los méritos me los llevaré yo solo. Nada más terminar la faena le he enviado una foto a mi mujer, que no se podía creer lo manitas que soy. Ella no lee este blog (me imagino que ya tiene suficiente padeciéndome en directo como para padecerme en diferido) y, por lo tanto, no es fácil que se entere de la verdad. Estas mentirijillas piadosas ayudan mucho a la convivencia familiar. Como decía mi santa madre, «Una mentira bien compuesta, mucho vale y poco cuesta». Amén. Me escribe mi amiga B.: «J'aime le lyrisme de vos descriptions de la nature et surtout votre humour. On parle de l'humour anglais, de l'humour juif, d'autres encore, mais rarement de l'humour espagnol. Por supuesto, no pondré en duda su sinceridad.


domingo, 14 de septiembre de 2025

Megalopsykhía

Mañana luminosa de domingo después de un día alborotado. Aún estábamos de sobremesa cuando un trueno descomunal nos hizo saltar de nuestras sillas. Después cayó un auténtico chaparrón que aquí, en Ocata, duró poco, pero parece que por los pueblos cercanos lo hizo con saña. Es lo que tienen la tormentas mediterráneas, que puede caer el diluvio en un par de kilómetros cuadrados y formar una riera que arrastra todo lo que se encuentre hacia el mar. Me fui a la cama tarde porque estuve viendo, una tras otra, dos películas sobre Churchill. ¡Qué hombre! Sus enemigos en Gran Bretaña decían de él que era capaz de hacerse un tambor con la piel de su madre para tañerlo en ofrenda a su propio ego. Sus admiradores veían en él un ejemplo de lo que Aristóteles llamó «megalopsykhía» (μεγαλοψυχία). Esta palabra se traduce habitualmente por «magnanimidad», pero es, sobre todo, una ambición (¿casi?) desmedida por llevar las riendas del Estado en los momentos más graves, aquellos en los que todo está en juego. Es la fuente de todo liderazgo verdadero, pero también de toda ambición totalitaria y de esa atracción que a veces empuja al votante democrático hacia la llama de la sumisión. Por eso conviene que no haya megalopsykhía que no esté sometida al escrutinio democrático de las urnas. Para ello es imprescindible que seamos todos tan demócratas que reconozcamos que no hay soluciones democráticas para todos los problemas políticos. Es decir, que no ignoremos lo trágico de la riera desbordada en tiempos de sequía.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Tartarín del bricolaje

Se ha ido mi mujer a Pamplona y ha dejado una única tarea en mis manos: Hacer dos agujeros con el taladro en la pared, poner dos tacos y unas alcayatas y colgar un cuadro. Esta tarde ha aparecido mi hijo por casa y se ha ofrecido generosamente a ayudarme, pero yo, sobrado de mí, he despreciado su oferta. En cuanto se ha ido, he hecho de mí un Tartarín del bricolaje y me he puesto manos a la obra. El resultado ha sido tan lamentable, que le he pedido a un vecino albañil que venga a sacarme del apuro. Vendrá el domingo. Mientras tanto, el panorama de mi derrota está ahí, ineludible, indiscreto, humillante. No solamente hay cosas para las que soy un completo inútil sino que, además, como he podido comprobar hoy, mi inutilidad va creciendo. Finalmente he encontrado editor para el libro de Fausto di Biase. Esto se me da bastante mejor que el bricolaje. Fausto me ha invitado a participar en un simposium en Vicenza. Pero he visto el itinerario y me he cansado nada más de verlo. Le he contestado que cuando organice algo en una ciudad que tenga vuelo directo con Barcelona, cuente conmigo. A cambio he dicho que sí a una charla en Alcanar.

viernes, 12 de septiembre de 2025

La metamorfosis del mundo

Ulrich Beck escribe en La metamorfosis del mundo, el libro que, performativamente, dejó sin terminar: «Todos sabemos que la oruga se convertirá en una mariposa. Pero ¿lo sabe la oruga?» Esa oruga somos tú y yo, que, envueltos en la cosmovisión de nuestra existencia larvaria e ignorantes de nuestra inminente metamorfosis, somos «incapaces de ver la diferencia entre decaer y convertirse en algo distinto». Ante nosotros parece desmoronarse el pasado y sus valores, pero, en realidad no es nuestro mundo el que se desmorona, sino la imagen que tenemos de él. Estoy casi de acuerdo con Beck. A mi modo de ver la historia de la humanidad se resume en una constante aceleración de la ampliación de lo posible a expensas de lo real. De esta manera, todo lo que parecía sólido se ha ido convirtiendo en aire, que es donde habitamos en el presente, sin aclararnos bien si podemos ser optimistas o pesimistas. Sólo sabemos que sentimos el torbellino del viento que nos lleva aire y que lo que era impensable hace cuatro días, lo imaginamos como posible hace dos y ahora lo estamos experimentando como real mientras soñamos en nuevos posibles. 

jueves, 11 de septiembre de 2025

La Novia del viento

Los medios han recogido con profusión el balance de la última campaña de excavaciones en los yacimientos de la burgalesa sierra de Atapuerca. Recomiendo la visita a Atapuerca y, a ser posible, prolongarla por el Valle de Juarros, de Ibeas de Juarros a Barbadillo del Pez, pasando por pueblos como Villamiel de la Sierra. Estamos hablando de la Sierra de la Demanda, que acaba en un pueblo llamado Eterna, hoy despoblado. Hay una metafísica singular en los topónimos. En el valle de Amblés, en Ávila, se encuentra el castillo de Manqueospese y a media hora de camino, el pueblo de Ojos-Albos. El topónimo que más me gusta es un altozano en las cercanías de Belchite llamado La novia del viento, por cuya conquista lucharon nuestros abuelos durante la guerra civil. Vuelvo a Atapuerca. Los hallazgos más significativos de esta campaña han sido 10 fósiles del Homo antecessor que presentan marcas de corte y fracturación, lo que refuerza las sospechas de prácticas caníbales. Gustavo Bueno, filósofo riojano, que comenzó bajando a las minas asturianas a explicar marxismo a los obreros y terminó aconsejando a los cubanos que abandonaran la filosofía marxista y acogieran el tomismo, defendía con vehemencia que la idea de hombre no se puede alcanzar desde la paleontología. "En Atapuerca no están las claves del hombre". Además si el «el hombre antecessor" es antecesor, entonces no es hombre. "De los huesos no se deduce qué es el hombre". "Analizando el ADN no se sabe cómo es el hombre en absoluto". Estoy de acuerdo con Bueno. Para comprender al hombre hay que entender a un ser capaz de bautizar la geografía con los nombres de Eterna, Ojos-Albos, Novia del viento, etc.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Me desperté una mañana y descubrí...

«Hace poco», escribe David Cronenberg, «me desperté una mañana y descubrí que era un hombre de setenta años. ¿Es esto diferente de lo que le sucede a Gregor Samsa en La metamorfosis?» Como que me llamo Gregorio, he de decir, que no sé si es diferente, pero si sé que despertar un día con 70 años es una de las cosas más imprevistas e improbables que te pueden suceder en la vida. A partir de aquí, cualquier cosa puede ser cierta, hasta la muerte, sin ir más lejos. Cronenberg es el director de La mosca, película en la que Jeff Goldblum interpreta a un científico que se propone cambiar el mundo mediante la modificación radical del ser humano y, como ocurre siempre, es el mundo el que lo cambia a él. La cita de Cronenberg está extraída de la introducción que escribió para una edición inglesa de La metamorfosis de Kafka, titulada «El escarabajo y la mosca».

martes, 9 de septiembre de 2025

Canónicamente otoñal

El día ha amanecido canónicamente otoñal. He salido de casa cuando comenzaba a chispear y he llegado al hospital de Badalona cuando la lluvia cogía consistencia, impulsada por unas impertinentes ráfagas de viento. Tenía visita con el otorrino. He vuelto a contar mi historial y, como me pasa siempre que me pongo nervioso (en este caso porque los ejercicios de equilibrio no han ido muy bien), he soltado unas cuantas tonterías. «Tengo que ser sincera con usted», me ha advertido con gravedad la doctora, «esto no se le va a curar». «Lo sé», le he contestado, «pero no he venido con esperanzas de cura, sino para ver si me puede usted hacer un informe para presentárselo a mi mujer». «¿Un informe?». «Sí, un informe que le asegure que su marido aún no es completamente desechable». Después el día ha mejorado. En Ariel me han aceptado sin peros las más de 30 páginas de correcciones, supresiones y ampliaciones de la próxima edición de ¿Matar a Sócrates; he acordado con la editorial Encuentro la contra de La dignidad del mediocre; he retomado la escritura del libro sobre animales filosóficos, que tenía apartado y que aún no tiene título (¿El arca de Sofía?); he cocinado unas lentejas que me han salido redondas (los días grises demandan guisos de chup-chup que inunden la casa con su aroma); me he regalado una gozosa siesta de casi una hora; he contestado mails y a las 20:00 he mantenido un encuentro telemático con un grupo de madrileños. Mi mujer, por la tarde, estaba en atletismo.

Un extraño para mí mismo


He ido esta tarde a Barcelona. Desde casa se me antojaba una tarea ardua, pero me he armado de valor y me he puesto en camino. Me gustaba esa ciudad, pasear por sus calles, huronear un poco, visitar librerías de viejo, sentarme en na terraza a contemplar la belleza transeúnte... Ahora encuentro que todo está muy lejos,  que hay que caminar horrores, que las calles están a rebosar de turistas... y mil inconvenientes más. Me he vuelto un extraño para mí mismo. Como la cabra tira al monte, al bajar del tren he ido a la librería La Central, en busca del último libro de David Rieff, el hijo de Susan Sontag y de mi muy admirado Philip Rieff, a quien cada vez cito más. No lo he encontrado, así que me he dirigido despacio al ayuntamiento. En el Saló de Cent tenía lugar el acto inaugural del Forum Edita, con una conferencia de Nuno Crato, que ha tenido la amabilidad de citarme. He aprovechado para ponerlo en contacto con Fausto Di Biase, que prepara una especie de convención educativa en Vicenza. Uno va a estos sitios temiendo que no va a conocer a nadie y descubre con una alegría un poco infantil que se encuentra con Carme Fenoll, Thefer, María Alasia... y con un montón de gente más. Me he despedido pronto para coger el tren de vuelta. Pero el servicio estaba interrumpido por un atropello en Badalona. He aprovechado para leer todo lo que he encontrado en las redes sobre la situación de Francia tras la dimisión de Bayrou, que deja una larga lista de problemas sin resolver, que son los que nutren de votos a los populistas. He llegado a casa hecho un guiñapo.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Buen sabor de boca

Me gustan los días largos, que son aquellos que, al acabarlos, tu memoria no puede abarcar tantos recuerdos como has ido acumulando. He dedicado buena parte de la mañana a la cocina, a preparar unos buñuelos de bacalao con gambas, unas costillas de cerdo a baja temperatura, unos calamares a la plancha (con una salsa que les iba como anillo al dedo) y una ensalada. Un buen rato lo he pasado discutiendo con el terco Sócrates, he ido a misa por la tarde, he paseado por la playa, encontrándome con un considerable número de personas que andaba preparando sus instrumentos para registrar el eclipse de Luna... que yo me he perdido porque estaba viendo casi a la vez el partido de España contra Turquía y el de Alcaraz contra Sinner, he firmado una curiosísima carta y he recibido, a la par, dos invitaciones para dos charlas, una en Orense y otra en O Barco de Valdeorras.  Nada especialmente memorable. Sin embargo me voy a la cama con la certeza de que el día me ha dejado buen sabor de boca. ¿Y qué más se puede pedir?

domingo, 7 de septiembre de 2025

Pequeña filosofía de las cosas inacabadas

Basta que te hagas un corte en la yema de un dedo -me lo hice cortando plantas en nuestro minijardín- para que tu dedo se convierta en tu embajador en la realidad. Hagas lo que hagas, acabarás dándote un golpe en la herida y redescubriendo sin parar que tú no eres nada, que es tu circunstancia la que lo es todo. Así que eso de la autonomía, queda bien como eslogan, pero no hay nada más precario que ella. Sigo preparando la reedición de Matar a Sócrates, que me está llevando mucho más tiempo de lo que suponía, porque pensar, en mi caso, al menos, es difícil, cansa mucho y con frecuencia no te lleva a ningún sitio. Pero lo peor no es esto. Lo peor es comprobar que en lo que has considerado una conclusión razonable se oculta una pregunta que no has formulado porque está oculta precisamente por tu confianza en la conclusión. Ando, al mismo tiempo, con los últimos toques de un libro que saldrá en noviembre con el título de  La dignidad del mediocre y el subtítulo de Pequeña filosofía de las cosas inacabadas. ¡Mira que me resulta siempre complicado escribir la contraportada. Pues en ello estoy.

sábado, 6 de septiembre de 2025

Mantenerse en forma

De mi artículo de hoy en el diario ARA:

Mientras los pedagogos hablan de las competencias del futuro y de la necesidad de adaptar nuestros currículos a las nuevas demandas del mercado laboral, el fitness está viviendo una edad de oro. En el mundo del capitalismo cognitivo los trabajos dependen cada vez más de los cerebros y cada vez menos de los músculos. Pero hemos decidido fortalecer nuestros músculos. Quien acude a un centro deportivo lo que quiere es enfrentarse a dificultades deseables. Un coach que nos ahorrase el esfuerzo no nos merecería ninguna credibilidad.

A medida que las tecnologías nos han liberado del esfuerzo físico, más gente ha decidido cuidar su cuerpo.

¿Por qué nos interesa mucho menos mantenernos intelectualmente en forma?

jueves, 4 de septiembre de 2025

De miserables neuróticos a infelices banales


La pretensión de vivir una vida sin frustraciones es, simple y llanamente, contraria a la vida. Recordemos que para Freud lo más que podemos pedirle al psicoanálisis es que nos transforme de miserables neuróticos en infelices banales.

Consumimos tanta información sobre los trastornos socioemocionales, que estamos comenzando a interpretar los desafíos de la vida cotidiana como si fueran inevitablemente patológicos. Al mismo tiempo, en nombre de la salud mental y emocional estamos huyendo de todo lo que nos resulta ingrato y sometiendo a la infancia a una “narrativa” de enfermedades y malestares que acaba haciendo atractivo el propio malestar.  Ya no hay niños traviesos. Todo comportamiento infantil ha sido traducido al lenguaje terapéutico. 

El mundo se ha llenado de terapeutas, consejeros, mistagogos, coaches, sanadores, vendedores de crecimiento personal, psicólogos positivos, abraza-árboles y afines. Hemos entrado de lleno en la cultura del sentimiento del propio sentimiento. El resultado: La ansiedad se ha convertido en un producto comercializable, especialmente en el ámbito digital. Ya podemos hablar de la "industria de la ansiedad" o, si se prefiere, de psicosocialismo.

Laboratorio de ideas

Son las 8:50. Dentro de algo más de media hora comienzan mis diez minutos semanales de colaboración con Jorge Bustos en la COPE. Aprecio mucho a Jorge y he seguido su trayectoria con el mayor interés. Hoy me tiene a su servicio. La sección en la que colaboro se llama «Laboratorio de ideas» y ya que se trata de laborar con ideas y no con opiniones, hay que prepararse lo que se va a decir. Hoy quiero hablar de los "tiempos lloricas", que son los nuestros: los de la incontinencia emocional y el pensar sintiendo, o sea, los del psicosocialismo. En la radio han tenido la amabilidad de ponerme una especie de estudio en casa y aquí me tienen ustedes, enredado en los cables. Haré radio desde mi celda. La vida está llena de sorpresas y hay que intentar no dejar pasar de largo ninguna que pinte bien. Ya saben: la vida es como el hierro y si no se usa, se oxida.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Tiempos lloricas

Acabo de leer en la prensa que el 40% de la población sufre trastornos posvacacionales. Obviamente se está mejor disfrutando de unas buenas vacaciones que sufriendo un mal trabajo, pero es tu trabajo el que te permite tener vacaciones. Hace unos días un informe alertaba de lo que sufren los alumnos, y especialmente las alumnas, de bachillerato en España a causa del tremendo estrés a que se ven sometidos. La verdad es que comparando el esfuerzo que se exige a un alumno de bachillerato actual con el que tenía que encarar uno de COU, uno no se explica como los de COU logramos salir vivos. Mires por donde mires te encuentras con una veta de sufrimiento psico-emocional. Así que, o bien la sociedad nos trata cada vez peor o bien somos cada vez más incapaces de resistir la frustración. Hace tiempo que sospecho que una de las características de la cultura contemporánea es la negación de la tragedia, es decir, de la colisión del bien con el bien. Lo peor del triunfo de la tecnología es la ideología que la acompaña, que nos anima a creer que, sea el que sea el problema con el que nos encontremos, hay por algún lugar una tuerca que, bien ajustada, lo solucionará. Pero no es siempre así, por eso la frustración tiene siempre una silla reservada en nuestra mesa y lo mejor que podemos hacer es recibirla con serenidad.

martes, 2 de septiembre de 2025

El elusivo yo

Por la Plaza de Ocata apareció hace algún tiempo un reputadísimo neurólogo y, como el roce hace el cariño, hemos acabado de tertulianos. No veo que tengamos muchas posibilidades de acuerdo porque nos separa ni más ni menos que Aristóteles. Es decir: el busca lo primero en sí y yo, lo primero para nosotros. Cuando se busca el yo neurológicamente no se encuentra nada y por lo tanto los neurólogos afirman alegremente que el yo no aparece por ningún sitio en el cerebro. Esta mañana hemos discutido de esto. Yo he intentad refutarlo con un argumento que me parece definitivo: cuando los neurólogos buscan al yo en sus laboratorios el yo, efectivamente, se les escabulle; pero cuando al salir del trabajo se van a tomar una cerveza y alguien dice «yo pago», nadie tiene dudas de quién tiene que pagar. En definitiva, que las cosas humanas hay que buscarlas de manera humana si se quiere dar con ellas. El yo, como la conciencia o la libertad, tan escurridizos en los laboratorios, son ni más ni menos que los presupuestos imprescindibles para que haya vida política, que es lo primero para nosotros. Así que, aunque tengamos pocas posibilidades de acuerdo, no paramos de discutir y de decir «tú» e, incluso, «yo».

lunes, 1 de septiembre de 2025

Don Quijote en América

Miguel de Cervantes quiso ser nombrado corregidor de La Paz, la actual capital de Bolivia. Lo pidió infructuosamente el 21 de mayo de 1590. Posiblemente eligió esta ciudad porque aquí vivían sus amigos Juan de Salcedo Villandrando y Rodrigo Fernández de Pineda. Algunos han manejado la hipótesis de que El Quijote pudo ser escrito en tierras americanas en 1605. No parece probable, pero lo cierto es que desde 1962, Cervantes es «Corregidor Perpetuo de La Paz». ¿Cómo hubiera sido El Quijote de haber sido escrito en América? El que sí consiguió llegar a América fue Tirso de Molina, que residió en Santo Domingo de 1616 a 1618. Aquí conoció la vida y milagros del erotómano don Luis Colón, tercer Almirante de las Indias y nieto del Descubridor, que presentaba no pocas similitudes con Don Juan Tenorio. 

Abuelos

1 de septiembre. Volvemos a ser abuelos. Durante un par de meses nuestros hijos nos han dejado a nuestro aire y, si bien de vez en cuando echábamos de fata a los nietos, teníamos nuestras actividades que nos libraban de la melancolía. Casi diría que durante dos meses hemos vuelto a ser recién casados. Pero con el primero de septiembre vuelve a sonar cada día el timbre de la puerta. O sea, que antes ha sonado el despertador. Si los padres van a trabajar y los hijos aún no son suficientemente autónomos como para quedarse solos en casa, la casa de los abuelos siempre está abierta. Ser abuelo es ser un ser incondicionalmente disponible. No digo que esté mal. Es lo que toca y la gracia de la vida consiste en hacer en cada momento lo que toca. Posiblemente la de los abuelos es la institución más española y un conservador tiene el deber moral de respetarla.

Otra utopía perdida

Me asalta cada vez con más frecuencia la sospecha de que la realidad ya no es lo que era, de que lo posible ha invadido lo real y que lo imp...