Las traslúcidas manos del judío
labran en la penumbra los cristales
y la tarde que muere es miedo y frío.
(Las tardes a las tardes son iguales.)
Las manos y el espacio de jacinto
que palidece en el confín del Ghetto
casi no existen para el hombre quieto
que está soñando un claro laberinto.
No lo turba la fama, ese reflejo
de sueños en el sueño de otro espejo,
ni el temeroso amor de las doncellas.
Libre de la metáfora y del mito
labra un arduo cristal: el infinito
mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.Jorge Luis Borges, 1964
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sábado, 22 de noviembre de 2008
Postales filosóficas: Spinoza
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Las águilas no cazan moscas
I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...
Borges como poeta flojito flojito.
ResponderEliminar"Más de una vez grité a la bóveda que era imposible descifrar aquel texto. Gradualmente, el enigma concreto que me atareaba me inquietó menos que el enigma genérico de una sentencia escrita por un dios. ¿Qué tipo de sentencia (me pregunté) construirá una mente absoluta?"
ResponderEliminarJose Luis Borges. El Aleph.
Bendito Spinoza... Estamos trabajando la Etica con Olesti (Titular de Moderna de la UdG), y se me ocurren pocos placeres mayores; construyendo a línieas de geómetra el camino a la felicidad...
ResponderEliminarPor cierto, llegó usted a hacer la receta del Bacalao? espero que, si sí, tuviera un final feliz. Saludos,
Agustí, Spinoza es inmenso, pero su filosofía me causó muchos males de cabeza, muchos. Y aún me los sigue proporcionando, si he de ser sincero. Su pensamiento sigue para mi llena de enigmas. Lo que ocurre es que he llegado a entender que un buen enigma es el mayor regalo que te puede hacer un filósofo. Lo cual, por otra parte, dista mucho de ser un regalo placentero.
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